Acerca de la familia de nuestro SalvadorXX 1. «Todavía se hallaban con vida, de la familia del Señor, los nietos deJudas (llamado su hermano según la carne). A éstos delataron porque eran dela familia de David. El evocato los llevó ante el césar Domiciano, pues, comoHerodes, también tenía miedo de la venida de Cristo.2. »Les preguntó si eran descendientes de David y ellos lo confesaron. Luegoles preguntó acerca del número de sus bienes o cuánto dinero poseían, peroellos dijeron que entre ambos sólo sumaban nueve mil denarios, la mitad cadauno; y persistían en decir que ni siquiera esto tenían en metálico, sino que setrataba de la tasación de sólo treinta y nueve pletros de tierra, por la quepagaban impuestos y la trabajaban ellos mismos para su subsistencia».3. A continuación mostraron sus manos, y ofrecieron como testimonio de sutrabajo personal su fortaleza física y los callos que les habían salido en suspropias manos por la obra ininterrumpida.4. Interrogados sobre Cristo y su reino, qué tipo de reino era, dónde y cuándoaparecería, explicaron que no se trataba de un reino de este mundo o de estatierra, sino celestial y angélico y que ha de tener lugar en el final de lostiempos. Porque viniendo en gloria juzgará a vivos y muertos y pagará a cadauno según sus obras.5. Observando todo esto, Domiciano nada les reproché, sino que incluso losmenospreció como a gente vulgar y, dejándolos en libertad, puso fin a lapersecución de la iglesia mediante un decreto.6. Los que habían sido liberados dirigieron las iglesias por haber testificado ypor pertenecer a la familia del Señor, y habiendo llegado la paz, vivieronhasta Trajano.7. Esto, según Hegesipo, pero Tertuliano también hace una mención parecidade Domiciano: «También Domiciano intentó en cierta ocasión llevar a cabolo mismo que aquél, pero su crueldad sólo fue una parte de la de Nerón.Porque, según creo, tenía cierto conocimiento y apresuradamente cesó lapersecución, incluso haciendo llamar a los desterrados»8. Al cabo de quince años de reinar Dom iciano, y tras sucederle Neiva en elpoder, el Senado romano votó que los honores de Domiciano fueraneliminados y que volvieran a su casa los desterrados injustamente, y al mismotiempo tomaran de nuevo sus posesiones. Estos hechos los cuentan los quehan transmitido por escrito los acontecimientos de entonces.9. Así pues, entonces, según una antigua tradición nuestra, el apóstol Juan,viniendo del destierro en la isla, pasé a vivir a Éfeso.