Re: Debate: ¿Es racional ser ATEO?
SALMO:
Pero el niño no se inventa la figura psicológica de la autoridad de sus padres.
Oh, sí que lo hace. Crea una imagen mental de sus padres a partir de sus padres reales. La inmadurez que mencionas influye en esta creación de imágenes, por eso mencionaba que no siempre introyectamos al padre real, sino al padre fantaseado que se guardó en la memoria implícita.
Al no poderse valer por sus propios medios, el niño necesita de sus padres para sobrevivir. Es un ser realmente dependiente.
Sin duda, el ser humano es el único mamífero que depende de sus padres durante AÑOS luego de la concepción.
Esta clara falta de "terminación", de "completación", obliga a sus padres a cubrir lo que este niño no tiene aún desarrollado. Los padres si o si deberán pensar por el y tomar decisiones por el, sin que esto implique anulación, porque se anula lo que se tiene, y el bebe no tiene esas capacidades desarrolladas aún. No se avasalla la autonomía ni la independencia porque no existen aún.
Desde luego, completamente de acuerdo. Pero del comportamiento de los padres y del modo en que éstos llenan estas necesidades el bebé irá guardando en la memoria implícita imágenes paternas internalizadas a partir no necesariamente de sus comportamientos, sino de sus afectos.
El estado de un niño es un estado muy especial e incompleto. Es un estado de total debilidad y extrema fragilidad. La madre deberá protegerlo hasta que desarrolle la capacidad de hacerlo por sus propios medios.
Y del comportamiento de la madre hacia el niño, insisto, el niño formará la primera imagen de sí mismo. Una madre que durante la primera infancia no le enseñe a su hijo a amarse a sí mismo (porque no le demuestra que lo ama) va a influir profundamente en su personalidad adulta a través de la memoria implícita de la imagen internalizada de la madre y del sí mismo reflejado en ella.
Me hiciste acordar al relato en el cual un padre y su hijo van al zoológico y en la jaula del elefante, el niño ve un ejemplar enorme atado a un palito por medio de una soguita muy delgada. El niño después de asombrarse del espectáculo, le pregunta al padre, como es posible que semejante bestia, no intente liberarse. El padre le contesta: Cuando era chiquito, ese palo y esa soga eran gigantes para el, y por mas que intentaba zafarse no conseguía otra cosa que lastimarse. Con el tiempo fue aprendiendo que jamás lo lograría. Hoy grande y gigante como es, jamas volvió a intentarlo otra vez.
Exactamente igual pasa con los seres humanos. Si en la infancia aprendemos que no somos queridos, tendremos profundos problemas para sentirnos queridos en el futuro. Es un ejemplo un poco simplificado para ser más didáctico.
Al nacer en extrema debilidad y necesitar desesperadamente que se nos diga lo que "no sabemos" y lo que "tenemos que hacer", muchos, como el elefante del cuento, nos quedamos con esa imagen de esa etapa de nuestra vida, donde los demás eran tan importantes para sobrevivir. Es parte de una sana educación por parte de los padres, incluir este detalle en su formación, de forma de que entienda realmente, de que lo que fue, ya no es, y así como el, maduró y ya no es lo que fue, su relación con el mundo exterior también deberá ser reprogramada desde otra concepción.
Eso es lo que hacemos en psicoterapia, reprogramar el pasado desde otra concepción. Pero hay elementos de la personalidad más arcáica que se quedan rígidos y no pueden cambiarse. Hay patologías incluso que pueden controlarse, pero no modificarse. Y hay patologías que no pueden controlarse y por eso las personas que las sufren están constantemente medicadas, algunos en hospitales psiquiátricos y, las más graves, en granjas psiquiáricas.
Cuando se levanta una estructura de hormigón armado, se hacen cajones de madera que contendrán este hormigón líquido y le darán forma, hasta que el mismo se endurezca y pueda sostenerse por si solo. Luego las maderas que lo rodean deberán ser desechadas. Si el hormigón no fraguó o maduró, las maderas no podrán quitarse porque la consecuencia sería que todo se desmorone. Los padres deberían ser las maderas que contienen a ese hijo líquido que está en proceso de solidificarse. Una vez sólido, las maderas deberían quitarse y los padres deberían poder retirarse.
Completamente de acuerdo, estás hablando de padres mayormente sanos. Pero qué pasa cuando esas maderas en realidad envenenan y descomponen el hormigón... A la hora de quitarlas, el hormigón quedará envenenado.
Es cierto que una cosa es lo "perfecto" y otra muy distinta es lo que hay.
Así es, por eso la "salud mental" es una postura teórica inalcanzable. Hay un desarrollo "saludable" esperable que existe sólo en la teoría, pero no en la práctica. Todos, absolutamente todos, tenemos una patologìa mental y una desviación en el desarrollo psicosexual. La homosexualidad es sólo una de ellas. La única, por cierto, con la que el cristianismo y la palabra de Dios tienen problemas.
Una cosa es reconocer maduramente a una autoridad circunstancial, (y digo circunstancial porque las autoridades que existen son funcionales), como reglas de juego de un mundo ordenado y organizado, a albergar dependencias enfermizas hacia esas autoridades funcionales.
De acuerdo.
El presidente, la policia, los jefes en el trabajo no deberían recordarnos la relación de sumisión existente hacia nuestros padres, que era especial y realmente necesaria e irreemplazable por nuestra condición de inmadurez general.
No debería, pero lo hacen de manera automática, inconsciente e inevitable.
Se trasformarían en esa soguita que el elefante gigante no puede cortar. Si nuestros padres abuzan de esa autoridad real que tienen sobre nosotros cuando no lo podemos manejar y no incluyen dentro de nuestra formación esta realidad, de grandes sustituiremos esa autoridad deforme, por otras de mayor deformidad.
Eso pasa mucho. Lo interesante es que por más que los padres estén sanos, hay deformidades del estilo que mencionas. La homosexualidad es un buen ejemplo del resultado incongruente que puede devenir aun de familias harto funcionales.
Esa influencia real de nosotros como padres deberá ser auto controlada y auto regulada.
El problema es que es inconsciente. No hablamos SOLO de los padres que golpean a sus hijos, les gritan o los maltratan... hablamos de comportamientos comprensibles de los padres que con un solo error ocasionan en sus hijos cicatrices importantes. Y esos errores son en ocasiones imperceptibles por los adultos, un paso normal del día a día que para el niño es su vida entera.
Esta madre abuzó de la dependencia real de su hijo, en una etapa de su vida especial, y generó fortalezas mentales, que terminaron destruyendo su posibilidad de ser alguien. La madre le debería haber dicho: Hoy no podés porque no estás totalmente desarrollado, pero esto no será siempre igual. Cambiarás, aprenderás y llegará el día que ambos podremos ver como esa cuerda se termina de romper.
No, en realidad el hijo sí podía, pero la madre lo sobreprotegió, lo inutilizó, lo castró a través de su necesidad exagerada de protección que ella, si se le entrevistara, no podría sino decir que es amor y cuidados.
Besos,
Karina.