Es en las cartas epistolares donde encontramos la doctrina pura de la Iglesia.
Enfoque que, lo digo con respeto, me parece erróneo.
El poner las epístolas en el centro de la doctrina cristiana ha hecho daño.
Son los evangelios los que deben ponerse en el centro, como un sol, y las cartas apostólicas girando como planetas a su alrededor.
Pablo viene después de Jesús en orden y autoridad. Es con base en la luz de lo que Jesús dijo e hizo, y que recogen los evangelistas, que debemos interpretar a Pablo.
Cuando debato en este foro sobre soteriología, ustedes se darán cuenta que la mayor parte de mis citas provienen de los evangelios, mientras que la mayor parte de las citas de las personas con las que debato son de epístolas paulinas.
Para saber qué quiso decir Pablo con "fe", "salvación", "gracia", "creer en Jesús", "confesar a Jesús", y un largo etcétera, hay que primero examinar los actos, parábolas y sermones de Jesucristo. Sobre ese molde podremos ajustar posteriormente todo el discurso paulino.
Si algo se nos dificulta o atora en la construcción de una teología sobre Cristo y su misión, recurramos PRIMERO a los evangelios.