La historia de los refugiados españoles en México vuelve a ser tema del día a través de la figura del ex presidente Lázaro Cárdenas, quien es motivo de un homenaje en España por su actitud de brazos abiertos hacia los “perdedores de la guerra civil española”, entre 1934 y 1940.
En un ambiente de algarabía, la Universidad Complutense de Madrid fue el escenario ayer para rendir tributo al ex mandatario y a los 200 docentes españoles que tras la Guerra Civil (1936-39) se exiliaron en México, en una ceremonia en la que Cuauhtémoc, nieto del fallecido presidente, dijo que España “se enriquecerá cuando reivindique la II República como un periodo luminoso de su Historia”.
El homenaje, celebrado ante cientos de personas, fue presidido por la viuda de Lázaro Cárdenas, Amalia Solórzano, su hijo Cuauhtémoc Cárdenas y sus nietos Cuauhtémoc y Camila, así como por la ministra española de Cultura, Carmen Calvo, el rector de la Complutense, Carlos Berzosa, y el escritor Juan Manuel Caballero Bonald.
Otras caras conocidas fueron el histórico dirigente comunista Santiago Carrillo, el historiador Nicolás Sánchez Albornoz, y los cantantes Ana Belén, Víctor Manuel, Rosa León y Joaquín Sabina.
La ministra de Cultura recordó a Lázaro Cárdenas como “figura clave para España” por “la defensa y la acogida” dispensada a esos “transterrados”, que no eran sólo intelectuales de prestigio o profesores: “El 60 por ciento eran agricultores, el 30 por ciento técnicos y obreros calificados y el 10 por ciento intelectuales”, hasta superar los 20 mil refugiados.
Estos “siguieron defendiendo los valores de la libertad y la dignidad” y, en el caso de los docentes, “pudieron enseñar lo que habían deseado enseñar”, dijo la ministra, que evocó a la filósofa María Zambrano para explicar el concepto griego de libertad en Morelia, mientras Madrid sufría el ataque de las tropas franquistas.
Recordando aquellos tiempos, el escritor español José Manuel Caballero Bonald destacó “el refugio, la solidaridad y el trabajo” encontrados por todos estos exiliados en México, y dijo que la conducta progresista de su gobierno “tuvo rango de paradigma universal”.
“Científicos, historiadores, artistas, escritores y poetas, pudieron seguir allí su labor de investigación”, cuando todos los demás países se negaron a ayudarlos, señaló el escritor, que se preguntó “qué habría sido de esa parte fundamental de nuestra cultura sin esa acogida”, y se dijo “conmovido como español, como republicano y como escritor”.
Cuauhtémoc Cárdenas Batel, por su parte, recordó cómo el México de entonces “supo entender como nadie la gravedad de la Guerra Civil Española” y “alzó firme su voz” en foros como la Sociedad de Naciones, “cuando Francia, Inglaterra o Estados Unidos prefirieron desentenderse”.
Antes de concluida la contienda, México acogió a unos 500 niños por iniciativa de mujeres como Amalia Solórzano, que ayer recogió una placa conmemorativa del acto.
“Nunca el gobierno condicionó el asilo a nadie”, dijo el nieto de Cárdenas, que, en contrapartida, destacó haber aprendido de aquellos republicanos españoles “que la patria está en la justicia, la libertad y la dignidad”.
Cárdenas Batel destacó que “la riqueza humana que se perdía en España la ganábamos para México, pero sobre todo, para la preservación de una España libre y su futuro”.
Emocionado, Carlos Berzosa recordó cómo con la guerra partió al exilio “la flor y la nata” de la ciencia española, y cómo los que en España escaparon de ser fusilados “fueron también condenados a un largo y penoso exilio interior”.
Las ciencias y las humanidades sufrieron, dijo, “un golpe mortal del que no pudieron recuperarse en 50 años”, y el exilio significó “la sangría de una parte sustancial del capital humano de la cultura española”, agregó el rector de la principal universidad madrileña.
Pedro Carrasco, catedrático de Física Matemática; José Giral, de Química Orgánica, el gran naturalista Ignacio Bolívar; los fisiólogos José García Valdecasas, Jaime Pi Sunyer y Severo Ochoa, que recibió el Nobel de Medicina en 1956, fueron algunos de los 215 profesores de universidad, 73 de ellos catedráticos, que tomaron el camino del destierro y encontraron en México “su segunda patria”.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional también fueron condecorados ayer con la medalla de la Complutense, junto con el Instituto de México, pues son las instituciones que se nutrieron del saber de estos exiliados.
Así lo recordó Berzosa, que nombró también a profesores fusilados por el régimen del dictador Francisco Franco, como Leopoldo Alas, hijo de Clarín, o Salvador Vila, discípulo de Miguel de Unamuno, así como a los que fueron apartados de sus cátedras.
Además de Amalia Solórzano, se acercaron hasta la mesa presidencial para recibir las medallas de la Complutense, Jesús Avila, del Instituto Politécnico, Alicia Hernández, del Colegio de México, y Adolfo Sánchez Vázquez, de la UNAM.
semana de Homenajes. Artistas e intelectuales españoles como la escritora Almudena Grandes y los cantantes Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat participarán en este homenaje al ex presidente de México que tendrá lugar hasta el próximo 9 de octubre.
Entre las actividades que tendrán lugar para recordar a Lázaro Cárdenas destacan un congreso que rememorará, mediante conferencias y mesas redondas, la gran acogida que México ofreció a los españoles y el exilio tras la Guerra Civil.
Además, se proyectará un ciclo de cine llamado Los Olvidados, en el que se ofrecerán filmes como Los niños españoles en México de Gregorio Castillo (1938) y Los Olvidados de Luis Buñuel (1950).
El broche de oro para este homenaje, que lleva el lema de “¡Gracias México, gracias Cárdenas!”, será un concierto a cargo de Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Miguel Ríos, grupos mexicanos como Jaguares, Folclore Michoacano y actores de la talla de Charo López, José Sacristán y Nuria Espert.
Malestar entre republicanos por discriminación
Pero en Madrid no todo es alegría en torno a la figura de Lázaro Cárdenas, ya que miembros de organizaciones de derechos humanos, partidos y asociaciones que reivindican la memoria de la Segunda República, el exilio y la lucha antifranquista, manifestaron ayer su malestar porque, dicen, el Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Madrid los marginó de este homenaje al ex presidente mexicano.
A través de un comunicado, los inconformes señalan que no es posible que “un reducido grupo de personas monopolice y protagonice lo que debería ser un acontecimiento abierto, participativo, que diera a conocer a los españoles de hoy quién fue el general Cárdenas, y también la solidaridad republicana de los insignes políticos y diplomáticos mexicanos como Isidro Fabela, Gilberto Bosques, Francisco Martínez de la Vega, Lombardo Toledano y Luis I. Rodríguez”.
Los manifestantes no comparten la filosofía, presuntamente “popular”, del homenaje, “que incluye un concierto no acorde con la importancia que el acto requiere, y sí con simpatías profesionales de alguno de los organizadores”.
Tampoco entienden, dicen, otras presencias en el Comité organizador, como la del ex presidente cuyo gobierno se caracterizó por la liquidación de la memoria republicana y por la negación de reconocimiento de derechos a los vencidos de 1939.
Por último, denuncian, entre otros puntos, todo lo que tiene que ver con las actuaciones del Ayuntamiento de Madrid en lo que hace al monumento al general Cárdenas, situado en el Parque Norte de Madrid.
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