El Concilio de Nicea tuvo lugar en el año 325 por orden del emperador romano César Flavio Constantino.
El emperador no era apóstol, ni figura en la biblia como autoridad alguna.
Entiendo bien por qué usted aborrece tanto la Biblia.
En este intercambio con el forista Jorge Enrique, le hago notar lo erróneo de su actuación, cuando quiere validar un concilio convocado por un emperador pagano, para darle un estatus semejante al que goza la inerrante Palabra de Dios.
Entonces le hago saber:
Entiendo bien por qué usted aborrece tanto la Biblia.
Lo digo porque ya está acostumbrado a hacerlo, como todo católico empedernido lo hace, en considerar el magisterio de la santa madre iglesia católica, apostólica y romana, como si fuera la Biblia.
Y es aquí, cuando salta Daniel Flores, haciéndose el desentendido, el que no sabe por qué le estoy diciendo lo anterior a Jorge Enrique. Porque no podemos abandonar la Biblia para poner nuestra confianza, en otras fuentes de manufacturación humana, como si fueran la misma Biblia.
Y mucho más cuando ese magisterio, añadió otras doctrinas y otros cultos y devociones, propios del catolicismo romano, pero ajenos a la Biblia.
Entonces veamos el parecer de Daniel Florez, como abogado gratuito de Jorge Enrique:
¿Porque lo dice?
Lo mismo podríamos decir de usted que en lugar de aceptar las simples enseñanzas de la biblia prefiere aceptar enseñanzas calvinistas y dispensacionalistas como el Rapto Secreto e interpretaciones futuristas del libro de Daniel y Apocalipsis, en lugar de interpretaciones historicistas como los antiguos reformadores de la era de la Reforma.
¿Por qué lo dice?
Se ve claro que no leyó sobre la pretensión de quitar los ojos de la Biblia para colocarlos en concilios y magisterios romanos.
Eso es alta traición a Cristo.
Entonces trae a colación las dispensaciones y el arrebatamiento de la Iglesia, al cual le da el sentido peyorativo de "rapto secreto". Expresión que no se haya en la Biblia y es motivo de rechazo por cuanto posee una connotación delictiva, ya que nuestro Amado Salvador no es ningún secuestrador, que es el sentido implícito dentro de la expresión "rapto secreto".
Si el profeta Daniel habló sobre temas que deben suceder en el tiempo del fin, y lo mismo ocurre con Apocalipsis:
¿Por qué tengo que darle un sentido distinto?
¿Acaso los "preteristas" no yerran al apelar a la historia, la cual espiritualizan, para que cuadre con sus ideas de un reino espiritual y un retorno del Señor también espiritual y no visible como enseña la Escritura.
Ahora, el señala "a los reformadores de la era de la reforma", pero no menciona ninguno.
Quisiéramos conocer a qué reformadores se refiere como historicistas y cuales son sus planteamientos.
Porque en cuanto a mí concierne, si el Señor ha prometido regresar por su Iglesia, y hacerlo antes de la ira venidera, no tengo porque estar apartando mis ojos de Jesús y sus palabras, para darle crédito a otras fuentes, otras declaraciones, quizás hechas con buenas intenciones, pero que no poseen un átomo de legitimidad como Palabra de Dios revelada en la Biblia.