Hna. Maripaz:
Hay otras razones por las cuales uno no contesta:
1 No se manda uno solo en el trabajo y te mandan de comisión a lugares despoblados (me pasa con frecuencia).
2 Te das cuenta de que puedes poner en evidencia a una persona que evidentemente está enojada y no es el objetivo que persigues, porque los enojos no ayudan a tener una comunicación sana.
3 No te interesa responder porque tienes un motivo específico, donde tu objetivo principal es mostrar el amor y la misericordia de Dios, y por eso no respondes a ataques personales.
4 De momento no sabes que responder, y esa falta de argumentos te lleva a alimentarte de la palabra y a revisar tus fuentes con ojos críticos.
5 Sabes que responder, pero te sientes enfadado, y sabes que una respuesta fuera de tono no es el agrado de Dios, y esperas unos días para contestar en justicia y con veracidad.
¿Puedes compartir honestamente cual es tu caso?
Si lees mis mensajes y mis "fugas" podrás identificar claramente algunas de estas situaciones.
Bueno, vayamos al mensaje y aportemos más pruebas bíblicas que apoyan lo expuesto magistralmente por Luis Fernando:
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Nunca hay que perder de vista que Jesús nació y vivió entre nosotros en el pueblo Judio, para entender muchos de sus gestos y palabras, es necesario entrar profundamente en la mentalidad y costumbre existente, para captar el mensaje de Jesús en toda su plenitud y esplendor.
La Última Cena sucedió durante la fiesta de la Pascua (Mc 14, 1). Jesús hubiera podido celebrar la Cena otro día, pero lo hizo durante esta fiesta. Y le dio un nuevo sentido. Para entender la Última Cena (Misa), tenemos que saber qué hizo Jesús.
La Pascua se celebraba cada año. Todavía la celebran los judíos. Es la conmemoración de la liberación de los israelitas de la esclavitud en Egipto. El ángel de la muerte pasó por encima de cada casa que fue untada con la sangre de un cordero. Después la familia comió el cordero. No fue suficiente untar el dintel de la casa con la sangre.
Tuvieron que comer: Y aquella noche comerán la carne asada al fuego y panes sin levadura (Ex 12, 8). El cordero tuvo que ser sin defecto (v. 5) como prefigura de Jesús, el Cordero de Dios (Jn 1, 36) quien también es sin mancha. En esta celebración Dios realizó una alianza, un pacto con su pueblo.
En Exodo 24, 7-8 se narra que Moisés roció el pueblo con la sangre del cordero para sellar este pacto. (Hno. Ezequiel, si lees esto compáralo con la acción de pedir al Padre que derrame en la asambléa la sangre de Jesús; ¿Será magia o poder de Dios?).
Ahora Jesús celebró esta misma fiesta pero la transformó. Es su sangre la que salvaría de la muerte del pecado, LA SANGRE DEL CORDERO DE DIOS. El pan que se usa en la fiesta de Pascua (y en la misa) es pan sin levadura (Mc 14, 1). Con el pan en sus manos, Jesús dijo: Esto es mi cuerpo. El discurso de Jesús sobre comer su cuerpo se dio cercano a la Pascua (Jn 6, 41). Se puede ver en ésto el vínculo entre el discurso y la celebración de la Última Cena. Esto es mi sangre del nuevo pacto (Mc 14, 24 y 1 Co 11, 25) alude al Antiguo Pacto de Éxodo 24.
¿COMO SE CELEBRABA LA CENA DE PASCUA?
Las cuatro copas
Entraban en la celebración de Pascua más de una copa de vino, como vemos en Lucas 22, 17-20. Si hoy celebraras la Pascua con una familia judía, la celebrarán con cuatro copas. La primera copa se llama la Kadush. La celebración verdaderamente comienza con la segunda copa que se toma después de recitar el Salmo 113. La tercera copa es la copa de bendición que se toma después de dar gracias y orar sobre el pan y cantar el Hallel (Salmos de alabanza 114-118). En Marcos, Jesús canta estos salmos pero no concluye con la cuarta copa que se llama la copa de consumación. El Evangelio de Lucas ha cambiado un poco el orden de las palabras de Jesús. Se reconoce por todos los eruditos de la Biblia que Lucas se basó en el Evangelio de Marcos. Si no, parece que Jesús se contradice. Ya que al parecer están consultando fuentes católicas, se explica más sobre las cuatro copas y cómo los judíos celebraban la Cena Pascual en el cap. 15 de La Plegaria Eucarística, Luis Maldonado, pp. 166-170.
Fue la tercera copa de vino que Jesús cambió en su sangre. Así Pablo identifica la copa de bendición con la Eucaristía en 1 Co 10, 16. Él dijo algo que hubiera sorprendido a los apóstoles: no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios (Mc 14, 25). Qué sorpresa para los Apóstoles, porque ellos sabían que todavía quedaba otra copa en la fiesta pascual, pero Jesús no la tomó. ¿Dónde está la última copa para terminar la fiesta de Pascua? La fiesta que Jesús celebraba en la Última Cena no había terminado. Le daría otro sentido a "la copa" y a la fiesta. La última copa es la que en su naturaleza humana que se rebelaba ante el sufrimiento de la cruz, y que en el monte de los olivos pedía al Padre que la apartara de Él.
LA CUARTA COPA
En Marcos 14, 36 Jesús dijo: Padre aparta de mí esta copa. Aquí está la otra copa de la cual Jesús habló: La copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber? (Jn 18, 11). Es el sufrimiento y muerte en la Cruz. La celebración de la Última Cena continúa en la Pasión del Señor. El Calvario terminaría la Pascua (y la Cena). Sería un sólo acto de Sacrificio Pascual. El Calvario representa el sacrificio del Cordero perfecto. La túnica que llevaba Jesús era como la que usaba el sacerdote judío para los sacrificios en el templo (Jn 19, 23). Él es el Sacerdote Supremo.
En el camino al calvario los soldados le ofrecieron vino a Jesús (Mr 15, 23) pero no lo tomó. Había dicho que no tomaría hasta aquel día cuando lo bebería en el reino (14, 25). Luego en la cruz Jesús dijo: Tengo sed. ¿Será que de repente Jesús tenía sed? No. Hacía horas que estaba sufriendo de sed por la pérdida de sangre (y en un clima de desierto). Pero ahora en la cruz Él quiere terminar la Última Cena (la última copa de la Pascua), para que la Escritura se cumpliese (Jn 19, 28). Los soldados le dan vino agrio ("atum" [gr: OXOS] una especie de vinagre para los solados comunes) y esta vez sí lo bebe (Jn 19, 29). Se lo dan con una rama de hisopo, igual a la que usaron cuando untaron la casa con sangre del cordero (Ex 12, 12). Luego Jesús dice (todo) consumado es. ¿Qué es "consumado" si Jesús no ha resucitado todavía? El fue resucitado para nuestra justificación dice Pablo (Ro 4, 25). Es la Última Cena de la Pascua la que está concluida. Y es de notar que el nombre de la cuarta copa era "la Copa de Consumación", y lo que dijo Jesús (en hebreo) es exáctamente lo que decía el padre de la familia cuando terminaba la cuarta copa.
Se pueden consultar además fuentes Judías también para constatar la solidez de los argumentos emitidos aquí.
La Pascua celebraba el acontecimiento de la muerte de los primogénitos de los egipcios. Ahora es Jesús quien es el primogénito sacrificado para salvar, no solamente a los judíos, sino a todo el mundo. El es la Pascua que nos libera (1 Co 5, 7) es la sangre del Nuevo Pacto que por muchos es derramada (Mr 14, 24). Pero no terminó la fiesta en la mesa.
Para los judíos no era suficiente untar la puerta para salvarse, había que comer. Y nosotros, los del Nuevo Pacto, tenemos que celebrarlo también: Haced esto en memoria de mí (1 Co 11, 24). Y no es por casualidad que la Palabra de Dios vincula "recordar/hacer memoria" con "sacrificio" en Heb 10, 3. Los únicos dos lugares donde se habla del holocausto -Lv 24, 7 y Nm 10, 10 (tópicos en Sal 37 y 39)- hacen un enlace entre pan y sacrificio.
Por eso Pablo dice: que celebremos la fiesta (1 Co 5, 8) para mantener presente el sacrificio. O como lo dijo Jesús el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna (Jn 6, 54). Para salvarse de la muerte los judíos en Egipto no comieron una cosa que representaba un cordero. Comieron cordero. Tampoco creen los católicos que comen solamente un símbolo del Cordero de Dios. Moisés no roció algo que simboliza sangre de cordero (Ex 24, 8).
Jesucristo es nuestro sacrificio, fue sacrificado una vez en el Calvario, pero tenemos que comer su cuerpo para cumplir la Alianza. La Última Cena fue un revivir la Pascua . La misa católica es un revivir la Última Cena. No es solamente un recuerdo. La misa no es "otro sacrificio" sino la participación en el mismo y único sacrificio de Cristo en la cruz, igual como la Pascua para los judíos hoy es participar en aquella noche cuando celebraban su liberación de Egipto. El pasado es hecho presente -ANAMNESIS- haced esto en memoria mía.
Tenemos que distinguir entre la muerte de Cristo, y el sacrificio en la Cruz. La Iglesia Católica sabe que Cristo murió una vez, y resucitó para siempre. No muere en la misa. Pero su sacrificio es hecho presente en cada una. La santa Cena está infinitamente vinculada con el sacrificio del calvario. Todas las veces que comiéreis este pan, y bebiéreis esta copa, la muerte del Señor anuncias hasta que él venga (1 Co 11,26).
Para concluir, es muy importante leer Éxodo 12, 11ss para entender lo que hacía y pensaba Jesús al celebrar la Última Cena durante la fiesta de la Pascua.
Cada año los judíos reviven la huida de Egipto cuando celebran la pascua en sus casas siguiendo las órdenes de Dios: Habló Jehová a Moisés...en el día diez de este mes tómese cada uno un cordero.. .y tomarán de la sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casa... Y aquella noche comerán la carne... y panes sin levadura... Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies y vuestro bastón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; Es la Pascua de Jehová (Ex 12, 1-11). ¡ Literalmente carne de cordero y sangre viva!
Para el judío esta fiesta y la manera de celebrarla es costumbre perpetua por mandato de Jehová (Ex 12, 17).
¿Por qué comer apresuradamente como manda Dios, si hoy en día el judío no tiene que huir de los egipcios? Es que está reviviendo el acontecimiento. Es así como los católicos cuando celebramos la misa, revivimos la Ultima Cena, la Nueva Pascua cuando salimos de la esclavitud del pecado. Y como se dijo antes, es más que un recuerdo intelectual. No es el mismo significado de una fiesta nacional en la que uno simplemente recuerda el pasado pero no lo revive, no hace presente un acontecimiento pasado. Nuestra Pascua es diferente: ES REVIVIR LA ULTIMA CENA, un encuentro con Jesús EN SU PLENITUD en la "Fracción del Pan"(Lc 24, 30-31).
Sacia al alma menesterosa, y llena de bien el alma hambrienta (Sal 107, 9).
Bienaventurado aquel... cuya esperanza está en Jehová su Dios... que da pan a los hambrientos (Sal 146, 5-7).
¡Yo soy ese hambriento mi Señor!
¡Aliméntame siempre con tu pan!
¡Derrama Tu Sangre preciosa sobre este foro y sácanos de nuestras esclavitudes y errores!
¡llévanos a compartir en perfecta hermandad tu alimento desde aquí y hasta la eternidad en tu Santísima presencia en el cielo!.
Amén.
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Luis Fernando y Karolusín:
Que Dios los siga bendiciendo e iluminando, toda la semana pasada salí y no me fué posible estar en este foro, pero me doy cuenta con alegría que ¡Ni falta hace!.
Pero ojalá que fueramos un poco más numerosos, no para hacer un ambiente agrio, sino para compartir con ecuanimidad nuestros conceptos y nuestra fe.
Lo curioso en este caso, es que este material lo preparé para contestar a Julio su "Famosa" descalificación del evangelio de Mateo, utilizando una cita que curiosamente apoya con fuerza el sacramento de la Eucaristía.
¡Lo que son las cosas!
Saludos y bendiciones para todos.