Os pongo algo:
La realidad (cósmica, natural, mundanal) aparece simultáneamente como caótica y
maravillosamente ordenada, como cosmos regulado y como anarquía amenazante. El mito es la gran creación cultural, en la que se combinan los distintos saberes y se buscan respuestas al por qué y para qué del mundo y del hombre. Las antropogonías y cosmogonías intentan responder a la pregunta por los orígenes, y, a su vez, determinan ya, en buena parte, las antropologías y cosmologías, que buscan clarificar el significado del hombre y de cosmos.
Inicialmente no surge tanto la pregunta filosófica acerca de “¿por qué hay algo y no hay nada?”, cuanto la previa acerca del sentido (orden) y significación (valor) del universo, del que forma parte el hombre y la naturaleza 2. Las preguntas más que las mismas respuestas son el motor de la actividad racional teórica y práctica y constituyen el núcleo no sólo de la filosofía sino del pensamiento en general. Se problematiza la realidad, primero la del mundo y las cosas, luego a la misma conciencia humana y sus pretensiones racionales.
Posteriormente surgen los problemas científicos y los enigmas filosóficos, siendo esta
capacidad de cuestionar uno de los elementos diferenciadores de la reflexividad humana respecto a la inmediatez del mundo animal.
El de dónde y el para qué del cosmos y del hombre lleva tanto a la ciencia como a la filosofía.
Por eso, el paso de la ciencia, centrada en el cómo de la realidad, a la filosofía, preocupada por el significado racional y valor de las realidades naturales y del mismo hombre, es gradual y muchas veces imperceptible. La fusión inicial de ciencia y filosofía, de preguntas acerca del cómo de la realidad y de interrogantes acerca de su valor y significado para el ser humano, lleva, poco a poco, al surgimiento del saber filosófico. Tradicionalmente, la filosofía parte de la experiencia vivida y busca articularla en una comprensión global de la realidad, que produce los grandes sistemas metafísicos. La filosofía busca el sentido de la realidad y del hombre mismo y, a partir de ahí, prescribe una forma de vida adecuada, es decir, justificable racionalmente. No se contenta con saber cómo es el mundo, sino que lo valora y analiza en función del hombre, dialogando con los distintos saberes y disciplinas.
Se trata de un saber que busca hacer inteligible el hombre y el mundo, con pretensiones de totalidad y de racionalidad reflexiva, que es lo que le da un carácter universal y crítico, propio de la sabiduría tradicional. La filosofía genera cosmovisiones, imágenes del mundo, meta-físicas, en las que se busca la realidad que se distingue de las representaciones. No hay una articulación entre significación y referencia empírica, como busca la ciencia, sino una entre interpretación y comunicación, en la que se prima la racionalidad crítica.
Toda la tradición filosófica y científica está marcada por las interacciones entre ambos
saberes, siendo las revoluciones científicas generadoras de grandes cambios en el saber filosófico. Al mismo tiempo, las grandes tradiciones metafísicas, en cuanto cosmovisiones globales que ofrecen orientación y reglas de conducta al hombre, preparan los descubrimientos científicos más relevantes, como ocurre en la tradición platónica y aristotélica. Es el ser humano el que se pregunta pluralmente por la compleja realidad, de ahí la inevitable convergencia de la filosofía y de la ciencia. También, el hecho de que una lleve a la otra, a veces sin siquiera advertirlo sus mismos creadores, tanto en la época clásica griega como en la más reciente historia del pensamiento contemporáneo