Re: (((((( EL DILUVIO BIBLICO ))))))
Mi estimada Karina:
Aquí voy de nuevo.
En psicología se llaman los mecanismos de defensa.
A la acción de “ver” lo “evidente” de ninguna manera se le puede relacionar con ningún “mecanismo de defensa”. Partes de una premisa incorrecta. No sería eso que tú aseguras, sino más bien sería como ignorar una acción evidente y precisa anteponiendo nuestro orgullo y desinformación, creyéndonos que ya alcanzamos todo nuestro potencial psicológico para lograr esclarecer conceptos que nosotros mismos entorpecemos, cuando nos creemos que somos autosuficientes y depositarios de toda la sabiduría que la “madre naturaleza” nos ha heredado. Si la estupidez existe, nadie podría decir que el que se autodefine como tal, podría desenfundar los “mecanismos de defensa” para persistir en su deshonestidad amparado en la justificación de su insensatez.
En realidad no. Se considera que una persona tiene el mecanismo de defensa de la negación cuando TODOS lo pueden ver igual y con claridad y sólo ella no lo puede ver así debido a contenidos mentales inconscientes que le evitan tal visión. En este sentido, no es que yo este en negación porque, de ser así, todos podrìan ver las cosas con la misma claridad que usted, cosa que no sucede.
Depende del cristal con que se mire y de la conveniencia de circunstancias que lo respalden. Ejemplo: Si tú visitas un antro de libertinaje como una discoteque en donde se permite de “todo” lo popular en el mundo moderno, podrías observar, sorprendida, que todos a tu alrededor parecieran estar cómodos y satisfechos entre sudores, humo de cigarrillo, consumo de drogas y bailes eróticos que sacarían de balance a cualquier “cristiano” , entre otros desórdenes sociales. En este marco de circunstancias, y según tu ejemplo, este “mecanismo de defensa equivocado” estaría del lado del visitante sólo por el hecho de que la mayoría de los allí practicantes de semejante contaminación puedan “ver las cosas con la misma claridad que tú no ves? ¡Tu argumento no es válido, y mucho menos honesto, ya que lo estás enfocando solamente en una dirección, la que quieres “ver” y defender!
Pero son verificables, legibles, detectables a partir de diversos aparatos o técnicas. Y si le damos un Electroencefalograma a mil personas, todos verán las ondas cerebrales, todos verán las mismas. La fe y el mundo espiritual depende de la postura personal, el lugar en que nacimos, la manera en que fuimos educados, etc. Una onda magnética o un trabajo de electrones no es interpretado de 50,000 maneras diferentes, todas ellas diciendo que son la unica y verdadera interpretación.
¡Claro!... puedes “ver” la sabiduría y maravilla de estas fuerzas que han estado presentes desde el principio. Puedes entender sus beneficios y funciones hasta donde la limitación de su mente te permita, de acuerdo a descubrimientos científicos aplicables y verdaderos. Pero impera el punto en que estos fenómenos son invisibles a nuestros ojos y necesitamos su manifestación “evidente” de su presencia en nuestro mundo. ¡Ese es el punto que tú no quieres “ver”! Dios nos habla constantemente, por medio de lo material, para despertarnos de nuestra insensatez cuando decimos “No hay Dios”.
Una visión de la estructura de este mundo más o menos determinada opera precisamente en cada trabajo particular científico-espiritual, y aún en cada percepción de un hecho cultural. Sólo que opera generalmente como una visión compleja, aproximada, filosóficamente no aclarada y llena de aparentes contradicciones. Y esta es, pues, la segunda reflexión que habla en favor del planteamiento filosófico-cultural: esta imagen total previamente dada de la estructura del mundo espiritual debe ser llevada del estado de una visión indudable al estado de los contextos conceptuales, y la filosofía no puede ni debe esquivar esta responsabilidad de análisis profundo de las evidencias que existen en el universo material que nos llevan a descubrir las revelaciones del universo espiritual.
¿Es una falacia? O sea que si alguien que no cree en el sol voltea hacia su luz directamente, ¿no se ciega?
Yo no dije eso. Creo que no entendiste mi argumento. Dije “NO NECESITO QUE ALGUIEN CREA EN EL SOL PARA PODER VERLO”. Es decir, yo PUEDO VER EL SOL sin necesidad de que haya creído en él antes. ¡Es sencillo! ¡Puedo ver su luz y quedar ciego aunque haya alegado que no creía en él! ¡Pues en el momento en que quedé ciego, me percaté que debí haber creído en él! Porque de lo contrario, estarías en contra de tu propia filosofía atea cuando afirmas que “no necesito creer en Dios para poder verlo, porque para verlo, no necesito primero creer en El”.
Vale, completamente de acuerdo. Estoy completamente abierta a entender los efectos del mundo espiritual o la existencia de Dios. Cuénteme cuáles son los efectos de la existencia de Dios que no se puedan entender de otras maneras científicas más redondas.
El mundo espiritual es invisible a los ojos humanos. En esto estamos de acuerdo. Necesitamos “herramientas” espirituales para poder visualizarlo. No podemos aplicarle al mundo espiritual las mismas reglas que pretendes aplicar al mundo material. Allí estriba tu equivocación. Escogiste el sendero incorrecto, el cuadrilátero equivocado. Si solo puedes “ver” lo que te dicta el materialismo explícito como única opción para poder entender cualquier fenómeno que proviene de él, ¿Cómo pues pretendes observar la sabiduría manifiesta en la naturaleza y en el cosmos y que no te diga nada? Mi estimada Karina, los únicos seres que no tienen la capacidad para comprender el mundo espiritual son los animales irracionales que no tienen ese potencial que adolecemos los seres humanos, como la más grande diferencia que nos separa de las criaturas inferiores. Ese sentimiento de pequeñez que a veces nos invade ante una puesta de sol; ante un nacimiento de un niño; ante la risa y las lágrimas de nuestros hijos; de la impresionante vista nocturna de un cielo tachonado de estrellas; de la hermosa lumbrera que nos da su reflejo nocturno y el imponente y poderoso astro solar que sustenta la vida en nuestro planeta. Esa sensación de pequeñez a veces nos llena de un fervor reverencial, siendo la puerta a la comprensión del mundo espiritual para entender y llegar a conocer a Dios. Dios nos dejó el universo material, con todas esas leyes que dices existen y son aplicables a la realidad de nuestro entorno y que podemos palpar a diario, explicables y consecuentes para que, por su medio, lo veamos a El a través de este universo.
¿Cómo sabe que no los entendían? ¿Por qué lo supone?
Existen millones de personas en la actualidad de gran religiosidad que siguen a sus líderes religiosos por tradición, por fanatismo, por conveniencia, por inercia, por convicción o bien, por ser populares. No supongo nada, lo he estudiado y créeme, es impresionante la estadística de que, por lo general, se sigue algo aunque no se entienda a plenitud. Tú mismo eres un ejemplo cuando seguías “algo” que creías era el cristianismo auténtico que no te dotó de la armadura del conocimiento que te hubiera impedido ceder ante los arteros ataques del materialismo.
Buda no es un ser divino, es una persona iluminada, no es el gran creador del universo como en las otras religiones mencionadas. Pensé que el comentario valía la pena.
Dices bien, Buda no es considerado como Dios pero sí como un “Iluminado”, y todo “Iluminado” puede considerarse como una divinidad. “Esta diferencia entre divinidad y deidad se puede ilustrar haciendo alusión a la visión cosmológica de alguna religión no teísta, como por ejemplo el budismo, donde, mientras la divinidad es entendida principalmente como la ley que gobierna el mundo, de manera infinita y eterna, las deidades (devas) son mortales —aunque su longevidad se mida en millones de años— y no tienen el poder de ir contra esa ley suprema.” (wikipedia). Además, el comentario fue generalizado, no centrándome en la figura de Buda como queriendo decir que era considerado como un DIOS. Tratas de “colar el mosquito pero siempre estás dispuesta a tragarte el camello entero”.
Y no, no hicimos una "súbita" aparición. Aparecimos gradualmente a través del proceso de la evolución biológica. No sé si usted cree o no en la Evolución y sus obvias y amplias evidencias, pero aun si no cree, su afirmación de que Dios es "la única manera de entender" es equivocada, la Evolución es otra manera de entender. Dios dista mucho de ser la única.
No, en realidad sucede todo lo contrario. la geología, la psicología, la paleontología, la física, la química, la medicina... todo ello muestra evidencias de que la Evolución es un proceso que en realidad se dio. Todos esos procesos no requieren de la intervención de un Ser Supremo y no se han visto frustradas en lo absoluto. Al contrario, cada día hay una nueva evidencia, una nueva técnica y un nuevo descubrimiento que apoyan la explicación a través de la evolución de las especies.
Incorrecto. La evolución biológica de las especies a la que haces referencia no ha sido sustentada por la ciencia verdadera como un hecho científico innegable. Es todavía una teoría que está muy lejos de ser una realidad científica. Y por supuesto que no creo en esa falacia de que provenimos de seres inferiores. Esa es una de las mentiras más abominables jamás dirigidas a las mentes humanas para destrozar lo poco que queda de la espiritualidad de los seres más débiles que sucumben a las embestidas de la brutalidad y de la ignorancia, de eso que llaman “ciencia”. Esa maquinaria infernal de la que hemos sido objeto, es la razón fundamental del desequilibrio emocional y físico, así como a la destrucción de los pocos valores morales que a veces tratamos de recuperar, por considerarse “anticuado” o poco “popular” en un mundo que carece de ideales espirituales y cuya irresponsabilidad es reflejo innegable de los sectores de poder que envenenan con su credo, al igual que la falsa religiosidad de inescrupulosos que juegan a ser “iluminados” del Altísimo, queriendo suministrarnos, diariamente, una infame cucharada de veneno que está destruyendo la familia, base fundamental de la sociedad que nos preciamos tener. Sobre el particular, ya que te referiste al tema evolutivo directamente, trataré de resumir algunos interesantes comentarios de científicos honestos sobre la teoría de esta evolución biológica a la que te postras y caes reverencialmente, víctima también de quién sabe qué fuentes de la pseudociencia que pretende dar por verdaderas, las miles de lagunas biológicas que se interponen para justificar la aberración de esta irresponsable actitud al servicio de la incomprensión y la ignorancia volitivas. Veamos algunos comentarios de verdaderos científicos sobre la evolución.
Un escritor del periódico Times de Londres, Christopher Booker (quien acepta la evolución), dijo esto acerca de esta: “Era una teoría hermosamente simple y atractiva. Lo único que pasaba era que, como por lo menos en parte Darwin mismo sabía, estaba llena de huecos de tamaño colosal”. En cuanto a El origen de las especies de Darwin, comentó: “Tenemos aquí la suprema ironía de que un libro que se ha hecho famoso por explicar el origen de las especies no hace en realidad nada de eso”.
Booker también declaró: “Un siglo después de la muerte de Darwin, todavía no tenemos ni la más ligera idea demostrable, o siquiera plausible, de cómo en realidad tuvo lugar la evolución... y en los últimos años esto ha llevado a una serie extraordinaria de batallas en cuanto a toda la cuestión. [...] entre los evolucionistas mismos existe un estado de casi guerra abierta, en la que toda clase de secta [evolucionista] insta a que se efectúe alguna nueva modificación”. Llegó a esta conclusión: “En cuanto a cómo o por qué realmente sucedió, no tenemos la más leve idea, y probablemente jamás la tendremos”. (The Star, Johannesburgo, “The Evolution of a Theory”, por Christopher Booker, 20 de abril de 1982, p. 19).
La revista científica Discover planteó la situación de este modo: “La evolución [...] no se halla solo bajo ataque por cristianos fundamentalistas, sino que también está siendo cuestionada por científicos de reputación. Entre los paleontólogos, científicos que estudian el registro fósil, aumenta el disentimiento respecto al punto de vista general del darvinismo”. Discover, “The Tortoise or the Hare?”, por James Gorman, octubre de 1980, p. 88,
Francis Hitching, evolucionista y autor del libro The Neck of the Giraffe (El cuello de la jirafa), declaró: “Después de centuria y cuarto, el darvinismo, a pesar de la aceptación de que es objeto en el mundo científico como el gran principio unificador de la biología, afronta una sorprendente multitud de dificultades” The Neck of the Giraffe, por Francis Hitching, 1982, p. 12.
Después de una importante conferencia de unos 150 especialistas en la evolución, celebrada en Chicago, Illinois, E.U.A., un informe llegó a esta conclusión: “[La evolución] está experimentando su más amplia y más profunda revolución en casi 50 años. [...] Ahora hay gran controversia entre los biólogos respecto a cómo, exactamente, tuvo lugar la evolución. [...] No estaba a la vista ninguna resolución clara de las controversias”[SUP]. [/SUP]The Enterprise, Riverside, California, “Macroevolution Theory Stirs Hottest Debate Since Darwin”, por Boyce Rensberger, 14 de noviembre de 1980, p. E9;
Science, “Evolutionary Theory Under Fire”, por Roger Lewin, 21 de noviembre de 1980, pp. 883-887).
El paleontólogo Niles Eldredge, prominente evolucionista, dijo: “La duda que ha penetrado en la previa certidumbre cómoda y satisfecha que en los últimos veinte años exhibió la biología evolucionista ha encendido las pasiones”. Habló de la “falta de acuerdo completo hasta en el mismo seno de los bandos en contienda”, y añadió que “en estos días la situación ciertamente es turbulenta [...] A veces parece que hay tantas variaciones sobre cada tema [evolucionista] como biólogos hay individualmente”. Natural History, “Evolutionary Housecleaning”, por Niles Eldredge, febrero de 1982, pp. 78, 81.
Resumiendo algunos de los problemas no resueltos a que se encara la evolución, Francis Hitching declaró: “En tres áreas cruciales en las cuales [la teoría moderna de la evolución] puede ser sometida a prueba, ha fracasado: El registro fósil revela un patrón de saltos evolutivos más bien que de cambio gradual. Los genes son un poderoso mecanismo estabilizador cuya función principal es impedir la evolución de nuevas formas. Las mutaciones aleatorias graduales en el nivel molecular no pueden explicar la complejidad organizada y creciente de la vida”.
Entonces Hitching concluyó con esta expresión: “Para decirlo del modo menos vigoroso, una teoría evolucionista tan asaltada por las dudas hasta entre los que la enseñan puede ser cuestionada. Si el darvinismo es en realidad el gran principio unificador de la biología, abarca áreas de ignorancia extraordinariamente grandes. No llega a explicar algunas de las cuestiones más fundamentales de todas: cómo adquirieron vida unas sustancias químicas inanimadas, qué reglas de gramática hay tras el código genético, cómo dan forma los genes a los organismos vivientes”. En realidad, Hitching declaró que consideraba la teoría moderna de la evolución “tan inadecuada que merece ser tratada como asunto de fe”. (The Neck of the Giraffe, pp. 103, 107, 108, 117)
Sin embargo, muchos defensores de la evolución piensan que sí tienen suficiente razón para insistir en que la evolución es un hecho. Explican que solo están debatiendo en cuanto a detalles. Pero si a cualquier otra teoría le quedaran dificultades tan enormes por explicar, y contradicciones tan grandes entre los que abogan por ella, ¿sería pronunciada con tanta presteza un hecho? El simplemente repetir que algo es un hecho no convierte a tal cosa en una realidad. Como escribió en el periódico The Guardian, de Londres, el biólogo John R. Durant: “Muchos científicos sucumben a la tentación de ser dogmáticos, [...] vez tras vez se ha presentado la cuestión del origen de las especies como si finalmente se hubiera resuelto. Nada pudiera estar más lejos de la verdad. [...] Pero la tendencia a ser dogmáticos persiste, y no rinde ningún servicio a la causa de la ciencia”. (The Guardian, Londres, “Beginning to Have Doubts”, por John Durant, 4 de diciembre de 1980, p.15).
Para muestra, algunos botones. Tengo muchísimas más muy reveladoras. Pero las dejaré para cuando sea necesario.
Lo sigo perfectamente... Pero eso no nos lleva en lo absoluto a que Dios exista.
¿No? Aceptas mi argumento cuando dije: “¡Es decir, para “creer” en el universo, tenemos primero que entenderlo y estudiar las evidencias, para poder aceptarlo! ¿Y rechazas que dicho argumento carece de valor filosófico cuando se lo aplicamos a Dios? ¿No es suficiente evidencia de la insensatez que llena tu corazón?
¿Por qué no? Yo puedo crear a Dios como un personaje enteramente mental y luego escribirlo en un libro y hacerlo pasar por realidad factual. ¿Por qué estas estructuras no tienen sentido?
¿Por qué? Pues porque le niegas al argumento de que pueda ir en dos direcciones diferentes. Sólo aceptas una de ellas, la que se acomoda mejor a tu filosofía atea. Eso no es ser razonable; no es científico, ¡Es dogmático!
Bueno, las similitudes son muchas más que esa.
Podría ser si detallamos el ejemplo. Pero para el caso, las similitudes referidas son las más importantes para hacer ver que algo que es irreal, puede parecerse mucho a lo que es real. Y si, como dices, “son muchísimas más que una” pues entonces con muchísima más razón, el Dios irreal que idealicemos, está más cerca, por indicios, del Dios real que también podemos concebir.
No, no lo es necesariamente. Podría ser verdadero, sencillamente no se tienen evidencias de ello. También Zeus podría ser verdadero, pero no tenemos evidencias de ello.
¡Aquí es donde se aplica lo de las similitudes explicado arriba. El (Dios) Zeus es irreal; Jehová Dios es real: ¿Similitudes? ¡Unicamente las paredes, pero hasta allí!
Porque la psicología y la psiquiatría modernas lo han estudiado hasta el hartazgo y no existe una inclinación INNATA a creer en la divinidad, la perfeccción y el Poder Supremo. Es un aprendizaje de las primeras semanas de vida. Obvio cuando alcanzamos capacidad de recuerdo y razon, recordamos que desde "siempre" hemos tenido esa inclinación. Pero no ha sido desde "siempre", sino desde muy muy pequeñitos.
¿Pero qué dices? Alegas que “recordamos que desde siempre hemos tenido esa inclinación de la reverencia” y sin embargo afirmas que “no ha sido desde siempre, sino desde muy, muy pequeñitos”. Estás desfasada y no enlazas el argumento apropiado con el razonamiento resultante. Al decir yo que desde la aparición súbita de la vida en la escena del mundo traemos por herencia el concepto de “eternidad” en nuestros genes y el deseo de adorar a un Ser Superior, no quise decir menos que eso. Si bien es cierto que dicha herencia reverencial a veces se nos inculca desde las primeras semanas de vida, generalmente por tradición religiosa de nuestros progenitores, también es cierto que si prescindiéramos de dicha información, nos inclinaríamos reverencialmente en algún momento de nuestra vida a pensar en nuestra razón de ser, que desarrollamos en cualquier momento de nuestra vida. En el caso particular, yo me acuerdo muy bien de cosas desde cuando tenía 8 o 9 años a los sumo. Mis padres nunca fueron como que muy religiosos que digamos y fui yo el que empecé con las preguntas de rigor acerca de nuestros inicios y otras preguntas que no podía comprender, precisamente acerca del origen del “hombre mono” y por el otro lado, lo que contaba la Biblia sobre “Adán y Eva”. ¡Claro que las circunstancias y las preguntas varían de una persona a otra pero se deja ver ese común denominador en la raza humana (con las excepciones a toda regla, claro está). ¡Y por supuesto que es cuando nacemos que se nos desarrolla dicho sentimiento! Pero lo cortés no quita lo valiente; no significa que no lo traigamos “pegado” en nuestro genoma humano.
Pero estoy abierta a que me lo demuetren. Si hay los argumentos y las evidencias, entonces cambiar de postura es el camino a seguir. Yo no creo que exista nada como la "verdad absoluta", por tanto no puedo esgrimirla como usted dice, sencillamente estoy respondiendo, en orden, a los argumentos y contraargumentos que se han presentado. Lo que tiene evidencia clara es luz para la mente abierta. Por eso cuando no creía en la Evolución fue que las evidencias ASFIXIANTES de ella me llevaron a cambiar de postura. Del mismo modo, evidencias unívocas de Dios me llevarían a cambiar mi postura.
Estás abierta más bien a contradecir a todo aquél que defienda la creencia en Dios. Al parecer ya “tiraste la toalla” y dejaste de luchar porque consideraste tu derrota mucho antes de dar la verdadera batalla por la fe. ¿Que la verdad absoluta no existe? ¡Pero si esa verdad absoluta la vemos reflejada a cada paso, a cada centímetro, a cada milímetro de nuestra vida. Existen muchas verdades absolutas por cuyo motivos existimos. Esa afirmación de que “la verdad absoluta no existe” es en sí misma una “VERDAD” para ti ¿Sí o No? Porque si afirmas que la verdad absoluta no existe, esta misma expresión contradice tu tesis. Si lo afirmas es porque para ti es una “verdad absoluta”.
Así es, es un contenido mental creativo. Podemos inventar en nuestra mente a Dios y a Superman. Existen en nuestra imaginación, en nuestro deseo e incluso en nuestro afecto. Pero no son seres reales.
Entonces… los viajes a la luna que imaginó Julio Verne, solo porque en esa época no existía la tecnología que hiciera posible semejante hazaña, ¿Era irreal el pensamiento? ¡Para nada! Era cuestión de tiempo para descubrir lo que antes era solamente un pensamiento más. El mismo razonamiento se aplica a Dios. El hecho de pensar en El como un ente real en este momento no descalifica nuestra confianza de que realmente exista, solo por el hecho de que para ti no hay “pruebas” científicas que nos demuestren, mediante alguna ecuación matemática, la existencia de esta Primera Causa. Puede ser real pero no es el tiempo oportuno para que millones de personas, por su obstinada ignorancia al servicio del más recalcitrante irrespeto por todo lo espiritual, le vuelvan la cara a la realidad de lo incomprensible. Eso es una total incongruencia.
No tengo absolutamente ninguna fobia a la existencia de Dios. Al contrario, que existiera sería algo lindo e interesante. Pero no tengo evidencia de que existe y su argumento de: "si podemos pensar en un ser Todopoderoso es porque existe" sencillamente no funciona debido a los argumentos que he puesto sobre la mesa. Si con la creatividad podemos pensar en un Superman Todopoderoso, ¿por qué no podemos crear y proyectar a un Dios Todopoderoso?
¡Claro que la tienes pero no te das cuenta! ¡Nunca has tenido valores firmes fundamentados en realidades concretas que te autodefinieran como una persona respetuosa de lo único que nos puede proteger del desolado panorama mundial del materialismo sin freno que, como plato del día, amenaza con la destrucción de la raza humana. Dijiste por ahí que antes eras “creyente cristiana” pero, aún entonces, nunca creíste en el diluvio bíblico. ¿Qué clase de cristianismo profesabas entonces? Porque el propulsor del cristianismo, el hombre Jesucristo que menciona la Biblia, sí creía en el desastre que azotó la tierra en los días del patriarca Noé como un hecho real acontecido en el pasado primitivo de la humanidad. Creías que eras cristiana y te aferraste al fanatismo de una dispensación “cristiana de pacotilla”, como les digo yo, que creen, precisamente en lo que creen, pero sin entender a cabalidad el dogma que abrazan sin ningún tipo de restricción.
No dije eso. Claro que podemos concebirlo y puede ser real. Pero concebirlo no es prueba alguna de que sea real. Julio Verne concibió los viajes a la luna y luego de muchos años estos se hicieron reales. Si Dios se presenta más adelante, estoy dispuesta a cambiar mi punto de vista. Pero por hoy es la concepción mental de algo no-demostrado, tal como lo sería la concepción de los Transformers. Es una concepción humana que aun no vemos en el mundo real. Hay que esperar, entonces. HOY en día no podemos afirmar certeramente la existencia de Dios ni de los Transformers.
Reiteras tu contradictora postura. Dices que se puede concebir la idea de Dios y “puede ser real”, pero, al mismo tiempo, rechazas, por falta de “pruebas” para que sea real. ¿Acaso no ves en la naturaleza la prueba de Su existencia? Porque, como dijo el otrora escritor del Nuevo Testamento: “… sus cualidades invisibles se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por medio de las cosas hechas, hasta su poder Sempiterno y Divinidad, de modo que son inexcusables”.
No, al contrario. El universo nos grita de manera clara que no hay una fuerza benigna detrás de nuestra creación y detrás de la protección de nuestro planeta.
Creo que persistes en tu desatino. Deseas con vehemencia creer en que Dios no existe y te diriges a las fuentes equivocadas que presentan evidencias filosóficas y pseudocientíficas que explican, según ellos, el origen de la vida por medio de la evolución biológica. Pero existen otros comentarios no menos dignos de escuchar, amparados a la realidad de las investigaciones verdaderas de científicos honestos y no proclives a la demagogia insensata de los charlatanes populares de la comunidad científica atea; voces fidedignas y racionales que parten de un principio de la lógica elemental y el sentido común de las milenarias palabras de una simple filosofía de plena armonía con la realidad: “Toda casa es construida por alguien, pero el que construyó todas las cosas es Dios”. Henry Margenau, doctor en Física de la Universidad de Yale, señaló que está convencido de que las leyes de la naturaleza son obra divina, y añadió: “Dios creó el universo de la nada, en un acto que también trajo a la existencia el tiempo”. Luego indicó que en el libro The Mystery of Life’s Origin (El misterio del origen de la vida) aparecen tres científicos para quienes un Creador constituye una explicación plausible del origen de la vida. Respalda este criterio la declaración del astrónomo Fred Hoyle de que creer que la primera célula fue fruto del azar equivale a pensar que un tornado puede ensamblar un Boeing 747 al pasar por una chatarrería llena de piezas desordenadas de este avión.
Ustedes tienen solamente dos premisas a su favor: 1) No lo pueden ver con sus ojos físicos y 2) Su comportamiento no complace a la comunidad atea.
No, eso es limitado. Tenemos la premisa de que toda explicación del pasado que tenía que ver con Dios (desde la lluvia hasta el origen del hombre) hoy puede explicarse de otros modos, modos que tienen mayor evidencia que un libro de 4000 años de antiguedad. También tenemos la premisa de la ausencia de evidencia en cuanto a la existencia de Dios. También tenemos como premisa el supuesto comportamiento y plan de Dios, diferente de persona a persona, de religión a religión, siempre de manera local, siempre inclinada al pueblo o la raza que lo creó o que cree en él. Entre otras muchas premisas como las contradicciones de la fe, la necesidad forzosa de la fe para comprender la espiritualidad, la inclusión de la espiritualidad SOLO en los campos que aun no domina el conocimiento humano y la cerrazón ante la evidencia clara y apabullante de otras explicaciones que no requieren a Dios.
Tu premisa es incorrecta y no aplica en tu ejemplo. El que se tuvieran ideas en el pasado acerca del concepto “Dios” no implica que esas creencias en lo sobrenatural, sean la regla con que se puede medir el concepto de la verdad sobre Dios. Simplemente muchos pueblos cayeron en la ignorancia y alteraron la realidad con la mitología absurda y sin sentido, así como la degeneración por adaptarse al popular mundo que les tocó vivir. Y esto ha pasado en todas las épocas de la historia humana. Hoy estamos cosechando los frutos de esa fatuidad y el envilecimiento altivo que nos caracteriza, precisamente por creernos “la mamá”, ya no de Tarzán, sino del mismísimo Supermán. Te refieres que existe hoy en día una “mayor evidencia” que la que presenta un libro de 4000 años de antigüedad”. ¿Qué evidencia será esa? ¿Premisa sobre el comportamiento y plan de Dios? ¿Del comportamiento de Dios? ¿De las diferencias entre religiones según la época? ¿Contradicciones de la fe? ¿De la “apabullante” evidencia de otras explicaciones que no requieren de Dios? ¡Vaya si has tocado fondo mi estimada Karina! ¡El lavado de cerebro que te hicieron ha sido impresionante, te ha dejado sin voluntad propia, sin posibilidad alguna para pensar en otra cosa que no sea el recalcitrante mundo ateo-materialista.
Oh, creame que lo intenté durante muchos años. ¿Cómo diría usted que podemos estudiar a Dios científicamente?
Pues búscale cuidadosamente porque, en realidad, “no está muy lejos de cada uno de nosotros”. El es el mayor CIENTIFICO de todos, el Verdadero, el Creador, el Formador de la Tierra. Dirígete a las fuentes verdaderas de la erudición y descubrimientos científicos apropiados. ¡Aléjate de la pseudociencia! ¡Aléjate de los malos consejeros que quieren destruir lo único que nos dará una esperanza de vida, no de muerte. Aléjate de lo popular; de los que están vacíos por dentro, de todos aquellos que dicen: “Comamos y bebamos porque mañana moriremos”.
Un saludo sincero.