Re: Apreciado Alfageme
Re: Apreciado Alfageme
Cordiales saludos mi estimado Ricardo.
Le reclamas a Alfageme que no te respondió este aporte, pero, con gusto, qué tal si te lo contesto yo. Espero no te incomodes o te resientas conmigo.
Aquí voy.
Si Génesis 9:3 te dice –claramente– que la disponibilidad culinaria del menú se amplió a “toda clase de carne” excepto aquellas que se quieran “comer” sin desangrar, a todas luces, el sujeto principal que decidirá si se come o no la carne, es la “sangre” que se encuentra en ella y la que hay que derramar, no la misma carne. La orden fue girada en torno a que la sangre fue considerada por Dios como símbolo de la vida animal y humana. La lógica nos lleva a deducir apropiadamente que la “vida” del animal, representada por la “sangre” de este, no era propiamente lo que debía respetarse en el acto porque, de hecho, se estaba otorgando el permiso para prescindir de ella matando al animal para que sirviera de alimento al hombre, satisfaciendo así el poder “comer” libremente su carne pero sin su sangre.
Si lo que quería Dios transmitirnos era que debíamos respetar el hecho de no comerlos mientras tuvieran vida (o sea, su sangre corriendo por sus venas), se nos hubiera indicado de otra forma como, de hecho, Dios se refirió en los capítulos de Génesis precedentes al 9 en donde se indicaba, claramente, que lo que iba a eliminar con el Diluvio, era la “vida” que disfrutaban los seres vivos (hombres y animales) y no simplemente lo que la representaba (su sangre), y no la carne que todavía tuviera sangre. Es decir y para copiarte tu argumentación con citas “textuales” de cómo se deberían decir a veces las cosas, Dios hubiera dicho: “Mira Noé, no deseo que de ahora en adelante el hombre coma animales mientras estén vivos; antes bien, tendrán primero que matarlos y luego, con todos los derechos que les estoy dando, pueden comer su carne y su sangre libremente”. Esto sí hubiera sido clarito, pero no lo dijo así y ni siquiera lo dio a entender. Lo que Jehová estableció fue que la “sangre” (el motivo) era la “vida” en los seres vivientes, pero no refiriéndose específicamente a la “vida como la acción de vivir”, sino a que dicho fluido iba a ser, desde ese momento en adelante, considerado por su Autoridad, como de respeto por “representar” la vida de todas las criaturas como don maravilloso de Dios.
De allí que le indicó claramente a Noé que no la “comiera” (su sangre) al decirle que no podía “comer carne” si todavía tenía sangre en ella. Ahora bien, cómo se puede interpretar el hecho contundente, lógico y deductivo si a mí me dicen que no debo comer, por ejemplo, “cocos” que tengan su “agua” todavía dentro de ellos. ¡Pues no me están diciendo que derrame su agua antes de comerlos, que la drene, que la envase, que la guarde en el refrigerador, etc., etc., pero lo que sí me están diciendo de manera clara es que no DEBO COMER COCO mientras el agua está dentro de él, lo que es lo mismo que “sacársela” o “botarla” o lo que sea. Ahora bien, ese “lo que sea” es discutible. Porque si me están prohibiendo comer el “agua de coco” porque va a ser utilizada como símbolo de otra cosa, tampoco se me ocurriría “beberlo”, tan literalmente, en un vaso cuando ya lo hubiese extraído por un orificio del coco que lo contenía, sin antes preguntar o deducir exactamente, qué está detrás de esa advertencia. La claridad llegó siglos después cuando Dios especificó, de manera más detallada, el respeto a la sangre y lo que ella representaba y, directamente advirtió, ahora sí de forma textual (podemos imaginarnos que quizás lo dicho a Noé no fue tan explícito) para evitar que lo dicho al otrora patriarca capitán del Arca, se hubiera interpretado a lo largo de siglos por sus descendientes, exactamente como tú y muchos como tú lo interpretan ahora: ¡De manera incorrecta!
Tu ejemplo de la “tía” que haces pasar por tu “suegra” no es apropiado ya que estás falseando la realidad y se está cayendo en una mentira comprobable de que en efecto, no es tu suegra, sino tu tía. En el caso que nos ocupa, la “sangre” sí es el “alma” o “vida” por designio del Altísimo, muy diferente a tu ejemplo. Ahora bien, aplicando correctamente lo que expones, lo que está estipulado en Génesis 9:4 se entendería plenamente y, aplicándolo al ejemplo de tu “tía”, sería así: “Si tú me pidieras que aceptara a tu tía en mi casa y yo accedo pero con una condición clara y enfática: “Acepto únicamente a tu tía pero a ella sola, sin nadie más”. Pero si tú me traes a tu tía con tres de sus hijos, ¿Debería yo aceptarla de acuerdo a mis condiciones claramente expuestas? NO. ¡Sólo a tu tía! Ese era el trato y lo que yo únicamente establecí. Ahora bien, en este ejemplo ¿Cuál sería el motivo que originaría mi oposición a que venga tu tía? ¡Los hijos de ella! Eso es lo que estoy prohibiendo, no que venga tu “tía”, (la carne) sino sus “hijos” (la sangre). Ahora bien, Yo no te he dicho en ningún momento que es “prohibida” la presencia de alguien más que no sea tu tía, pero se deduce fácilmente sin ningún problema y eso es lo que ustedes no captan de la enseñanza que Jehová le transmitió a Noé.
A ver si con este otro me comprendes mejor. Mi hermano Alfageme lo que está empleando son palabras y deducciones que se extraen de la enseñanza Divina sin que, necesariamente, se hubiesen dicho de manera tan “textual” como le recriminas. Si a mí alguien me dice en alguna oportunidad: “Mira, aquél sujeto violó y asesinó a la joven que era tu vecina”; yo pudiera luego contar la versión que me dieron de esta manera: “Juan, te acuerdas de aquella vecina mía, la mujer joven que tenía una niña de 2 años, pues fíjate que la “mataron” pero antes la “ultrajaron” y encima le mutilaron algunas partes de su cuerpo”. ¿Comprendes? Es obvio que así no me lo contaron pero mi versión es perfectamente aceptable porque yo añadí otros detalles que fueron reales y no excedí los límites aceptables. No utilicé por ejemplo la palabra que originalmente me transmitieron: “un sujeto la violó”, sino que utilicé: “la ultrajaron” que viene siendo lo mismo. Así sucede con lo que aquí estás discutiendo sin lógica mi estimado Ricardo.
Jehová no se estaba refiriendo a la “vida” o “alma” que disfrutaban como seres vivos. Lo que estaba enseñando no era que no se podían comer “mientras estuvieran vivos”, sino más bien, que el desangrarlos adecuadamente era lo que determinaba el poder comerlos. Y si hablo de “desangrar” (aunque se me hace muy difícil imaginarme otra cosa que no fuera esto) es porque el “desangrar” al animal antes de “comerlo” era lógico que el animal iba a estar muerto y solo entonces, se procedería a comer su carne.
Pues eso que deduce Alfageme no es a como a él “le ha dado la gana” interpretarlo. Es lo que Génesis 9 arroja sobre la verdadera enseñanza dirigida a Noé y a su posteridad y que más adelante es ratificado en la Ley Mosaica cuando, de manera clara y contundente, se indica que se debía derramar al suelo y cubrirla con polvo, lo que a cualquier mente con muy poco estudio sería suficiente para deducir, apropiadamente, que no había más usos para la sangre que los estipulados en dicha Ley. Más bien, podríamos decir que eres tú el que infieres que ese “como te ha dado la gana a ti interpretarlo” es lo que nos transmites y deseas que lo aceptemos como la única opción aceptable.
Ricardo, en la mayoría de los casos hay que aplicar el “discernimiento” para poder captar a veces lo que ciertos textos nos quieren transmitir y para eso existen los contextos. Pero que yo sepa, nadie en este planeta –que sea normal, claro– aceptaría la Biblia de manera literal de “cabo a rabo”. Eso sería un contrasentido porque entonces sí que estaría fregado y terminaría más “loco” que los locos de un asilo. Y cuando fallan los “textos y los contextos” porque no son demasiado explícitos ¿Qué otro recurso nos queda? Solicitarle entonces a Dios espíritu santo para que por este medio, nos “abra” el entendimiento para poder captar la enseñanza detrás de alguna específica ley. Creo que de ejemplos de este tipo de ayuda está llena la Biblia.
No, claro que no, pero tampoco lo que Pablo enseñaba y transmitía en sus cartas era lo único que era valioso (de manera exclusiva) para la edificación y entrenamiento espiritual de las congregaciones. Ni tampoco creo que “todas las cosas adicionales que el Señor dijo e hizo con sus discípulos que no se escribieron en el rollo del evangelio de Juan”, por ejemplo, no tenían ninguna validez solo por el hecho que no se registraron en la Biblia. No creo que creas entonces que si Pablo se refirió o no de manera explícita sobre la prohibición que todavía tenía la sangre, no lo hubieran hecho muchos otros “obispos” y algunos de sus compañeros apóstoles con alguna periodicidad pero que no se registró dentro del canon de la Biblia y sea, porque así lo presumes, la razón del por qué no se habló más del tema simplemente por ser un decreto temporal. Creo que la evidencia histórica de registros no bíblicos es prueba de ello. Los cristianos primitivos, todavía “calientitos espiritualmente” (antes de que se enfriaran) respetaban todavía el decreto apostólico de manera contundente y sin dudas.
Lo curioso con ustedes es que se “espantan” cuando se cita, no las palabras del “padre de la mentira”, sino la Biblia que las contiene, porque si de alguna manera ni siquiera hay que pronunciarlas, tampoco hay que leerlas y, si Jehová dispuso que se escribieran y registraran, fue para que al menos las leyéramos. Además, no todo lo que dice satán es mentira. El que sea el padre de la mentira no significa que “todo” lo que diga sea una mentira, como no fue una mentira cuando le dijo al mismísimo JEHOVA cuando le interrogó acerca de dónde venía y a lo que respondió: “De discurrir por la tierra y de andar por ella”. Jehová no lo contradijo, estaba diciendo la verdad y fue dicha verdad por la que entonces JEHOVA le dijo de nuevo: “¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que no hay ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?”. A lo que el enemigo replicó: “¿Ha temido Job a Dios por nada? (aquí comienza la intriga y el ataque rastrero de este ángel del mal) “¿No has puesto tú mismo un seto [protector] alrededor de él y alrededor de su casa y alrededor de todo lo que tiene en todo el derredor? La obra de sus manos has bendecido, y su ganado mismo se ha extendido en la tierra.” (aquí si te fijas bien, de nuevo habla la verdad, porque esto que dice no es mentira). Y tan es así, que Jehová no lo reprendió ni creo que el cinismo de satán llegara a tanto que hasta trató de “engañar” a Dios diciéndole una mentira a ver si se la “creía” el Todopoderoso. Esto sí sería increíble ¿No te parece? Ahora bien, el desenlace del diálogo lo tuvo Jehová cuando le advirtió: “¡Mira! Todo lo que tiene está en tu mano. ¡Solo que contra él mismo no alargues la mano!”. De manera que Satanás salió de ante la persona de Jehová”.
Otra verdad de este ángel enemigo de todo lo bueno ¿Qué le dijo a Jesús en una de las tentaciones cuando le ofreció todos los “reinos del mundo”: “Si caes y me rindes culto todo esto y su gloria te los daré porque a mí han sido entregados y a quien yo quiera se los daré”. ¡Interesantes palabras y además, ¡Verdaderas! Jesús no lo contradijo. Simplemente se limitó a enseñarle que la adoración que pretendía era única y exclusiva a su Padre Jehová y a nadie más. ¡Y no creo que satán le estuviera ofreciendo, precisamente a “DIOS” algo que, por un lado no necesitaba para nada y, por otro, que realmente no fueran de él (claro, de manera temporal).
De manera que no hace falta dejar de citar las palabras del enemigo como recurso para “enseñar”, así como Dios lo permitió cuando hizo que se registraran ciertos pasajes en las Escrituras con este personaje. El no podía dejar de lado este aviso para alertarnos, precisamente, quién es el que verdaderamente “no duerme” nunca para tratar de alejarnos del Altísimo al caer de su gracia y consuelo. Jesús mismo, siguiendo el ejemplo de su Padre también lo menciona en varias oportunidades y hasta se registró la famosa “tentación” de la que fue objeto.
Así que no nos “rasguemos” las vestiduras en señal de protesta, tratando de ser más “papistas que el papa” cuando, de hecho, con nuestras propias deducciones y manera de enseñar, le estamos siguiendo el “jueguito” al inicuo, y sin necesidad de siquiera de nombrarlo. Y ten por seguro que este “jueguito” de la “sangre” es el “plato predilecto” del que este perverso personaje se ha valido para embaucar a millones de “defensores de la vida” convirtiéndolos en “ministros de justicia” sin discernir las maquiavélicas tretas de este “Angel de Luz” que encandila con su resplandor, el falsamente llamado conocimiento de los hombres.
Ricardo, no es “añadir” como tú lo interpretas; es “deducir” que es otra cosa muy diferente. “Añadir” es “agregar” algo que de forma ilegal insertamos alterando el entendimiento de lo que se escribió y tú, como yo y como la mayoría de los entusiastas religiosos del foro, sabemos que a la Biblia Católica, por ejemplo, le “añadieron”, no simples textos solapados que transmitían otras enseñanzas diferentes a la ya expuestas, sino “libros” de más que engrosaron así el canon de la Biblia.
Otro ejemplo es el de los “signos de puntuación” y, para muestra, la simple “coma” del “Verdaderamente te digo(coma) que hoy estarás conmigo en el paraíso”, cuando en griego no existen signos de puntuación y quedaba al escriba decidir (observa la responsabilidad tan inmensa que tenía para no alterar la enseñanza) dónde insertar dicha coma, decidiéndose por insertarla, como lo atestiguan la mayoría de las versiones de la Biblia, en el lugar equivocado, dando lugar a un contrasentido que se enfrenta de plano, con toda una sana enseñanza cristiana fundamental.
Creo que por ahora es suficiente.
Recibe como siempre mi más profundo respeto y consideración.
Re: Apreciado Alfageme
Cordiales saludos mi estimado Ricardo.
Le reclamas a Alfageme que no te respondió este aporte, pero, con gusto, qué tal si te lo contesto yo. Espero no te incomodes o te resientas conmigo.
Aquí voy.
Originalmente enviado por Ricardo![]()
1/2 – Es cierto, Gn 9:3 te permite la idea de “sangre de cualquier clase”, pero no te permite escribir “les prohibió comer sangre de cualquier clase” como has hecho, pues no equivale a lo que realmente les prohibió: “carne con su vida, que es su sangre”. Si yo te presento a una tía como si fuese mi suegra, el parentesco se mantiene, pero no es lo mismo. Lo único que puedo inferir del v.3 es que no debían de comer animales que encontraran ya muertos.
Si Génesis 9:3 te dice –claramente– que la disponibilidad culinaria del menú se amplió a “toda clase de carne” excepto aquellas que se quieran “comer” sin desangrar, a todas luces, el sujeto principal que decidirá si se come o no la carne, es la “sangre” que se encuentra en ella y la que hay que derramar, no la misma carne. La orden fue girada en torno a que la sangre fue considerada por Dios como símbolo de la vida animal y humana. La lógica nos lleva a deducir apropiadamente que la “vida” del animal, representada por la “sangre” de este, no era propiamente lo que debía respetarse en el acto porque, de hecho, se estaba otorgando el permiso para prescindir de ella matando al animal para que sirviera de alimento al hombre, satisfaciendo así el poder “comer” libremente su carne pero sin su sangre.
Si lo que quería Dios transmitirnos era que debíamos respetar el hecho de no comerlos mientras tuvieran vida (o sea, su sangre corriendo por sus venas), se nos hubiera indicado de otra forma como, de hecho, Dios se refirió en los capítulos de Génesis precedentes al 9 en donde se indicaba, claramente, que lo que iba a eliminar con el Diluvio, era la “vida” que disfrutaban los seres vivos (hombres y animales) y no simplemente lo que la representaba (su sangre), y no la carne que todavía tuviera sangre. Es decir y para copiarte tu argumentación con citas “textuales” de cómo se deberían decir a veces las cosas, Dios hubiera dicho: “Mira Noé, no deseo que de ahora en adelante el hombre coma animales mientras estén vivos; antes bien, tendrán primero que matarlos y luego, con todos los derechos que les estoy dando, pueden comer su carne y su sangre libremente”. Esto sí hubiera sido clarito, pero no lo dijo así y ni siquiera lo dio a entender. Lo que Jehová estableció fue que la “sangre” (el motivo) era la “vida” en los seres vivientes, pero no refiriéndose específicamente a la “vida como la acción de vivir”, sino a que dicho fluido iba a ser, desde ese momento en adelante, considerado por su Autoridad, como de respeto por “representar” la vida de todas las criaturas como don maravilloso de Dios.
De allí que le indicó claramente a Noé que no la “comiera” (su sangre) al decirle que no podía “comer carne” si todavía tenía sangre en ella. Ahora bien, cómo se puede interpretar el hecho contundente, lógico y deductivo si a mí me dicen que no debo comer, por ejemplo, “cocos” que tengan su “agua” todavía dentro de ellos. ¡Pues no me están diciendo que derrame su agua antes de comerlos, que la drene, que la envase, que la guarde en el refrigerador, etc., etc., pero lo que sí me están diciendo de manera clara es que no DEBO COMER COCO mientras el agua está dentro de él, lo que es lo mismo que “sacársela” o “botarla” o lo que sea. Ahora bien, ese “lo que sea” es discutible. Porque si me están prohibiendo comer el “agua de coco” porque va a ser utilizada como símbolo de otra cosa, tampoco se me ocurriría “beberlo”, tan literalmente, en un vaso cuando ya lo hubiese extraído por un orificio del coco que lo contenía, sin antes preguntar o deducir exactamente, qué está detrás de esa advertencia. La claridad llegó siglos después cuando Dios especificó, de manera más detallada, el respeto a la sangre y lo que ella representaba y, directamente advirtió, ahora sí de forma textual (podemos imaginarnos que quizás lo dicho a Noé no fue tan explícito) para evitar que lo dicho al otrora patriarca capitán del Arca, se hubiera interpretado a lo largo de siglos por sus descendientes, exactamente como tú y muchos como tú lo interpretan ahora: ¡De manera incorrecta!
Tu ejemplo de la “tía” que haces pasar por tu “suegra” no es apropiado ya que estás falseando la realidad y se está cayendo en una mentira comprobable de que en efecto, no es tu suegra, sino tu tía. En el caso que nos ocupa, la “sangre” sí es el “alma” o “vida” por designio del Altísimo, muy diferente a tu ejemplo. Ahora bien, aplicando correctamente lo que expones, lo que está estipulado en Génesis 9:4 se entendería plenamente y, aplicándolo al ejemplo de tu “tía”, sería así: “Si tú me pidieras que aceptara a tu tía en mi casa y yo accedo pero con una condición clara y enfática: “Acepto únicamente a tu tía pero a ella sola, sin nadie más”. Pero si tú me traes a tu tía con tres de sus hijos, ¿Debería yo aceptarla de acuerdo a mis condiciones claramente expuestas? NO. ¡Sólo a tu tía! Ese era el trato y lo que yo únicamente establecí. Ahora bien, en este ejemplo ¿Cuál sería el motivo que originaría mi oposición a que venga tu tía? ¡Los hijos de ella! Eso es lo que estoy prohibiendo, no que venga tu “tía”, (la carne) sino sus “hijos” (la sangre). Ahora bien, Yo no te he dicho en ningún momento que es “prohibida” la presencia de alguien más que no sea tu tía, pero se deduce fácilmente sin ningún problema y eso es lo que ustedes no captan de la enseñanza que Jehová le transmitió a Noé.
A ver si con este otro me comprendes mejor. Mi hermano Alfageme lo que está empleando son palabras y deducciones que se extraen de la enseñanza Divina sin que, necesariamente, se hubiesen dicho de manera tan “textual” como le recriminas. Si a mí alguien me dice en alguna oportunidad: “Mira, aquél sujeto violó y asesinó a la joven que era tu vecina”; yo pudiera luego contar la versión que me dieron de esta manera: “Juan, te acuerdas de aquella vecina mía, la mujer joven que tenía una niña de 2 años, pues fíjate que la “mataron” pero antes la “ultrajaron” y encima le mutilaron algunas partes de su cuerpo”. ¿Comprendes? Es obvio que así no me lo contaron pero mi versión es perfectamente aceptable porque yo añadí otros detalles que fueron reales y no excedí los límites aceptables. No utilicé por ejemplo la palabra que originalmente me transmitieron: “un sujeto la violó”, sino que utilicé: “la ultrajaron” que viene siendo lo mismo. Así sucede con lo que aquí estás discutiendo sin lógica mi estimado Ricardo.
Jehová no se estaba refiriendo a la “vida” o “alma” que disfrutaban como seres vivos. Lo que estaba enseñando no era que no se podían comer “mientras estuvieran vivos”, sino más bien, que el desangrarlos adecuadamente era lo que determinaba el poder comerlos. Y si hablo de “desangrar” (aunque se me hace muy difícil imaginarme otra cosa que no fuera esto) es porque el “desangrar” al animal antes de “comerlo” era lógico que el animal iba a estar muerto y solo entonces, se procedería a comer su carne.
3 – El texto que pegas bien lo conozco pero no dice lo que dices que dice. Tú puedes deducir o inferir de un texto lo que te venga en gana, pero no decir que el Eterno dijo lo que tú dices pero que Él no dijo. La cláusula completa la redactaste así:
“Jehová dijo a los israelitas que la sangre debía derramarse en el suelo y nadie debía usarla para ningún propósito personal, Deuteronomio 12:15,16.”
Pues eso que deduce Alfageme no es a como a él “le ha dado la gana” interpretarlo. Es lo que Génesis 9 arroja sobre la verdadera enseñanza dirigida a Noé y a su posteridad y que más adelante es ratificado en la Ley Mosaica cuando, de manera clara y contundente, se indica que se debía derramar al suelo y cubrirla con polvo, lo que a cualquier mente con muy poco estudio sería suficiente para deducir, apropiadamente, que no había más usos para la sangre que los estipulados en dicha Ley. Más bien, podríamos decir que eres tú el que infieres que ese “como te ha dado la gana a ti interpretarlo” es lo que nos transmites y deseas que lo aceptemos como la única opción aceptable.
Ricardo, en la mayoría de los casos hay que aplicar el “discernimiento” para poder captar a veces lo que ciertos textos nos quieren transmitir y para eso existen los contextos. Pero que yo sepa, nadie en este planeta –que sea normal, claro– aceptaría la Biblia de manera literal de “cabo a rabo”. Eso sería un contrasentido porque entonces sí que estaría fregado y terminaría más “loco” que los locos de un asilo. Y cuando fallan los “textos y los contextos” porque no son demasiado explícitos ¿Qué otro recurso nos queda? Solicitarle entonces a Dios espíritu santo para que por este medio, nos “abra” el entendimiento para poder captar la enseñanza detrás de alguna específica ley. Creo que de ejemplos de este tipo de ayuda está llena la Biblia.
4 - Que en las iglesias hubiera ancianos que también enseñaban como maestros no hacía vano el ministerio epistolar de Pablo.
No, claro que no, pero tampoco lo que Pablo enseñaba y transmitía en sus cartas era lo único que era valioso (de manera exclusiva) para la edificación y entrenamiento espiritual de las congregaciones. Ni tampoco creo que “todas las cosas adicionales que el Señor dijo e hizo con sus discípulos que no se escribieron en el rollo del evangelio de Juan”, por ejemplo, no tenían ninguna validez solo por el hecho que no se registraron en la Biblia. No creo que creas entonces que si Pablo se refirió o no de manera explícita sobre la prohibición que todavía tenía la sangre, no lo hubieran hecho muchos otros “obispos” y algunos de sus compañeros apóstoles con alguna periodicidad pero que no se registró dentro del canon de la Biblia y sea, porque así lo presumes, la razón del por qué no se habló más del tema simplemente por ser un decreto temporal. Creo que la evidencia histórica de registros no bíblicos es prueba de ello. Los cristianos primitivos, todavía “calientitos espiritualmente” (antes de que se enfriaran) respetaban todavía el decreto apostólico de manera contundente y sin dudas.
5 - ¡Otra vez más reincides en repetir las palabras del padre de mentira pese a haber sido advertido en numerosas ocasiones! Ya se te mostró que eso que dijo el diablo es falso. ¿Por qué porfías en reproducir su dicho?
Lo curioso con ustedes es que se “espantan” cuando se cita, no las palabras del “padre de la mentira”, sino la Biblia que las contiene, porque si de alguna manera ni siquiera hay que pronunciarlas, tampoco hay que leerlas y, si Jehová dispuso que se escribieran y registraran, fue para que al menos las leyéramos. Además, no todo lo que dice satán es mentira. El que sea el padre de la mentira no significa que “todo” lo que diga sea una mentira, como no fue una mentira cuando le dijo al mismísimo JEHOVA cuando le interrogó acerca de dónde venía y a lo que respondió: “De discurrir por la tierra y de andar por ella”. Jehová no lo contradijo, estaba diciendo la verdad y fue dicha verdad por la que entonces JEHOVA le dijo de nuevo: “¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que no hay ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?”. A lo que el enemigo replicó: “¿Ha temido Job a Dios por nada? (aquí comienza la intriga y el ataque rastrero de este ángel del mal) “¿No has puesto tú mismo un seto [protector] alrededor de él y alrededor de su casa y alrededor de todo lo que tiene en todo el derredor? La obra de sus manos has bendecido, y su ganado mismo se ha extendido en la tierra.” (aquí si te fijas bien, de nuevo habla la verdad, porque esto que dice no es mentira). Y tan es así, que Jehová no lo reprendió ni creo que el cinismo de satán llegara a tanto que hasta trató de “engañar” a Dios diciéndole una mentira a ver si se la “creía” el Todopoderoso. Esto sí sería increíble ¿No te parece? Ahora bien, el desenlace del diálogo lo tuvo Jehová cuando le advirtió: “¡Mira! Todo lo que tiene está en tu mano. ¡Solo que contra él mismo no alargues la mano!”. De manera que Satanás salió de ante la persona de Jehová”.
Otra verdad de este ángel enemigo de todo lo bueno ¿Qué le dijo a Jesús en una de las tentaciones cuando le ofreció todos los “reinos del mundo”: “Si caes y me rindes culto todo esto y su gloria te los daré porque a mí han sido entregados y a quien yo quiera se los daré”. ¡Interesantes palabras y además, ¡Verdaderas! Jesús no lo contradijo. Simplemente se limitó a enseñarle que la adoración que pretendía era única y exclusiva a su Padre Jehová y a nadie más. ¡Y no creo que satán le estuviera ofreciendo, precisamente a “DIOS” algo que, por un lado no necesitaba para nada y, por otro, que realmente no fueran de él (claro, de manera temporal).
De manera que no hace falta dejar de citar las palabras del enemigo como recurso para “enseñar”, así como Dios lo permitió cuando hizo que se registraran ciertos pasajes en las Escrituras con este personaje. El no podía dejar de lado este aviso para alertarnos, precisamente, quién es el que verdaderamente “no duerme” nunca para tratar de alejarnos del Altísimo al caer de su gracia y consuelo. Jesús mismo, siguiendo el ejemplo de su Padre también lo menciona en varias oportunidades y hasta se registró la famosa “tentación” de la que fue objeto.
Así que no nos “rasguemos” las vestiduras en señal de protesta, tratando de ser más “papistas que el papa” cuando, de hecho, con nuestras propias deducciones y manera de enseñar, le estamos siguiendo el “jueguito” al inicuo, y sin necesidad de siquiera de nombrarlo. Y ten por seguro que este “jueguito” de la “sangre” es el “plato predilecto” del que este perverso personaje se ha valido para embaucar a millones de “defensores de la vida” convirtiéndolos en “ministros de justicia” sin discernir las maquiavélicas tretas de este “Angel de Luz” que encandila con su resplandor, el falsamente llamado conocimiento de los hombres.
Los versículos bíblicos no están en guerra como si pudieras anular la fuerza de uno enfrentándolo a otro.
¿O es acaso poca cosa añadir a las palabras de Dios, haciendo pasar las tuyas como si fueran suyas?
Ricardo, no es “añadir” como tú lo interpretas; es “deducir” que es otra cosa muy diferente. “Añadir” es “agregar” algo que de forma ilegal insertamos alterando el entendimiento de lo que se escribió y tú, como yo y como la mayoría de los entusiastas religiosos del foro, sabemos que a la Biblia Católica, por ejemplo, le “añadieron”, no simples textos solapados que transmitían otras enseñanzas diferentes a la ya expuestas, sino “libros” de más que engrosaron así el canon de la Biblia.
Otro ejemplo es el de los “signos de puntuación” y, para muestra, la simple “coma” del “Verdaderamente te digo(coma) que hoy estarás conmigo en el paraíso”, cuando en griego no existen signos de puntuación y quedaba al escriba decidir (observa la responsabilidad tan inmensa que tenía para no alterar la enseñanza) dónde insertar dicha coma, decidiéndose por insertarla, como lo atestiguan la mayoría de las versiones de la Biblia, en el lugar equivocado, dando lugar a un contrasentido que se enfrenta de plano, con toda una sana enseñanza cristiana fundamental.
Creo que por ahora es suficiente.
Recibe como siempre mi más profundo respeto y consideración.