No, al contrario, damos un uso correcto del mismo. Es mas, citemos bien el segundo mandamiento... otra vez:
«No tendrás ni reconocerás a otros dioses en mi presencia fuera de mí. No te harás una imagen tallada ni ninguna semejanza de aquello que está arriba en los cielos, ni en la tierra, ni en el agua, ni debajo de la tierra. No te postrarás ante los ídolos, ni los adorarás, pues yo soy el Eterno, tu Dios, el único Dios, quien tiene presente el pecado de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación con mis enemigos; pero quien muestra benevolencia con miles de generaciones a aquellos que me aman y observan mis preceptos».
Nota como hablan de Dioses Falsos y sus Ídolos. No de imágenes o iconos. La prohibición debe entenderse así, desde el peligro que representaba la idolatría en aquella época. Por eso se prohibían esos ídolos y sus representaciones celestiales, terrenas o infernales. Sin embargo, una vez llegado el Evangelio, dicho mandamiento debe re-interpretarse y como san Pablo ha dejado en claro que los ídolos no son nada y que nuestra conciencia debe estar tranquila por ello, la iconografía cristiana se ira desarrollando lentamente dentro de la Iglesia de Cristo.
Pax.