Re: ¿Es o no Pablo el autor de la epístola a los Hebreos?
Nuestra redención está cerca
Rev. William Soto Santiago, Ph.D.
Domingo, 10 de junio de 2007
Jerusalén, Israel
Muy buenos días, amables amigos y hermanos allá en Cayey, Puerto Rico y demás naciones que están a través del satélite Amazonas o de internet. Nos encontramos en estos momentos en la Ciudad de Jerusalén, y para esta ocasión tenemos una Escritura de San Lucas, capítulo 21, versos 25 al 31, que nos dice:
“Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas;
desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.
Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.
Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.
También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles.
Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca.
Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.
De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“NUESTRA REDENCIÓN ESTÁ CERCA.” Es lo que dice Jesucristo para el tiempo en que veamos estas señales sucediendo, el Reino de Dios (también dice) está cerca.
Y ahora, siendo que la Redención de cada individuo, de cada creyente en Cristo, para los que murieron es la resurrección en cuerpos glorificados, y para Israel la Redención es la restauración de Israel, la restauración de las doce tribus y la restauración del Reino de David en el cual vivirán las doce tribus con el Mesías Príncipe como Rey.
Por lo tanto, la Redención para individuos del Cuerpo Místico de Cristo, es la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de los que están vivos en el tiempo final, de todos los nacidos de nuevo.
Para Israel como pueblo de Dios, es la restauración de las doce tribus a su tierra, para el establecimiento del Reino de Dios en Israel, que será la restauración del Reino de David, porque ese es el Reino que ha sido llamado “el Reino de Dios sobre Israel” y Su Trono ha sido llamado “el Trono de Dios.”
Por lo tanto, el Trono terrenal de Dios es el Trono de David y el Reino terrenal de Dios es el Reino de David, y por consiguiente ese será el único Reino que tendrá la conexión directa con el Reino celestial de Dios, y es en ese Reino donde Israel obtendrá la paz eterna y también todas las naciones que estarán unidas a Israel, pues la redención para las naciones será la restauración de todas esas naciones al Reino de Dios que estará establecido en Israel, y desde ahí gobernará el Mesías Príncipe sobre Israel y sobre todas las naciones.
Y ahora, hemos estado viendo todas estas señales, hemos estado viendo la higuera reverdecer, que es Israel, la cual como nación ha reverdecido, es una nación libre y soberana, con su propia bandera, su propia moneda y todo propio y con su pueblo aquí en la Tierra, aunque no están las doce tribus, pero ya están algunas de las tribus: la tribu de Judá y también la Benjamín, y también la de los levitas también están aquí, muchos; y faltan diez tribus, las cuales tienen que aparecer, ser identificadas para poderse llevar a cabo la restauración de Israel en el Reino del Mesías, en el Reino de David que será restaurado.
Pero antes de eso, la promesa es que aparecerá Elías, o sea, el ministerio de Elías estará nuevamente conforme a Malaquías, capítulo 4, sobre la Tierra, lo cual será el Espíritu de Dios operando ese ministerio en un hombre de este tiempo final, el cual vendrá hablando de la paz eterna, de la paz permanente, de la paz imperecedera y señalando cómo, cuándo y dónde Israel obtendrá esa paz eterna, la cual será en el Reino del Mesías, que será el Reino de David siendo restaurado, por lo cual se tiene que trabajar para que el Reino de David sea restaurado con las doce tribus de Israel en su tierra.
Vean, este es el tiempo en que las señales están sobre la Tierra; y si pasa este tiempo, luego habría que esperar este mismo ciclo divino, y antes que ocurra de nuevo ese ciclo divino, Israel dejaría de existir y toda la humanidad también. O sea, que este es el tiempo más importante de la historia de la raza humana, este es el tiempo en donde todos los pueblos están en el “valle de la decisión,” como nos dice Dios por medio del Profeta Joel.
Este es el tiempo en que tenemos que ver, que comprender el ciclo divino en el cual estamos viviendo.
De un momento a otro llegará al Cuerpo Místico de Cristo hasta el último escogido escrito en el Libro de la Vida del Cordero, y luego se cerrará la puerta de la Dispensación de la Gracia, ya Cristo saldrá del Trono de Intercesión y ya no será Sacerdote, no será Abogado, sino Juez y Rey, será el León de la Tribu de Judá.
Por lo tanto, tenemos que aprovechar bien este tiempo que nos queda, trabajando para que lleguen al Cuerpo Místico de Cristo hasta las últimas almas escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, las cuales vendrían a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y luego Dios obrará, tratará con Israel plenamente, también resucitará los muertos creyentes en Cristo y nos transformará a nosotros los que vivimos.
Por lo tanto, este es un tiempo de mucho trabajo en la Obra de Dios en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo y también en medio del pueblo hebreo. Estamos en una antesala y luego entrará de lleno el Programa del Reino de Dios, y será establecido el Reino de Dios en la Tierra.
Pero antes los escogidos de la Iglesia tienen que llegar (los últimos que faltan), y luego Dios tratará con Israel plenamente; lo que estamos viendo con Israel es una antesala o introducción.
Pero cuando Dios esté tratando con Israel plenamente, el poder de Dios va a estar manifestado en toda Su plenitud, porque ya tendrá la adopción, y por eso podrá hablar a existencia cosas y también podrá cerrar los Cielos o abrir los Cielos, cerrarlos para que no llueva y luego abrirlos para que llueva; y así por el estilo todo eso que aparece en el libro del Apocalipsis será una realidad en esta Tierra.
Por lo tanto, tenemos que aprovechar bien el tiempo para que nuestros familiares escuchen la predicación del Evangelio de Cristo, y Dios los llame y tenga misericordia de ellos, porque los amamos y queremos que la misericordia de Dios sea extendida a ellos también: a nuestros hijos, a nuestros familiares, a nuestras amistades y así por el estilo en todos los países.
Estamos en un tiempo muy, pero que muy importante, un tiempo en que la humanidad está entre la vida y la muerte; por lo tanto, todos los seres humanos están en esa situación: entre la vida y la muerte.
Esperamos de parte de Dios, grandes bendiciones por medio de Jesucristo para Su Iglesia Novia, y que pronto se complete el número de los escogidos de Dios, porque nuestra redención está cerca, nuestra transformación está cerca, y el Reino de Dios para Israel está cerca.
Y para entrar físicamente al Reino de Dios los escogidos de la Iglesia de Jesucristo, está cerca también, está cerca ese momento en que entraremos físicamente con cuerpos glorificados al Reino de Dios.
Ya en lo espiritual hemos entrado, y por eso aunque estamos en la Tierra físicamente, tenemos un cuerpo angelical de la dimensión de la teofanía, de la dimensión del Reino de Cristo que está en la esfera espiritual, y por eso estamos sentados en lugares celestiales con Cristo Jesús Señor nuestro.
Pero ese Reino de Dios va a ser materializado en la Tierra y ahí vamos a estar también nosotros, vamos a entrar con cuerpos glorificados y vamos a ser Reyes, Sacerdotes y Jueces. ¿Por qué Reyes? Porque Cristo ha estado creando una nueva raza y esa es la Casa de David, la familia de David por medio de Cristo el Mesías, esa es la dinastía de David: todos los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo nacidos de nuevo. Por eso son Reyes de esa dinastía que Cristo ha estado materializando en Su Iglesia, y son Reyes de la dinastía de Melquisedec, que es la dinastía celestial.
Y por eso para el glorioso Reino Milenial toda esa Familia de la dinastía celestial, estará aquí en la Tierra en el Reino de Dios que será restaurado en la Tierra, y por eso será también el Edén restaurado, y será también el Reino de David restaurado.
También son Sacerdotes todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo del Orden de Melquisedec; ese Orden estará ministrando en la Tierra, por eso dice que Él nos ha limpiado con Su Sangre de todo pecado y nos ha hecho para nuestro Dios Reyes y Sacerdotes, y dice: “Y reinaremos con Él,” y también dice que reinaremos por mil años como Reyes y Sacerdotes.
Por lo tanto, la realeza del Reino celestial va a estar en ese Reino terrenal de David restaurado; y esa dinastía celestial según el Orden de Melquisedec, estará trabajando en ese Reino, y todas esas personas serán el Gabinete del Reino del Mesías para bendición de Israel y de todas las naciones.
¿Por qué hay que trabajar con Israel y con todo el Medio Oriente, para la paz de Israel y de toda la humanidad? Porque Dios dijo: “Israel es mi hijo, mi primogénito,” capítulo 4 del Éxodo, verso 21 al 24; y siempre la Bendición de la Primogenitura se echaba comenzando ¿con quién? Con el primogénito.
Y por consiguiente la bendición del Cielo para el establecimiento del Reino del Mesías, será echada sobre el pueblo primogénito que es Israel, y de ahí luego se repartirá para todas las demás naciones que se unirán a Israel en ese Reino, y por consiguiente esas naciones serán redimidas también, recibirán la Redención y serán colocadas en el Reino del Mesías que será el Reino de David restaurado. Así que, podemos ver la bendición tan grande que hay también para este tiempo.
Sabemos que tiene que venir también la etapa del Día de Venganza del Dios nuestro, que será la gran tribulación, eso será para el mundo; pero los escogidos del Cuerpo Místico de Cristo, estarán con Cristo en el Cielo, en la Cena de las Bodas del Cordero.
Pero Israel tendrá que pasar por ese Día de Juicio, ese será la Apretura de Jacob; será un tiempo muy, pero que muy terrible para Israel y para todas las naciones, y principalmente para todas las naciones que se han levantado en contra de Israel o en contra de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Nuestra redención está cerca, de acuerdo a las señales que Cristo dijo que estarían sucediendo cuando estuviera cerca el Reino de Dios y por consiguiente, nuestra Redención, para ser colocados físicamente en el Reino de Dios o Reino del Mesías.
Continúen buscando, trabajando, evangelizando y buscando las almas que faltan que están escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, continúen evangelizando en toda la América Latina, en Norteamérica, en el África y en todos los países, porque nuestra redención está cerca.
Y para Israel el tiempo también ha llegado para Dios tratar con Israel, el Espíritu de Dios regresar a Israel, pues el Espíritu de Dios ha estado entre los gentiles formando Su Iglesia; pero va a regresar. Eso es lo que le falta a Israel, pues cuando la visión de los huesos secos fue vista por Ezequiel, luego que los huesos se colocaron uno al lado del que le correspondía y se formó un gran cuerpo, vinieron nervios, tendones, carne, piel, pero luego faltaba algo: era el espíritu.
Y un cuerpo sin espíritu está muerto, así está Israel todavía; pero el Espíritu de Dios al venir en medio del pueblo de Israel, le traerá vida. “Después de dos días, al tercer día,” dice Oseas, “Nos resucitará.” Oseas, capítulo 6, versos 1 al 3 dice: “Venid...” y el verso 15 también de Oseas, Oseas 5, verso 15, y Oseas 6, verso 1 al 3, dice:
“Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán (o sea, en la apretura).”
Recuerden que casi siempre las personas cuando están en apretura buscan a Dios, claman a Dios. No debe ser así, toda persona debe buscar a Dios aunque no esté en apretura, pero algunas veces se nos olvida cuando estamos bien, cuando estamos cómodos. Eso fue lo que Dios había dicho también a Israel:
“Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará.”
O sea, todos esos problemas y esas dificultades que ha tenido Israel a través de miles de años, todo eso ha sido esto: “Arrebató,” pero dice: “Y nos curará, hirió y nos vendará.”
En una ocasión en una actividad con un grupo de una sinagoga me dijo una señora judía: “Nosotros hemos venido a la Tierra para sufrir,” y así, pues, pensaba ella, parece que ha pasado por muchos sufrimientos y también ha visto los sufrimientos por los cuales ha pasado el pueblo hebreo. Dice:
“Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.”
Estos días son milenios, dos días: dos milenios, y un tercer día: un tercer milenio; ese tercer milenio corresponde al séptimo milenio de Adán hacia acá, que es el Milenio o Día en que Dios establecerá Su Reino en la Tierra con Israel, lo restaurará a Israel, y ahí es donde Israel entrará al Nuevo Pacto con Dios y en donde Israel estará en un Pacto de paz con Dios; Dios establecerá con Israel un Pacto de paz conforme a Ezequiel, capítulo 24, verso 26 y también capítulo 37, versos 15 al 28. Fuera de ese Reino de David siendo restaurado, no habrá paz permanente, eterna, para Israel. Sigue diciendo:
“Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.
Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová (o sea, al Señor); como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.”
Aquí nos muestra cómo será la Venida del Señor: será como el alba saliendo, o sea, como el sol saliendo en la mañana. En Malaquías, capítulo 4, verso 2, dice: “Mas a vosotros los que teméis mi Nombre, nacerá el sol de justicia, y en sus alas traerá salud, salvación (o sea, Redención). Dice:
“... como la lluvia tardía y temprana a la tierra.”
O sea, la lluvia de la predicación del Evangelio del Reino y la predicación del Evangelio de la Gracia, o sea, que bajo esa manifestación de la predicación del Evangelio del Reino y del Evangelio de la Gracia, vendrá la manifestación del que Israel ha estado esperando por miles de años para la restauración del Reino de David, y las doce tribus ser restauradas a ese Reino y ser establecido en la Tierra ese Reino, donde Israel será la cabeza de todas las naciones y Jerusalén será la Capital del mundo.
Todas estas bendiciones están en el Programa de Dios, para ser cumplidas en el Día Postrero o tiempo final, o séptimo milenio de Adán hacia acá o tercer milenio de Cristo hacia acá; o sea, tercer milenio: en el tercer milenio será la Dispensación del Reino.
En los dos milenios que han estado siendo manifestados de Cristo hacia acá, la Dispensación de la Gracia es la que ha estado imperando, pero viene la Dispensación del Reino para la Iglesia y para el pueblo judío, para todos los hebreos, para toda la descendencia de Abraham, en donde también muchas naciones serán redimidas, o sea, serán colocadas en el Reino del Mesías.
Por lo tanto, para los creyentes en Cristo, para Israel y para las naciones que entrarán al Reino, les quiero decir: la Redención, vuestra Redención está cerca.
Que Dios les bendiga y les guarde.
Y si hay personas que todavía no han recibido a Cristo lo pueden hacer en estos momentos, y el ministro a cargo en cada país orará por ustedes y podrán ser también bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.
Y que Dios les continúe bendiciendo a todos, y vamos a dar una vista con las cámaras de parte de la Ciudad de Jerusalén, para que así ustedes puedan ver aquí a Jerusalén y alguna parte de la Ciudad de Jerusalén, y luego pasarán del otro lado también para una toma de otra parte de la Ciudad de Jerusalén.
Allá vamos a enfocar el Monte de los Olivos, allá donde está aquella torre, en esa dirección de aquella torre allá es el Monte de los Olivos; y acá es una parte de la Ciudad; y vamos a pasar con la cámara al otro lado, para que así puedan ver también el otro lado de la Ciudad de Jerusalén.
Que Dios les bendiga y les guarde; y los camarógrafos, continúan mostrándoles la otra parte de la Ciudad.
“NUESTRA REDENCIÓN ESTÁ CERCA.”