La palabra de Dios es eterna. No hay modo, no existe forma ni manera de escapr de ella.
La Palabra de Dios es equiparada al Nombre de Dios; es sobre todas las cosas (Sal 138); mira como desde hace mucho la Palabra de Dios muestra que el hombre, su corazón, su ser es malo por naturaleza; …, mira lo que dicen al respecto las escrituras hablando del etíope..del judío…del griego… de cualquier hombre natural:
“¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer el bien, estando habituados a hacer el mal? (Jer13:23); en otras palabras somos lo que somos amado ..., no podemos cambiarlo; solo Dios nos puede transformar si en realidad volvemos a nacer del agua y del espíritu. Antes no.
Somos malos Así somos los hombres en nuestro estado natural; la Palabra de Dios es clara y dice que somos malos, por naturaleza (Mt 7:11; Luc 11:13), yo te pregunto: ¿la “sinceridad” es algo que acompañe al corazón malo? No lo creo.
De la misma manera, nuestro corazón lejos de ser “sincero” es engañoso (Jer 17:9), es engañoso el corazón natural del hombre, el corazón de alguien que no ha vuelto a nacer del agua y del espíritu. ¿Podrá decirse de un hombre en este estado decir que es “sincero”? ¿Con que autoridad moral? ¿Bajo qué ley o que escritura? ¿Conforme a que Palabra? ¿la palabra del hombre o la Palabra de Dios? o en otras palabras ¿de conformidad con cual evangelio ...?, Porque desde la perspectiva divina no existe esa posibilidad.
Pero además nuestro corazón es mentiroso .... Si. El hombre no redimido es mentiroso por naturaleza (Sal 116:11; Ro 3:4); ¿puede ser “sincero” un corazón engañoso, malo y mentiroso? ¿Un corazón incircunciso es sincero? Creo que lamentablemente no ..., no lo es.
Pero no basta con eso. Además el corazón no convertido es injusto, ..., (Ro 3:10) y no solo injusto sino poco entendido..y no ..., lamentablemente en forma natural no busca a Dios, al menos al Dios de Isaac, al Dios de Jacob y al Dios de Abraham, al Dios de la Biblia, .... La escritura es clara “no hay justo…no hay quien entienda…no hay quien busque a Dios…” (Ro 3:10). El hombre religioso no busca al verdadero Dios, ..., el hombre religioso busca respuestas en su corazón, en sus ideas, en sus propias necesidades, pero no busca al Dios que es anunciado a través del verdadero evangelio de y para salvación; ese evangelio el hombre natural no lo pude oír, le es locura (1 Cor 2:14); pero complació al Dios de la Biblia no salvar al hombre ni por la sinceridad, ni por la razón, ni por señales (sentir un calorcito, o algo bonito, o sentirse feliz o estar en paz, o sentirse “realizado” o “en el lugar adecuado”, o contento), ni por el conocimiento, ni por la honestidad, ni por ninguna otra cosa “buena” del corazón del hombre, sino por la locura de la predicación (1 Cor 1:21).
Pero esta predicación debe ser prístina, sin adulteraciones (1 P 2:2 ), es la leche espiritual que debemos dar a inconversos, a alguien que tiene sed de Dos y que no le conoce aun, que no mora en su corazón aun, que no tiene el Espíritu de Dios en su corazón, que no ha pasado de muerte a vida aun, que no ha nacido del agua y del espíritu aún.
¿Qué le pide Dios a ese hombre natural?
"El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio". (Mr 1:15)
Más ¿qué dice ese evangelio, cual evangelio?, ¿El evangelio de la “sinceridad”? ¿o el del arrepentimiento, el de creer con fe, el de confesar que Jesús es el Señor, y Su Nombre, sobre todo Nombre?
“Pero la justicia que es por la fe dice así..¿Qué dice?: Cerca de ti esta la Palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la Palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca y que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Ro 10:10)
Ese es el problema ..., que el hombre religioso busca, pero no al Dios de la Biblia, sino su propia idea de Dios, y otros religiosos le presentan evangelios diferentes, caminos diferentes, estos son caminos que al hombre le parecen derechos pero su fin es muerte. (Pr 14:12; 16:25)
Pero, volviendo al tema del etíope.
El etíope era un hombre, lo que tu llamarías probablemente “sincero”, era religioso definitivamente, pero estaba sinceramente equivocado. Iba a Jerusalén a adorar (Hch 8:27), pero iba a adorar a un Dios que no conocía, como sucede con muchos hombres (Jn 4:22).
Recuerda que nosotros no elegimos a Jesús, sino que Jesús nos elige a nosotros (Jn 15:16) y es Él quien añade cada día a su iglesia a los que habrán de ser salvos (Hch 2:47) y recuerda además que los hijos de Dios somos hechos de su voluntad no de nuestra voluntad, ni por fuerza, ni sangre ni por otra razón, sino por la voluntad de Dios (Jn 1:13).
Pero ¿Qué sucedió con el etíope, me diras?
Sucedió que ni su religiosidad, ni su “corazón sincero”, ni su bondad ni ningún otro atributo especial contó en es momento. No. Lo que sucedió es que Felipe fue llevado por Dios mismo para que el etíope tuviera un encuentro personal con Jesucristo, Sí. Felipe fue el instrumento de Dios para que el etíope escuchara el evangelio de y para salvación de nuestro Señor y Salvador Jesucristo: “Entonces Felipe abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura (el libro de Isaías), le anunció el evangelio de Jesús”
No le mostró otra cosa, no le pidió que fuese sincero, ni libre de pecado, tampoco que fuera bien portado..si no le dijo “si crees de todo corazón bien puedes hacerlo (bautizarse)”…y Felipe confesó con sus labios que Jesucristo es el Hijo de Dios” (Hech 8:37) y todo esto en conformidad con Ro 10:10.
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