Re: LA IGLESIA ADVENTISTA APOSTATO DEL PROTESTANTISMO
Estimado Patricio. Saludos cordiales.
Tú dices:
ATENCION TODOS LOS ADVENTISTAS DEL SEPTIMO DIA: APRENDAN AQUI LO QUE NO LES ENSENAN EN SUS IGLESIAS.
Esta es mi respuesta a mi amigo adventista GABRIEL 147, su Post # 235 de la Pagina 16, ACERCA DE ELENA G. DE WHITE COMO LA LUZ MENOR.
Gabriel hace referencia a Juan el Bautista, cuya labor fue unicamente de dar "TESTIMONIO DE LA LUZ" (Juan 1: 6 al 8). La Escritura dice de Juan: "NO ERA EL LA LUZ". "LA LUZ" era Cristo. Juan nunca fue "LA LUZ".
Sin embargo, la Escritura nos dice que Juan el Bautista "ERA ANTORCHA QUE ARDIA Y ALUMBRABA; Y VOSOTROS QUISISTEIS REGOCIJAROS POR UN TIEMPO EN SU LUZ" (Juan 5: 35).
Lo que es importante entender aqui es que Juan el Bautista fue una antorcha que dio luz, ANTES QUE LA LUZ (CRISTO) APARECIESE EN ESTE MUNDO. El REGOCIJO de haber tenido la luz de Juan fue solamente "POR UN TIEMPO" (Jaun 5 35). Pero cuando "LA LUZ", que es Cristo, aparecio entre los hombres, JUAN EL BAUTISTA YA NO FUE MAS NECESITADO, esto es, LA ANTORCHA FUE DEJADA DE LADO, porque ahora "AQUELLA LUZ VERDADERA, QUE ALUMBRA A TODO HOMBRE", "EN EL MUNDO ESTABA" (Juan 1: 9, 10).
Ahora bien, QUE NECESIDAD TENEMOS DE OTRA LUZ MENOR, SI LA "LUZ VERDADERA" YA SE MANIFESTO ENTRE LOS HOMBRES Y YA ESTA CON NOSOTROS? NUESTRO DEBER ES AHORA IR DIRECTAMENTE A LA "LUZ VERDADERA", Cristo. Ya no necesitamos ni a Juan el Bautista, como antorcha, ni a Elena G. de White, como luz menor.
Patricio Cespedes Castro.
Adventista del Septimo Dia (durante 15 anos).
Hoy, Discipulo de Jesus y Reformador.
Respondo: Más que un profeta.
Estudiar el ministerio de Juan el Bautista es muy importante: “como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; Enderezad sus sendas” (Lucas 3: 4); “Mas ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo,
y más que profeta.” (Juan 7: 26); Ellen White, quién tiene un evidente paralelismo con el ministerio de Juan el Bautista
no era la Luz;
éste preparó el camino para el Señor en su primera venida: “Este es de quien está escrito: He aquí, envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti.” (Juan 7: 27), a la segunda se le confió la preparación del pueblo remanente, los adventistas del séptimo día, para la segunda venida de nuestro Señor y por lo que veo en tus críticas declaraciones, se repite en Ellen White lo que le señalaron a Juan el Bautista: “Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene.” (Juan 7: 33), Juan dio testimonio acerca de Jesús “J
uan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo” (Juan 1: 15), “Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No.”, con lo que muchos de ustedes señalan en contra de Ellen White y su ministerio profético (La luz menor) es completamente erróneo. Ella dice: “
En mi temprana juventud se me preguntó varias veces: ¿Es Ud. profetisa? Siempre he respondido: Soy la mensajera del Señor”, esta luz menor ayuda a entender las grandes verdades para nuestra época y nos orienta acerca de los grandes acontecimientos que se cumplirán en el más grande evento de la humanidad (Segunda venida de Cristo en gloria y majestad) y la manera con que el pueblo de Dios debe prepararse para encontrarse con su amado Salvador. (No te olvides que una gran mayoria del pueblo de Dios aún está en Babilonia y al llamado del mensaje del ángel de Apocalipsis 18, serán invitados a salir de allí).
“Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.
Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.
No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.” Juan 1: 6 - 9
El don de profecía
“El don de profecía existía en la iglesia del Nuevo Testamento, pues nuestro Señor lo había prometido (Mateo 23:34; Lucas 11:49) Dios había prometido derramar su Santo Espíritu sobre toda carne. Los apóstoles aceptaron esto (Hechos 2:17,18) y Pedro lo declaró en su sermón el día de Pentecostés.
Había profetas en la iglesia antigua. Hechos 11:27 dice, “En esos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía.” También, Hechos 13:1 dice, “Había entonces en la iglesia de Antioquía, profetas y maestros” y enumera algunos de ellos. Y otra vez en Hechos 15:32 se nos dice que “Judas y Silas, que también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabra”.
Por lo tanto, la presencia de profetas en la iglesia del Nuevo Testamento fue un hecho establecido. Este don debía permanecer en la iglesia hasta la venida de Cristo. Pablo dice en 1 Corintios 1:6-8 “así como el testimonio de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que no os falte ningún don, mientras esperáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. El os guardará vigorosos hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.” De esta manera el espíritu de profecía es una marca de identidad en la iglesia remanente y es un don asociado con el pueblo que guarda los mandamientos de Dios. (Apocalipsis 12:17; 19:10)
En el libro 101 Preguntas, Robert W. Olson destaca los siguientes puntos: “En Apocalipsis 19:10 el ángel es citado para decir a Juan, ‘Yo soy siervo contigo y con tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús’. Esta frase es paralela a, ‘Yo soy siervo contigo y con tus hermanos los profetas’ en Apocalipsis 22:9. En otras palabras, uno que ha tenido el testimonio de Jesús ha tenido el don profético, incluyendo el ángel, Juan y los hermanos de Juan.
“Los adventistas creen que Elena White tuvo el ‘espíritu de profecía’ y normalmente se usa el término como un título, aplicándolo a sus escritos. Sin embargo, en el sentido bíblico estricto, la frase ‘espíritu de profecía’ se aplica al ministerio y a las enseñanzas de todos los profetas, ambos antiguos y modernos.
“De acuerdo a Apocalipsis 12:17, la iglesia remanente tenía que tener ‘el testimonio de Jesucristo’. Esta frase, tanto en inglés como en griego, quiere decir también testimonio acerca de Cristo o testimonio procedente de Cristo. Siendo que todos los grupos cristianos hablan acerca de Cristo, el espíritu de profecía podría ser un factor que distingue a la iglesia verdadera de Dios en los últimos días. Sin embargo, tener comunicaciones divinas de Cristo – una renovación del don profético – podría identificar muy fácilmente al verdadero remanente de otros grupos de iglesias.
“Los Adventistas del Séptimo Día sostienen que la frase ‘el testimonio de Jesús’ en Apocalipsis 12:17 es una referencia al don de profecía, visto en el ministerio de Elena G. White. Esta interpretación está en armonía con el significado de la frase de Apocalipsis 1:2 y 1:9” (101 Preguntas sobre el Santuario y sobre Elena de White, pág. 36,37)
Por consiguiente, este don también actúa como una prueba de la verdad (Isaías 8:20)
Las bendiciones del Espíritu de Profecía
a. Da una visión espiritual, previniendo así, la ceguera espiritual (1 Samuel 3:1,2; 28:6; Proverbios 29:18)
b. Cuando prestamos atención, nos trae prosperidad (2 Crónicas 20:20) Nos da consejos prácticos para la vida cristiana (Deuteronomio 1-33 y libros de Elena de White sobre temas bíblicos)
¿Cómo Elena de White vio su rol? Ella dice: “En mi temprana juventud se me preguntó varias veces:
¿Es Ud. profetisa? Siempre he respondido: Soy la mensajera del Señor. Sé que muchos me han llamado profetisa, pero no he pretendido ese título. Mi Salvador me declaró que era su mensajera "Tu obra - me indicó-
es llevar mi palabra. Surgirán cosas extrañas, y en tu juventud
te consagro para que lleves el mensaje a los errantes,
para que lleves la palabra ante los incrédulos y,
por la pluma y de viva voz, reproches al mundo las acciones que no son correctas.
Exhorta usando la Palabra. Haré que mi Palabra te sea manifiesta. No será como un idioma extraño. En la verdadera elocuencia de la sencillez, con la voz y por la pluma, los mensajes que te doy se oirán de parte de alguien que nunca ha aprendido en las escuelas. Mi Espíritu y mi poder estarán contigo.
"No temas a los hombres porque mi escudo te protegerá. No eres tú la que hablas: es el Señor quien te da los mensajes de admonición y reprensión. Nunca te desvíes de la verdad bajo ninguna circunstancia. Da la luz que te daré. Los mensajes para estos últimos días serán escritos en libros y permanecerán inmortalizados para testificar contra los que una vez se regocijaron en la luz, pero que han sido inducidos a renunciar a ella debido a las seductoras influencias del mal".
¿Por qué no he pretendido ser profetisa? Porque en estos días muchos que osadamente pretenden ser profetas son un baldón para la causa de Cristo, y porque mi obra incluye mucho más de lo que significa la palabra "profeta". (Mensajes Selectos I, Pág.36).
Por setenta largos años Dios usó a Elena de White como su mensajera en el Movimientos Adventista y Él usó a Moisés como su mensajero en el Movimiento del Éxodo. En el análisis final, los israelitas fracasaron en prestar atención a las advertencias. No permitamos hacer lo mismo.
PARA QUE NO NOS OLVIDEMOS
“
Por medio de profeta el Eterno sacó a Israel de Egipto, y por medio de profeta lo guardó.” (Oseas 12:13). ¿Qué hubiera pasado a la Iglesia Adventista del Séptimo Día sin la dirección de Elena de White? Con seguridad, podemos decir que sin la dirección como una mensajera del Señor a la Iglesia remanente, la iglesia Adventista no podría existir como la conocemos ahora.
Herbert E. Douglass en su libro, Mensajera del Señor, cita al Dr. Jack Provonsha quién dice que “sin Elena de White no existiría actualmente la Iglesia Adventista del Séptimo”. Al repasar el Movimiento Adventista desde su comienzo, Provonsha afirma, “Tenían su Biblia. Pero tenían en gran medida ese otro ingrediente necesario para la vitalidad de un movimiento religioso –¡el sentido de que habían sido llamados por Dios y que él estaba en su movimiento! ¿No había concedido su presencia con el don de la dirección profética? Eso hizo toda la diferencia. Sin ese sentido al comienzo de su trayectoria, ahora ni siquiera habría una Iglesia Adventista, por lo menos una que hiciera una gran diferencia en el mundo. El corolario obvio de esto es que si alguna vez se pierde ese sentido, la iglesia, aunque continuase existiendo institucionalmente, puede ser que no sea más tenida en cuenta en el lugar y en la forma en que se supone que tiene que serlo”. (Mensajera del Señor, pág. 538).
Entonces el Dr. Provonsha escribió:”He citado generosamente a Elena de White. No pido disculpas por ello. Ella es mi ‘madre espiritual’. Ella también ha ocupado un lugar absolutamente central en la vida y el pensamiento del adventismo”. (Idem.)
Douglas continúa: “Es imposible contar la historia del nacimiento de Israel como una nación sin reexaminar la obra de Moisés, su profeta. ¿Cómo explicaría uno el Éxodo sin Moisés? ¿O el Monte Sinaí? ¿Por qué Israel tuvo que vagar por el desierto durante cuarenta años? De la misma manera es imposible contar la historia del Movimiento Adventista sin entrelazar el ministerio de Elena de White con la afirmación de la doctrina bíblica, con la construcción de la organización de una iglesia suficientemente fuerte como para sostener una iglesia mundial y con los mensajes de reprensión y valor semejantes a los de Moisés que ayudaron a modelar el carácter de la iglesia. Sin ella es probable que la Iglesia Adventista sería una nota de pie de página en algún libro de historia de los diversos grupos religiosos del siglo XIX”. (Idem).
CONCLUSIÓN
Así como Moisés suplicó a los hijos de Israel que prestaran atención a los consejos y advertencias del Señor, así imploro a nuestra gente – miembros de iglesia, líderes de Instituciones, líderes denominacionales en todos los niveles – presten atención a la Palabra de Dios y a los consejos que Dios ha dado a través de los escritos de su mensajera Elena G. White. Agradecemos a Dios por este don que nos prepara para estar listos para la venida del Señor, al “No tenemos nada que temer por el futuro, excepto si olvidamos la manera en que Dios nos ha conducido”. (Testimonios para Ministros, pág. 27).” Ralph Thompson
“
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.
Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.” Juan 1: 6 – 9
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo