En primer lugar, agradecerte las preguntas y que no te quedes en la "superficie". Eres un Tomás... quieres meter la mano en la llaga y cerciorarte. No hagas caso de los que corren a llamar de herejes a otro sin mirar lo que ese otro está procurando decir y el ESPÍRITU que le anima. Yo sé que tú quieres glorificar al Hijo, así que me arremango contigo, y nos ponemos a cavar juntos, ¿te parece bien?
Lo que te digo no es "palabra de Dios", ni "revelación de Dios". Es lo que yo
percibo como verdad interior en mí.
Pregunta mal planteada. O quizás mejor dicho... pregunta
innecesaria. A ver si también atraigo alguna piedra como tú haces.
Yo creo que Jesús no quería "hacer el bien". Estás acudiendo al árbol equivocado, y este enfoque (que es el de todos nosotros) lo empaña todo.
Por encima de todas las cosas, Él quería agradar al Padre. Quería vivir en la voluntad del Padre, y de esa voluntad extraía su carácter, su manera de conducirse, sus acciones y sus pensamientos. Jesús no se planteaba "hacer el bien", sino "estar en los negocios de Su Padre". Al ser el Padre y Sus negocios Su prioridad absoluta, Su Amor Absoluto, y Su Obediencia Absoluta, en múltiples ocasiones vemos a Jesús haciendo cosas que, la mayoría de nosotros, lo calificaría de "chocante", bordeando con el "pecado" o la "maldad" directamente. Uno de estos episodios (hay MUCHOS más) lo vemos precisamente cuando abandonó a sus padres con 12 años sin decirles ni media palabra (ya hay que tener mala leche), y se fue al Templo a hablar con los religiosos, y cuando, después de buscarle ufanos día y noche durante 3 días, por fin le encontraron, al crío sólo se le ocurrió... ¡echarles la bronca por no entender cuáles eran Sus prioridades! No sólo no se disculpó, sino que se encaró con ellos.
Jesús no se movía en los parámetros de "bueno o malo", sino de la "Vida" y la voluntad de otro. Su deleite era el Padre, no ninguna otra cosa, persona o situación. Como estamos tan acostumbrados a vivir en ese otro árbol, cuando vemos actuar a una persona sin comer del árbol del bien y del mal, sólo preocupándose de agradar al Padre en la intención del Espíritu, esto nos parece absolutamente chocante.
Así que respondo a tu pregunta:
Jesús no quería hacer el bien... esa no era ni su prioridad ni su preocupación. Jesús era "Hijo del Bien" (con mayúsculas), era el ¡Bien encarnado! ("Quien me ha visto a Mí, ha visto al Padre")
Pues te explico lo que yo creo en cuanto a Su persona. Yo creo que
Jesús, según el hombre interior, se deleitaba en la ley de Dios y veía otra ley en sus miembros que se rebelaba contra la ley de su mente, PERO ESA LEY NO LO PODÍA LLEVAR cautivo a la ley del pecado que estaba en sus miembros.
Las leyes actuaban, pero no tenían poder en Cristo. Estas "leyes" las percibía, y como hombre estaba (de alguna forma que no puedo entender) sujeto a ellas... pero NO TENÍAN PODER SOBRE ÉL. Es diferente. Yo puedo estar sujeto a la Ley de la Gravedad y al mismo tiempo estar sobre ella. Esto es lo que sucedía con Él.
En algún momento de Su vida, sí. Yo creo que se sintió miserable. Los profetas hablan de esto, y otros libros de la Biblia también. Hay varios lugares en las Escrituras que hablan de Sus sentimientos siendo hombre, de cómo Su alma se sentía.
Ver anterior.
En el Getsemaní (y quizás anteriormente), este fue precisamente Su clamor, y este texto me viene a la mente:
Heb 5:7:
Quien en los días de su carne, habiendo ofrecido ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que podía rescatarlo de la muerte, fue oído a causa de su sumisión.
SÍ, sin dudarlo un momento. Su cuerpo de muerte,
murió. Su cuerpo terrenal, era un cuerpo de muerte. Si no hubiera tenido un cuerpo de muerte, no hubiera podido condenar al pecado y a la muerte en la carne (Rom 8:3). Se le hubieran "escapado".
Las leyes estaban ahí, pero Él sólo servía a uno: Al Padre. No estoy seguro de lo que diría Jesús, pero quizás algo parecido a esto:
"Así que, yo mismo Jesús, con la mente sirvo a la ley de Dios... y con la carne también sirvo a la ley de Dios"
Sí. Lo necesitó (ver de nuevo Heb 5:7). Él mismo lo dijo: "Si el Padre levantara al Hijo...." Él dejó Su resurrección y glorificación en manos del Padre, quien lo libró de la corrupción de la muerte, aunque no de la muerte. Hay una diferencia.
Amor,
Ibero