-Mi credulidad es tan insignificante que no me alcanza para creerte. Al menos dos cosas me resultan sospechosas:
a) Más que acabaras de encontrar ayer la página Web que opina igualito que tú (y que leí) tengo la impresión que ella fue quien te encontró a ti.
b) Si estuvieras convencido de la razón que te asiste, emplearías un tono respetuoso y no calificarías a los traductores bíblicos de "idiotas ignorantes".
Creo que se merecen todo nuestro respeto los traductores famosos como el latino Jerónimo, los españolísimos Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, el italiano Giovanni Diodati, el portugués Joao Ferreira D`Almeida, el francés Pierre Robert Olivétan, el alemán Martín Lutero, y el equipo de 47 eruditos ingleses para la versión King James. Todas estas versiones europeas (más la holandesa, noruega, húngara, rusa, etc.) reunieron a los mejores hebraístas y helenistas de la época y del medio, y fueron de tanto en tanto seguidas por revisiones que depuraron el lenguaje del texto.
La falta de versiones bíblicas que sigan la misma lectura que tú haces, más que descalificarlos a ellos te dejan a ti fuera de competencia.