Un mito que se extendió desde muy temprano, fue el de la divinidad de Jesús, posiblemente motivado por ciertas expresiones Bíblicas, de las cuales la más significativa sería la de (Tito 2:13)
(Tito 2:13)
13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
Hoy, cualquiera que lea este versículo, solo lo puede interpretar de una forma, pero seguramente, en su origen se debía de poder interpretar de otra forma.
Posiblemente esta frase, creara mucha controversia en el seno de la iglesia, y Pedro también hace referencia a ella en su segunda carta.
(2 Pedro 1:1)
1 Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra:
Al igual que la de Tito, esta expresión hoy en día tampoco se puede interpretar de otra forma, sin embargo Pedro en esa misma carta, nos informa de lo contrario.
(2 Pedro 3:15-16)
15 Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, 16 casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.
¿De que cosas difíciles de entender nos habla Pedro? No me cabe duda de que se está refiriendo a la misma frase de Pablo, que Pedro ha citado al inicio de su propia carta. Yo me he de reconocer como indocto, pues es una expresión, que hoy en día no le caben segundas interpretaciones.
¿Pero quiere decir que Pedro y Pablo creían en lo que hoy interpretamos de esa frase? Pues no, en absoluto es así, pues si así lo fuese, tampoco leeríamos la siguiente cita de Pablo.
(1 Corintios 8:6)
6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.
Esta cita es muy importante, pues nos informa de varias cosas al mismo tiempo, la primera es que Dios es una sola persona y no tres, y la segunda es que solo el Padre es Dios, y no Jesucristo.
No es tampoco una cita aislada, ni la más importante tampoco, pues para mí, como Cristiano lo más importante son las palabras de Cristo, y no las de Pedro, Pablo o de cualquier otro, como también nos lo indica el propio Pablo.
(1 Corintios 1:12-13)
12 Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. 13 ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?
Pablo no fue crucificado por nosotros, ni somos bautizados en nombre de Pablo. Las palabras importantes no son las que dicen Pedro o Pablo, sino las mismas palabras de Cristo. Y Cristo nos dice:
(Juan 17:1-3)
1 Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; 2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. 3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
La cita de Pablo en (1 Corintios 8:6) está totalmente en armonía con las palabras del mismo Cristo en (Juan 17:3), mientras que las de (Tito 2:13) y (2 Pedro 1:1) tal y como las interpretamos, están en total desavenencia con las palabras de Cristo.
Es el mismo Cristo quien nos informa de que Dios es una sola persona, y que esa persona es su Padre, y no él.