La sangre derramada por Cristo, fue la ofrenda que Cristo, y por nosotros, hizo a Dios. Fue en honor a Dios, fue entregada para satisfacer la demanda y la justicia de Dios. Fue el don de Jesús a Dios.
La sangre NO ES PARA NOSOTROS, la sangre fue DERRMANDA COMO OFRENDA GRATA A DIOS. Sangre que cubre el pago por nuestro pecados, porque ha satisfecho PLENAMENTE la deuda que teníamos contraída con Dios a causa de nuestros muchos pecados.
El Señor Jesús derramó su sangre COMO PAGO POR NUESTROS PECADOS, y esta sangre LA RECIBIÓ DIOS, Y LA ACEPTÓ, COMO PÁGO VÁLIDO, Y ÚNICO, POR TANTO QUE YA NO HAY NECESIDAD DE LLEVAR A CABO NINGÚN SACRIFICO POR LOS PECADOS.
La sangre fue, y como he dicho, la ofrenda del Señor para con Dios. Fue su entrega a Dios, fue su pago a Dios, fue su vida misma entregada A DIOS. Y Dios ESTÁ PLENAMENTE SATISFECHO.
Esta sangre es la que, satisfaciendo a Dios, nos libra de toda culpa y pecado al creer en que Jesús HIZO EL PAGO POR NOSOTROS EN LA CRUZ, al ser Jesús quien derramó su sangre para SATISFACER LA DEMANDA DE DIOS, y el pago ya ha sido consumado. Pago que SOLO LO HA RECIBIDO DIOS, Y EN CRISTO, NOSOTROS NOS BENEFICIAMOS.
Por ello, leemos que la Iglesia es el Cuerpo de Cristo, pero no dice QUE ES SU SANGRE, porque la sangre de Cristo ESTÁ ANTE DIOS, ES EL PAGO QUE CRISTO LE HIZO A DIOS POR NUESTRO RESCATE.
Por ello Pablo, cuando habla de la cena del Señor, nos habla de BEBER DE LA COPA DEL SEÑOR (que lo es su entrega voluntaria por todos nosotros), y evita hablar de beber su sangre, porque la sangre ha sido ofrendada a Dios.
Leamos un poco más de lo que nos habla Pablo, e incluso Lucas mismo:
Luc. 22:20 Lo mismo hizo con la copa después de la cena, diciendo: —Esta copa es la nueva alianza confirmada con mi sangre, la cual es derramada en favor de ustedes.
Habla de la copa, confirmada por su sangre.
1Cor. 10:16 Cuando bebemos de la copa bendita por la cual bendecimos a Dios, participamos en común de la sangre de Cristo; cuando comemos del pan que partimos, participamos en común del cuerpo de Cristo.
Habla de beber la copa bendita, por la cual –ATENTOS QUE NO DICE BEBEMOS SU SANGRE– participamos, "participamos" en común con la sangre de Cristo. Participamos, que no bebemos su sangre.
1Cor. 10:21 No pueden beber de la copa del Señor y, a la vez, de la copa de los demonios; ni pueden participar de la mesa del Señor y, a la vez, de la mesa de los demonios.
De nuevo vemos una clara referencia a BEBER DE LA COPA DEL SEÑOR. ¿Los demonios han derramado su sangre? No, ¿verdad que no?. Pues ya sabemos que no está hablando de beber sangre alguna.
1Cor. 11:25 Así también, después de la cena, tomó en sus manos la copa y dijo: “Esta copa es la nueva alianza confirmada con mi sangre. Cada vez que beban, háganlo en memoria de mí.”
Esta copa ES la nueva Alianza. De nuevo habla de la copa, no indica de modo alguno la sangre.
1Cor. 11:27 Así pues, cualquiera que come del pan o bebe de la copa del Señor de manera indigna, comete un pecado contra el cuerpo y la sangre del Señor. 28 Por tanto, cada uno debe examinar su propia conciencia antes de comer del pan y beber de la copa.
Otra vez, y como siempre HAY QUE BEBER, Y BEBEMOS DE LA COPA. No de su sangre, porque BEBER SANGRE ESTÁ PROHIBIDO POR LA LEY DE DIOS, y Jesús NO PUDO ENSEÑAR A QUEBRANATAR LA LEY DE DIOS, PORQUE COMO YA HEMOS LEÍDO, ÉL MISMO ENSEÑÓ:
Mat. 5:19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
El Señor me los bendiga.