Hola a todos,
Me gusta la ilustración dada por Eric Lyons, M.Min.
Considere la siguiente ilustración.
Una familia va a un juego de fútbol americano de secundaria, juntos por primera vez. El padre y el hijo han estado en varios juegos anteriores, pero la madre nunca ha tenido la oportunidad de asistir a un juego de secundaria hasta ahora. Después de entrar al estadio, Ricardo le dice a su hijo de 16 años, Carlos, que se encontrarán justo afuera de la Puerta 12 después que la bocina suene. Habiendo comprendido las instrucciones, Carlos corre a la tribuna para asegurarse que vea el saque inicial. La esposa de Ricardo, Victoria, quien no oyó las instrucciones que él dio a Carlos, le pregunta cuándo verán a Carlos. Ricardo responde, “Vamos a encontrarle fuera de la puerta por la cual entramos después de la cuarta bocina”. ¿Después de la cuarta bocina? Pero él dijo a Carlos que se encontrarán después que la bocina suene. ¿Se contradijo Ricardo? No. En este estadio particular, los controladores del tiempo normalmente tocan la bocina después de cada cuarto. Pero, cuando nosotros decimos “cuando toque la bocina” (como en basketball), usualmente nos referimos a la bocina final. Carlos estaba familiarizado con el idioma de los deportes, y por ende Ricardo le dijo que le verán “después que toque la bocina”. Por otro lado, ya que Victoria nunca había asistido a un juego de fútbol en su vida, ella recibió instrucciones diferentes. En una manera más precisa, Ricardo dijo a Victoria que Carlos les encontrará, no después de la primera, segunda o tercera bocina, sino después de la cuarta y final bocina que marca el final del juego. Ricardo sabía que si decía a Victoria, “Carlos nos encontrará después del toque de la bocina”, ella esperaría encontrarle después que la primera bocina sonara. Por ende, Ricardo simplemente dio información más detallada a Victoria. Ciertamente, nadie pudiera decir que Ricardo estaba contradiciéndose.
De igual manera, nadie debería asumir que existe una contradicción ya que tres escritores del evangelio mencionaron un canto mientras que Marcos mencionó dos. Realmente, hubo dos “cantos del gallo”. Sin embargo, el segundo (el único que Mateo, Lucas y Juan mencionaron) fue el canto “principal” (como la cuarta bocina “principal” en un juego de fútbol). En el primer siglo, los gallos solían cantar por lo menos dos veces durante la noche. El primer canto (que solamente Marcos menciona—14:68) usualmente ocurría entre las doce y la una en punto. Relativamente poca gente oía o reconocía este canto.
Es interesante que nadie del primer siglo trate de aclarar este evento, la razón obvia es que no hay tal contradicción como lo es para nuestros días.
Dios es maravilloso.
DaudH