Un saludo amistoso.
Partes de una premisa que para ti es tu “verdad” sobre lo que consideras como “postura mitológica”. Afirmas que al ejecutar “a gente mala, es en sí, uno de los grandes detalles que demuestran que son historias mitológicas y no reales.” ¿Hay mitos en la Biblia? Se puede responder que no, aunque para contestar con exactitud habría que precisar qué se entiende por mito. Ya desde sus orígenes algunos pretendieron acusar al cristianismo de ser portador y vehículo de mitos. Pero también desde el principio, el cristianismo tuvo conciencia de la profunda diferencia entre los mitos y los hechos reales salvíficos que predicaba y se advertía a los cristianos del peligro del mito. Como norma para averiguar si el mito, en alguno de los sentidos anteriormente expuestos, se encuentra en la Biblia, hay que tener en cuenta: (1) En todas las religiones antiguas, los mitos están en estrecha relación con el politeísmo. Cuentan la historia de los «dioses» ocurrida en el «tiempo primordial», arquetipo sagrado de cuanto ocurre aquí en la Tierra, sea en los ciclos del cosmos, sea en las sociedades humanas. Es evidente que la revelación bíblica, por su estricto monoteísmo, elimina de modo radical estas creencias. No hay «historias divinas» que se desarrollan en los «ciclos del cosmos», sino «historia sagrada», la del plan de salvación que se desenvuelve en la misma historia humana. (2) Como dice R. Marle (DB, Suppl., VI,262): «la crítica de origen racionalista tratará de explicar por el mito, por la leyenda o por la imaginación creadora de la comunidad, todo lo que la ciencia no parece admitir como histórico y en particular todo lo que exigiría tomar en consideración un elemento de orden propiamente sobrenatural»
El que no entendamos al Ente “omnisciente” que mencionas, no por ello lo vamos a juzgar con nuestras propias ¿Reglas? o conceptos heredados de culturas milenarias, cuyas características resultantes fueron siempre las mismas, con algunas variantes, dando a conocer el trasfondo de la sabiduría implícita en la naturaleza de nuestro entorno. La razón de nuestra existencia tiene que tener un sentido “no mítico”, sino “real” puesto que somos “reales” y vivimos en un mundo “real”; al menos a esa conclusión llegamos los que tenemos todavía el privilegio de referirnos al tema. ¿Y quién es el que, en última instancia y por derecho propio, debería juzgar nuestras acciones sino ese ente “omnisciente” al que haces alusión de forma tan “impersonal”, tan “mitológico”, al que te refieres de forma tan sincera en tu frase "eslogan" posteado abajo de tu espacio cuando añoras que "sería tan hermoso que existiera un Dios y una Providencia, un orden moral y una vida en el más allá..." sólo porque no entiendes sus Designios como Dios? estás intentando traspasar los límites de lo incomprensible para nuestra mente finita y desprovista de los más elementales recursos capaces de comprender (el más allá al que te refieres del universo material) lo que no se puede con la razón.
¿A qué conclusión llegaremos? “Si queremos hurgar en las estrellas, tenemos que acudir al telescopio; si necesitamos contemplar lo infinitamente pequeño, utilizamos el microscopio; si anhelamos “ver” a Dios, necesitamos la “fe”. Anónimo
Con todo respeto,
M