Re: EL RAPTO PRE-TRIBULACIONAL, UN MITO?
Hola:
<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com
ffice
ffice" /><o
></o
>
Espero no haberme retrasado con mi opinión.
<o
></o
>
He notado que la postura postmileniarista tiene algunos textos de base que son recurrentes en la presente discusión. Y lamentablemente mal interpretados.
<o
></o
>
1 Tesalonicenses 4, 5
<o
></o
>
La Iglesia en Tesalónica había recibido una preciosa carta de Pablo, la primera a ellos. Una carta que trataba de alentar a los creyentes a causa de una persecución que había cobrado la vida de algunos hermanos (1 Tes. 2:14,15). Pablo les anima con la enseñanza acerca de la resurrección y el encuentro de todos con Cristo (1 Tes. 4:13). Los eventos son descritos por Pablo de la siguiente manera:
- Los espíritus de los muertos en Cristo (en realidad dormidos) serían traídos (no recogidos)por Cristo en el evento denominado arrebatamiento (1 Tes. 4:14). Este primer acercamiento no debe confundirse con su segunda venida, pues no llega a pisar los Olivos. Es así que Jesucristo trae los espíritus de los creyentes muertos para resucitarlos (el espíritu glorificando el cuerpo) “descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero” (1 Tes. 4:16).
- Los que hayan quedado vivos hasta ése día glorioso, serán arrebatados por Cristo y reunidos con él en los aires. Así serían tomados por el Señor todos los creyentes, dormidos o velando; unos al resucitar y otros transformados. Era sin duda una profecía alentadora (1 Tes. 4:15-18). El mundo no sabrá de éste acontecimiento, sino hasta después (minutos después).
Seguido a eso el apóstol les declara que
el día del Señor (que se refiere a otro acontecimiento y no al arrebatamiento, como se explicará más adelante) ocurriría de manera sorpresiva y desataría el juicio de Dios sobre la humanidad (1 Tes. 5:1-3).
De la misma manera que para Noe no estaba reservado el diluvio, sino un rescate en el arca; y Dios desató el juicio una vez que le vio a salvo; y de la manera en que Lot estaba fuera de la ciudad y a salvo en Zoar cuando la cuidad fue destruida, es también el hecho de que tal
día temible, el día del Señor, no sería para nosotros, por ser nosotros parte de una
"consolación eterna y buena esperanza por gracia" (2 Tes. 2:16). Por eso Pablo les dice en 1 Tes. 5:4 :
"Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas (no formaban parte de la noche)
para que aquel día os sorprenda”. Y no iba a sorprenderles, ellos no estaban en
tinieblas. Además cuando ése día aconteciera los hermanos tesalonicenses no estarían ya en la tierra, sino con la
Luz que es Cristo , y cuando ese día terrible suceda ¡YA SABREMOS EL TIEMPO EN QUE HA DE VENIR "EL LADRÓN", pues vendremos con EL!, ¡Gloria a Dios). Porque somos
hijos del día; no somos de la noche, ni de las tinieblas (1 Tes. 5:5). Esa era la enseñanza de Pablo. Que los hermanos de tesalónica no imitaran a los de la
noche sino que fueran diligentes para ser hallados sobrios en nuestro rescate en los aires. Por eso es diferente
el día del Señor del
Arrebatamiento. En el
arrebatamiento, serán transportados todos los creyentes en Cristo muertos (
durmiendo según la terminología paulina) y vivos (1 Tes. 5:10); y después será desatada la última semana de Daniel, con la ira de Dios sobre la humanidad. Sorpresiva para el mundo en profunda oscuridad, no así para los creyentes que vendremos con Cristo y sabremos minutos antes el tiempo señalado.
<o
></o
>
"Porque no nos ha puesto Dios PARA IRA, sino para ALCANZAR SALVACIÓN por medio de nuestro Señor Jesucristo." (1 Tes. 5:9).
<o
></o
>
Cuando Pablo escribe por segunda vez es a razón de que la iglesia en tesalónica pensaba que el arrebatamiento había ocurrido ya, y se aproximaban los juicios en relación al
día del Señor. En la Biblia la expresión
día del Señor tiene su aplicabilidad inalterable (salvo cuando se refiere al sábado, o al domingo según el contexto).
<o
></o
>
DIA DEL SEÑOR
<o
></o
>
1).
Isaías 13: 9-13. Un día de ardor, de ira, de indignación, de castigo, abatimiento y soledad al mundo pecador. Salvo la nación de Israel que esparcida en varias nacionalidades será reunida para su redención (Romanos 11:25-27) Es bueno notar que Pablo en el texto referido coincide al decir
"apartará de Jacob la impiedad" con la de Isaías en
9:12 "haré más precioso que el oro fino al varón" haciendo alusión a la purificación de
Israel, NO a la iglesia como pretende la postura de la purificación postribulacionista. De hecho una mala comprensión sobre la redención final de Israel lleva a muchos lectores de Mateo 24:29-31 a la equivocada conclusión de que los
escogidos mencionados por Cristo son la iglesia, cuando en realidad se refiere al
día del Señor y al remanente de Jacob.
Primero, Mateo 24:29 se refiere a los fenómenos que precederán al
día del Señor (Juicio sobre las
naciones) comparando con Isaías 13:10,11 y Joel 2:31,32;
segundo, Mateo 24:30 se refiere a una señal que será
vista previo al descenso de Jesucristo en su segunda venida para pelear contra los reyes de la tierra que inspirados por la Bestia habrán acorralado a Israel, y el remanente de Jacob será librado y esto concuerda con Daniel 7:23-27, distinto al arrebatamiento que será en menos de un segundo (“parpadeo”) según 1 Corintios 15:51,52, imposible de ser visto, y
finalmente Mateo 24:31,32 se refiere a la reunión (“juntar”, no
arrebatar o
levantar) de los escogidos de
Israel. El uso
fuerte de la trompeta para reunir a Israel para su redención era ya predicho por Isaías y Jesús lo refiere indirectamente (Isaías 27:12,13 cf. Mateo 24:31). El uso también de la expresión
“reunir de un extremo del cielo al otro” era común en las profecías sobre la redención judía (Isaías 43:5,6), y se refería a una reunión de judíos provenientes de todas las partes del mundo. Y toda la narración de Jesús en Mateo 24:29-32 coincide de manera asombrosa con Apocalipsis 6:12-17, y seguido se nos informa de la identidad de los
escogidos de extremo a extremo de los cielos (Apocalipsis 7:1-8): ¡JUDÍOS!. Y es visible el paralelo con el relato de Jesucristo al enviar ángeles a los cuatro vientos (Mateo 24:31) con los cuatro ángeles que detienen los cuatro vientos en Apocalipsis 7:1. ¡Más claro no puede estar!.
<o
></o
>
2).
2 Pedro 3:10. Un día de destrucción para todas las cosas. En esta porción Pedro exhorta a la iglesia a mantenerse preparada para tal acontecimiento pero justo desde las alturas con Dios (según las enseñanzas de Pablo que ya revisamos en la carta primera a Tesalónica la cuál algunos tuercen - 2 Pedro 3:15-17). Sencillamente porque las señales descritas por Pedro tienen que ver con el
día del Señor cuando ya no estaremos. Y nos invita ha esperar, no al Anticristo, o alguna señal del cielo, o la marca de la bestia en las tarjetas de crédito, sino
"cielos nuevos y tierra nueva, en los cuáles mora la justicia" (2 Pedro 3:13) ¿Cuándo? Sencillamente tras el arrebatamiento que ha de hacer el Novio por su Iglesia para llevarla a las mansiones que le preparó y prometió, y a la que exhortó a no TURBARSE por nada (Juan 14:1-3).
<o
></o
>
3.
Apocalipsis 6:14-17. Un día de lamentación para las naciones, y un encuentro de Juicio en donde Cristo será VISIBLE y al mundo buscará esconderse. No como el arrebatamiento que ningún ojo humano presenciará.
<o
></o
>
4.
Apocalipsis 16:14-16. El día de la última batalla (la llegada del ladrón en la noche dicha por Pablo en 1 Tes. 5) Una sorpresiva visita del Todopoderoso a la incrédula humanidad. Y nuevamente se exhorta a Israel (como se indico en el comentario de Isaías) a guardar sus ropas.
<o
></o
>
Bien, entonces el
día del Señor se refiere a un juicio repentino para las naciones seguido y precedido por juicios a los hombres, por parte de un Dios que será visible. Pero antes de tal juicio será necesario que el
hijo de perdición se manifieste y engañe a Israel como enseña Daniel en la última semana (tema de otro debate). Seguido reunira a las naciones y le hará guerra al pueblo de Israel, quien ya estará
juntado en la ciudad de David. Sólo el anticristo tendrá la habilidad para convencer a la humanidad de tal violación a los derechos humanos (de hecho ha venido trabajando en ello desde los tiempos de Juan) ver
Apocalipsis 16:13,14. Entonces vendrá el fin para: (1) las naciones rebeldes (
Apocalipsis 16:16-21), (2) para el sistema religioso llamado Babilonia (
Apocalipsis 17, 18); luego entonces vienen las bendiciones ya en gloria, después de haber sido librados de éstas cosas referentes al
día del Señor, para ver la Boda del Cordero, el juicio final de satanás y sus demonios; los mil años prometidos en ésta tierra; presenciar el juicio de la humanidad; y finalmente el hogar prometido: cielos nuevos y tierra nueva (
Apocalipsis 19, 20, 21).
<o
></o
>
Pero los hermanos de Tesalónica estaban atravesando una prueba mayor de cuando Pablo escribió la primera carta (2 Tes. 1:4), y habían sido engañados al decirles que el
día del Señor estaba ya por acontecer. ¿Y el arrebatamiento prometido y explicado por Pablo en su primera carta?, ¿Se había olvidado Dios del reposo prometido?, hermanos ¿eran cobardes los de Tesalónica al sentirse temerosos? NUNCA, si Pablo hubiera enseñado que tendrían que pasar por la tribulación para luego ser rescatados debían armarse de valor, YO LO HARÍA. Pero Pablo NO LO HABÍA ENSEÑADO así, y eso los mantenía confundidos. Pablo nuevamente les dice que la tribulación que ellos estaban sufriendo no era la relacionada con el
día del Señor sino con las tribulaciones necesarias para acrecentar nuestra fe (2 Tes. 1:5, ver 1 Pedro 1:6,7). Seguido les recuerda en concordancia con todo lo que se explico ya, de que el juicio de las naciones (
día del Señor) sería cuando el venga
aquel día para ser glorificado (reconocido con alabanzas) y admirado por los creyentes (2 Tes. 1:9,10) Y esto concuerda con la narración de Juan en Apocalipsis. Veamos
Apocalipsis 19:1,2 = Tras la caída de Babilonia, Juan escucha un estruendo de voces proveniente del cielo (glorificación y admiración en 2 Tes. 1:9,10) que elevan una tremenda adoración a Dios haciendo alusión al justo juicio (2 Tes. 1:6-8). Y entonces…¡Gloria a Dios!, de entre la multitud se aparece un poderoso Rey, quien viene montado en un corcel blanco y una inscripción en su muslo: Rey de reyes y Señor de señores (
Apocalipsis 19:11-21). Ese es
aquel día dicho en 2 Tes. 1:10. NO ES EL ARREBATAMIENTO, es nuestro regreso CON EL, en la consumación del terrible
día del Señor en el cuál dará el pago justo a quienes han afligido a la iglesia (2 Tes. 1:6-9).
Pablo les está recordando lo siguiente:
- Nuestro sufrimiento nunca será comparable con lo que sufrirá la humanidad en el día del Señor.
- No sufriremos ese día sino que nos gozaremos. (Apocalipsis 19:1-7 cf. 2 Tes. 1:10)
<o
></o
>
Seguido Pablo enuncia con claridad el tema del arrebatamiento al decir en 2 Tes. 2:1:
“la venida de nuestro Señor Jesucristo (en los aires no en los Olivos ver 1 Tes. 4:17)
y nuestra reunión (o recogimiento en algunas versiones)
con él”. Para luego hacerles una exhortación a no dejarse
mover fácilmente (2 Tes. 2:2) en lo que ya les había enseñado tocante al orden de los eventos (ver de nuevo mi comentario sobre 1 Tes. 4,5 al principio). Ni siquiera si un
supuesto profeta dijera hablar por el
espíritu cuando es contrario a lo enseñado; o por
palabra (alguna enseñanza de maestro); o por una carta como de Pablo. ¿Y qué era lo que los Tesalonicenses habían escuchado que les
movió fácilmente?, no sabemos por medio de qué, si fue una profecía, una enseñanza o una carta (aunque probablemente fue una carta
falsa por las palabras finales, 2 Tes. 3:17). Pero sí sabemos sobre que tema se les habló:
Que el día del Señor estaba por acontecer. No el arrebatamiento, sino
el día del Señor. Imaginemos la turbación de los hermanos. Pablo les digo que no se
conturben (“alterar el ánimo violentamente”). ¡Yo también estuviera conturbado si supiera que los juicios del
día del Señor están ya por acontecer!, y más si supuestamente la carta era de Pablo. La primera carta que hablaba del arrebatamiento
antes del
día del Señor se suponía era
“para alentarse los unos a los otros” (1 Tes. 4:18), y la declaración de qué la iglesia no vería
“la ira...sino la salvación por medio de Jesucristo” era para
“animaos unos a otros” (1Tes. 5:9,11) al saber que no pasarían por terrible día. Y de pronto, una carta que se dice de Pablo, declara que el
día del Señor ya está por acontecer. ¿Y el arrebatamiento?, ¿Y nuestro rescate?. No sabemos como resolvieron teológicamente tal inconsistencia los falsificantes, o los propios hermanos confundidos, pero su primera fe (1Tes. 4,5) había sido
movida fácilmente. Y luego (atención), les dice el apóstol:
“Nadie os engañe...” (2 Tes. 2:3) ¿Engañar de qué? DE QUE EL DÍA DEL SEÑOR ESTABA POR ACONTECER, sigue diciendo
“...de ninguna manera” ¿a que se refiere? NI POR ESPIRITU, NI POR PALABRA, NI POR CARTA COMO SI FUERA DE PABLO. Y sigue
“porque no vendrá” ¿Qué no vendrá?, si somos atentos y honestos no existe otra interpretación justa al contexto y análisis previo que la de afirmar que Pablo se refiere que NO VENDRÁ EL DÍA DEL SEÑOR, sin que antes venga (1)
la apostasía, (2)
el hombre de pecado.
No se refiere al arrebatamiento. Los hermanos habían perdido de vista que primero era necesario que Dios purificará a Israel permitiendo una deserción masiva y reservándose a un remanente de Jacob (Mateo 24:10-12; Romanos 11:25-27) Todas las naciones, y muchos judíos estarán de acuerdo con destruir al remanente y marcharán comandados por el
hijo de pecado, es entonces que desata el
día del Señor. Pero antes de todo esto tendría que ocurrir el
arrebatamiento. ¿Por qué?. Más adelante el apóstol hace un recuento de los eventos que concuerda exactamente con las profecías de Daniel y Apocalipsis. En 2 Tes. 2:5-8 encontramos:
- Pablo refiere que era una enseñanza que ya les había dado verbalmente (v.5).
- Afirma que así como el día del Señor no será hasta que se manifieste el hijo de perdición; el hijo de perdición no puede manifestarse pues algo lo detiene hasta la espera del tiempo (v.6).
- Aquello que detiene al hijo de perdición está ligado con el evento previo a su manifestación que es la apostasía (2 Tes. 2:3). Para que la apostasía pueda ser una realidad el evangelio ha de ser predicado en todo el mundo, para que así todas las naciones tengan la factibilidad de apostatar (el rechazamiento del Salvador), entonces la cuenta es regresiva hacia el fin (Mateo 24:14). Israel y el resto del mundo habrán menospreciado la sangre del pacto en Jesucristo. La iglesia misma como responsable de predicar el evangelio habrá concluido su razón de estar en el mundo. La iglesia ya no será la reguladora que es en asuntos de moral y temas espirituales, de manera que la apostasía ganará terreno en el plano ideológico que servirá finalmente para la aceptación del hijo de perdición, a causa de que el mundo ya evangelizado habrá rechazado (apostasía) a Dios (2 Tes. 2:9-12). En lo particular pienso que será un sincretismo del tipo de la Nueva Era en la que se contactan supuestos seres de otras dimensiones, de donde seguro se dirá procede la Bestia (1 Timoteo 4:1 cf. Apocalipsis 13:3,4).
- Al presente lo detiene, pero ya está en acción el misterio de la iniquidad. Pero una vez que la Iglesia sea quitada (arrebatada), y los gobiernos se debiliten moral e ideológicamente, todos los obstáculos a lo largo y ancho de los sistemas políticos, educativos, organizacionales y aún religiosos serán removidos y todos aquellos fieles al futuro sistema mundial tomarán poder para luego dárselo a la Bestia.
- Y entonces, cuando se manifieste el inicuo e intente dañar a los elegidos de Dios (El remanente de Israel) el Señor lo destruirá en su venida (día del Señor), cuando asiente su pie en los Olivos (ver Zacarías 14:1-7).
Resumo, el orden de los eventos según Pablo en sus dos cartas a los tesalonicenses y en concordancia con Daniel y Apocalipsis son los siguientes:
- La iglesia predica a todo el mundo el evangelio en los principios de dolores, y luego en fecha incierta es arrebatada.
- Una vez que ya no está la iglesia se desata la apostasía a nivel mundial.
- La apostasía da lugar a la manifestación del hijo de perdición, quien engañará a las naciones y hará guerra contra un remanente de Israel, y en una fecha incierta para el mundo...vendrá el día del Señor.
Quisiera terminar mi exposición con las palabras de Pablo una vez que éste explicó a los tesalonicenses el orden correcto de los eventos:
“Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra. Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cuál nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra”. (2 Tes. 2:15,16)
<o
></o
>
No, no es cobardía al sufrimiento, es consolación eterna y buena esperanza por gracia; no, no son palabras lisonjeras, es buena palabra que conforta y confirma.
<o
></o
>
Bendiciones.
<o
></o
>
<o
></o
>
<o
></o
>
<o
></o
>
<o
></o
>
<o
></o
>
<o
></o
>
<o
></o
>
<o
></o
>
<o
></o
>