No enrede a los lectores sea honesto, lea y aprenda:
Psa_37:22 Porque los benditos de él heredarán la tierra;
Y los malditos de él serán destruidos.
Psa_37:29 Los justos heredarán la tierra,
Y vivirán para siempre sobre ella.
Isa_60:21 Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.
"Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra;"
Es evidente que la referencia aquí es a la nación de Israel.
EN CONTRASTE: LA NATURALEZA DE LA IGLESIA ES CELESTIAL Y NO TERRENAL
<dl style="margin: 0px; padding: 0px; border: 0px currentColor; overflow: hidden; font-family: inherit; font-size: 11px; zoom: 1;" class="f-wrap">Puesto que el Dios Triuno es el origen de la iglesia, la naturaleza de ella es celestial y no terrenal. Desde el mismo
comienzo fuimos sentados en los lugares celestiales con Cristo (Ef. 2:6).
La Nueva Jerusalén, la cual es la consumación máxima de la iglesia, descenderá del cielo, de Dios (Ap. 21:9-10). Esto implica que la iglesia no es terrenal, sino celestial. Por eso el apóstol Pablo nos dice en Colosenses 3:1-3: “Si, pues,
fuisteis resucitados juntamente con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Fijad la mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con
Cristo en Dios”.
Mientras estemos en la tierra debemos vivir como personas celestiales, que no están atadas por las cosas
terrenales ni se distraen con ellas al igual que los incrédulos, sino que nuestra única ocupación es el Dios Triuno, Su vida y las cosas de arriba, es decir, Cristo mismo. En la medida en que vivamos de esta manera, llegaremos a ser buenos materiales para la edificación de la iglesia. Pero que tristeza cuando contemplamos a los foristas que empujan a la Esposa de Cristo a pasar por la Gran Tribulación basándose en la negación de la Doctrina del dispensacionalismo y todas las distinciones que la Escritura enseña en la historia del trato de Dios con los hombres.
Este recurso infame, es la única manera para colocar la Iglesia de Cristo en un escenario de Juicio que la Escritura llama tiempo de angustia para Jacob (Jer.30:7)
Por lo tanto, este rechazo a la enseñanza Escritural, clara y diáfana, descansa en una negación entre Israel y la Iglesia. Y lo que es peor, tambien estos foristas tienen que negar todas las distinciones observadas entre el arrebatamiento de la Iglesia y su segunda venida haciendo de ambos eventos uno solo.
Finalmente, estos foristas que niegan el arrebatamiento de la Iglesia antes de la Gran Tribulación, también tienen que negar la Doctrina de la inminencia, la cual enseña que el Señor puede regresar en cualquier momento por su Iglesia, lo cual constituye la Esperanza actual de nosotros; la Iglesia no espera señales en el cielo, no espera Juicios Divinos, pues al morar Cristo en ella, El no puede ser castigado nuevamente. La Iglesia en pocas palabras, espera al Señor, a Su dueño.
Natanael1
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