Re: Kiero ser PASTORA DE UNA IGLESIA, PUEDO?
Saludos pastorsita:
Espero que mis comentarios sobre la esforzada participación del pastor Brígido te ayuden a equilibrar tu criterio.
Hermana felicitaciones porque quieras ser pastora. Es algo muy bello y ya el que quieras serlo es un señal de que el Señor quiera darte el ministerio.
Cuando Pablo habla del deseo no da por sentado que se trate de un llamado inconfundible por razón del deseo mismo. Es necesario que se reunan algunos requisitos. Mira:
"Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea.
Pero es necesario" 1 Timoteo 3:1-2
Y uno de los requisitos es que gobierne su casa. La mujer no debe gobernar su casa. La Biblia nos enseña que el delegado para gobernar su casa es el varón (Efesios 5:22-23)
RELACIONES DE DEPENDENCIA
Las primeras comunidades cristianas viven en medio de un mundo de relaciones sociales, tal y como se dan en la sociedad judía y greco-romana del siglo I. Se dan, por ejemplo, relaciones de dependencia: hombre-mujer, padres-hijos, amo-esclavos. Ahora bien, si los cristianos todo lo viven en el Señor, ¿qué pasa entonces? ¿Asumen el modelo social del mundo antiguo como palabra de Dios? O más bien ¿viven en el Señor el modelo social que se encuentran? En este caso ¿qué cambios se introducen? ¿Cómo se viven en el Señor esas relaciones de dependencia? ¿Qué dice la palabra de Dios? ¿Qué dice el Evangelio?
En la carta a los Colosenses encontramos los llamados espejos o manuales del hogar, que son reglamentos domésticos del mundo antiguo:
El pastor Brígido comienza encerrando todas las exhortaciones domésticas de Pablo como provenientes del mundo antiguo, pero pasa por alto que no sucede así con todas las exhortaciones ahí contenidas. Una de ellas es referida al esposo y dice:
"Maridos,
amad a vuestras mujeres, y
no seáis ásperos con ellas." Colosenses 3;19
¿Se le ocurrió ésto al mundo antiguo? No lo creo. Los antiguos tenían medidas crueles hacia las mujeres. Entonces, ¿Dios aprueba la esclavitud? Por supuesto que no. ¿Entonces? Es sencillo. No todas las exhortaciones domésticas provienen del mundo antiguo.
Una cosa llama la atención. La afirmación de que el hombre es cabeza (o jefe) de la mujer aparece (tal y como nos llega) en varias cartas paulinas (1 Co 11,3; Ef 5,23; Tt 2,5) y en la primera carta de Pedro (1 Pe 3,1), pero no aparece en los evangelios, que son la plenitud de la ley y los profetas. ¿Qué significa esto?
Pastorsita, muchas cosas no son mencionadas en los evangelios porque su propósito fue dar a conocer al Señor Jesucristo como legítimo Mesías, aunque en casos excepcionales hay indicaciones a la iglesia; y las cartas apostólicas contienen la instrucción para la iglesia, aunque en casos excepcionales se menciona el evangelio y con fines de corregir falsas enseñanzas.
¿Qué significa esto? ¿Esa afirmación es palabra de Dios o sólo refleja la situación social de la mujer, de inferioridad, dependencia y sumisión, tal y como se da en el mundo antiguo?
Dejemos que sea el apóstol Pedro el que conteste:
"como también nuestro amado hermano
Pablo, según la sabiduría
que le ha sido dada, os ha escrito, 16casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también
las otras Escrituras, para su propia perdición." 2 Pedro 3:15-16
Pedro compara las enseñanzas de Pablo con las Escrituras reconocidas como inspiradas por Dios. Entonces, no todas las menciones de Pablo son un mero reflejo situacional.
Salvo casos aislados, la mujer no desempeña un papel en la vida pública. Su formación se limita a sus labores. Según el filosofo griego Aristóteles (384-322 a.C.), que tanto influye en la tradición cristiana medieval, la mujer es “como un hombre mutilado” (De generatione animalium, 2,3).
En el mundo judío, hasta los doce años y medio, el padre tiene sobre la hija la patria potestad: “Ella permanecerá siempre bajo la autoridad paterna hasta que no pase, con las nupcias, a la dependencia del marido”, se dice en La Misná, que recoge la tradición oral judía hasta el siglo II d.C. (Orden tercero, IV,5). “La mujer, dice la ley, está sometida al marido en todo” (Josefo, Contra Apionem, 2,24). Lo mismo aparece en la carta a los Efesios: “Las mujeres deben someterse a sus maridos en todo” (Ef 5,24).
Aristóteles no representa la mentalidad griega imperante en los tiempos en que Pablo escribió, y aún así, si las enseñanzas dadas a Pablo por el Señor coinciden con algunas tradiciones judías o griegas no por eso se desemerecen. Mira que en los tiempos de Pablo existían corrientes filosóficas que alentaban la salvación espiritual antepuesta a los placeres terrenales y no por ello tacharemos Colosenses 3:1-3 como una cuestión del mundo antiguo.
Afortunadamente, en nuestro tiempo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) establece la igualdad entre marido y mujer: “el hombre y la mujer tienen los mismos derechos antes, durante y después del matrimonio” (artículo 16).
Independientemente de la interpretación que cada uno le de al articulo referido me resulta desconcertante que el pastor Brígido se sienta afortunado por una conclusión proveniente de nuestro mundo actual (Derechos Humanos)y se sienta tan incomodo con una dispocisión apostólica por considerarla proveniente del mundo antiguo, ¿Entonces el mundo mejoró al punto de desplazar las enseñanzas de Pablo sólo porque es un mundo actual? Hermana pastorsita no todo lo antiguo es inútil como tampoco todo lo nuevo es útil.
En la carta a los Corintios, hablando del buen orden en las asambleas, se ordena que la mujer se cubra la cabeza, es decir, que se ponga el velo: (1 Co 11,3-12). Detrás de la imposición del velo a la mujer, está la ley judía. En el mundo judío la mujer que salía sin llevar la cabeza cubierta podía ser despedida por su marido sin ningún tipo de indemnización: “Estas son las mujeres que han de ser despedidas sin entregarle la dote: aquella que quebranta la ley de Moisés o la ley judía. ¿Cuál es la ley de Moisés? Si da, por ejemplo, de comer sin haber separado antes el diezmo, o si tiene relación sexual durante el periodo de la menstruación... ¿Cuál es la ley judía? Si sale con el pelo suelto, o si teje en la plaza, o si habla con cualquier hombre” (La Misná, Orden Tercero, VII, 6).
Entre la frase "el pelo suelto" y la frase "el velo puesto" hay una inmensa distancia mediada por toda suerte de argumentos convincentes. No son lo mismo. El velo no sujeta el cabello, y un cabello sujetado no siempre lo es por causa de un velo.
En la carta a los Corintios, un poco más adelante, se ordena también que la mujer se calle en la asamblea: Como en todas las iglesias de los santos, las mujeres cállense en las asambleas; que no les está permitido tomar la palabra. Que estén sumisas, como también la ley lo dice. Si quieren aprender algo, pregúntenlo a sus propios maridos en casa (1 Co 14,34-35). Pero entonces ¿cómo puede profetizar, según se dice anteriormente? (11,5). ¿Cómo puede el autor de la carta afirmar dos cosas, de suyo contradictorias? Con razón, se ha denunciado aquí una interpolación posterior, que altera el texto paulino (G.Fitzer, 1963; ver nota Biblia de Jerusalén, 1998: algunos manuscritos ponen los vv. 34-35 después del v.40).
Pastorcita, cuando alguna afirmación bíblica no cuadra con los derechos humanos se tiende a pensar que es una interpolación. No quiere decir que esté probado. Las mujeres podían profetizar en las asambleas con el velo puesto
"Pero toda mujer que ora o profetiza
con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado."
1 Corintios 11:5
¿Te das cuenta? No dice que no puedan profetizar, sino que deben hacerlo con la cabeza cubierta lo cuál es símbolo de sumisión a la autoridad del varón, es decir ejercían el ministerio de la enseñanza sin tener un cargo de liderazgo, sino en sumisión.
En la primera carta a Timoteo encontramos también la ley del silencio y de la sumisión (1 Tm 2,11-13). Según la ley judía, “las mujeres, los esclavos y los menores (no son incluidos en el número que es mínimo) para hacer la invitación (a la acción de gracias en común)”: la mujer “tampoco puede ser maestra de niños” (La Misná, Orden Primero, VII,2 y Orden Tercero, IV, 13). La sumisión de la mujer limita su libertad en todos los aspectos, también en el servicio religioso.
El pastor Brígido, si con la intención o sin ella no lo sé, ha tratado de demostrar que Pablo tomó las ideas de la Misná sin conseguirlo. Porque en las enseñanzas de Pablo las mujeres sí sumaban en las congregaciones y tenían responsabilidades. Algunas colaboradoras de Pablo.
Se argumenta, a partir del segundo relato de la creación (s. X a.C.), que el varón fue creado primero: Dios formó al hombre con polvo del suelo (Gn 2,7), la mujer fue formada de una costilla del hombre (2,22), del varón ha sido tomada (2,23). Sin embargo, el texto en cuestión refleja la situación social del mundo antiguo.
Por respeto a la verdad el relato de Génesis no es una descripción del mundo antiguo (entendido éste como las primeras civilizaciones) sino una descripción del primer matrimonio.
Se ignora el pasaje, que viene a continuación y que es asumido por el Evangelio, un pasaje que proclama la oportuna autonomía con respecto a los padres, así como la unidad e igualdad del hombre y de la mujer: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne (2,24).
La unicidad referida por Génesis no hace referencia a una igualdad en la obtención de cargos dentro de la iglesia, sino a la unión que resulta de un encuentro sexual muy íntimo entre dos personas. Mira éste texto:
"¿O no sabéis que el que
se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice:
Los dos serán una sola carne" 1 Corintios 6:16
¿Concluiremos que una ramera tiene derechos como la esposa sólo porque el esposo la incluyo en la unión? No, la frase de Génesis habla de una unión física y no de igualdades sociales.
Además, el primer relato de la creación (s. V a.C.) presenta al ser humano, diferenciado desde el punto de vista sexual. Ambos, hombre y mujer, son imagen de Dios, no sólo el hombre: Creó Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó (Gn 1,27).
Te decía al principio que el asunto del pastorado como servicio exclusivo del varón no está basado en capacidades o deseos, sino en el hecho que es Dios quién lo decide. Y su Palabra nos refiere esa decisión. Ambos somos a la imagen de Dios, pero es Dios quién decide en que ámbito lo debemos reflejar.
Según el modelo social del mundo antiguo, la mujer está en casa y el hombre en el trabajo. Esta distribución de papeles hoy se somete a profunda revisión.
¿Quiénes lo someten a profunda revisión? Desde la década de los 1960's y a partir de estudios referidos a los roles laborales nació la inquietud por establecer el criterio de esa diferenciación. Pero fueron personas no creyentes las que lo iniciaron. Al no considerar a Dios ni la Biblia concluyeron que el asunto de los estereotipos y asignación de género era una imputación social prejuiciada. ¿Y sabes cuáles son los prejuicios? Entre otros los religiosos, ¿y sabes cuáles son los religiosos? entre otros los enseñados por Pablo. Lamentablemente muchos pastores dan por sentado que todos los estudios de la psicología social, entre otras disciplinas, son autoridad en dichos temas. Pero hermana pastorsita nuestra única autoridad es la PALABRA DE DIOS DESDE GÉNESIS HASTA APOCALIPSIS y los derechos humanos o los estudios de género.
La mujer (en situación de sumisión) no es la reina del hogar, sino la esclava; la relación de amor se convierte en dominación. El trabajo no es una actividad creadora y estimulante, sino una realidad dura, espinosa y esclavizante; la relación laboral degenera en explotación (Gn 3,16-18). Este no es el mundo querido por Dios. Es consecuencia del pecado humano.
Exacto! Por eso Pablo enseña que el marido debe amar a la esposa evitando las asperezas y a los amos les enseñó a querer a sus siervos como a sus propios hermanos ¡Filemón es una prueba contundente! Pero la mujer debe sujetarse al marido en respeto y amor.
La mujer participa en la misión de Jesús y en las primeras comunidades. Ahí están las mujeres que acompañan a Jesús (Lc 8,1-3). Ellas anuncian a los once y a todos los demás la resurrección del Señor (Lc 24,10; Jn 20, 18), toman la palabra en la comunidad: Profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas (Hch 2,17; 1 Co 11,5); muchas se distinguen en el servicio del evangelio (Col 4,15; 1 Co 1,11; Rm 16; Flp 4,2); hay profetisas (Hch 21,9) y diaconisas (Rm 16,1).
Hasta éste punto en cuanto a la participación de la mujer es correcto. Sin embargo, no se mencionan pastoras. Lo que sigue son especulaciones. Pondré en rojo las mismas:
Junto a las grandes comunidades, como Jerusalén o Antioquía, están las pequeñas comunidades, cuya dirección podría corresponder al cabeza de familia, varón o mujer (Rm 16,3-5;Col 4,15).
¿cabeza de familia una mujer? Entonces el pastor Brígido nos pone dos citas. Miremos de cerca su base bíblica:
Romanos 16:3-5
"Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, 4que expusieron su vida por mí; a los cuales no sólo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles. 5Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo."
Se menciona a un matrimonio y luego se menciona de una iglesia en su casa, PERO NO DICE QUIÉN DE LOS DOS ERA EL PASTOR, pero la clave está en que ése alguién se debe tratar "de la cabeza de familia" como admite Brígido.
Colosenses 4:15
"Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa."
Se menciona a Ninfas una mujer y se dice que una iglesia está en su casa. Sabemos que es SU casa, si está casada o es viuda no lo sabemos; pero el hecho de que está en su casa no quiere decir que sea pastora. Son supocisiones del pastor Brígido. Pero si la clave está en saber que se trata de "la cabeza de una familia" no hay otra que el VARóN. La cita ya ha sido puesta.
En Filipos, la comunidad empieza por un grupo de mujeres; ellas tienen un papel predominante (Hch 16,12.15;Flp 4,2).
Pero no dice que sean pastoras.
Entonces ¿cómo se explican las leyes sobre la sumisión de la mujer, el velo y el silencio? Nos parece que hay interpolación, añadido posterior a las cartas de Pablo, además, realizado por adversarios (judaizantes).
Lo ha dicho: "
nos parece"
Pablo lo veía venir: Yo sé que, después de mi partida, se introducirán entre vosotros lobos feroces que no perdonarán al rebaño (Hch 20,29). A finales del siglo I, en tiempos de la segunda persecución, una grave crisis divide a la comunidad de Corinto, según la carta de Clemente Romano.
En el siglo II el Canon de Muratori da una lista de las cartas de Pablo: “A los Corintios, la primera; a los Efesios, la segunda; a los Filipenses, la tercera; a los Colosenses, la cuarta; a los Gálatas, la quinta; a los Tesalonicenses, la sexta; a los Romanos, la séptima; por más que a los Corintios y a los Tesalonicenses repita para su corrección... También una a Filemón, una a Tito y dos a Timoteo, (escritas) por afecto y amor; pero santificadas por el honor de la Iglesia católica”.
Durante toda la Edad Media y el Renacimiento se cita a Ambrosio, Jerónimo y Agustín como comentaristas de Pablo. Sin embargo, ni Ambrosio ni Jerónimo escriben las obras que se les atribuyen. Se utiliza su autoridad. El que suplanta a Ambrosio es desconocido, se le llama Ambrosiaster. El que suplanta a Jerónimo se le identifica con Pelagio, monje irlandés que dio origen al pelagianismo. Los dos comentaristas dan una visión muy “romana” de los textos paulinos: “práctica, jurídica y un tanto racionalista” (J. Sánchez Bosch, Escritos paulinos, Ed. Verbo Divino, Estella, 1998, 96). Se supone apoyo oficial.
La crítica especializada en la Biblia sostiene unánimemente la autenticidad paulina de estas siete cartas: Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Filipenses, 1 Tesalonicenses, Filemón. Se discute la autenticidad paulina de las otras seis, que podrían atribuirse a discípulos del apóstol: Efesios, Colosenses, 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo, Tito. Por supuesto, tiene su peso la antigua tradición del Canon de Muratori, que cita las trece cartas de Pablo. El contenido no paulino, que aparece en algunas, no tendría por qué provocar un rechazo global de las mismas. Solamente habría que detectar y denunciar las eventuales interpolaciones.
Conjeturas, suposiciones y el incómodo testimonio de Muratori.
Supuesto lo anterior, en la vida humana se dan relaciones de dependencia: conyugal, familiar, social, laboral. En cierto sentido, el amor de marido y mujer supone mutua dependencia. Hasta la emancipación, la dependencia de los hijos es natural. “El niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento”, dice la Declaración de los Derechos del Niño (1959). La convivencia social, justa y pacífica, supone también una dependencia: somos dependientes los unos de los otros. Nuestros derechos se han de conjugar con los derechos de los demás. Es lo que sucede cada día en la relación laboral. En la relación comunitaria, más aún, somos miembros los unos de los otros (1 Co 12,27).
Después de SUPONER pasa a citar los DERECHOS HUMANOS y entonces comienza sonar más como un representante de las Naciones Unidas, que del Señor Jesucristo.
La Iglesia, dice el Concilio Vaticano II, “tiene el deber permanente de escrutar los signos de los tiempos y de interpretarlos a la luz del Evangelio”,
No soy católico pero entiendo lo que leo: "a la luz
del Evangelio" y sin embargo la explicación del pastor Brígido parece más un escrutino de Pablo "a la luz de los tiempos"
ha de discernir en los cambios profundos y rápidos del mundo de hoy las señales de los tiempos que manifiestan la acción del espíritu de Dios: “Hoy el género humano se halla en una edad nueva de su historia, en la que cambios profundos y rápidos se extienden progresivamente al universo entero” (GS 4), “las comunidades locales tradicionales, como las familias patriarcales, los clanes, tribus, aldeas, los diversos grupos y las mismas relaciones de convivencia social experimentan cada día más importantes cambios. Poco a poco se difunde el tipo de sociedad industrial, que lleva a algunas naciones a la opulencia económica y transforma profundamente las nociones y condiciones de vida social establecidas desde siempre” (GS 6), “en la familia se originan grandes discrepancias, bien por las acuciantes condiciones demográficas, económicas y sociales, bien por las dificultades que surgen entre las generaciones que se suceden, bien por las nuevas relaciones sociales entre hombres y mujeres” (GS 8), “la mujer, allí donde todavía no lo ha logrado, reclama igualdad de derecho y de hecho con el hombre” (GS 9), “en nuestro tiempo, por varias causas, se multiplican de día en día las relaciones mutuas y las interdependencias” (GS 25), el bien común “se universaliza más y más”, “en consecuencia, implica derechos y obligaciones que afectan a todo el género humano” (GS 26).
La igualdad fundamental de todos es una señal de nuestro tiempo discernida por el Concilio como acción del espíritu de Dios en el mundo de hoy: “Toda forma de discriminación en los derechos fundamentales de la persona, ya sea social o cultural, por motivo de sexo, raza, color, condición social, lengua o religión, debe ser superada y eliminada por ser contraria al plan de Dios”, “esfuércense las instituciones humanas, ya sean privadas o públicas, en servir a la dignidad y al fin del hombre, mientras luchan esforzadamente contra cualquier clase de esclavitud social o política, y defiendan los derechos fundamentales de los hombres bajo cualquier régimen político” (GS 29), “las mujeres trabajan ya en casi todos los campos de la vida; pero conviene que puedan asumir plenamente su papel conforme a su propio modo de ser” (GS 60), “como en nuestros días las mujeres participan cada vez más en toda la vida de la sociedad, es importante que crezca igualmente su participación en los distintos campos del apostolado de la Iglesia” (AA 9); muchísimas veces, el trabajo asociado de los hombres se hace “en detrimento de algunos trabajadores”, “quedan en cierto modo esclavos del trabajo realizado” (GS 67).
Entre tanta palabrería me pregunto: ¿Qué es la GS y la AA? Hermana pastorsita busque en la Biblia las respuestas y no en las indagaciones humanas que pasan por alto a Dios.
Pastor Brígido: Escudriñe los tiempos a la luz de la Biblia, y no al revés.
Bendiciones