EVIDENCIAS DE LA CONVERSIÓN DE UN GENUINO CREYENTE (II)
Antes de continuar con esta segunda evidencia, permítame hacer notar un mensaje que me dejó el diablo por medio de su hijo Sebas:
Sebas escribió:
Como no sabe de lo que habla ni lo que escribe (algo a lo que ya nos tiene acostumbrado), reciba mi perdón por las sandeces que nos pone. Pero preocúpese seriamente por alcanzar el perdón del que realmente perdona, pues las mentiras, las cosas descontextualizadas y todas estas cosas malintencionadas que hace no le son agradables a Dios nuestro Señor.
Esto nos indica que vamos por buen camino… el diablo está enojado y pretende mediante el uso de su hijo Sebas, evitar que esta segunda evidencia de Salvación sea expuesta, en su orden, pero no vamos a perder tiempo con este hijo de Satanás, que todo el tiempo está entorpeciendo y enredando las claras Escrituras que los Hijos de Dios presentan, para darles a conocer las mentiras del magisterio romanista.
La segunda evidencia de Salvación es:
2. LA COMUNIÓN
La experiencia de la resurrección de Lázaro es una figura de la salvación.
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados” (Ef. 2:1).
Nunca leemos de alguna palabra que Lázaro haya dicho, pero la realidad de su nueva vida era tal que “a causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús” (12:11).
¿Dónde vemos a Lázaro después que el Señor le dio vida?
“Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él” (Jn. 12:2).
Así mismo, un católico, muerto en sus delitos y pecados dentro de su religión idolátrica, oye el evangelio de la Gracia de Dios y cree al Señor Jesucristo como su Señor y su Salvador… es resucitado espiritualmente y su comunión ya no es con el Papa Bergoglio, lejos está de ser su esclavo.
Su comunión ya no es con la Reina del cielo.
Su comunión ya no es con las avemarías y rezos a dioses extraños.
Su comunión ya no es con la hostia donde se tragaba un hombre entero.
Su comunión ya no es con los templos llenos de ídolos de yeso y altares iluminados con velas y cirios
Su comunión ya no es con personas ensotanadas vestidas de mentira
Entiende que toda la vida fue engañado buscando al Señor entre los muertos, con sus velas, inciensos, y flores propias de los muertos.
Ahora, al igual que Lázaro, recibe al Señor en su casa para atenderlo, para que Cristo se sienta bien, porque hay un corazón agradecido con el Señor, por haberlo liberado de la muerte espiritual a la que lo había sometido su religión idolátrica.
Y cuando hablamos que lo recibe en su casa, lo estamos haciendo en sentido espiritual, leemos para que se entienda:
Heb_3:4 Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios.
Heb 3:6 pero Cristo como hijo sobre su casa, LA CUAL CASA SOMOS NOSOTROS, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.
Esto nos habla de la preciosa comunión que ahora gozamos verdaderamente con el Padre y con el Hijo (1 Jn. 1:3).
Él nos habla a nosotros por medio de Su Palabra, y nosotros hablamos con Él por medio de la oración.
De nuevo, encontramos otro ejemplo en Saulo.
El Señor le dijo a Ananías: “porque he aquí, él ora” (Hch. 9:11).
Cuando se ora al Padre, en el nombre de su Hijo Jesucristo, es una evidencia de Salvación, porque esta es la verdadera comunión, leemos:
1Jn 1:3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.
Ya no es católico, ahora es un redimido por la sangre de Cristo.
La comunión con la reina del cielo, sus avemarías, sus indulgencias necesarias para trabajar como corredentora, sus ídolos, sus altares, sus procesiones, siguen en el poder del diablo encadenando a muchos católicos, pero Cristo lo ha hecho libre, aquella preciosa palabra es un hecho en su nueva vida, leemos:
Jua_8:36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
Que el Señor, de quién soy y a quien sirvo, prospere esta segunda evidencia de Salvación.
