Sinceramente agradezco el buen tono de tu comentario, y por cierto que tus argumentos son pertinentes, por más que yo halle en ellos flancos débiles. Las dudas son legítimas, sobre todo desde que son tan antiguas, y que reconocidos eruditos las avalen con su saber.
Bien dices que si alguien escribe una carta a Australia usando la fraseología paulina eso no hace a Pablo su autor. Pero lo contrario también es cierto: si Pablo escribió una carta A los Hebreos no usando su acostumbrada fraseología, eso no lo priva de haber sido su autor. Aunque nuestro estilo de redactar sea algo inherente a nosotros mismos, podemos ser bastante prolíficos según el asunto y el destinatario a quien escribimos. Si es un creyente o un inconverso; una persona muy instruida o bastante rústica; un niño o un hombre maduro; o si está dirigida a un ministro de estado, periodista, artista o deportista. La autoría de una carta no depende de seguir un mismo patrón literario: de hallarse presente, ya es un buen indicio; pero de seguir un patrón (estilo) distinto, no alcanza ello a poner en duda la autoría, dada la versatilidad de la que son capaces las mentes más inteligentes y mejor instruidas. Tal era el caso de Pablo en su época.
No fui yo el inventor de la idea de que Pablo habría escrito la carta en hebreo y Lucas traducido al griego, como ya se hizo constar al principio de este epígrafe. Por ello no tiene sentido siquiera pensar que Pablo estuviese jugando como Sansón a los enigmas.
Hace siglos los reyes de España solían estampar por todo autógrafo siete letras: YO EL REY. A nadie se le ocurría pedirle aclaración de firma con su nombre y número (Carlos V, Felipe II, etc.). Pablo no necesitaba más credenciales que las propias personas de sus convertidos por su predicación.
Que la propia firma o sello de Pablo no ofrecía seguras garantías de autenticidad, se advierte ya en 2Ts.2:2 ante la posibilidad de que un falso rumor se hubiera extendido en Tesalónica por alguna distorsión de alguna carta de Pablo o más probablemente de alguna fraguada como suya. En tal caso, el imitador siempre se extrema en ajustarse lo mejor posible al modelo que quiere copiar. (Por ejemplo, la apócrifa Carta de Pablo a Laodicea publicada en otro epígrafe de este Foro).
No puedo ver nada de absurdo en que si Pablo inspirado del Espíritu escribió una carta A los Hebreos en su común idioma, permitiera que Lucas la trasladase al griego, tomando en cuenta que el propio Espíritu también usó a Lucas para escribir su Evangelio y Los Hechos de los Apóstoles.
No multipliques las hipótesis que no son tantas. Me adhiero a una (texto paulino original en hebreo – traducción de Lucas al griego), y de esta única se obtienen naturalmente las demás necesarias explicaciones. Que una sola hipótesis baste para mucho, no las hace numerosas.
Finalmente, yo no dije que para Pablo el encarcelamiento de Timoteo fuese cosa insignificante, pues gracias a que ya estaba libre es que puede anunciarles la intención de su visita en su compañía. Por otro lado, la terminación del verbo griego “ginóskete” permite traducir también: “Vosotros sabéis”, con lo que en lugar de noticiarles estaría fundamentando en ese conocimiento previo de sus lectores su propósito de visitarles con Timoteo.
Reiterando mi reconocimiento a que tu exposición nos hace pensar y hurgar mejor en las Escrituras, te saludo cordialmente.
Ricardo.