La adoración verdadera al Creador abarca todo aspecto de la vida humana, como reconoció el apóstol Pablo al escribir a los corintios:Hermano mío, agradezco esta amplia explicación sobre el término adorar.
Pero por favor describa con ejemplos del HOY, en el DÍA A DÍA, qué significa adorar a Dios.
A cualquier compañero forista que me lea, le pido que nos ayude a entender esto. Hermano @OSO , hermano @Ricardo, hermano @Titan , hermano @León-El
Para un israelita o un cananeo, era clarísimo lo que implicaba adorar a Dios o a un becerro de oro, porque adorar implicaba un conjunto de prácticas o rituales visibles.
Según la religión de la que se tratara, adorar implicaba ofrecer incienso, sacrificios, frutos de la Tierra, danzar, recitar ciertas frases, orar, danzar, saltar, y en algunos casos, como los adoradores de Baal, hacerse heridas en el cuerpo. En otros casos, participar en relaciones sexuales. Implicaba también un LUGAR determinado. De ahí la ansiedad de la samaritana por saber si debía adorarse a Dios en el monte Gerizim o en el Templo de Jerusalén. Implicaba también FECHAS y horas determinadas.
Pero para ti, para mí, HOY, ¿qué significa adorar a Dios? No ofrecemos incienso ni sacrificios. No hay templos, santuarios, altares. ¿Qué significa adorar a Dios?
“Sea que estén comiendo, o bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa, hagan todas las cosas para la gloria de Dios”. (1Co 10:31.)
Cuando Jehová Dios creó a Adán, no prescribió ninguna ceremonia específica ni ningún medio para adorarle.
Adán podía servir o adorar a su Creador haciendo fielmente la voluntad de su Padre celestial.
Más adelante, Jehová delineó para los israelitas un modo específico de acercarse a Él en adoración, con sus sacrificios, sacerdocio y santuario tangible.
Sin embargo, esto solo era “una sombra de las buenas cosas por venir, pero no la sustancia misma de las cosas”. (Heb 10:1.)
Lo más importante siempre ha sido ejercer fe y hacer la voluntad de Jehová Dios, no las ceremonias o los rituales. (Mt 7:21; Snt 2:17-26.)
El profeta Miqueas dijo al respecto: “¿Con qué me presentaré a Jehová?
¿Con qué me inclinaré ante Dios en lo alto?
¿Me presentaré con holocaustos, con becerros de un año de edad?
¿Se complacerá Jehová con miles de carneros, con decenas de miles de torrentes de aceite?
¿Daré mi hijo primogénito por mi sublevación, el fruto de mi vientre por el pecado de mi alma?
Él te ha dicho, oh hombre terrestre, lo que es bueno.
¿Y qué es lo que Jehová está pidiendo de vuelta de ti sino ejercer justicia y amar la bondad y ser modesto al andar con tu Dios?”. (Miq 6:6-8; Sl 50:8-15, 23.)