Nada señor.
Nada pasa.
Porque la justificación por gracia no funciona como funciona la justificación que opera por las obras de una ley.
Nuestro problema es, que como mentalmente funcionamos en base a la justificación por obras, inconcientemente pretendemos escribir una ley para la gracia.
Queremos meter a la gracia dentro del sistema de la ley, pero la gracia es aparte de la ley.
La justificación que es por las obras siempre se ajusta a una ley y por lo tanto es automatica, mientras que la justificación que es por gracia no se ajusta a ninguna ley porque está por encima de ella.
Y mientras que en un sistema, el juez es la ley misma, en el otro sistema el Juez es el que otorga la gracia.
Y con la ley se puede saber de manera muy sencilla quien está justificado y quien no, mientras que con la gracia no se puede saber de niguna forma, porque la gracia es arbitraria y es prerrogativa de quien la otorga.
Y no hay ley alguna para la gracia, porque sino la gracia ya no sería gracia.
Y ante la ley se peca con la primera falta, y ya no hay mas ley que valga, porque para esa ley, uno ya esta irremisiblemente condenado.
Pero la gracia no funciona así.
La gracia es gracia y no es ni siquiera 7 porque 7 ya sería una ley.
La gracia es 70 veces 7 y como decimos 70 veces 7 podriamos decir 70 veces 7 setenta veces mas.
En la gracia la última palabra la tiene Jesús y solo él.
Y no hay forma de encocetar la gracia.
Con la ley hasta usted y yo podemos ser jueces pero con la gracia no.
Jesús y solo él determinará un día a quienes dirá: Buen siervo fiel, en lo poco me has sido fiel, en lo mucho te pondré.
Mientras que a otros les dirá: Nunca os conocí. Apartaos de mi.