De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

Recuerda que este libre albedrío sólo funsiona para bien una vez que Él nos da vida cuando estamos muertos en nuestros delitos y pecados.

Dios pone en nuestro corazón el querer como el hacer para recibir esta fe, no es un mérito nuestro.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

De acuerdo al Valvinismo:

La Salvación es llevada a cabo por el poder de la Santa Trinidad. El Padre es quien elije, El Hijo muere por ellos, y El Espíritu Santo hace la muerte de Cristo efectiva, al traer a los elejidos a la fe y al arrepentimiento, por lo tanto causando en ellos, el obedecer de buena gana el Evangelio. El proceso entero (elección, redención, regeneración) es la obra de Dios sólo por su gracia. Es a sí que es Dios, y no el hombre, quien determina quienes seran los recipientes del regalo de la salvación.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

Dice Agustín:

Mas si la fe, con que empezamos a creer, no se debe a la gracia de Dios, sino que más bien esta gracia se nos añade para que creamos más plena y perfectamente, por lo cual primero ofrecemos nosotros a Dios el principio de nuestra fe, para que nos retribuya El luego lo que de ella nos falta o cualquiera otra gracia de las que por medio de la fe pedimos, tal doctrina no difiere en nada de la proposición que el mismo Pelagio se vio obligado a retractar en el concilio de Palestina, conforme lo testifican sus mismas actas, cuando dijo «que la gracia de Dios nos es dada según nuestros méritos».

Quien quiera, pues, evitar el error de esta doctrina reprobable, entienda con toda verdad el dicho del Apóstol: Porque a vosotros os es concedido a causa de cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él. Ambas cosas son un don de Dios, pues tanto la una como la otra se asegura que nos son dadas.

Por consiguiente, si Dios es el autor de nuestra fe obrando en nuestros corazones por modo maravilloso para que creamos, ¿acaso se ha de temer que no sea bastante poderoso para obrar la fe totalmente, de suerte que el hombre se arrogue de su parte el comienzo de la fe para merecer solamente el aumento de ella de parte de Dios?
queriendo, por otra, adjudicarse a sí propio el mérito de creer, trata el hombre de conciliarse con Dios atribuyéndose a sí mismo una parte de la fe y dejando la otra para Dios; pero tan insolentemente, que se adjudica a sí mismo la primera, concediendo a Dios la segunda, y así en lo que afirma ser de ambos, se coloca a sí mismo en primer lugar, y a Dios en segundo término.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

Recuerda que este libre albedrío sólo funsiona para bien una vez que Él nos da vida cuando estamos muertos en nuestros delitos y pecados.

Dios pone en nuestro corazón el querer como el hacer para recibir esta fe, no es un mérito nuestro.

Nunca la Iglesia ha dicho lo contrario, es solo que usted brinca del Calvinismo al HiperCalvinismo, el compañero Nseigi una vez lo debatio aqui y aprendi que la posicion de ustedes brinca de una a otra solo por contrariar al Concilio de Trento, recuerde que muchos protestantes hoy en dia rechazan al Libre Albedrio como cooperante activo en la Gracia, mientras que la Iglesia señala que el Libre Albedrio es cooperante activo.

Si Calvino viviera, se haria Catolico al ver como han desvirtuado sus predicas.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

Pero vamos a ver Caminante_7, hay q tener cuidado con las conclusiones por que nos vamos del evangelio: Cristo vino a sanar a los enfermos, entre ellos los pecadores. Lo cual podemos entender q de los malos muchos son rescatados ¿ves como te vas del evangelio, o tienes una concepció errónea de los evangélicos?

Y además está el mandato de evangelizar a todo el mundo.

Y luego está aquello de que: Muchos los llamados y pocos los escogidos.

Y además: nadie va a Jesús si el Padre no lo envió. Es decir, Dios los elige primero.

Es así, otra cosa es q la iglesia católica no lo quiera entender.

Bueno, yo dije "Protestantes" no dije "Evangélicos", los evangélicos son más bien "Neoprotestantes", pero por norma general si pueden entrar en la clasificación.



Cristo vino a salvar a todos, pero eres tú el que decides si quieres ser rescatado.

Lo que Dios no doblega es tu voluntad. Te ofrece redención te ofrece un camino en el cual tu eres útil a tus propositos pero tu decides si lo aceptas o no.

Los calvinistas en cambio creen que hay quienes fueron creados para perdición y eso no cambiará.

Luego, los evangélicos comparten parcialmente la apreciación calvinista al creer que al estar redimido ya nada te puede hacer perder la salvación, los católicos creemos que la salvación es de a diario.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

La Iglesia Católica niega esto, lea lo que dice Trento:

1730 Dios ha creado al hombre racional confiriéndole la dignidad de una persona dotada de la iniciativa y del dominio de sus actos. “Quiso Dios ‘dejar al hombre en manos de su propia decisión’ (Si 15,14.), de modo que busque a su Creador sin coacciones y, adhiriéndose a Él, llegue libremente a la plena y feliz perfección” (GS 17).

1731 La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo. La libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y la bondad. La libertad alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza.

1732 Hasta que no llega a encontrarse definitivamente con su bien último que es Dios, la libertad implica la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, y por tanto, de crecer en perfección o de flaquear y pecar. La libertad caracteriza los actos propiamente humanos. Se convierte en fuente de alabanza o de reproche, de mérito o de demérito.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

O sea, que la ICAR, niega la perdición irremisible del ser humano:

"por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios"

"porque no depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia"

Jesús dijo: "No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros"

"Y Él os dió vida cuando estabáis muertos en vuestros delítos y pecados"
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

La Iglesia Católica niega esto, lea lo que dice Trento:

1730 Dios ha creado al hombre racional confiriéndole la dignidad de una persona dotada de la iniciativa y del dominio de sus actos. “Quiso Dios ‘dejar al hombre en manos de su propia decisión’ (Si 15,14.), de modo que busque a su Creador sin coacciones y, adhiriéndose a Él, llegue libremente a la plena y feliz perfección” (GS 17).

1731 La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo. La libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y la bondad. La libertad alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza.

1732 Hasta que no llega a encontrarse definitivamente con su bien último que es Dios, la libertad implica la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, y por tanto, de crecer en perfección o de flaquear y pecar. La libertad caracteriza los actos propiamente humanos. Se convierte en fuente de alabanza o de reproche, de mérito o de demérito.

1.- Estas citando el Catecismo, no el Concilio de Trento.

2.- El Catecismo afirma lo siguiente:
CIC.1739 Libertad y pecado. La libertad del hombre es finita y falible. De hecho el hombre erró. Libremente pecó. Al rechazar el proyecto del amor de Dios, se engañó a sí mismo y se hizo esclavo del pecado. Esta primera alienación engendró una multitud de alienaciones. La historia de la humanidad, desde sus orígenes, atestigua desgracias y opresiones nacidas del corazón del hombre a consecuencia de un mal uso de la libertad.

3.- El Santo Concilio de Trento nos dice:
Canon I. Si alguno dijere, que el hombre se puede justificar para con Dios por sus propias obras, hechas o con solas las fuerzas de la naturaleza, o por la doctrina de la ley, sin la divina gracia adquirida por Jesucristo; sea excomulgado.

Canon. IV. Si alguno dijere, que el libre albedrío del hombre movido y excitado por Dios, nada coopera asintiendo a Dios que le excita y llama para que se disponga y prepare a lograr la gracia de la justificación; y que no puede disentir, aunque quiera, sino que como un ser inanimado, nada absolutamente obra, y solo se ha como sujeto pasivo; sea excomulgado.
Santo Concilio de Trento. CÁNONES SOBRE LA JUSTIFICACIÓN. Sesion V, 17 de junio de 1546.

En ningun lado niega la Libertad del Hombre o la Gracia Gratuita de Dios.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

Kal_EL, el primer punto del calvinismo lo formuló él mismo Calvino.

Él era de la opinión de que el hombre estaba depravado y no podía elegir el bien, por eso es necesaria la gracia, de otra manera, esta no haría falta dado que yo puedo elegir por mí mismo.

Sin ese despertar, ese venir de la muerte a la vida, dado por Dios, usted, aunque tenga libre albedrío, no podría elegir a Dios.

Y ese don de esa fe, sólo se lo da Dios a los elegidos soberanamente por Él.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

Kal_EL, el primer punto del calvinismo lo formuló él mismo Calvino.

Él era de la opinión de que el hombre estaba depravado y no podía elegir el bien, por eso es necesaria la gracia, de otra manera, esta no haría falta dado que yo puedo elegir por mí mismo.

Sin ese despertar, ese venir de la muerte a la vida, dado por Dios, usted, aunque tenga libre albedrío, no podría elegir a Dios.

Y ese don de esa fe, sólo se lo da Dios a los elegidos soberanamente por Él.

Estas llendo contra el mismo Calvino Spurgeon, estas cayendo en el Hipercalvinismo. El mismo Calvino uso la teologia de san Agustin para definir la Predestinacion de una manera mas mesurada, mas sosegada de la que posteriores pastores de corte Calvinista harian. El mismo entendio que TODOS somos los llamados, pero POCOS los escogidos.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

Canon. IV. Si alguno dijere, que el libre albedrío del hombre movido y excitado por Dios, nada coopera asintiendo a Dios que le excita y llama para que se disponga y prepare a lograr la gracia de la justificación; y que no puede disentir, aunque quiera, sino que como un ser inanimado, nada absolutamente obra, y solo se ha como sujeto pasivo; sea excomulgado.

Expresado de manera positiva, los teólogos del concilio están aseverando en este canon que el hombre coopera con Dios en su salvación asintiendo cuando Dios mueve y excita su voluntad. La teología agustiniana no se opone a esta declaración, siempre que entendamos que la cooperación del hombre es el fruto del cambio que Dios ha hecho en su voluntad por medio de su gracia.

En otras palabras, según Agustín, “este asentimiento es un resultado de la operación monergística de Dios en la voluntad esclavizada del pecador”. De manera que esta terminología del concilio deja abierta el punto más crítico de la controversia: quien hace que el primer movimiento en la salvación.

Por otra parte, los teólogos de Trento pierden el foco de la cuestión al anatematizar a todos aquellos que declaren que el pecador “no puede disentir, aunque quiera, sino que como un ser inanimado, nada absolutamente obra, y solo se ha como sujeto pasivo; sea excomulgado”.

Ni Agustín ni los reformadores enseñaron que la gracia irresistible de Dios obliga al pecador de tal manera que este no puede disentir aunque quisiera. La gracia irresistible de Dios obra de tal manera en el pecador que éste no disiente precisamente porque no quiere disentir. Ni Agustín ni los reformadores consideran la voluntad del pecador como una cosa inanimada, aunque tanto uno como los otros enseñaron que el hombre es pasivo al recibir la gracia de la regeneración.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

Canon. IV. Si alguno dijere, que el libre albedrío del hombre movido y excitado por Dios, nada coopera asintiendo a Dios que le excita y llama para que se disponga y prepare a lograr la gracia de la justificación; y que no puede disentir, aunque quiera, sino que como un ser inanimado, nada absolutamente obra, y solo se ha como sujeto pasivo; sea excomulgado.

Expresado de manera positiva, los teólogos del concilio están aseverando en este canon que el hombre coopera con Dios en su salvación asintiendo cuando Dios mueve y excita su voluntad. La teología agustiniana no se opone a esta declaración, siempre que entendamos que la cooperación del hombre es el fruto del cambio que Dios ha hecho en su voluntad por medio de su gracia.

En otras palabras, según Agustín, “este asentimiento es un resultado de la operación monergística de Dios en la voluntad esclavizada del pecador”. De manera que esta terminología del concilio deja abierta el punto más crítico de la controversia: quien hace que el primer movimiento en la salvación.

Por otra parte, los teólogos de Trento pierden el foco de la cuestión al anatematizar a todos aquellos que declaren que el pecador “no puede disentir, aunque quiera, sino que como un ser inanimado, nada absolutamente obra, y solo se ha como sujeto pasivo; sea excomulgado”.

Ni Agustín ni los reformadores enseñaron que la gracia irresistible de Dios obliga al pecador de tal manera que este no puede disentir aunque quisiera. La gracia irresistible de Dios obra de tal manera en el pecador que éste no disiente precisamente porque no quiere disentir. Ni Agustín ni los reformadores consideran la voluntad del pecador como una cosa inanimada, aunque tanto uno como los otros enseñaron que el hombre es pasivo al recibir la gracia de la regeneración.

Este canon el IV de Trento, esta tomado de las obras catolicas de san Agustin de Hipona, el Santo Doctor y Teologo no solo fue un defensor de la Predestinacion sino tambien del Libre Albedrio. San Agustin enseña que el Libre Albedrio es ACTIVO con Dios y la Gracia, los reformadores no, y es ahi donde se cae todo el teatro que has formado. ¿Porque? Porque san Agustin siempre se sujeto a la Iglesia Catolica, mientras que los Reformadores no.

Asi es simple.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

Agustín: este asentimiento es un resultado de la operación monergística de Dios en la voluntad esclavizada del pecador”.

Ciertamente la Salvación es Monergística. Es decir que la salvación solo se obtiene por la Gracia de Dios, por la inspiración del Espíritu Santo, es una energía de unna sola dirección, de dios hacia el hombre, siendo este pasivo al recibirla, dado que éste es esclavo del pecado.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

Agustín: este asentimiento es un resultado de la operación monergística de Dios en la voluntad esclavizada del pecador”.

Ciertamente la Salvación es Monergística. Es decir que la salvación solo se obtiene por la Gracia de Dios, por la inspiración del Espíritu Santo, es una energía de unna sola dirección, de dios hacia el hombre, siendo este pasivo al recibirla, dado que éste es esclavo del pecado.

En esto la Iglesia esta deacuerdo, la Gracia de Dios es activa, nosotros somos pasivos al recibirla, el caso de san Pablo por ejemplo, de Perseguidor a Apostol es una clara muestra de que san Agustin y el Concilio de Trento tenian razon, mientras que Calvino se quedaba a la mitad y obviamente Arminio y sus seguidores erraron.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

Esto lo dice Agustín, no yo: Agustín: este asentimiento es un resultado de la operación monergística de Dios en la voluntad esclavizada del pecador”.

Energía en una sola dirección.

O sea que está de acuerdo con Calvino y la biblia, en desacuerdo con Trento.

Cito a Agustín de Nuevo y está de acuerdo con Calvino:

En este misterio de su voluntad es donde atesoró las riquezas de su gracia según su beneplácitoy no según nuestra voluntad. La cual no podría ser buena si Él mismo, según su beneplácito, no la ayudara para que lo fuese( no niega el libre albedrío, sólo que cree que con éste sólo elegimos el mal). Pues después de decir: Según su beneplácito, añadió: el cual se había propuesto en sí mismo, es decir, en su Hijo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.

-Lea como dice Agustín que no según nuestra voluntad porque no podría ser buena si a Dios no le placiera. No está negando el libre albedrío, sólo que Agustín no se fía de ese principio en el hombre, porque está muerto.



Sigue diciendo Agustín, de nuevo, de acuerdo con Calvino:

Y así, recomendando aquella gracia que no es dada en virtud de algún mérito anterior, sino que es ella la causa de todos los buenos méritos, dice: No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia viene de Dios. [4] Fijen aquí su atención y ponderen debidamente estas palabras los que piensan que procede de nosotros el principio de la fe, y de Dios solamente el aumento de ella.

Nos llama la atención aquí "los que piensan que el principio de la fe procede de nosostros" .

Discerta ampliamente Agustín en sus libros sobre el libre albedrío y de cómo toda buena obra, incluso el creer es un don de Dios, que Dios las hace en nosotros, aún el perseverar, como dice el mismo Agustín, "para que nadie se gloríe"

Coincidiendo con Calvino Agustín sigue diciendo:

queriendo, por otra, adjudicarse a sí propio el mérito de creer, trata el hombre de conciliarse con Dios atribuyéndose a sí mismo una parte de la fe y dejando la otra para Dios; pero tan insolentemente, que se adjudica a sí mismo la primera, concediendo a Dios la segunda, y así en lo que afirma ser de ambos, se coloca a sí mismo en primer lugar, y a Dios en segundo término.


Llega Agustín a llamarles insolentes a los que opinan que pueden creer por ellos mismos.


CIC.1739 Libertad y pecado. La libertad del hombre es finita y falible. De hecho el hombre erró. Libremente pecó. Al rechazar el proyecto del amor de Dios, se engañó a sí mismo y se hizo esclavo del pecado. Esta primera alienación engendró una multitud de alienaciones. La historia de la humanidad, desde sus orígenes, atestigua desgracias y opresiones nacidas del corazón del hombre a consecuencia de un mal uso de la libertad.

3.- El Santo Concilio de Trento nos dice:
Canon I. Si alguno dijere, que el hombre se puede justificar para con Dios por sus propias obras, hechas o con solas las fuerzas de la naturaleza, o por la doctrina de la ley, sin la divina gracia adquirida por Jesucristo; sea excomulgado.

Canon. IV. Si alguno dijere, que el libre albedrío del hombre movido y excitado por Dios, nada coopera asintiendo a Dios que le excita y llama para que se disponga y prepare a lograr la gracia de la justificación; y que no puede disentir, aunque quiera, sino que como un ser inanimado, nada absolutamente obra, y solo se ha como sujeto pasivo; sea excomulgado.
Santo Concilio de Trento. CÁNONES SOBRE LA JUSTIFICACIÓN. Sesion V, 17 de junio de 1546.


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En los dos primeros puntos estamos de acuerdo con el C. de Trento, porque condena el semipelagianismo y el pelagianismo, lo mismo que nosotros.

En el tercer punto, CanonIV es donde pierden el foco:

CAN. IV. “Si alguno dijere, que el libre albedrío del hombre movido y excitado por Dios, nada coopera asintiendo a Dios que le excita y llama para que se disponga y prepare a lograr la gracia de la justificación; y que no puede disentir, aunque quiera, sino que como un ser inanimado, nada absolutamente obra, y solo se ha como sujeto pasivo; sea excomulgado”.


Expresado de manera positiva, los teólogos del concilio están aseverando en este canon que el hombre coopera con Dios en su salvación asintiendo cuando Dios mueve y excita su voluntad. La teología agustiniana no se opone a esta declaración, siempre que entendamos que la cooperación del hombre es el fruto del cambio que Dios ha hecho en su voluntad por medio de su gracia.

En otras palabras, según Agustín, “este asentimiento es un resultado de la operación monergística de Dios en la voluntad esclavizada del pecador”. De manera que esta terminología del concilio deja abierta el punto más crítico de la controversia: quien hace que el primer movimiento en la salvación.

Por otra parte, los teólogos de Trento pierden el foco de la cuestión al anatematizar a todos aquellos que declaren que el pecador “no puede disentir, aunque quiera, sino que como un ser inanimado, nada absolutamente obra, y solo se ha como sujeto pasivo; sea excomulgado”.

Ni Agustín ni los reformadores enseñaron que la gracia irresistible de Dios obliga al pecador de tal manera que este no puede disentir aunque quisiera. La gracia irresistible de Dios obra de tal manera en el pecador que éste no disiente precisamente porque no quiere disentir. Ni Agustín ni los reformadores consideran la voluntad del pecador como una cosa inanimada, aunque tanto uno como los otros enseñaron que el hombre es pasivo al recibir la gracia de la regeneración.

CAN. V. “Si alguno dijere, que el libre albedrío del hombre está perdido y extinguido después del pecado de Adán; o que es cosa de solo nombre, o más bien nombre sin objeto, y en fin ficción introducida por el demonio en la Iglesia; sea excomulgado”.

Una vez más los teólogos de Trento pierden el foco. Agustín no enseño que el libre albedrío humano se hubiese “extinguido después del pecado de Adán”; los reformadores tampoco. “Lo que se extinguió, según Agustín, fue la libertad, la habilidad moral de hacer el bien”.






 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

Más adelante, en los cánones 6 y 9, declaran:

CAN. VI. “Si alguno dijere, que no está en poder del hombre dirigir mal su vida, sino que Dios hace tanto las malas obras, como las buenas, no sólo permitiéndolas, sino ejecutándolas con toda propiedad, y por sí mismo; de suerte que no es menos propia obra suya la traición de Judas, que la vocación de san Pablo; sea excomulgado”.


CAN. IX. “Si alguno dijere, que el pecador se justifica con sola la fe, entendiendo que no se requiere otra cosa alguna que coopere a conseguir la gracia de la justificación; y que de ningún modo es necesario que se prepare y disponga con el movimiento de su voluntad; sea excomulgado”.

Refiriéndose a éste último canon dice Calvino coincidiendo con Agustín y estableciendo su diferencia El Concilio de Trento:

Este canon está muy lejos de ser canónico, pues une cosas completamente distintas. Imagina que nosotros enseñamos que Dios justifica al hombre sin ningún previo movimiento o inclinación de la voluntad humana, como si no fuera con el corazón que un hombre que le para justificación. Entre ellos y nosotros ahí está diferencia: ellos aseguran que la inclinación de la voluntad procede del hombre mismo, nosotros sostenemos que la fe es un acto voluntario, en efecto, pero porque Dios ha movido nuestras voluntades atrayéndolas hacia El. Añadamos a esto que, cuando decimos que el hombre es justificado por la fe solamente, no estamos imaginando una fe vacía de amor, sino que queremos decir que sólo la fe es la causa de nuestra justificación”.


Al igual que Agustín, Calvino entiende que la decisión es voluntaria, pero Dios primero hizo el cambio moviendo nuestras voluntades haca Él, mientras que Trento afirmaba que usted o yo teníamos la capacidad de elegir por nosotros mismos.

Pero vemos a la luz de la Biblia que el hombre está muerto en sus delitos y pecados y nunca hará el bien vertical, o sea el bien que agrada a Adios, si Dios no le da vida primero.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

En respuesta a su pregunta de hace unos días:

Una pregunta directa SPURGEON:

¿La Predestinacion es con o sin Libre Albedrio del Hombre?

Es hecha con libre albedrío, pero después que Dios nos mueve hacia Él.

"No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros", dice Jesús.

Entre usted y cualquier otro católico y Nosotros la fiferencia está en que vosotros aseguráis que la inclinación de la voluntad procede del hombre mismo, nosotros sostenemos que la fe es un acto voluntario, en efecto, pero porque Dios ha movido nuestras voluntades atrayéndolas hacia El.

Recuerde que la fe es un don de Dios, el libre albedrío, por sí mismo no podría elegir a Dios porque está muerto en sus delitos y pecados, es libre, pero perdió la capacidad de elegir el bien con respecto a Dios.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

A propósito de Arminio, es más parecito a la ICAR que a Agustín y Calvino:

Es justo señalar que Arminio rechazó enfáticamente la enseñanza de Pelagio en lo que respecta a la caída de Adán. Según Pelagio, la caída de Adán sólo lo afectó a él; pero Arminio creía, en cambio, que la caída había arruinado la raza humana dejándola bajo el dominio del pecado.

Según Arminio, debido al oscurecimiento del entendimiento y la perversidad del corazón, el hombre ha quedado en un estado de impotencia moral. “La voluntad del hombre no es libre de hacer ningún bien a menos que sea… libertada por el Hijo de Dios a través del Espíritu de Dios.”

En otro lugar, Arminio muestra su acuerdo con Agustín en este punto: “Porque Cristo dijo: ‘Separados de mí nada podéis hacer’. Y San Agustín, luego de meditar diligentemente sobre cada palabra en este pasaje, dice lo siguiente: ‘Cristo no dice, separados de mí sólo pueden hacer un poco’; tampoco dice, ‘Separados de mí no pueden hacer ninguna cosa que sea ardua’; ni tampoco, ‘Separados de mí lo harán con dificultad’; sino que dice, ‘Separados de mí nada podéis hacer’.

De modo que en cuanto a esto, Arminio parece estar de acuerdo con Agustín, Lutero y Calvino. El punto donde Arminio se apartó ellos fue en el hecho de que para él la gracia de Dios es necesaria para la salvación, pero no asegura la salvación de nadie; en otras palabras, la gracia es una condición necesaria, pero no suficiente.

Arminio declara: “Toda persona no regenerada posee una voluntad libre, y la capacidad de resistir al Espíritu Santo, de rechazar la gracia de Dios que le es ofrecida, de menospreciar el consejo de Dios contra sí mismos, de rehusar aceptar el Evangelio de la gracia, y de no abrirle a Aquel que toca la puerta de su corazón”.

Si el pecador no responde al llamado, la culpa es enteramente suya (en eso todos estamos de acuerdo); pero ¿qué si acepta? En otras palabras ¿quién es, a final de cuentas, el que tiene la decisión de la salvación en sus manos? Por implicación, la salvación depende, en última instancia, de la decisión humana y no de la soberanía de Dios.

Arminio pensaba como usted que su libre albedrío le permitía elegir o no la gracia divina, como una capacidad intrínseca del ser humano.

Si usted es el que decide entonces la decisión es humana es la que determina como ser salvo, no la soberanía divina.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

Canon. IV. Si alguno dijere, que el libre albedrío del hombre movido y excitado por Dios, nada coopera asintiendo a Dios que le excita y llama para que se disponga y prepare a lograr la gracia de la justificación; y que no puede disentir, aunque quiera, sino que como un ser inanimado, nada absolutamente obra, y solo se ha como sujeto pasivo; sea excomulgado.

Expresado de manera positiva, los teólogos del concilio están aseverando en este canon que el hombre coopera con Dios en su salvación asintiendo cuando Dios mueve y excita su voluntad. La teología agustiniana no se opone a esta declaración, siempre que entendamos que la cooperación del hombre es el fruto del cambio que Dios ha hecho en su voluntad por medio de su gracia.

En otras palabras, según Agustín, “este asentimiento es un resultado de la operación monergística de Dios en la voluntad esclavizada del pecador”. De manera que esta terminología del concilio deja abierta el punto más crítico de la controversia: quien hace que el primer movimiento en la salvación.

Por otra parte, los teólogos de Trento pierden el foco de la cuestión al anatematizar a todos aquellos que declaren que el pecador “no puede disentir, aunque quiera, sino que como un ser inanimado, nada absolutamente obra, y solo se ha como sujeto pasivo; sea excomulgado”.

Ni Agustín ni los reformadores enseñaron que la gracia irresistible de Dios obliga al pecador de tal manera que este no puede disentir aunque quisiera. La gracia irresistible de Dios obra de tal manera en el pecador que éste no disiente precisamente porque no quiere disentir. Ni Agustín ni los reformadores consideran la voluntad del pecador como una cosa inanimada, aunque tanto uno como los otros enseñaron que el hombre es pasivo al recibir la gracia de la regeneración.

No hay ninguna contradicción.

Dios llama, pero te puedes negar, Dios llama pero no obliga.

Cuando se ora para liberar a un pecador e las garras de satanás, pedimos a Dios para que quite el obstáculo de sus ojos que lo impide ver la Verdad, sin embargo hay dos opciones: el pecador se reconoce pecador pero sigue en su maldad endureciéndose, o el pecador sufre un evento de conversión que lo lleva a arrepentirse de todo.

¿Judas no fué uno de los 12? ¿Y no era Dios Todopoderoso para salvar a los 12?

¿Por que Judas no pudo ser salvado?

Es que Dios no te obliga, Dios te muestra el camino.


Luego, EL HOMBRE COLABORA CON SU PROPIA SALVACIÓN.
 
Re: De cómo la Iglesia Católica abandonó la doctrina bíblica enseñada por Agustín:

A propósito de Arminio, es más parecito a la ICAR que a Agustín y Calvino:

Es justo señalar que Arminio rechazó enfáticamente la enseñanza de Pelagio en lo que respecta a la caída de Adán. Según Pelagio, la caída de Adán sólo lo afectó a él; pero Arminio creía, en cambio, que la caída había arruinado la raza humana dejándola bajo el dominio del pecado.

Según Arminio, debido al oscurecimiento del entendimiento y la perversidad del corazón, el hombre ha quedado en un estado de impotencia moral. “La voluntad del hombre no es libre de hacer ningún bien a menos que sea… libertada por el Hijo de Dios a través del Espíritu de Dios.”

En otro lugar, Arminio muestra su acuerdo con Agustín en este punto: “Porque Cristo dijo: ‘Separados de mí nada podéis hacer’. Y San Agustín, luego de meditar diligentemente sobre cada palabra en este pasaje, dice lo siguiente: ‘Cristo no dice, separados de mí sólo pueden hacer un poco’; tampoco dice, ‘Separados de mí no pueden hacer ninguna cosa que sea ardua’; ni tampoco, ‘Separados de mí lo harán con dificultad’; sino que dice, ‘Separados de mí nada podéis hacer’.

De modo que en cuanto a esto, Arminio parece estar de acuerdo con Agustín, Lutero y Calvino. El punto donde Arminio se apartó ellos fue en el hecho de que para él la gracia de Dios es necesaria para la salvación, pero no asegura la salvación de nadie; en otras palabras, la gracia es una condición necesaria, pero no suficiente.

Arminio declara: “Toda persona no regenerada posee una voluntad libre, y la capacidad de resistir al Espíritu Santo, de rechazar la gracia de Dios que le es ofrecida, de menospreciar el consejo de Dios contra sí mismos, de rehusar aceptar el Evangelio de la gracia, y de no abrirle a Aquel que toca la puerta de su corazón”.

Si el pecador no responde al llamado, la culpa es enteramente suya (en eso todos estamos de acuerdo); pero ¿qué si acepta? En otras palabras ¿quién es, a final de cuentas, el que tiene la decisión de la salvación en sus manos? Por implicación, la salvación depende, en última instancia, de la decisión humana y no de la soberanía de Dios.

Arminio pensaba como usted que su libre albedrío le permitía elegir o no la gracia divina, como una capacidad intrínseca del ser humano.

Si usted es el que decide entonces la decisión es humana es la que determina como ser salvo, no la soberanía divina.

Estamos bajo el dominio del pecado, ya lo diría David:

Sal 51:7-9
Mira que nací culpable, pecador me concibió mi madre.
Y tú amas la verdad en lo íntimo del ser, en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con hisopo hasta quedar limpio, lávame hasta blanquear más que la nieve.



Por el pecado de Adán estamos bajo la "Inclinación al mal", según la fraseologia hebrea, nos seduce lo oculto, lo perverso, lo prohibido, ¿no dice un dicho "el pan robado es más sabroso"?

Por esto Jesús dice: "Nadie es bueno sino solo Dios" (Marcos 10:18; Lucas 18:19)