Breve resumen histórico:
Carlomagno Incrementa Grandemente el Poder Papal
LEON III, 795-816 d.C., a cambio del reconocimiento de Carlomagno, en el año 774, del poder temporal del Papa sobre los Estados papales, dio a Carlomagno en el año 800 el título de "Emperador Romano", combinándose así los dominios romanos y francos en el "Sacro Imperio Romano," cuya capital se traspasaba así de Constantinopla a Aquisgrán en Alemania occidental. Carlomagno (742-814) rey de los francos y nieto de Carlos Martel, el que había salvado a Europa de los mahometanos, era uno de los más grandes soberanos de todos los tiempos, Reinó 46 años, e hizo muchas guerras y conquistas.
Sus dominios abarcaban la moderna Alemania, Francia, Suiza, Austria, Hungría, Bélgica y partes de España e Italia. El ayudaba al Papa, y éste le ayudaba a él. Fue una de las influencias determinantes en elevar al Papado a la categoría de potencia mundial. Poco después de su muerte, mediante el tratado de Verdún (843), su imperio se dividió en lo que llegó a ser los comienzos de la moderna Alemania, Francia e Italia. Desde entonces y durante siglos, hubo lucha incesante en que disputaban la supremacía los Papas y los reyes alemanes y franceses.
El "Sacro Imperio Romano"
Establecida de esta manera por Carlomagno y León III, constituía la declaración romana de su independencia de Constantinopla y del restablecimiento del Imperio Occidental ; sobre el trono, reyes alemanes con el titulo de "Cesar" conferido por los Papas; una supuesta Continuación del antiguo Imperio Romano. Este imperio había de estar bajo el control conjunto de los papas y de los emperadores alemanes, rigiendo los emperadores en lo temporal y los Papas en lo espiritual. Pero ya que la Iglesia era institución de Estado, no siempre era fácil determinar asuntos de jurisdicción, y la disposición dio por resultado muchas luchas acerbas entre emperadores y Papas. El Sacro Imperio Romano, "nombre más bien que. hecho cumplido," vivió mil años, y le puso fin Napoleón en 1806. Sirvió su propósito en refundir las civilizaciones romana y alemana. "En este Imperio se refundió toda la vida del mundo antiguo: de él nació la vida del mundo moderno." -Bryce.
Esteban IV, 816-7. Pascual I, 817-24. Eugenio II, 824-7. Valentin, 827.
Gregorio IV, 827-44, Sergio II 844-7. León IV, 847-55. Benedicto III, 855-8.
Las Decretales Seudo-Isidorianas Ayudan al Papado
NICOLAS I, 858-67, el Papa más grande desde Gregorio I hasta Gregorio VII. Fue el primer Papa en usar Corona. Para apoyar sus pretensiones de autoridad universal usó con gran efecto las "Decretales Seudo-Isídorianas", libro que apareció cerca del año 857 y contenía documentos que pretendían ser Cartas y decretos de obispos y concilios de los siglos segundo y tercero, todos ellos tendientes a enaltecer el poder del Papa. Eran documentos espurios y falsificaciones premeditadas de antiguos documentos históricos. Pero su carácter espurio se descubrió sino varios siglos después.
Sea que Nicolás sabía que eran falsas o no, cuando menos mintió al afirmar que se habían conservado en los archivos de la Iglesia Romana desde tiempos antiguos. Pero Sirvieron su fin de "sellar con la autoridad de la antigüedad las pretensiones del sacerdocio de la Edad Medía." "El Papado, producto del transcurso de varios siglos, se presentaba como algo que había sido completo e inalterable desde el comienzo mismo. Entre estos documentos estaba la "Donación de Constantino," según la cual éste entregaba al obispo de Roma las provincias occidentales con todas las insignias imperiales.
"El objeto fue datar desde cinco siglos antes el poder temporal del Papa, que en realidad descansaba en las donaciones de Pepín y de Carlomagno." "El más colosal fraude literario (de todos los tiempos." "Fortaleció más al Papado que ningún otro medio, y en gran parte constituye la base de la ley canónica de la Iglesia Romana.
El Gran Cisma del Cristianismo
Nicolás intentó interferir en los asuntos de la Iglesia Oriental. Excomulgó a Focio, patriarca de Constantinopla, quien a la vez le excomulgó a él. Siguió la división del cristianismo, en el año 869 (completada en el 1054). Aun cuando el Imperio se había dividido (desde el 395, y aunque había habido una larga y acerba lucha entre el Papa de Roma y el patriarca de Constantinopla por la supremacía, sin embargo la Iglesia había seguido siendo una sola. A los concilios habían asistido representantes tanto del Oriente como del Occidente.
Durante los seis primeros siglos había correspondido al Oriente la corriente principal de la vida, y era la parte más importante de la Iglesia. Todos los concilios ecuménicos se habían celebrado en Constantinopla o cerca de ella, y en el idioma griego y en ellos se habían resuelto las controversias doctrinales. Pero ahora por fin la insistente pretensión del Papa de enseñorearse del cristianismo entero, se había hecho insoportable, y el Oriente se separó de manera definitiva. El concilio de Constantinopla, del año 869, fue el último concilio ecuménico.
Desde ahora en adelante la Iglesia griega tenía sus concilios, y la romana los suyos. La brecha se ha profundizado con los siglos. El trato brutal de Constantinopla por los ejércitos del Papa Inocente III, durante las Cruzadas, amargó aún más al Oriente, y la creación del dogma de la infalibilidad papal en 1870 ahondó aún más el abismo. Partido así en dos, el cristianismo experimentó otro gran cisma en el siglo 16, bajo la orientación de Martín Lutero, por la misma causa: la insistencia del Papa en enseñorearse sobre el pueblo de Dios.
El Periodo Más Negro del Papado
Adriano II, 867-72. Juan VIII, 872-82. Mariano I, 882-4. Con estos Papas comenzó la época más negra del Papado. 870-1050. Los historiadores han llamado los 200 años de Nicolás 1, hasta Gregorio VII, la "medía noche de las Edades Oscuras." El soborno, la corrupción, la inmoralidad y el derramamiento de sangre lo hacen casi cl capítulo más negro de toda la historia de la Iglesia.
Adriano III, 884-5. Esteban V, 885-91. Formoso, 891-6.
Bonifacio VI, 896. Esteban VI, 896-7. Romano, 897. Teodoro II, 898.
Juan IV, 898-900. Benedicto IV, 900-3. León V, 903. Cristóbal, 903-4.
¿Y todos estos fueron infalibles y escogidos por el E. S.?
Ja...ja...ja... ¡Glub!