Re: LLEVO CAUTIVA LA CAUTIVIDAD
Re: LLEVO CAUTIVA LA CAUTIVIDAD
¿Y tú sí lo tienes para juzgarme a mí y a mis hermanos como miembros de una “rampante apostasía”, como dices? ¡Vaya prepotencia y decidida tenacidad que manifiestas al volverte el acusador insigne de este foro, empinando la “autoridad” como acostumbras hacerlo desde el púlpito de tu secta, lanzando fuertes apelativos a todo aquél que se atreva a la “herejía” de oponer resistencia a tus fanatismos histriónicos rebosantes del delirio de la inseguridad personal a la que te entregas con sobrada satisfacción.
Falso.
Verdadero.
Verdadero.
Verdadero. El espíritu santo no es ninguna persona. Esto está en tu imaginación y en la herencia que recibiste de la intolerancia religiosa de tus ancestros espirituales.
Falso. El espíritu santo nos comunica que el Hijo es el Hijo y el Padre es el Padre. El espíritu santo nos revela que el Hijo procede del Padre, no que el Padre procede del Hijo. El espíritu santo nos revela que Dios es el Todopoderoso y que Jesús es su Hijo. El espíritu santo nos revela que quien acepta que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, tiene la vida, el que no lo acepta, reside en tinieblas y la muerte le seguirá. (Juan 20:31)
Ese es tu criterio, no es la realidad de lo que es el espíritu santo. Lo que tú creas al respecto será tu opinión, como tal se respeta, que sea veraz, esa es tu creencia.
Sigues inmerso en tu consigna medieval de la intolerancia a criterios distintos al que te heredaron…
…lo que te hace de manera apresurada juzgar a tu semejante con la vara del recalcitrante fanatismo que te asiste, creyendo ver “diablos” a tu alrededor cuando difieren o contradicen tus incorrectas conclusiones.
El contexto aclara tu error que confundes con la “verdad” que no has recibido porque insistes en no “ver” lo que allí definido está. El “espíritu” del que habla el contexto se contrasta con los dos citados: “el espíritu del mundo” en contraposición al “espíritu de Dios”. Si el espíritu de Dios es una “personalidad” independiente de Dios, pues entonces el otro “espíritu” (el del mundo) también sería una personalidad independiente del “mundo” que lo sostiene. Deberías estudiar mejor el significado de las “prosopopeyas” bíblicas para que no sigas transitando por el error de la ignorancia que te ha llevado a confundir lo “gordo” con lo “hinchado”.
Hasta el derecho te das al inventarte tus propios pasajes para acoplarlos a tus heréticas creencias como la única forma de probar tus desatinadas doctrinas antibíblicas y, encima, dices que Dios te ha concedido semejantes privilegios que sólo a Él le son competencia.
Aquí son ustedes los que se “entierran solos” entrando “vivos” al seol por la incomprensión escritural de las analogías propias del lenguaje que utiliza la Biblia, describiendo de manera metafórica, la realidad de la enseñanza que transmite. El problema con ustedes es que les complace en grado sumo la literalidad de lo que leen y prefieren poner a “pelearse” los textos bíblicos entre sí, con tal de hacer prevalecer las inconsistentes doctrinas sin pies ni cabeza.
Sigues recreándote en la incomprensión total de lo que lees y no puedes “ver” la enseñanza detrás de tan peculiar forma de expresar la realidad de los que “bajan” de manera analógica, a las profundidades de la “muerte” en acato de la sentencia del Génesis.
Sólo te falta nada más que extiendas una cinta métrica y te dé por “medir” de manera exacta a qué profundidad se encuentra ese “compartimento” de sufrimiento del que te has inventado como afrenta a la Justicia Divina.
Al seol bajan tantos los “buenos como los malos”. ¡Todos! bajan al “silencio”. El seol es la sepultura común de la humanidad que muere.
¿Y eso dónde lo dice así con la vehemencia y seguridad con que lo afirmas? ¿Interpretando otra analogía propia de la prosa bíblica?
¡Claro, y un “gran muro los separa”! (me imagino que un muro literal). Interesante cuento se traen ustedes que narran con sorprendente desfachatez incluida.
Siguen los desatinos. Pero es que no “pegan” ni una. Ahora resulta que el diablo, aparte de ser el causante de la muerte humana (cosa que sí es verdad) le agregan que es el que “atiza” los enrojecidos carbones que torturan a los impenitentes miserables que son arrojados allí.
Bueno, ¿En qué quedamos? ¿Estaban cautivos por la muerte y en espantosos “dolores” o estaban en “consuelo” en el Seno de Abraham? Además, como que la vaina se complicó porque todavía mucho tiempo después de la muerte del Señor y de su resurrección todavía seguían “cautivos” y no habían recibido la consolación del premio prometido, a diferencia de dos únicos protagonistas “privilegiados” que les “robó el mandado” a todos los demás: el “ladrón arrepentido” y nuestro mendigo “Lázaro”, quienes, de inmediato, sí recibieron el prometido consuelo de la gloria eterna.
Entonces Cristo también estuvo “bajo el poder del diablo” cuando bajó al “hades” a llevarse a la “cautividad” al Cielo de Dios. Lo digo porque dice Pablo que Dios “desató los dolores de la muerte”, porque Cristo mismo era “retenido por ella”. ¡Vaya contrariedad!
¡No me digas!
Pero qué, ¿Se le olvidaron a Cristo llevarse a todos los antiguos profetas del AT? Porque, en todo caso, en ese lenguaje que para ustedes es como un “trabalenguas”, sólo dos personajes fueron llevados “al Cielo”.
Esto se logró gracias a que Cristo fue liberado por su Dios Padre, rescatándolo de los “dolores de la muerte”, porque no era posible, dice la Escritura, que “continuara retenido por ella”. Ustedes son sorprendentes, afirman todo lo contrario de lo que la Biblia indica. ¿O es que aquí “dolores de la muerte no es literal, sino simbólico? ¿Curioso no?
En primer lugar, el diablo no tiene NINGÚN IMPERIO LITERAL en la “muerte”. Si no logras asimilar semejante simbolismo, con razón a cuanto “rebelde” no comulgue con sus ridículas doctrinas antibíblicas, lo amenazan con el “fuego que no cesa y el gusano que no muere”.
Esto es correcto pero es analógico. No es literal como lo entiendes. Cristo “VENCE” a la “MUERTE” cuando es resucitado, no antes. El volver a la vida lo hizo ser victorioso sobre el “aguijón” de la muerte producida por satán, la serpiente original del Génesis. Los siervos de Dios que siguen al Cristo se benefician de semejante “llave” ahora en Su Poder, para que, al ser aprobados hasta la muerte, heredan la corona de la vida cuando, al igual que su Maestro, son resucitados de nuevo; vuelven a vivir para recibir la recompensa al ser liberados del “cautiverio” que satán había formado por su rebelde forma de desafiar la Justicia de Dios.
Ya esto es el colmo. ¡Tú inventas pasajes inexistentes y yo soy el “apóstata”! Tu ignorancia y fanatismo al parecer no tienen límites. De la abundancia de tu corazón habla tu boca.
Entiéndelo de una sola vez. Cristo no llevó a nadie al Cielo. Deja de inventar. Eso no está en la Biblia. Es el “sueño” más acariciado de los rebeldes luchadores contra Dios, pero nada más es eso: un sueño.
Claro, pero al tiempo debido de Dios, no según los inventos en los que ustedes se recrean con inusitada complacencia.
No, lo que nos envía a todos al “seol” es el pecado heredado de Adán. La Ley fue puesta para poner de manifiesto ese “pecado” y hacernos ver que necesitábamos de un Redentor, Cristo el Señor.
Claro, algún día en el futuro los seleccionados “partirán” para estar con el Señor. Pero ese tiempo lo decidió Dios de conformidad con su Voluntad y no con la de ustedes. ¡Esa es la diferencia!
¡Por supuesto que no, pero estuvo en él! ¡El ya resucitó y fue al Padre y ya tiene preparado los lugares de los que fueron escogidos para sentarse “a su mesa” y brindar por la vida futura y feliz que les prometió a todos los que lo aman. De hecho, en este momento ya el Cielo festeja la victoria y los ungidos por el espíritu de Dios, la “novia de Cristo”, está celebrando el triunfo que el sacrificio del Señor, en su propio caso, hizo posible al resucitarlos como criaturas espirituales para estar con su Señor en el Cielo. ¡Pero hasta ahora! Tuvieron que esperar siglos enteros hasta que se cumpliera el tiempo de Dios.
El que debe ser adorado es su Padre. Esa fue su enseñanza. ¿Acaso no lo entendiste así? Él nunca dijo que se le adorara. Lo contrario fue por lo que Él mismo entregó su vida.
¿Y qué dijiste? ¿También su ADORACIÓN EXCLUSIVA? ¡Jamás! Cristo respetó el límite y la Gloria de su Dios. Por esa Gloria obedeció y por esa Gloria se sacrificó.
Esto es off-topic.
Jamás me harás negar a mi Señor Jesús, pero el verdadero. El otro es el de ustedes, ese que fingió ser Hijo. Ese que dijo ser quien no era. Ese que usurpó el puesto de Dios. Ese que exigió “ser adorado”. Ese que se la pasó mintiendo y ofendiendo a quien lo había enviado. Ese es el Cristo de ustedes, no el nuestro. El nuestro es el HIJO VERDADERO DE JEHOVÁ.
Al Cristo de la Biblia ya lo acepté hace más de 35 años. Al Hijo de Dios, al Hijo de Jehová, al Primogénito y al Unigénito, al que nos enseñó adorar al Padre como el “Único Dios verdadero”. Lo demás es off-topic. Sin embargo agradezco el consejo porque prefiero creer que eres sincero al desearme lo mejor para mí y para mi familia. De igual forma te devuelvo el consejo. Pero así como para ti es inconcebible aceptar a mi Cristo, veo muy difícil que yo pueda aceptar al tuyo. Recuerda lo que le dijo Abraham “al rico en tormento”: entre “ambos lugares” existe un gran muro que no se puede traspasar, no por nada personal, sino porque la lucha entre el bien y el mal ya es milenaria y dio inicio allá en Edén, cuando el diablo le mintió a Eva, echando a volar la imaginación de nuestros ancestros, al hacerles creer en esa “inmortalidad inherente” a la que por “defecto” tenían derecho.
Re: LLEVO CAUTIVA LA CAUTIVIDAD
¿Y tú sí lo tienes para juzgarme a mí y a mis hermanos como miembros de una “rampante apostasía”, como dices? ¡Vaya prepotencia y decidida tenacidad que manifiestas al volverte el acusador insigne de este foro, empinando la “autoridad” como acostumbras hacerlo desde el púlpito de tu secta, lanzando fuertes apelativos a todo aquél que se atreva a la “herejía” de oponer resistencia a tus fanatismos histriónicos rebosantes del delirio de la inseguridad personal a la que te entregas con sobrada satisfacción.
Falso.
Verdadero.
Verdadero.
Verdadero. El espíritu santo no es ninguna persona. Esto está en tu imaginación y en la herencia que recibiste de la intolerancia religiosa de tus ancestros espirituales.
Falso. El espíritu santo nos comunica que el Hijo es el Hijo y el Padre es el Padre. El espíritu santo nos revela que el Hijo procede del Padre, no que el Padre procede del Hijo. El espíritu santo nos revela que Dios es el Todopoderoso y que Jesús es su Hijo. El espíritu santo nos revela que quien acepta que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, tiene la vida, el que no lo acepta, reside en tinieblas y la muerte le seguirá. (Juan 20:31)
Ese es tu criterio, no es la realidad de lo que es el espíritu santo. Lo que tú creas al respecto será tu opinión, como tal se respeta, que sea veraz, esa es tu creencia.
Sigues inmerso en tu consigna medieval de la intolerancia a criterios distintos al que te heredaron…
…lo que te hace de manera apresurada juzgar a tu semejante con la vara del recalcitrante fanatismo que te asiste, creyendo ver “diablos” a tu alrededor cuando difieren o contradicen tus incorrectas conclusiones.
El contexto aclara tu error que confundes con la “verdad” que no has recibido porque insistes en no “ver” lo que allí definido está. El “espíritu” del que habla el contexto se contrasta con los dos citados: “el espíritu del mundo” en contraposición al “espíritu de Dios”. Si el espíritu de Dios es una “personalidad” independiente de Dios, pues entonces el otro “espíritu” (el del mundo) también sería una personalidad independiente del “mundo” que lo sostiene. Deberías estudiar mejor el significado de las “prosopopeyas” bíblicas para que no sigas transitando por el error de la ignorancia que te ha llevado a confundir lo “gordo” con lo “hinchado”.
Hasta el derecho te das al inventarte tus propios pasajes para acoplarlos a tus heréticas creencias como la única forma de probar tus desatinadas doctrinas antibíblicas y, encima, dices que Dios te ha concedido semejantes privilegios que sólo a Él le son competencia.
Aquí son ustedes los que se “entierran solos” entrando “vivos” al seol por la incomprensión escritural de las analogías propias del lenguaje que utiliza la Biblia, describiendo de manera metafórica, la realidad de la enseñanza que transmite. El problema con ustedes es que les complace en grado sumo la literalidad de lo que leen y prefieren poner a “pelearse” los textos bíblicos entre sí, con tal de hacer prevalecer las inconsistentes doctrinas sin pies ni cabeza.
Sigues recreándote en la incomprensión total de lo que lees y no puedes “ver” la enseñanza detrás de tan peculiar forma de expresar la realidad de los que “bajan” de manera analógica, a las profundidades de la “muerte” en acato de la sentencia del Génesis.
Sólo te falta nada más que extiendas una cinta métrica y te dé por “medir” de manera exacta a qué profundidad se encuentra ese “compartimento” de sufrimiento del que te has inventado como afrenta a la Justicia Divina.
Al seol bajan tantos los “buenos como los malos”. ¡Todos! bajan al “silencio”. El seol es la sepultura común de la humanidad que muere.
¿Y eso dónde lo dice así con la vehemencia y seguridad con que lo afirmas? ¿Interpretando otra analogía propia de la prosa bíblica?
¡Claro, y un “gran muro los separa”! (me imagino que un muro literal). Interesante cuento se traen ustedes que narran con sorprendente desfachatez incluida.
Siguen los desatinos. Pero es que no “pegan” ni una. Ahora resulta que el diablo, aparte de ser el causante de la muerte humana (cosa que sí es verdad) le agregan que es el que “atiza” los enrojecidos carbones que torturan a los impenitentes miserables que son arrojados allí.
Bueno, ¿En qué quedamos? ¿Estaban cautivos por la muerte y en espantosos “dolores” o estaban en “consuelo” en el Seno de Abraham? Además, como que la vaina se complicó porque todavía mucho tiempo después de la muerte del Señor y de su resurrección todavía seguían “cautivos” y no habían recibido la consolación del premio prometido, a diferencia de dos únicos protagonistas “privilegiados” que les “robó el mandado” a todos los demás: el “ladrón arrepentido” y nuestro mendigo “Lázaro”, quienes, de inmediato, sí recibieron el prometido consuelo de la gloria eterna.
Entonces Cristo también estuvo “bajo el poder del diablo” cuando bajó al “hades” a llevarse a la “cautividad” al Cielo de Dios. Lo digo porque dice Pablo que Dios “desató los dolores de la muerte”, porque Cristo mismo era “retenido por ella”. ¡Vaya contrariedad!
¡No me digas!
Pero qué, ¿Se le olvidaron a Cristo llevarse a todos los antiguos profetas del AT? Porque, en todo caso, en ese lenguaje que para ustedes es como un “trabalenguas”, sólo dos personajes fueron llevados “al Cielo”.
Esto se logró gracias a que Cristo fue liberado por su Dios Padre, rescatándolo de los “dolores de la muerte”, porque no era posible, dice la Escritura, que “continuara retenido por ella”. Ustedes son sorprendentes, afirman todo lo contrario de lo que la Biblia indica. ¿O es que aquí “dolores de la muerte no es literal, sino simbólico? ¿Curioso no?
En primer lugar, el diablo no tiene NINGÚN IMPERIO LITERAL en la “muerte”. Si no logras asimilar semejante simbolismo, con razón a cuanto “rebelde” no comulgue con sus ridículas doctrinas antibíblicas, lo amenazan con el “fuego que no cesa y el gusano que no muere”.
Esto es correcto pero es analógico. No es literal como lo entiendes. Cristo “VENCE” a la “MUERTE” cuando es resucitado, no antes. El volver a la vida lo hizo ser victorioso sobre el “aguijón” de la muerte producida por satán, la serpiente original del Génesis. Los siervos de Dios que siguen al Cristo se benefician de semejante “llave” ahora en Su Poder, para que, al ser aprobados hasta la muerte, heredan la corona de la vida cuando, al igual que su Maestro, son resucitados de nuevo; vuelven a vivir para recibir la recompensa al ser liberados del “cautiverio” que satán había formado por su rebelde forma de desafiar la Justicia de Dios.
Ya esto es el colmo. ¡Tú inventas pasajes inexistentes y yo soy el “apóstata”! Tu ignorancia y fanatismo al parecer no tienen límites. De la abundancia de tu corazón habla tu boca.
Entiéndelo de una sola vez. Cristo no llevó a nadie al Cielo. Deja de inventar. Eso no está en la Biblia. Es el “sueño” más acariciado de los rebeldes luchadores contra Dios, pero nada más es eso: un sueño.
Claro, pero al tiempo debido de Dios, no según los inventos en los que ustedes se recrean con inusitada complacencia.
No, lo que nos envía a todos al “seol” es el pecado heredado de Adán. La Ley fue puesta para poner de manifiesto ese “pecado” y hacernos ver que necesitábamos de un Redentor, Cristo el Señor.
Claro, algún día en el futuro los seleccionados “partirán” para estar con el Señor. Pero ese tiempo lo decidió Dios de conformidad con su Voluntad y no con la de ustedes. ¡Esa es la diferencia!
¡Por supuesto que no, pero estuvo en él! ¡El ya resucitó y fue al Padre y ya tiene preparado los lugares de los que fueron escogidos para sentarse “a su mesa” y brindar por la vida futura y feliz que les prometió a todos los que lo aman. De hecho, en este momento ya el Cielo festeja la victoria y los ungidos por el espíritu de Dios, la “novia de Cristo”, está celebrando el triunfo que el sacrificio del Señor, en su propio caso, hizo posible al resucitarlos como criaturas espirituales para estar con su Señor en el Cielo. ¡Pero hasta ahora! Tuvieron que esperar siglos enteros hasta que se cumpliera el tiempo de Dios.
El que debe ser adorado es su Padre. Esa fue su enseñanza. ¿Acaso no lo entendiste así? Él nunca dijo que se le adorara. Lo contrario fue por lo que Él mismo entregó su vida.
¿Y qué dijiste? ¿También su ADORACIÓN EXCLUSIVA? ¡Jamás! Cristo respetó el límite y la Gloria de su Dios. Por esa Gloria obedeció y por esa Gloria se sacrificó.
Esto es off-topic.
Jamás me harás negar a mi Señor Jesús, pero el verdadero. El otro es el de ustedes, ese que fingió ser Hijo. Ese que dijo ser quien no era. Ese que usurpó el puesto de Dios. Ese que exigió “ser adorado”. Ese que se la pasó mintiendo y ofendiendo a quien lo había enviado. Ese es el Cristo de ustedes, no el nuestro. El nuestro es el HIJO VERDADERO DE JEHOVÁ.
Al Cristo de la Biblia ya lo acepté hace más de 35 años. Al Hijo de Dios, al Hijo de Jehová, al Primogénito y al Unigénito, al que nos enseñó adorar al Padre como el “Único Dios verdadero”. Lo demás es off-topic. Sin embargo agradezco el consejo porque prefiero creer que eres sincero al desearme lo mejor para mí y para mi familia. De igual forma te devuelvo el consejo. Pero así como para ti es inconcebible aceptar a mi Cristo, veo muy difícil que yo pueda aceptar al tuyo. Recuerda lo que le dijo Abraham “al rico en tormento”: entre “ambos lugares” existe un gran muro que no se puede traspasar, no por nada personal, sino porque la lucha entre el bien y el mal ya es milenaria y dio inicio allá en Edén, cuando el diablo le mintió a Eva, echando a volar la imaginación de nuestros ancestros, al hacerles creer en esa “inmortalidad inherente” a la que por “defecto” tenían derecho.
“Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.” Ver también Gn 1:2 y Mt 3:16
“Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su Santo Espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.”