Re: ¿Es absolutamente necesario que Dios exista? ¿Se puede probar esa necesidad absol
En este mundo hay pocas seguridades absolutas, si es que hay alguna, pero mucho menos en un tema como este, ni la existencia ni la no existencia de Dios pueden probarse, porque el conocimiento humano tiene sus límites, cada uno de nosotros puede tener sus razones más o menos creíbles o increíbles para pensar como más probable una opción u otra, pero quien decida aceptar una de ellas tiene que ser consciente de que al final no queda otra opción que saltar sin red. Esto lo admiten incluso teólogos como Hans Küng o Juan Manuel Estrada, para quienes creer en Dios no es una cuestión de fe ciega pero tampoco es, ni puede ser, una demostración irrefutable con una evidencia del tipo teorema de Pitágoras.
Lo mismo piensan filósofos ateos como André Compte-Sponville, y yo estoy de acuerdo:
"Nadie sabe , en el sentido fuerte y verdadero de la palabra, si Dios existe o no. Ninguna ciencia responde a la pregunta, ni la responderá nunca. Pero esto no es una razón para no pensar en ella. Tampoco nos dice ninguna ciencia cómo hemos de vivir ni cómo morir. Y tampoco es una razón para vivir o morir de cualquier manera. Más allá de las modas o de los movimientos de opinión, todo parece presagiar que la religión y la irreligión están abocadas a cohabitar a largo plazo. ¿Por qué uno habría de tomárselo a mal? Esto sólo molesta a los sectarios o a los fanáticos. Muchos de nuestros grandes intelectuales son ateos, incluso en Norteamérica, y otros muchos son creyentes, incluso en Europa. Lo que confirma que ningún saber - hoy no más que ayer - puede dirimir el contencioso. Y da la razón a los espíritus tolerantes y abiertos. Reconozco fácilmente mi ignorancia, que es la de cualquier ser humano, pero no renuncio sin embargo a pronunciarme, a elegir, a "apostar" como diría Pascal. Yo no soy neutro ni indiferente. ¿Escéptico? En parte. Digamos que admito carecer de pruebas. Pero esto no impide que tenga convicciones o creencias. Dispongo de una serie de razones y argumentos, que me parecen convincentes."
En cuanto a mi propia convicción, o sospecha, te copio algo que escribí hace tiempo, por si quieres echarle un vistazo:
No hay nada en la ciencia actual, el big bang, la evolución, la mecánica cuántica, la relatividad.. incompatible con la opinión filosófica o religiosa de que la existencia, el universo y su evolución puedan tener un sentido y un significado, siempre y cuando no se sea un fundamentalista, estilo movimiento creacionista en USA, o algún sectario o gurú desconectado de la ciencia y la realidad. Quien opine lo contrario lo hará a su vez por opiniones y creencias filosóficas, no científicas, lo admita o no.
La ciencia tiene sus límites, siempre habrá misterio, zonas de la realidad que escapan a nuestra comprensión en cada momento histórico concreto, más allá de lo ahora imaginable.
Se habla mucho del azar, todo es producto del "azar"... Falso. Lo que se da en el universo es un equilibrio entre el azar ,o el caos, y las leyes físicas que gobiernan y le dan cierta "dirección" a la evolución. Sin leyes, ni la vida, ni la conciencia habrían surgido jamás. El azar también juega su papel. Unas dosis de azar, de indeterminación (física cuántica, caos..) dotan a nuestro universo de cierta "libertad" y "creatividad", permiten que evolucione, que vivamos en una realidad siempre abierta a nuevas posibilidades, no rígida, determinada y cerrada de una vez para siempre, de la que nada complejo podría surgir. Einstein pensaba que "Dios no juega a los dados" con el universo, la mecánica cuántica y la teoría del caos demostraron que sí lo hace, pero son unos dados "mágicos" de tal forma que las leyes hacen que algunos números salgan más que otros, el azar absoluto no es ni mucho menos el amo y señor. Y es justo ese equilibrio el que hace a nuestro universo sorprendente:
"La naturaleza es un proceso creativo multiestratificado que combina ley, azar y emergencia de novedad. Más arriba hemos llamado la atención sobre los trabajos de Prigogine y de Kauffman sobre la auto-organización y la aparición de nuevos niveles de orden en sistemas complejos. Existen constricciones que limitan el azar en cuanto a las posibilidades de estructuras moleculares estables y patrones de desarrollo viables en la historia evolutiva. Un mundo estructurado en niveles jerárquicos parece poseer una tendencia innata a propiciar la emergencia de complejidad, vida y conciencia." (Ian G. Barbour, físico)
Los físicos saben desde hace tiempo, además, que las leyes y constantes físicas de nuestro universo están ajustadas de tal forma que pequeños cambios harían imposible la vida. Hay diferentes formas de interpretar eso, pero el hecho cierto es que vivimos en un universo muy especial:
Tal y como explica el astrofísico Huvert Reeves: "Al contrario de lo que le ocurre al Universo, que no cesa de modificarse, estas leyes de la física no cambian ni en el espacio ni en el tiempo. En el marco de la teoría del Big Bang han presidido la elaboración de la complejidad.
Las propiedades de estas leyes son, por lo demás, aún más asombrosas. Sus formas algebraicas y sus valores numéricos parecen sumamente ajustados.
Lo demuestran nuestras simulaciones matemáticas: si esas leyes fueran levemente distintas el Universo jamás habría salido del caos inicial. Ninguna estructura compleja habría aparecido, ni siquiera una molécula de azúcar.
Supongamos, por poner sólo uno de los innumerables ejemplos... que la fuerza nuclear fuera algo más fuerte. Todos los protones se habrían reunido rápidamente y formado núcleos pesados. No quedaría hidrógeno para asegurar al Sol su longevidad ni para formar la capa acuática terrestre. La fuerza nuclear tiene exactamente la suficiente intensidad para producir algunos núcleos pesados (los del carbono, del oxígeno), pero no tanta como para eliminar el hidrógeno. La dosis justa... Se puede decir que, en cierto modo, la complejidad, la vida y la conciencia ya estaban en potencia desde los primeros instantes del universo, que estaban "inscritas" en la forma misma de las leyes."
"Existen innumerables accidentes numéricos que parecen haberse puesto de acuerdo para hacer habitable el Universo. Cuanto más analizamos el Universo y los detalles de su estructura, tanto más evidente me parece que, en cierto sentido, el Universo sabía que íbamos a venir." (Freeman Dyson, físico)
"Miren a donde miren, los físicos se encuentran con ejemplos de exquisita sintonía" "La mayoría de las constantes físicas y de las condiciones iniciales del Universo examinadas hasta ahora, parecen en cierta medida estar exquisitamente sintonizadas." (Sir Martin Rees, astrónomo)
Se ha calculado que la probabilidad de existencia de un universo como el nuestro, capaz de albergar vida y conciencia, comparando las configuraciones alternativas posibles, es de 1 contra 10 elevado a 500, un número tan enorme que la probabilidad de que tal configuración se deba al azar, si no buscamos una explicación fuera del universo mismo, en una realidad más amplia o más profunda, llamémosla como queramos, es prácticamente 0.
Para tratar de explicar esto se especula con el tema de los multiversos o universos múltiples, pero no todos los multiversos servirían, el que postula la física cuántica no porque en esos otros universos las leyes físicas serían las mismas que en el nuestro, y exigirían la misma explicación. Tendría que tratarse de universos muy "exóticos", en los que el puro azar pudiera de algún modo "dar forma" a la vida o a leyes distintas de la física, algo que ni siquiera se sabe si es teóricamente posible, y estamos hablando de universos sobre los que no existe ni la más mínima prueba de su existencia, ni por asomo. De existir plantearían, según no pocos físicos - como Paul Davies - incluso más preguntas de las que intentan contestar:
"Supongamos que uno admite la existencia de una colección todavía mucho más amplia de realidades alternativas (aunque no hay justificación científica que la sustente), de la que toda noción de ley, orden o regularidad está ausente. Aquí el caos es amo y señor, el comportamiento de estos mundos es totalmente aleatorio. Pues bien, así como un mono jugueteando con una máquina de escribir eventualmente escribirá una obra de Shakespeare, así en algún lugar de ese vasto espectro de realidades habrá mundos que sean parcialmente ordenados, por simple azar. Un razonamiento antrópico nos conduce entonces a la conclusión de que cualquier observador dado percibirá un mundo ordenado, por increíblemente raro que ese mundo pueda ser respecto de sus competidores caóticos. ¿Explicaría esto nuestro mundo?
Pienso que la respuesta es rotundamente negativa. Quiero insistir en que el argumento antrópico sólo funciona en aspectos de la naturaleza que sean cruciales para la vida. De haber completa ilegalidad, la inmensa colección de mundos habitados seleccionados aleatoriamente estarían ordenados sólo en aquello que sea esencial para preservar la vida. No hay razón, pongamos por caso, para que la carga del electrón tenga que permanecer necesariamente fijada, ni para que distintos electrones tengan la misma carga exactamente. Fluctuaciones mínimas del valor de la carga eléctrica no amenazarían la vida. Pero ¿qué otra cosa mantiene su valor fijo, y fijo con tan impresionante precisión, si no es una ley física? Podemos imaginar, quizá, un conjunto de universos con una selección de leyes, de manera que cada universo está dotado de un conjunto de leyes fijado y completo. Entonces sería lícito apelar al argumento antrópico para explicar por qué al menos algunas de las leyes que observamos son como son. Pero esta teoría debe presuponer todavía el concepto de ley, y uno puede preguntarse todavía de dónde provienen las leyes y como están "adscritas" a los universos de modo "eterno". Mi conclusión es que las teorías de muchos universos pueden, a lo sumo, explicar un espectro limitado de características, y eso sólo si uno añade ciertas hipótesis metafísicas que no parecen menos extravagantes que el diseño. A fin de cuentas, la navaja de Ockam me impulsa a apostar por el diseño, pero, como en cualquier asunto metafísico la decisión es en gran medida cuestión de opción personal más que de juicio científico.
Conviene señalar, no obstante, que es perfectamente consistente creer a la vez en un conjunto de universos y en un Dios diseñador. De hecho como ya he comentado, las teorías que propugnan universos múltiples requieren unas buenas dosis de explicación, tal como el carácter legalista de los universos y por qué existe una colección de universos, para empezar."
Otro tema que da que pensar es "la natu*raleza progresiva de la evolución biológica y la ten*dencia del universo a autoorganizarse en una variedad más rica de formas aún más complejas." (P. Davies)
Puede que la existencia del mal sea una necesidad lógica, una consecuencia inevitable (incluso para cualquier Dios que pudiera existir) en cualquier universo complejo, que evoluciona, formado por seres finitos y limitados que interactúan entre si, como mínimo hasta que se alcanza cierto nivel, pero al menos el mundo evoluciona en una dirección que "sugiere" un progreso, tanto en la evolución biológica como la cultural:
“Es posible que la evolución tenga una dirección. En el curso de millones de años se han ido formando animales con un sistema nervioso cada vez más complicado y poco a poco también con un cerebro más grande. Personalmente no creo que esto sea casual.” (Jostein Gaarder, filósofo)
Cuando ves la evolución como un todo (no sólo en sus mecanismos) y a lo largo del tiempo, es difícil no sospechar que tiene un sentido y una dirección.
Retrocedamos miles de millones de años, partiendo de la teoría del Big Bang: el Universo nace en una explosión de energía y espaciotiempo, con sus Leyes... Algunos científicos especulan con que la energía total del universo, sumando la positiva y negativa, podría ser 0, y que la clave del origen del universo quizás no esté en la energía, sino en la información previa, que pudo dar origen a una fluctuación cuántica del vacío sin necesidad alguna de energía anteriormente existente, si eso o algo parecido es cierto de alguna forma el origen del universo se encontraría en la pura información, que (esto a veces se olvida) a su vez exigiría un nuevo nivel de explicación, cada vez más inmaterial y abstracto, es lo que piensa, entre otros, el químico J. A. Canicio:
"La progresiva y mejor comprensión de la textura última y de la naturaleza de la realidad que subyacería bajo la materia y el mundo físico, produce asombro: la realidad resultaría sólo estrictamente definible - y exclusivamente abordable - mediante abstracciones matemáticas. La esencia de la realidad - pese a nuestra experiencia cotidiana - se encontraría mucho más cerca de la conciencia y la información que de materialidad o sustancialidad alguna. El mundo no es de materia: es de información. Uno empieza a sospechar que, de hecho, al materialismo se le ha muerto la materia"
Una vez que surgió el universo parte de su energía se "congeló" en forma de materia, que dio origen a las galaxias, estrellas, planetas... de la materia, siguiendo las leyes de la física y la química a su vez surge espontáneamente la vida, que explora todos los caminos dando forma a organismos cada vez más complejos, con capacidad de sentir, observar, interactuar y experimentar el mundo que les rodea, hasta llegar a la conciencia humana, con sentimientos éticos básicos (compasión, empatía, capacidad de cooperación...), que junto a la inteligencia la impulsan a crear sistemas éticos más elaborados, a lo largo de una historia de miles de años, que a pesar de nuestros errores, nuestras guerras y tragedias, retrocesos y fracasos, nos ha llevado también a aprender de la experiencia y a empezar a captar cada vez mejor el valor de la libertad, la igualdad, la dignidad, los derechos humanos o el respeto a la naturaleza, que junto a la ciencia, el arte y la creatividad humana en general, intentan combatir el mal y la ignorancia, impulsando la vida y la conciencia más allá... ampliando sus posibilidades, hacia niveles superiores y aun mayores cotas de complejidad, creatividad y felicidad... No tenemos ni idea de hasta dónde puede haber llegado la evolución en otros lugares del universo, pero si hay alguien más "ahí" fuera puede haber alcanzado niveles que no podemos ni siquiera imaginar. Nosotros solo estamos empezando.
Nadie sabe con seguridad si todo ese proceso, que va del Big Bang a la vida, la conciencia y la civilización, aquí y tal vez en otros lugares del universo, tiene o no tiene un sentido, pero en mi caso difícilmente me abandonará ya como mínimo la sospecha, tal y como opinan Paul Davies, Hubert Reeves, Robert Wright y otros:
"Evidentemente, el movimiento de la evolución cultural hacia este umbral moral no demuestra la existencia de ningún bondadoso arquitecto universal, como tampoco la demostraba la ampliación de sentido de la evolución biológica ni su invención del bien. Pero a semejanza de aquellas conquistas biológicas, esta conquista cultural tiene más probabilidades de ser un indicio de la existencia de dioses que de lo contrario.
Cuanto más concienzudamente analizamos la deriva de la evolución biológica y, en particular, la deriva de la historia humana, más sentido parece tener... Los dos procesos tienen una dirección, una flecha. Yo diría que la globalización ha sido un fenómeno potencial no ya desde la invención del telégrafo o del barco a vapor, ni siquiera desde la aparición de la escritura o la rueda, sino desde la invención de la vida misma." (Robert Wright)
"Una pregunta decisiva: ¿Hay una “intención” en la naturaleza? No es una pregunta científica, sino más bien filosófica y religiosa. Personalmente me siento inclinado a responder que sí. De un modo alegórico se puede decir, con sumo cuidado: si la “Naturaleza” (o el Universo) tuvo la “intención” de engendrar seres conscientes, habría “hecho” exactamente lo que hizo. Es un razonamiento a posteriori, por supuesto, pero eso no lo priva de interés." (Hubert Reeves, astrofísico)
"A través de los seres conscientes, el universo ha generado la consciencia de sí mismo. Esto no puede ser un detalle trivial ni un subproducto secundario de fuerzas ciegas, desprovistas de propósito" "De un modo extraño, quizá por caminos inescrutables, parece que hubo algo o alguien que quiso que la conciencia surgiera en el universo" (Paul Davies, físico)
"Comprendo que el científico que se pasa las horas como Millikan, observando como caen gotitas condensadas, o como Watson y Crick intentando colocar los elementos químicos en una estructura geométrica, tengan una visión muy soberbia y ramplona de la materia. ¡ Han permitido medir la carga del electrón o desarrollar la ingeniería genética!
Pero si más allá de las ciencias concretas, aunque sin salir de ellas, vamos desde la psicología a la neurología, y desde allí a la bioquímica, a la química a secas, a la física, a la astrofísica, la materia nos ofrece un panorama mucho más poderoso, enigmático y poético.
En la materia originaria, ese punto de densidad infinita con que comenzó todo, estaban incluidas las leyes de la materia, la posibilidad de originar la vida, la posibilidad de originar los fenómenos conscientes, y la posibilidad de hacer ciencia que descubriera esa formidable genealogía.
Esa materia, sobre la que proyecto lo que la ciencia me dice, se vuelve asombrosa...
La ciencia nos está revelando una realidad esencialmente innovadora, evolutiva, fantástica, donde las esencias salen unas de otras, cambian, progresan, desaparecen, aumentan de complejidad, dan saltos de fase, adquieren propiedades imprevisibles. Pues bien, accediendo a esa realidad explosiva desde el existir , lo que subrayamos es lo asombroso de este emerger continuo, el hecho de que lo real esté en permanente estado de parto." (José Antonio Marina, filósofo)
"Aplicando el método científico esta parecería la estricta verdad: el mundo - tal y como es - no debería existir. (...) El que existan precisamente unas Leyes físicas que fuercen a la nada a evolucionar espontáneamente hasta un mundo capaz de preguntarse su porqué, resulta pasmoso. Pese a todo, ahí están, el mundo, la vida y la conciencia que los percibe: flores, pulpos y galaxias; tierra, viento y agua; conciencia, pasiones, arte y sentimientos: amor y poesía; el mal y sonrisas de niño...." (J. A. Canicio, químico)
La ciencia puede influir en nuestra forma de ver el mundo y en nuestras posiciones filosóficas o religiosas (y en mi lo hace, en el sentido que ya he explicado), pero en cuanto tal la ciencia llega hasta donde llega. El método científico explora el abismo de lo real, de donde todo brota y nace (lo "Desconocido" para el ateo, "Dios" para el creyente) ampliando sus fronteras una y otra vez, pero con cada nuevo descubrimiento, con cada nueva respuesta, surgen nuevas preguntas, hacia un horizonte sin fin..."En nuestra búsqueda de respuestas últimas es difícil no verse abocado, de un modo u otro, al infinito. La existencia no puede apoyarse seguramente en algo finito, habrá siempre verdades que caen fuera, que no son alcanzables partiendo de una colección finita de axiomas. Siempre habrá misterio al final del Universo" (P. Davies). Para alcanzar el fondo de ese abismo y constatar científicamente la naturaleza última de su realidad necesitaríamos ser el abismo. "Danzamos alrededor de un círculo y hacemos suposiciones, pero el Secreto se encuentra en el centro y posee el conocimiento. " (Robert Frost) . Ese Secreto no puede encontrarse al final de una ecuación. Ni tampoco puede decodificarse en el cerebro humano.
Einstein decía que hay dos formas de entender la vida, una es pensar que nada es un milagro, la otra es pensar que todo es un milagro. Muchos pensamos que este universo es la constatación, la expresión, de ese milagro, de la creatividad desbordada y cargada de potencialidades inimaginables que existe en lo más profundo de lo Real, probablemente mucho más allá - no menos - de lo que entendemos por "conciencia" o por "personal", da igual el nombre que le demos - Dios, Absoluto, el Bien, Espíritu, el Vacío, la Razón Universal, lo Último, el Totalmente Distino - no podemos conceptualizarlo desde un punto de vista humano, de la misma forma que una hormiga no podrá conceptualizar jamás en su cerebro realidades, experiencias y sentimientos humanos como la conciencia, el amor, la música o la teoría de la relatividad...