Considerando la revelación de este rebelde “hombre de desafuero” compuesto, Pablo dijo: “Pero la presencia del desaforado es según la operación de Satanás con toda obra poderosa y señales y portentos mentirosos y con todo engaño injusto para los que están pereciendo.”—2 Tes. 2:9, 10.
El “hombre de desafuero” quedó plenamente al descubierto después de la muerte de los apóstoles. Algunos de los que eran líderes en las congregaciones empezaron a enseñorearse de sus hermanos y a complacer a políticos mundanos. La rebelión se manifestó de manera especialmente descarada en los días del emperador Constantino, que hizo del cristianismo, la religión oficial del Estado. Concerniente a esto una autoridad histórica relata:
“La simplicidad del Evangelio fue corrompida; se introdujeron ostentosos ritos y ceremonias; se confirieron honores y emolumentos mundanos a los maestros del cristianismo, y el reino de Cristo en gran medida fue convertido en un reino de este mundo.”
Creo que ya te conozco bien y atino sobre la satisfacción que sientes cuando te refieres a los TdJ como lo haces. Y no es precisamente porque te guste decir “la verdad”. Tus palabras encierran más que eso y aquí es donde percibo tu herencia herética como hijo espiritual, pero no del Dios Altísimo Jehová, el Padre de Jesucristo, sino del otro, de aquél cuya influencia mantiene a la humanidad sumida en la más terrible ignorancia espiritual sin parangón en la historia. Aquél que se atreva a desvirtuar las palabras sencillas expuestas por el mismo “DIOS HIJO” que presumes adorar, cuando expresó, de la manera más sencilla posible para que lo pudiera entender hasta un simple muchachito de corta edad, registradas en el evangelio de Juan, cap 17 y verso 3: “Esto significa VIDA ETERNA, que te conozcan a TI, EL UNICO DIOS VERDADERO y de aquél a quien TU enviaste, JESUCRISTO”, es, definitivamente, hijo de la oscuridad y debe estar bajo el influjo malsano del dios de este sistema de cosas. Cambiar el único significado posible a interpretar en esta simple expresión de nuestro Gran Maestro, creyendo lo contrario, eso no puede provenir de la inspiración Divina. Sólo puede darse en los hijos de la desolación, en los hijos de la desobediencia, en seguidores ciegos bajo la influencia perversa del maligno.
“En una impactante escena que Juan describe, las huestes del cielo aclaman melodiosamente a Jesús en reconocimiento de su fidelidad y de su autoridad celestial. ¡Ningún TdJ negará lo que es evidente en la Biblia! En esta reunión celestial se unen voces de la región terrestre, que también participan en alabar tanto al Padre como al Hijo. Tal como los logros de un hijo humano pueden redundar en gran honra para sus padres, así el proceder de lealtad de Jesús redunda, entre toda la creación, “para la gloria de Dios el Padre”. Así, Juan pasa a informar: “Y a toda criatura que está en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, oí decir: ‘Al que está sentado en el trono y al Cordero sean la bendición y la honra y la gloria y la potencia para siempre jamás’”. (Revelación 5:13.) La separación de estas dos Divinidades es evidente, aún en esta apocalíptica visión. El Padre (DIOS) de Jesús (EL HIJO de DIOS) comparten el triunfo sobre la muerte y su originador, comparten la Gloria Celestial y Jesús Glorificado se prepara para ser el Rey Nombrado por su DIOS y PADRE. ¡Claro que están más unidos que nunca! ¡Claro que comparten honores y homenajes que ninguna otra criatura celestial se atrevería a reclamar para sí! Pero ambos, en evidencia absoluta, son dos seres independientes, UNO EL PADRE Y OTRO EL HIJO DEL PADRE. ¿Por qué te cuesta tanto entender la simplicidad de lo que lees? ¡Eres tú el que debería aprender cursos de comprensión de lectura! ¡Eres tú el que rajas de tu miopía espiritual! ¡Eres tú el que debería aprender a deletrear, poco a poco, tanto a tanto, muy d-e-s-p-a-c-i-o… para ver si acaso entiendes lo que tan evidentemente te dice nuestro Señor.