No habiendo progresos en cuanto a lo que entendían redactores y lectores de la resolución de la asamblea en Jerusalem en cuanto al abstenerse de sangre (Hch 15:20,29; 21:25) el último bastión ha sido:
-El respeto debido a la santidad de la sangre considerada como sagrada, y el irrespeto en que caemos los donantes y receptores de sangre.
El énfasis repetitivo y frecuente de este alegato, haría suponer que exista algún texto bíblico que explícitamente así lo exprese.
No digo que no lo haya, sino que por más que esfuerzo mi memoria mi “disco duro” no lo tiene computado.
Nada recuerdo en cuanto a respetar o irrespetar la sangre; así como tampoco a que la sangre sea sagrada o tenga una santidad mayor a la de cualquier otra parte del cuerpo humano o animal. Quizás en la TNM haya lo que en mi versión Reina – Valera no se encuentre.
Aunque esta es una invitación abierta a todos los foristas -y mayormente a los TJ que quieran aportar sobre este punto-, aspiro a que no se desencadene aquí el mismo desorden que en otro sitio donde la batalla campal desvirtuó la oportunidad de un estudio serio y provechoso.
Quien crea que le asista razón, le bastará con atender al punto en cuestión sin necesidad de empeñarse en una campaña insidiosa contra la posición contraria.
Probemos que es posible debatir sin agredirnos ni fastidiarnos.