El anticristo o anticristos enseñara a no cumplir la ley de Dios, que tal esta abrogada eliminada. Ese es su mayor engaño de apostasia.

es lo mismo, si la intentas cumplir es para justificarte.
No, compañero.
Cuando tú intentas cumplir el mandamiento "Amarás a tu prójimo como a ti mismo", o "No levantarás falso testimonio contra tu prójimo", lo haces pensando que por eso quedarás justificado ante Dios?
 
Última edición:
No, compañero.
Cuando tú intentas cumplir el mandamiento "Amarás a tu prójimo como a ti mismo", o "No levantarás falso testimonio contra tu prójimo", lo haces pensando que por eso quedarás justificado ante Dios?
si, ese es el pacto:

Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado. Deuteronomio 6:25.
 
si, ese es el pacto:

Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado. Deuteronomio 6:25.
La justicia que se alcanzará, que se tendrá (nótese el tiempo del verbo en futuro) es el resultado, la consecuencia final de "cuidar de poner por obra todos estos mandamientos"... mandamientos que incluían el arrepentimiento y la expiación por el pecado.
Desde el Antiguo Testamento quedaba claro que para Dios todas nuestras justicias eran como trapo de inmundicia.
Desde entonces se sabía que el cumplimiento perfecto de la Ley era inaccesible, y que por ello se requería la misericordia divina.

La postura de los judaizantes a los que criticaba Pablo siempre fue equivocada: antes de Cristo, en tiempos de Cristo y después de Cristo.
Jesús mismo criticó a los fariseos de su tiempo por su mentalidad de auto-justificación.


9 A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: 10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. 11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14 Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido (Lucas 18:9-14)

En esta parábola, el fariseo pretende autojustificarse por su cumplimiento de la Ley.
El publicano no, sino que suplicaba por la gracia divina.
Jesús dice que el justificado fue el publicano, el que humillándose y negándose a sí mismo, suplicó por la gracia.


En esta parábola, en ningún momento notamos que Jesús ni por asomo sugiera que la fe en la gracia divina haga innecesaria la Ley. De hecho, el publicano se sentía dolorido PRECISAMENTE porque la Ley es buena y la había violado.

Cuando Jesús salva a la mujer adúltera de ser lapidada, le perdona sus pecados pero le pide también "No peques más". La Ley continúa, no como medio de justificación, sino para beneficio del individuo y de la sociedad.
 
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La justicia que se alcanzará, que se tendrá (nótese el tiempo del verbo en futuro) es el resultado, la consecuencia final de "cuidar de poner por obra todos estos mandamientos"... mandamientos que incluían el arrepentimiento y la expiación por el pecado.
Desde el Antiguo Testamento quedaba claro que para Dios todas nuestras justicias eran como trapo de inmundicia.
Desde entonces se sabía que el cumplimiento perfecto de la Ley era inaccesible, y que por ello se requería la misericordia divina.

La postura de los judaizantes a los que criticaba Pablo siempre fue equivocada: antes de Cristo, en tiempos de Cristo y después de Cristo.
Jesús mismo criticó a los fariseos de su tiempo por su mentalidad de auto-justificación.


9 A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: 10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. 11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14 Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido (Lucas 18:9-14)

En esta parábola, el fariseo pretende autojustificarse por su cumplimiento de la Ley.
El publicano no, sino que suplicaba por la gracia divina.
Jesús dice que el justificado fue el publicano, el que humillándose y negándose a sí mismo, suplicó por la gracia.


En esta parábola, en ningún momento notamos que Jesús ni por asomo sugiera que la fe en la gracia divina haga innecesaria la Ley. De hecho, el publicano se sentía dolorido PRECISAMENTE porque la Ley es buena y la había violado.

Cuando Jesús salva a la mujer adúltera de ser lapidada, le perdona sus pecados pero le pide también "No peques más". La Ley continúa, no como medio de justificación, sino para beneficio del individuo y de la sociedad.
Deberías de leer bien la ley, porque la ley es un pacto que está vigente para los pactantes.

Es un pacto con términos y condiciones que no se pueden cambiar a placer.

Un pactante no necesita la gracia, él la puede alcanzar con su propio esfuerzo:

18:5 Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Jehová.

el pacto se estableció en los siguientes términos:

7:1 ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?

O sea, para salirte del pacto es necesario morir.

A eso vino Cristo para que un sacrificio propicio puedas morir a ese pacto, Él es nuestra propiciación, una vez muerto y crucificado juntamente con Cristo mueres a la ley por la misma ley. Y así puedes recibir la gracia que es la vida juntamente con Cristo.

Ya no necesitas tratar de ganar la vida por medio de las obras de la ley ya la tienes en Cristo.

Y si te regresas al pacto antiguo, pues te desligar de Cristo y caes de la gracia.
 
Un pactante no necesita la gracia, él la puede alcanzar con su propio esfuerzo:
Si esto fuera posible, Jesús no habría criticado al fariseo de la parábola.
Jesús no dice que el fariseo mentía. A lo mejor el fariseo realmente había guardado la Ley de la mejor manera que pudo hacerlo.
Tampoco Jesús criticó al publicano por ser perezoso para guardar la Ley.

El pacto era el mismo para ambos. Pero uno fue justificado y el otro no.
¿Por qué? ¿Qué nos quiso enseñar Jesús con esta parábola?
 
Si esto fuera posible, Jesús no habría criticado al fariseo de la parábola.
Jesús no dice que el fariseo mentía. A lo mejor el fariseo realmente había guardado la Ley de la mejor manera que pudo hacerlo.
Tampoco Jesús criticó al publicano por ser perezoso para guardar la Ley.

El pacto era el mismo para ambos. Pero uno fue justificado y el otro no.
¿Por qué? ¿Qué nos quiso enseñar Jesús con esta parábola?
El publicano imploraba la presencia de Dios en su vida y el otro confiaba en las obras de la ley. Uno creía y el otro hacía las obras de la ley. Fue justificado el de la fe.

3:12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.

La ley es un pacto para alcanzar justicia propia y vida con el esfuerzo propio.

Y en realidad no se dio para dar vida, ni para justificar a nadie.

Y se debe a que es un pacto espiritual que se hizo con seres carnales:

Porque sabemos que la ley es espiritual; más yo soy carnal, vendido al pecado. Romanos 7:14.

No se dio para dar vida:

¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. Gálatas 3:21.

no puede vivificar a nadie, un ser carnal no puede cumplir una ley espiritual.

Así de simple.

Pero si te puede dar muerte, que es la justicia de la ley que si puede cumplir.

La justicia de la ley es muerte o vida:

19 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia;

y en realidad la única justicia de la ley es la muerte.

Pero parece que ustedes o no entienden el pacto o lo intentan cambiar a como les conviene, y lo quieren guardar como a ustedes se les antoje.

Al pacto no le pueden cambiar ni una coma ni una tilde, o se las van a ver con Dios.

Nadie se puede justificar por medio de ese pactó, aunque es un pactó para justicia propia, y nadie puede obtener vida por medio de ese pacto, aunque se pactó para que lo intentes.

Si quieres ser justificado y obtener vida existe otro pacto “Cristo”

“te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones” Isaías 42:6.

Si regresas al pacto antiguo (la ley) te desligas de Cristo, y caes de la gracia.

son dos pactos, la ley y el nuevo pacto "Cristo".
 
El publicano imploraba la presencia de Dios en su vida y el otro confiaba en las obras de la ley....
Tienes razón cuando dices que el otro, el fariseo, CONFIABA en las obras de la Ley.
Ese era su problema.
Su problema, E.Land, no fue hacer las obras de la Ley, sino confiar en que eso bastaba para tener vida, para aparecer como justo ante Dios.
En otras palabras, el problema el fariseo fue poner su fe en sus propios méritos.
La virtud del publicano fue poner su fe en la misericordia (gracia) divina.

...Y en realidad no se dio para dar vida, ni para justificar a nadie.

...no puede vivificar a nadie, un ser carnal no puede cumplir una ley espiritual.
Así es.
El confundir el propósito por el que fue dada la Ley es lo que conduce a la fantasía de la auto-justificación, de la vanagloria en el cumplimiento de la Ley.
La Ley no fue dada para dar vida ni para justificar a nadie.

Muy bien. Ya sabemos qué es lo que la Ley NO puede hacer. Ya sabemos cuál es el propósito que la Ley NO tenía.
Ahora nos falta preguntarnos: ¿para qué entonces fue dada la Ley?
Obviamente, Dios no es un Dios caprichoso, ni un Dios sádico, que otorga la Ley solo para engañarnos: para hacernos creer que la podemos cumplirla al grado de quedar justos ante Dios y obtener la vida eterna.

Ese propósito REAL por el que fue dada la Ley es el que me gustaría, si estás de acuerdo, que exploráramos.
 
Última edición:
es lo mismo, si la intentas cumplir es para justificarte.
No.
No es para nada lo mismo.
Yo cumplo la ley de mí país porque es obligatorio y no para ir al cielo.
La ley se debe cumplir para vivir en paz con Dios y vivir largos días.
Resucitar o vencer la muerte es otra cosa.
Siempre el religioso va a tratar de portarse lo mejor posible.
Luego el evangelio es otra cosa y nada tiene que ver con la ley sino con la muerte.
Pablo critica duramente a quienes no quienes conociendo la verdad regresan a la ley.
Porque dentro del evangelio la ley no tiene nada que hacer.
¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad,
el evangelio...
La verdad es el evangelio.
a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?
No entendían la crucifixión.
La muerte de Cristo y su significado.
 
si, ese es el pacto:

Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado. Deuteronomio 6:25.
Una de la razones de la ley era el de definir más claramente las transgresiones para limitarlas.
Y siempre que se obra según la ley se tiene justicia y cuando no, no.
 
Deberías de leer bien la ley, porque la ley es un pacto que está vigente para los pactantes.
En realidad el único incluido en este pacto es Jesús porque ninguno pecador vendido al pecado puede entrar en pacto alguno.
Es un pacto con términos y condiciones que no se pueden cambiar a placer.
Y que no se puede hacer con esclavos.
Un pactante no necesita la gracia, él la puede alcanzar con su propio esfuerzo:
Un pactante libre.
No un pactante muerto.
No un pactante esclavo.
Porque la ley no lo puede vivificar.
 
El pacto era el mismo para ambos. Pero uno fue justificado y el otro no.
El único que fue justificado por la ley y que se alzó con el pacto de Dios con los israelitas fue Jesús.
 
La ley es un pacto para alcanzar justicia propia y vida con el esfuerzo propio.
La ley es la ley y el pacto es el pacto.
Y la ley no está hecha para no cumplirse sino para cumplirse SIEMPRE.
Y siempre debería acarrear consecuencias el no cumplirla.
Y en realidad no se dio para dar vida, ni para justificar a nadie.
Falso.
Jesús era el heredero natural del pacto para vida eterna y la ley se dió para justicia terrenal, aunque precaria.
Y se debe a que es un pacto espiritual que se hizo con seres carnales:
Porque sabemos que la ley es espiritual; más yo soy carnal, vendido al pecado. Romanos 7:14.
Fue un pacto espíritual que se hizo para un hombre espiritual y no carnal vendido al pecado.
No se dio para dar vida:
¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. Gálatas 3:21.

no puede vivificar a nadie, un ser carnal no puede cumplir una ley espiritual.
Pero Jesús no era un pecador que requiriera ser vivificado.
Y no resucitó en base a los méritos de un salvador como nosotros los pecadores, sino en base a sus propios méritos.
 
Tienes razón cuando dices que el otro, el fariseo, CONFIABA en las obras de la Ley.
Ese era su problema.
Su problema, E.Land, no fue hacer las obras de la Ley, sino confiar en que eso bastaba para tener vida, para aparecer como justo ante Dios.
En otras palabras, el problema el fariseo fue poner su fe en sus propios méritos.
La virtud del publicano fue poner su fe en la misericordia (gracia) divina.


Así es.
El confundir el propósito por el que fue dada la Ley es lo que conduce a la fantasía de la auto-justificación, de la vanagloria en el cumplimiento de la Ley.
La Ley no fue dada para dar vida ni para justificar a nadie.

Muy bien. Ya sabemos qué es lo que la Ley NO puede hacer. Ya sabemos cuál es el propósito que la Ley NO tenía.
Ahora nos falta preguntarnos: ¿para qué entonces fue dada la Ley?
Obviamente, Dios no es un Dios caprichoso, ni un Dios sádico, que otorga la Ley solo para engañarnos: para hacernos creer que la podemos cumplirla al grado de quedar justos ante Dios y obtener la vida eterna.

Ese propósito REAL por el que fue dada la Ley es el que me gustaría, si estás de acuerdo, que exploráramos.
La ley no puede cambiar de estado sino solo medir.
Cómo una plomada no puede enderezar una pared sino solo informar si está a plomo o no.
O un nivel no puede nivelar una superficie sino solo informar si esa superficie está o no nivelada.
Así la ley dice que no debemos matar.
Si matamos somos INJUSTOS y si no matamos somos JUSTOS en este particular punto.
 
Tienes razón cuando dices que el otro, el fariseo, CONFIABA en las obras de la Ley.
Ese era su problema.
Su problema, E.Land, no fue hacer las obras de la Ley, sino confiar en que eso bastaba para tener vida, para aparecer como justo ante Dios.
En otras palabras, el problema el fariseo fue poner su fe en sus propios méritos.
La virtud del publicano fue poner su fe en la misericordia (gracia) divina.


Así es.
El confundir el propósito por el que fue dada la Ley es lo que conduce a la fantasía de la auto-justificación, de la vanagloria en el cumplimiento de la Ley.
La Ley no fue dada para dar vida ni para justificar a nadie.

Muy bien. Ya sabemos qué es lo que la Ley NO puede hacer. Ya sabemos cuál es el propósito que la Ley NO tenía.
Ahora nos falta preguntarnos: ¿para qué entonces fue dada la Ley?
Obviamente, Dios no es un Dios caprichoso, ni un Dios sádico, que otorga la Ley solo para engañarnos: para hacernos creer que la podemos cumplirla al grado de quedar justos ante Dios y obtener la vida eterna.

Ese propósito REAL por el que fue dada la Ley es el que me gustaría, si estás de acuerdo, que exploráramos.
22 Mas la Escritura (la ley) lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.

23 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. 24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, 26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; 27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.

El propósito de Dios al crear al hombre era erradicar el pecado de toda su creación.

Cuando fue hallado pecado en el cielo, Dios en su infinita sabiduría creo un plan para erradicarlo, su plan consistió en crear al hombre y por medio de él mostrar a toda su creación las consecuencias del pecado y al mismo tiempo mostrar su amor (Dios es amor) a toda creación, además de mostrar todos sus atributos, el fruto del Espíritu y todo lo que Él es.

Y así poder unir todas las cosas en Él.

Prometió venir Él mismo a salvarnos en forma humana como el cordero que preparó antes de la fundación del mundo.

quitó el pecado del mundo y la historia la cuenta la palabra de Dios.

Pecado es la transgresión de la ley.

Pues Cristo quitó la trasgresión a la ley en el mundo.

El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

Eso es exactamente lo que no entienden.

la ley fue añadida a la promesa por causa de las transgresiones (el pecado).

El que está en Cristo ya no puede transgredir la ley porque la simiente de Dios (el Espíritu) mora en él.

Todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado porque la simiente de Dios permanece en él, y no puede seguir pecando porque ha nacido de Dios.

Porque Cristo quitó la transgresión a la ley. “quito el pecado” quitó la ley.

A lo mejor algunos no entienden como quitó el pecado:

10:8 Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley),
10:9 y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último.

Quitó el pacto antiguo (la ley) para establecer un nuevo pacto “Cristo”. Que fue puesto como un nuevo pacto.

Ahora lo que se vive en la carne se vive en la fe.

“cambio de ley debido al cambio de sacerdocio”.

y no estoy diciendo que abrogó la ley de Moisés, estoy diciendo que para las nuevas criaturas que viven bajo la guía del Espíritu, contra eso no hay ley.

pero hay algunos que no pueden creer que sea posible vivir sin la ley de Moisés. (pacto de obras para justificación)

la ley dice haz y vive, haz justifícate y vive por tu propio esfuerzo.

la gracia dice cree y vive. obra en la fe del Hijo de Dios y vive unido a Él.

yo no me explico como aquellos que viven guardando la ley cubren sus pecados. la ley exige la sangre de un animal para cubrir sus pecados. ¿en donde hacen sus expiaciones si no hay templo ni sacerdotes?

y aun así seguirían en la dinámica del pecado.

10:4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.

les es necesario quitar el pecado de sus vidas. eso solo lo hace la sangre de Cristo. y Cristo no es sacerdote de la ley de Moisés. Él es sacerdote de otro orden es sacerdote de otra ley, "su ley".
 
La ley se debe cumplir para vivir en paz con Dios y vivir largos días.
Para vivir en paz con Dios se debe de vivir en la fe:

JUSTIFICADOS pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo:

La ley produce la ira de Dios:

4:15 Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
 
Una de la razones de la ley era el de definir más claramente las transgresiones para limitarlas.
Y siempre que se obra según la ley se tiene justicia y cuando no, no.
3:9 y ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
 
En realidad el único incluido en este pacto es Jesús porque ninguno pecador vendido al pecado puede entrar en pacto alguno.
Los pactantes son los que fueron rociados con la sangre del pacto.

Cristo es un segundo Adán y no fue rociado con sangre de animal alguno.

Cristo es justo y esa ley no fue dada para el justo.
 
El único que fue justificado por la ley y que se alzó con el pacto de Dios con los israelitas fue Jesús.
¿en qué parte de la palabra de Dios dice tal cosa?

La palabra de Dios dice que Cristo fue justificado en el Espíritu:

16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne,
Justificado en el Espíritu,
Visto de los ángeles,
Predicado a los gentiles,
Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria.
 
La ley es la ley y el pacto es el pacto.
se pacto la ley:

24:7 Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos.
24:8 Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.
Y la ley no está hecha para no cumplirse sino para cumplirse SIEMPRE.
La ley solo se cumple pagando el precio, de otra manera no es posible.

La ley da hijos para esclavitud y para comprar esclavos solo lo puede hacer alguien libre de la ley, que no sea esclavo, un esclavo no puede comprar a otro esclavo.

Fuimos comprados a precio de sangre.

Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

La salvación consiste en una compra para ser de otro.

¿a ti te compraron muchas veces?
 
Para vivir en paz con Dios se debe de vivir en la fe:
JUSTIFICADOS pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo:
La ley produce la ira de Dios:
4:15 Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
Pero estas tomando el estado del mundo como quedó después de la caída y dónde la raza humana quedó esclavizada al mal.
El mundo creado por Dios fue otro y es esto lo que tenés que considerar para que tu mirada goze de la perspectiva correcta.