Si es como tú dices entonces Cristo fue un pecador, y un pecador que nunca cumplió la ley según tu concepto de “cumplir”:
Según la ley al tocar cualquier cosa inmunda delinques y los leprosos eran declarados inmundos:
8:1 Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente.
8:2 Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
8:3 Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.
Está escrito en la ley que cualquiera que tocare algo inmundo peca.
Cristo al tocar al leproso peco según la ley.
¿Si estaba bajo la ley como afirmas porque no hacia lo que la ley dice sobre el perdón de pecados?
La ley dice que para que los pecados te sean perdonados tienes que llevar un animalito para la expiación, no dice que los pecados los puede perdonar alguien y Cristo perdonaba los pecados Él mismo.
No es cierto que Cristo se ajustaba a la ley, no la guardaba, no hacia lo que la ley dice.
Trabajaba en sábado, no apedreaba a los que la ley dice que deberían morir lapidados y no hacía caso a que la ley dice sobre el perdón de pecados.
Y tú vienes a decir que guardaba la ley porque estaba bajo la ley.
Guardar la ley es poner por obra las obras de la ley, y si Cristo guardaba la fe no podía guardar la ley, la ley no es de fe.
¿Si estaba por encima de la ley entonces por qué dices que guardaba la ley?
¿Y si dices que Cristo obedecía al Padre, su Padre es Moisés?
Si no era carnal vendido al pecado como es que obedecía la ley, la ley fue dada para los pecadores, no fue dada para el justo.
Si existe un pacto entre dos, un tercero lo puede respetar pero nunca cumplirlo, eso no se puede hacer, porque el tercero no es uno de los pactantes.
La ley no se puede cumplir por medio de la fe, no es de fe, sus términos y condiciones no son de fe.
La verdad es que desconoces las promesas hechas a Abraham.
Dios les hizo “promesas” a Abraham, y a Cristo:
3:16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.
Una de las promesas fue para con los hijos de su simiente física (los Israelitas) prometió hacerlos una gran nación (física), y para cumplir pactó con ellos la ley.
La otra promesa es relativa a su simiente espiritual (la fe) y la simiente de Abraham es Cristo.
En un pacto aparte y es “para con Cristo”.
Dos pactos, uno para con los Israelitas y el otro para con Cristo.
Y la palabra de Dios dice:
3:17 Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.
Porque la promesa fue hecha a Cristo:
22:18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
A Cristo se le prometió dar por herencia todas las naciones, y como posición suya los confines de la tierra.
Así que Cristo y la ley son dos pactos separados, uno para con la simiente física (pacto de obras de la ley) y el otro para con Cristo (pacto de fe).
¿En dónde dice la palabra de Dios que el segundo pacto guardará el primero?
¿en donde dice la palabra de Dios que el pacto de obras de la ley se tiene que guardar con fe?
¿acaso no dice la palabra que somos escogidos por gracia?
11:6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.
