El problema de las sectas aniquilacionistas es que confunden el alma con una fuerza impersonal como la corriente eléctrica, haciendo del hombre una especie de muñeco de cuerda que al desenchufarse de la corriente suceden dos cosas: el cuerpo muere y el alma desaparece, para volverse a conectar a la corriente eléctrica en la resurrección.
La realidad de esa falacia aplica muy bien para una Lap-top, pero no para el hombre que de acuerdo a las escrituras es espíritu, alma y cuerpo.
Y, todo indica que el alma no muere, sino es eterna.
Esta facultad del alma humana de trascender despúes de la muerte de la carne no tendría absolutamente ningún sentido si no hubiese resurrección ¿para que se preservaría el alma? no tendría ningún sentido, pero si habrán de reunirse en la resurrección, tiene todo el sentido que se preserve el alma mientras que el cuerpo, el mismo cuerpo no otro, es transformado.
La Escritura que muestra claramente lo que sucede tras la muerte, cuando Jesús a viva voz dice:
19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, 21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. 25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora este es consolado aquí, y tú atormentado. 26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. 27 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. 29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. 30 Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. 31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.
El Señor no parte de un supuesto, sino de un hecho dice: "había un hombre" y yo, le creo.
¿Qué paso con ese hombre?
Murió y al morir sucedió algo que sucederá a todos: el cuerpo se muere, pero no el alma, la cual es llevada por ángeles a uno de dos destinos: el lugar de gozo y otro el lugar de tormento.
Cristo sabe muy bien de estas cosas y, como primogénito de los muertos, muestra ese proceso:
vivificado en el espíritu va al Hades, ahí tiene actividad, pues todos los días trabaja como su Padre, pero no va solo, es acompañado por el hombre que salvó su alma en la cruz, compañero de calvario y ambos van al lugar de los muertos, pero no al lugar de tormento sino al paraíso, contenido entonces en el seno de Abaham.
Pero la historia es aun más increíble pero cierta:
Dios se hizo hombre y tuvo que vestirse lo incorruptible de corrupción, humillarse, padecer y morir para poder ir al Hades, con un propósito: expiar nuestros pecados, liberar a los prisioneros, tomar para Si las llaves de esta carcel, dar dones a los hombres y vencer a la muerte.
De no ser verdad, Cristo nos mintió diciendo que "había un hombre", en realidad no existió. Le mintió también al malhechor arrepentido, en realidad no fue con él al Paraiso, nos mintió a todos, en realidad no resucitó y su tumba no está vacía.
De todo esto le acusan los advedntistas y los russellitas, en su falacia.
Para ellos, Cristo debió haberse quedado en su tumba, jamás interactuó en el Hades, pues nada sabía, no venció a nadie...aunque no pueden explicar, como bien se les ha mostrado que se contradicen y no pueden explicar ¿cómo es que un muerto que nada sabe y nada hace podría haber predicado o proclamado a quienes ellos llaman "los espíritus de ángeles caídos" si, estaba totalmente imposibilitado de hacerlo acorde con la descontextuallización del libro de Eclesiastés.
Es más
¿Como sería posible que alguien que "nada abe", alguien que "nada hace" haya podido ir al Hades a "proclamar su victoria" (según ellos) o a proclamar el evangelio a los cautivo, según los cristianos?
Y, recordemos que siendo Él, el primogénito de los muertos, significa que lo mismo sucederá con cada uno de nosotros y sucederá, e iremos a uno de dos destinos, como sucedió con el rico y como sucedió con Lázaro y si Jesús dice que Lázaro, el malhechor arrepentido y él estuvieron ahí, yo le creo.
La realidad de esa falacia aplica muy bien para una Lap-top, pero no para el hombre que de acuerdo a las escrituras es espíritu, alma y cuerpo.
Y, todo indica que el alma no muere, sino es eterna.
Esta facultad del alma humana de trascender despúes de la muerte de la carne no tendría absolutamente ningún sentido si no hubiese resurrección ¿para que se preservaría el alma? no tendría ningún sentido, pero si habrán de reunirse en la resurrección, tiene todo el sentido que se preserve el alma mientras que el cuerpo, el mismo cuerpo no otro, es transformado.
La Escritura que muestra claramente lo que sucede tras la muerte, cuando Jesús a viva voz dice:
19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, 21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. 25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora este es consolado aquí, y tú atormentado. 26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. 27 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. 29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. 30 Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. 31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.
El Señor no parte de un supuesto, sino de un hecho dice: "había un hombre" y yo, le creo.
¿Qué paso con ese hombre?
Murió y al morir sucedió algo que sucederá a todos: el cuerpo se muere, pero no el alma, la cual es llevada por ángeles a uno de dos destinos: el lugar de gozo y otro el lugar de tormento.
Cristo sabe muy bien de estas cosas y, como primogénito de los muertos, muestra ese proceso:
vivificado en el espíritu va al Hades, ahí tiene actividad, pues todos los días trabaja como su Padre, pero no va solo, es acompañado por el hombre que salvó su alma en la cruz, compañero de calvario y ambos van al lugar de los muertos, pero no al lugar de tormento sino al paraíso, contenido entonces en el seno de Abaham.
Pero la historia es aun más increíble pero cierta:
Dios se hizo hombre y tuvo que vestirse lo incorruptible de corrupción, humillarse, padecer y morir para poder ir al Hades, con un propósito: expiar nuestros pecados, liberar a los prisioneros, tomar para Si las llaves de esta carcel, dar dones a los hombres y vencer a la muerte.
De no ser verdad, Cristo nos mintió diciendo que "había un hombre", en realidad no existió. Le mintió también al malhechor arrepentido, en realidad no fue con él al Paraiso, nos mintió a todos, en realidad no resucitó y su tumba no está vacía.
De todo esto le acusan los advedntistas y los russellitas, en su falacia.
Para ellos, Cristo debió haberse quedado en su tumba, jamás interactuó en el Hades, pues nada sabía, no venció a nadie...aunque no pueden explicar, como bien se les ha mostrado que se contradicen y no pueden explicar ¿cómo es que un muerto que nada sabe y nada hace podría haber predicado o proclamado a quienes ellos llaman "los espíritus de ángeles caídos" si, estaba totalmente imposibilitado de hacerlo acorde con la descontextuallización del libro de Eclesiastés.
Es más
¿Como sería posible que alguien que "nada abe", alguien que "nada hace" haya podido ir al Hades a "proclamar su victoria" (según ellos) o a proclamar el evangelio a los cautivo, según los cristianos?
Y, recordemos que siendo Él, el primogénito de los muertos, significa que lo mismo sucederá con cada uno de nosotros y sucederá, e iremos a uno de dos destinos, como sucedió con el rico y como sucedió con Lázaro y si Jesús dice que Lázaro, el malhechor arrepentido y él estuvieron ahí, yo le creo.