Sal 49:1 Oíd esto, pueblos todos;
Escuchad, habitantes todos del mundo,
Sal 49:2 Así los plebeyos como los nobles,
El rico y el pobre juntamente.
Sal 49:3 Mi boca hablará sabiduría,
Y el pensamiento de mi corazón inteligencia.
Sal 49:4 Inclinaré al proverbio mi oído;
Declararé con el arpa mi enigma.
Sal 49:5 ¿Por qué he de temer en los días de adversidad,
Cuando la iniquidad de mis opresores me rodeare?
Sal 49:6 Los que confían en sus bienes,
Y de la muchedumbre de sus riquezas se jactan,
Sal 49:7 Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano,
Ni dar a Dios su rescate
Sal 49:8 (Porque la redención de su vida (la del inicuo opresor) es de gran precio,
Y no se logrará jamás),
Sal 49:9 Para que viva en adelante para siempre,
Y nunca vea corrupción.
Jesucristo no era un inicuo opresor, ni alguien que confiaba en sus bienes.
Por otro lado, hay que ver que dice que la redención de su vida es de gran precio, y no se logrará jamás.
Eso hay que verlo o bien en contexto: no se logrará jamás de esa manera, con bienes.
O bien que esas personas no van a ser salvas.
La Biblia es clara al respecto de quién redimió:
Rom 5:19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
Un hombre, por su obediencia.
Saludos.