Re: El 'fantasma' de la tradición apostólica que la Iglesia católico-romana dice tene
César Vidal Manzanares- Diccionario de los papas. Ed. Península
PEDRO-
Fue él, junto con Juan, quien legitimó las obras de evangelización situadas fuera de Judea (Samaria, Hechos 8; la costa, Hechos 9, 32 ss.) y el que dio el primer paso de evangelización de los no judíos (Hechos ). Sus relaciones con Pablo parecen haber sido buenas salvo en el caso de un incidente en Antioquía, en que Pedro actuó en contra de sus convicciones por no causar escándalo a los judíos y Pablo le acusó de hipocresía ante toda la congregación (Gálatas 1:2). Durante los años cuarenta y cincuenta, la Iglesia de Jerusalén estuvo bajo la dirección de Santiago y no de Pedro (Hechos 12, 17 15, 13; 21, 18; Gálatas 2, 9 y 12), aunque éste apoyó en el concilio de Jerusalén las tesis de Pablo partidarias de facilitar la aceptación de los no judíos en el seno de los seguidores de Jesús. Tenemos muy pocos datos sobre este período final de su vida (casi un cuarto de siglo). Desarrolló con seguridad un ministerio misionero (1 Corintios , ). Posiblemente, durante el mismo trabajó en Corinto (1 CorinTIos 1, 12) y, desde luego, debió concluir en martirio (Juan 21, 19). La posibilidad de que visitara en alguna ocasión Roma no debe desecharse, aunque no es probable que fuera él quien fundara la comunidad en esta ciudad y mucho menos que fuera obispo de la misma. No deja de ser significativo, por ejemplo, que cuando Pablo escribe su Epístola a los romanos no lo mencione en absoluto y que también guarde silencio en sus cartas pastorales acerca de la estancia de Pedro en la capital del Imperio (1 y II Timoteo, Tito). Sí es más plausible la tradición que lo considera ejecutado durante la persecución neroniana (leyenda de Quo Vadis). De las obras que se han atribuido a Pedro es, sin duda, suya la primera epístola que lleva su nombre. En cuanto a la autenticidad de la segunda ha sido cuestionada, pero lo cierto es que el escrito del Nuevo Testamento con el que tiene mayores coincidencias es precisamente la primera carta de Pedro y tampoco deberían obviarse las lógicas diferencias entre ambas epístolas, que dependen no tanto de la diversidad de autores como del género literario (la primera carta es una epístola, la segunda está concebida como un testamento). Tampoco puede descartarse que la segunda fuera debida a Pedro pero recibiera su forma final de la pluma de un amanuense. En cuanto a los Hechos de Pedro, el Apocalipsis de Pedro y el Evangelio de Pedro son claramente escritos pseudoepigráficos. Se ha señalado igualmente la posibilidad de que el Evangelio de Marcos recoja sustancialmente el contenido de la predicación de Pedro, toda vez que Juan Marcos aparece en algunas fuentes como su intérprete. Tal posibilidad no es desdeñable.
La inclusión de Pedro en las listas de obispos de Roma como el primero de éstos no es anterior al siglo IV, y provocó una alteración en el orden ya establecido. Tal tradición, ciertamente muy tardía, carece de base histórica y, muy posiblemente, fue creada como una manera de legitimar la importancia de una sede episcopal asentada en la capital del imperio. A lo largo de la Edad Media esta dudosa tradición volvió a ser repetida por los papas—con la correspondiente irritación de los otros patriarcas— en un intento por justificar una tesis del primado romano que, históricamente, nunca ha sido aceptada de manera universal. La excavación de 1939-49 de la supuesta tumba de Pedro en Roma no sacó a la luz los restos del apóstol —como pretendió el 26 de junio de 1965 el papa Pablo VI—, sino un lugar identificado como su sepulcro no antes del siglo II—III.
Bien, vemos que el historiador César Vidal, aun descartando que Pedro fuera obispo de Roma (en realidad los apóstoles no eran obispos sino obviamente apóstoles, pero Eusebio dice que fue obispo de Roma), acepta que:
1- Estuvo allá.
2- Predicó el evangelio allá, siendo dicha predicación recogida en el evangelio de Marcos.
3- Murió mártir allá.
Respecto a que Pedro aparece en las listas sólo a partir del siglo IV, sencilla y llanamente no es exacto. La sucesión del obispo de Roma como derivada de Pedro (y también de Pablo, dicho sea de paso) aparece bastante antes como queda claro en las citas de de los cristianos de los primeros siglos acerca de la estancia, predicación y martirio de Pedro en Roma:
Lactancio en "Los muertos de los perseguidores", año 318:
"Cuando Nerón estaba reinando en Roma, Pedro llegó a la ciudad....... y allí Pedro fue clavado a una cruz, y Pablo asesinado.
Pedro de Alejandría en "Penitencia, canon 9", año 306:
"Pedro, el primero entre los apóstoles, habiendo sido detenido y puesto en prisión donde fue tratado ignominiosamente, finalmente fue crucificado en Roma"
Eusebio de Cesarea en "La Crónica", año 303:
"El apostol Pedro, después de que hubo establecido la Iglesia en Antioquía, fue mandado a Roma, donde permaneció como obispo de la ciudad..."
Poema contra los marcionitas, autor desconocido, año 267:
"En esta silla, en la cual él se había sentado, Pedro en la poderosa Roma mandó a Lino, el primer elegido , que se sentara"
San Cipriano, en su epístola 52, año 251, describe Roma como el "sitio de Pedro"
Orígenes, en el 232 en su Tercer "Comentario sobre Génesis", citado por Eusebio:
"Pedro, habiendo llegado a Roma, fue crucificado cabeza abajo, tal y como él había pedido"
"El pequeño laberinto", del año 211, citado por Eusebio:
"Victor fue el decimotercer obispo de Roma desde Pedro"
Tertuliano, en su "Oposición contra los herejes", 36. Año 200:
"Pero si estás cerca de Italia, ahí tienes a Roma, donde la autoridad está a mano para nosotros también. Qué ciudad dichosa es, en la cual los apóstoles derramaron toda su doctrina junto con su sangre. Donde Pedro tuvo una pasión como la del Señor, donde Pedro fue coronado con la muerte de Juan"
Clemente de Alejandría, año 200, en sus "Bosquejos":
"Las circustancias que ocasionaron los escritos de Marcos fueron estas: Cuando Pedro predicó públicamente la Palabra en Roma y declaró el evangelio por el Espíritu, muchos de los presentes pidieron que Marcos, que había sido durante largo tiempo su seguidor y que recordaba sus dichos, escribiera lo que había sido proclamado."
Cayo, "Controversia con Próculo", año 198:
"Está atestiguado que Pablo murió decapitado en la propia Roma, y Pedro, de igual manera, fue crucificado, durante el reinado de Nerón. El acontecimiento está confirmado por los nombres de Pedro y Pablo en los cementerios de allí, donde permanecen hasta este momento. También es confirmado por uno de los principales de la Iglesia, de nombre Cayo, que vivió en tiempos de Zósimo, Obispo de Roma."
Ireneo de Lyon, "Contra los herejes", año 189:
"Mateo también publicó entre los hebreos un evangelio escrito en su propio idioma, mientras que Pedro y Pablo estaban en Roma evangelizando y echando los fundamentos de la Iglesia.
Pero dado que sería muy largo enumerar in este volumen la sucesión de todas las iglesias, confundiremos a todos aquellos que, de cualquier forma, sea por auto-satisfacción o vanagloria, o por ceguera y opinión perversa, se reunen en otra iglesia que la apropiada, señalando aquí los sucesores de los obispos de la ciudad más grande y antigua iglesia conocida por todos, fundada y organizada en Roma por los dos apóstoles más gloriosos, Pedro y Pablo, la Iglesia que tiene la tradición y la fe que nos llega a nosotros después de haber sido anunciada a los hombres por los apóstoles.
Con esa Iglesia, debido a su superior origen, todas las iglesias en el mundo entero deben de estar de acuerdo, y es en ella donde los fieles de cualquier lugar han mantenido la tradición apostólica."