Re: Conversemos sobre el Día de Reposo
Salud pastor:
Me tomé la libertad de extractar lo que me pareció mas importante de su larguísima esquela y creo que todos estamos de acuerdo en los tres escenarios que describe extensamente.
Pero las diferencias empiezan cuando de leyes se trata, y quisiera que me aclarara las siguientes preguntas que me asaltan:
1.- ¿De donde salen las siete leyes de Noé? Estas no están consignadas en la Biblia.
2.- Cúales son las leyes que Cristo escribe en el corazón de los discípulos que componen su Iglesía?
3.- ¿Cúal es esa Iglesia?
Mil gracias por su atención y su respuesta.
Gracia y paz.
Estimado en Cristo, perdoname si soy un poco extenso en mis aportes. pero Dios me ha permitido escribir y me gozo en esto.
Se que las diferencias empiezan cuando de leyes se trata, y acerca de tus preguntas quisiera que me aclarara las siguientes preguntas que me asaltan:
1.- ¿De donde salen las siete leyes de Noé? Estas no están consignadas en la Biblia.
El judaísmo afirma que existe una ley universal, que es para todos los hijos de Noaj (Noe), en hebreo Bnei Noaj, o sea todos los descendientes de Noe, la humanidad. Esta ley consiste en siete mandamientos nada más, no seiscientos trece (613).
Y es bueno reconocer que toda “VOZ DE ACCIÓN VERBAL” dicha por Dios está considerada como una Mitzvot (mandamiento). Noé es el patriarca que guarda la línea de la fe y de los mandamientos establecidos por Dios desde el comienzo de la humanidad que en aquellos tiempos fue destruida. Existe en la Biblia lo que Cristo reconoce como ley y es lo ‘ESCRITO’ y lo ‘ORAL’ (Mt. 5:17-19, 21, 22, 27, 28, 31, 32, 33, 38, 39; Lc. 24:44-46). Esto es lo que muchos llamamos la Tradición Escrita y la Tradición Oral.
Referente a los mandamientos y leyes a las cuales te refieres si están en la biblia, los siete preceptos son:
–No matar: Gn. 4:8-15; 9:6
–No robar: Gn. 2:15-17; 3:1-3 –Robar es la acción de tomar para sí lo ajeno, o hurtar de cualquier modo que sea (Diccionario Encarta) – El Huerto no pertenecía a Adan sino a Dios, y ellos (Adan y Eva) tomaron del fruto que nos les pertenecía ni les era permitido.
–No cometer incesto: Gn. 2:24 –Dios establece esta orden matrimonial para evitar relaciones incestuosas – El incesto comienza desde mirar la desnudez de un pariente dentro de los grados de consanguinidad prohibidos (Gn. 6:11; 9:20-25).
–La prohibición de la idolatría: Mirando un poco en la tradición Escrita (hebrea), según el Libro de Yashér, Shem el hijo de Noé fue instructor de Abram en la Ley de Dios, declara que Shem había sido el maestro de Toráh de Abraham:
“Y cuando Abram salió de la cueva, fue donde Nóaj y su hijo Shem, y se quedó con ellos para aprender la instrucción de Yhwh y sus caminos, y nadie sabia dónde estaba Abram, y Abram le sirvió a Nóaj y a Shem su hijo por mucho tiempo.
Y Abram estuvo en la casa de Nóaj treinta y nueve años, y Abram conoció a Yhwh desde los tres años de edad, y caminó en los caminos de Yhwh hasta el día de su muerte, como le habían enseñado Nóaj y su hijo Shem. (Yashér 9:5-6)”
(Si usted hizo la “matemática bíblica” encontrará que Noé y Shem murieron DESPUÉS que nació Abraham, un punto que sorprende a algunas personas).
Esto es un punto de información interesante, pero la biblia nos muestra en Génesis capitulo 6 que la humanidad se corrompió de mucha maneras (violencia, incesto, idolatría, sodomía, etc.), y como ejemplo de interpretación (1Co. 10:6-7; Mt. 24:37-39). Babel fue la cúspide de la idolatría, y te referí el Libro de Yashér (Jaser) –Jos. 10:13; 2S. 1:18– para que veas que Noe conoció y vio todo esto.
–No maldecir a Dios: Maldecir o Blasfemar, es hablar injuriosamente contra Dios. La blasfemia, podría ser considerada como el desprecio de los ideales máximos de la raza humana, o bien la justificación del mal por medio de ese desprecio. Una de las más originales exégetas bíblicas contemporáneas, Nejama Leibowitz, ha sabido descubrir en la Biblia misma cómo la justificación del mal es un peldaño moral más bajo que el mal espontáneo. Lamec (Lémej) es considerado peor que Caín porque, además de asesinar como éste, se jacta de su asesinato (Gn. 4:23-24). Por allí también pasa la blasfemia. Además una de las blasfemias mas grandes es ‘CONTENDER CONTRA EL ESPÍRITU DE DIOS’ (Gn. 6:3)
–Tener magistrados de justicia: Es promover el juicio y la justicia en el lugar de residencia. "Yo establezco Mi pacto con vosotros…" (Gn. 9:9) – ¿Qué garantiza que los pactos sean debidamente acordados y mantenidos sino la justicia y el juicio? ¿Sino que exista un magistrado? Fue Noé el magistrado encargado de ‘pregonar justicia’ (2P. 2:5) a la humanidad (Gn. 9:11-15).
–No mutilar a los animales: No comer carne con su sangre (Gn. 9:3-5). La última de las prohibiciones (la ingestión de partes de un animal vivo) intenta obviamente lograr que las formas de comer de la humanidad respondan a un mínimo de civilización que nos haga más sensibles ante la depredación de la naturaleza que frecuentamos constantemente, y ante el sufrimiento del mundo animal que provocamos. De por sí esto debería implantar en nosotros, con mayor fuerza, la intención de evitar en especial el dolor humano.
Por consiguiente estas leyes son las mismas que el Espíritu Santo confirmó a los gentiles para que no fueran judaizados por los de la ‘circuncisión’ (Hch. 15:19-20, 28-29; 21:18-25)
2.- Cúales son las leyes que Cristo escribe en el corazón de los discípulos que componen su Iglesía?
Las que Él confirmó (Mt. 22:34-40). Los que Él ordenó, "...enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado" (Mt. 28:20). Es parte de la restitución moderna de los caminos apostólicos primitivos, reconocer con claridad que mientras la fe convierte a un pecador en santo, solamente la obediencia asegurará la aceptación de un santo ante el trono de Cristo; y que un santo desobediente será rechazado más decisivamente que un pecador injustificado.
La regla o norma de obediencia se encuentra en los mandamientos de Cristo. El mismo habla muy claramente sobre este tema:
"Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos." (Juan 15:14,15)
"Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado." (Mateo 28:20)
"Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis." (Juan 13:17)
"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre." (Mateo 7:21)
"Sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos." (Santiago 1:22)
"El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso." (1 Juan 2:4)
Estas declaraciones son resumidas en las palabras de Cristo: "Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor" (Juan 15:10).
En los mandamientos de Cristo, Cristo dijo esto con total claridad al concluir lo que es conocido como el “Sermón del Monte”, que no es más que una larga serie de estos mismos mandamientos; en realidad, la más metódica y extensa colección de ellos, extraída del total de sus enseñanzas registradas. El dijo: "Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina" (Mt. 7:24-27).
No pudo Jesús habernos dicho de modo más claro que nuestra aceptación final por Él dependerá de que hagamos las cosas que Él ha mandado. Si lo dijo en forma más clara, fue cuando pronunció las palabras: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mt. 7:21).
La idea así explícitamente enunciada, ocurre frecuentemente en las enseñanzas del Señor. Aparece en varios contextos y formas, pero siempre con la misma franqueza y vigor. No hay lugar para falsas interpretaciones.
En referencia a los mandamientos de los apóstoles, se observará que estos mandamientos han sido neutralizados por las tradiciones y prácticas de los llamados cristianos de la era moderna. Pero primero tenemos que darnos cuenta de que los mandamientos de los apóstoles están incluidos en los mandamientos de Cristo. Es práctica común diferenciarlos. Se dice algunas veces que mientras los mandamientos de Cristo son valiosos y obligatorios, los mandamientos de los apóstoles están marcados por la debilidad de los hombres que los comunicaron, y de ningún modo están colocados en el mismo nivel que los preceptos de su Maestro, quien carecía de defecto. Esta distinción no está fundada en la verdad. Los mandamientos entregados por los apóstoles no provenían de sí mismos. Eran tan divinos como aquellos que vinieron de la boca del Señor.
Esta es la autoridad de Cristo para situar la palabra de sus apóstoles al mismo nivel que el suyo. El dijo respecto de su enseñanza: "La palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió" (Jn. 14:24). Bajo el mismo principio podían decir los apóstoles con Pablo: "Las cosas que escribimos (y hablamos) son (no de nosotros, sino) de Cristo, quien nos envió". El principio es éste: el Espíritu Santo del Padre estaba sin medida en el Señor, haciéndolo uno con el Padre, quien es el Espíritu eterno que llena todo el universo; por medio del cual dio los mandamientos que eran una verdad divina como si hubiese sido proclamada desde el cielo a oídos de todo el mundo (Lc. 3:22; Jn. 3:35; Hch. 1:2). Así que el Espíritu Santo estaba en los apóstoles, procedente de Cristo, quien estaba en unidad con el Padre concediendo a las palabras de ellos la autoridad divina, idéntica a la que fue atribuida a sus propias palabras. Por consiguiente, esta es una relación de cosas perfectamente natural, que Cristo manifiesta cuando dice: "El que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió."
A la luz de estas consideraciones resulta evidente cuán gravemente equivocado está el punto de vista que menosprecia los preceptos apostólicos, mientras respeta a aquellos que vienen directamente de la boca de Cristo. Los mandamientos de los apóstoles son mandamientos de Cristo; y los mandamientos de Cristo son mandamientos de Dios. La obediencia a los mandamientos de Dios es de una importancia que no puede ser exagerada, en vista de lo que está escrito en Apocalipsis: "Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad" (Ap. 22:14).
Cuando Jesús envió a sus apóstoles, no sólo les mandó predicar el evangelio, pues les dijo: "...haced discípulos a todas las naciones...enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado" (Mt. 28:20). Es obvio que esto extiende la obligatoriedad de los mandamientos entregados a los apóstoles también a todos los creyentes, y esto no en el sentido de parecer o conveniencia, sino en el sentido de obligatoriedad imperativa. En otras palabras, la obediencia de estos mandamientos es esencial para todos los creyentes.
Pablo afirma esto con claridad:
"Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor." (1 Corintios 14:37)
Esta proclama no hace más que repetir lo que el mismo Señor Jesús dijo al respecto. Enviando a sus apóstoles a enseñar su doctrina después que se hubiera ido de la tierra, no los abandonó a sus propios recursos como hombres naturales para la ejecución de la labor. Les hizo una promesa específica de sabiduría y guía sobrenatural. Esta promesa fue hecha en varias formas:
"Yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan." (Lucas 21:15)
"Si no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré...el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho." (Juan 16:7; 14:26)
"Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros." (Mateo 10:19-20)
La promesa de Cristo de que enviaría el Espíritu a los apóstoles se cumplió en el día de Pentecostés. Jesús les dijo que no comenzaran su labor apostólica hasta que el Espíritu viniera (Lucas 24:49; Hechos 1:4). Estas fueron las instrucciones que Jesús ordenó a sus apóstoles antes de partir. En otra ocasión dijo: "Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando" (Jn. 15:14). Existe también cierta ordenanza de la cual el Señor dijo "haced esto en memoria de mí" (Lc. 22:19). Y fue tan poderosa la investidura que Cristo puso a sus apóstoles, que estableció su doctrina como fundamento de la iglesia (Ef. 2:11-22).
No importa cuál sea el acto. Cuanto más extraordinaria sea la cosa requerida, más severa será la prueba y más sobresaliente la obediencia, aun cuando sea el ofrecimiento del único hijo, o la matanza de toda una nación. En cualquier caso, y frente a todos los riesgos, la obediencia debe ser rendida. Dios no es menos exigente en este sentido bajo la dispensación de la gracia que bajo la ley de Moisés; sino, si es posible, una tanto más. Esto se deduce de las palabras de Pablo en Hebreos 2:1-3:
"Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de ángeles fue firme y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron."
Así que, aunque se pueda decir que el cristianismo, en sus preceptos, es "un yugo fácil y una carga ligera," aun así, con respecto a sus obligaciones, nos enseñan los apóstoles que sobrepasa a la ley en rigidez y responsabilidad. ¡Cuan peligroso, resulta entonces, subestimarlo siguiendo el la voluntad del mundo moderno, diciendo que carece de importancia si creemos sus doctrinas o no, y que carece de interés si atendemos sus ordenanzas.
Y las que el Espíritu Santo estableció. Debe notarse que no hay ninguna justificación en los hechos y testimonios producidos sobre este tema. Como ejemplo retomemos el día de reposo, es una doctrina rigurosa. El sábado fue una institución confirmada como señal en la ley de Moisés para el pueblo de Israel en el Libro de Éxodo dice:
31:13 Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.
31:14 Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo.
31:15 Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá.
31:16 Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo.
31:17 Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.
Era parte del yugo que según Pedro, “ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar”. Cristo no lo quiso establecer como parte del sistema cristiano. El Espíritu Santo declara, que Cristo anuló quitando del medio "el acta de los decretos que había contra nosotros" (Col. 2:13-16). Pero muchos Cristianos han decidido adoptar nuevamente lo que Cristo anuló quitándolo, y se puede explicar por el hecho de que en los días de los apóstoles, hubo algunos que se levantaron y dijeron: "Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos." Pero esta doctrina no era fundamental para los que hemos creído en el SEÑORÍO de Cristo como Señor del día de reposo. En un concilio de los apóstoles, que fue convocado para considerar este asunto, se aprobó la siguiente carta:
"Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud. Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros... los cuales también de palabra os harán saber lo mismo. Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien." (Hch. 15:23-29)
Así que los apóstoles claramente prohibieron que se impusiera a los nuevos creyentes ‘cristianos originales’ los mandamientos que Dios entrego propiamente a Israel en la ley de Moisés, excepto aquellos que se mencionan específicamente; y por consiguiente, el sábado o día de reposo entre los demás. Porque si éste hubiera sido exceptuado, habría sido mencionado entre las excepciones. Pero esta prohibición categórica no extinguió el espíritu judaizante que se había infiltrado en la iglesia. De aquí que encontramos a Pablo escribiendo en el siguiente tenor a los gálatas:
"Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros." (Gál. 4:10,11)
Y también
"Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo." (Col. 2:16)
Su enseñanza sobre el tema del sábado o día de reposo es: "Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente" (Romanos 14:5). Prácticamente dice que es un asunto en el cual cada uno deberá seguir su propia convicción.
3.- ¿Cúal es esa Iglesia?
La que Él compró con su propia sangre (1Co. 6:20; 7:23). La que Él y el Padre constituyeron (Ef. 4:11-16; 1Co. 12:27-28).
Para comenzar y comprender acerca del establecimiento y fundamento de la iglesia, quiero resaltar un poco la Visión Apostólica de Jesús con sus discípulos hacia este fundamento:
“…Y Yo, te digo que tú eres Pedro, y sobre ESTA PIEDRA edificaré yo mi Iglesia...” (Mt. 16:18
Hay que tener claro a que se refería Cristo con: “…Sobre ESTA PIEDRA edificaré yo mi Iglesia…”, y todo lo REFERENTE A LA PIEDRA o ROCA DE FUNDAMENTO DE LA IGLESIA
¿Quién es “la Roca” sobre la cual la Iglesia ha sido fundada?
Esto, claramente y sin lugar a dudas, ha sido establecido por la Palabra de Dios tal y como se manifiesta en las Sagradas Escrituras.
En el libro de Isaías 28:16 dice así: “Por lo tanto, el Señor YHWH dice así: He aquí que yo fundo en Sión una piedra, piedra de fortaleza, de esquina, de precio, de cimiento estable: el que creyere, no se apresure”. Y vemos en San Mateo 21:42-44 que lee de la siguiente manera: “Díseles Jesús: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los que edificaban, esta fué hecha por cabeza de esquina: Por el Señor es hecho esto, Y es cosa maravillosa en nuestros ojos? Por lo tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que haga los frutos de él. Y el que cayere sobre esta piedra, será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará”.
La Roca o la Piedra Angular
En Mateo 16:16-18 leemos: [1]
Respondiéndole Simón Pedro y dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.....” Y Yo, te digo que tú eres Pedro, y sobre ESTA PIEDRA edificaré yo mi Iglesia...
[1] Citas Bíblicas de: El Nuevo Testamento (Según el texto original en Griego) Doctor Honoris Causa por la Universidad de Müenster, Alemania. Nihil Obstat e Imprimatur - 12 de Mayo de 1969 por Excmo. Sr. Fr. Felipe de Jesús Cueto, O.F.M., Obispo de Tlalnepantla, México.
En 1Corintios (10:4) leemos:
... y todos bebieron la misma bebida espiritual, puesto que bebían de una piedra espiritual que les iba siguiendo, y la piedra era Cristo.
En Romanos 9:33 leemos:
...como está escrito: “He aquí que pongo en Sión una piedra de escándalo y un peñasco de tropiezo , y el que creyere en Él no será confundido.
En Efesios 2:20 leemos:
... edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo piedra angular el mismo Cristo Jesús
En 1Pedro 2:8 leemos:
... y es “roca de tropiezo y piedra de escándalo”; para aquellos que tropiezan por no creer a la Palabra...
Volvamos al principio de este tema, de la Visión Apostólica de Jesús con sus discípulos hacia el ministerio apostólico… Respondiéndole Simón Pedro y dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.....” Y Yo, te digo que tú eres Pedro, y sobre ESTA PIEDRA edificaré yo mi Iglesia...
Analicemos por un momento lo siguiente:
Cuando Jesús dijo a Pedro: “…Tu eres Pedro (en griego es “Pétros” que significa = “Trozo de roca” —Piedra cortada, no con mano—)…y sobre esta Piedra (en griego es “Pétra” que significa “Masa rocosa” —como un monte de piedra—)…edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti (“Pétros”) te daré las llaves del reino de los cielos…”. (Mt.16:18-19; ver Is. 51:1-2).
La pregunta ahora es: ¿Si Pedro es “Pétros”, por qué se le llamo a Pedro “Cefas”, cuando verdaderamente se le debió llamar “Kefás”? ¿De donde proviene esta dualidad?
En Juan (1:42) leemos:
Lo condujo a Jesús, y Jesús poniendo sus ojos en él, dijo: “Tú eres Simón, hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (o Kefas)…”
Primero hay que comprender, conocer y saber lo que significan estas dos palabras griegas:
“Kefás” y “Cefas” no tienen el mismo significado pero su ortografía ha permitido mucho margen de error, para llevarnos a una gran confusión y para establecer un engaño rotundo.
“Kefás” = Piedra —que lleva el fundamento / roca.
“Cefas” = Cabeza —alguien puesto por cabeza.
Primero, “La Cabeza” [Cefas] es una cosa; y segundo, “La Roca que lleva el Fundamento” [Kefás] es otra, ¿Por qué, vuelvo y repito existe esta dualidad de “Cefas” o “Kefas” en nuestras traducciones?
Porque el hombre de iniquidad ha manifestado siempre el deseo de controlar y manipular al hombre. Es por esto, que es de mucho cuidado aceptar la soberanía de un hombre como único sucesor y líder mundial (—Un Cefas—), dándole ha creer a muchos creyentes y fieles la autoridad e infabilidad de esta sucesión (aparentemente una divinidad); esto es lo que ha logrado el hombre de iniquidad controlando y conduciendo a muchos por el camino de la perdición. Siguiendo a un “Cefas” —La Cabeza— y no a un “Kefas” —La roca que lleva el Fundamento—, aun más allá de esto, muchos se creen “Cefas” y “Kefás” al mismo tiempo.
Volvemos a preguntar ¿Es “Cefas” o es “Kefas?
Desde luego la razón es muy sencilla, Jesús dijo a Pedro: “…Tu eres Pedro (en griego es “Pétros” que significa = “Trozo de roca” —Piedra cortada, no con mano—)…y sobre esta Piedra (en griego es “Pétra” que significa “Masa rocosa” —como un monte de piedra—)…edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti (“Pétros”) te daré las llaves del reino de los cielos…”. (Mt.16:18-19; ver Is. 51:1-2).
Cristo refiriéndose a Pedro lo compara con un “trozo de piedra”, y Cristo mismo compara su ministerio y su Reino a una “gran Piedra o masa rocosa”. POR CONSIGUIENTE, ES “KEFÁS” Y “PÉTROS” el mismo “trozo de roca” que Dios usó para llevar EL FUNDAMENTO, y no fue “cefas” —La Cabeza— como quiso llamarlo (Lc. 22:24-27).
Por esto hay que tener mucho cuidado, que por una “tradición” peligrosamente programada, PARA MUCHOS ES BUENO TOMAR COMO FUNDAMENTO AMBOS TERMINOS y decir: Que muchos dicen ser… La Roca en que la Iglesia es fundada, y que además también son la Cabeza Espiritual de la Iglesia.
AUNQUE, QUIERO HACER CLARIDAD EN ESTO, QUE NADIE PUEDE LLEVAR ESTA AUTORIDAD SINO CRISTO…LA PIEDRA DE FUNDAMENTO Y LA CABEZA DE LA IGLESIA (Ro. 9:33; 1Co. 10:4; Ef. 2:20; 1P. 2:8; 1Co. 11:3; Ef. 1:20-23; 4:15; 5:23; Col. 1:18).
TODO EL QUE ASUMA ESTA AUTORIDAD ES MANIPULADO POR EL HOMBRE DE INIQUIDAD (GN. 3:5; IS. 14:13; EZ. 28:2-6; EF. 4:14-15; FIL. 2:5-6; COL. 2:18-23)
*CUIDADO= PEDRO, NO ES NI “LA PIEDRA DE FUNDAMENTO”, NI ES “LA CABEZA DE LA IGLESIA”, él mismo lo declaró:
—Tenemos el relato del Apóstol Pedro ante los Sacerdotes Judíos, que habló las siguientes palabras en el libro de los Hechos de los Apóstoles (4:10-12): “Sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, al que vosotros crucificasteis y Dios le resucitó de los muertos, por Él este hombre está en vuestra presencia sano. ESTE ES LA PIEDRA reprobada de vosotros los edificadores, LA CUAL ES PUESTA POR CABEZA del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”.
Y vemos la exhortación del Apóstol Pedro en su primera Epístola 1Pedro (2:1-10): “Dejando pues toda malicia, y todo engaño, y fingimientos, y envidias, y todas las detracciones, Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual, sin engaño para que por ella crezcáis en salud: Si empero habéis gustado que el Señor es benigno; ACERCÁNDOOS A ÉL, PIEDRA VIVA, reprobada ciertamente por los hombres, mas para Dios elegida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados una casa espiritual, y un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo. Por lo cual también contiene la Escritura: HE AQUÍ, PONGO EN SIÓN LA PRINCIPAL PIEDRA DEL ÁNGULO, ESCOGIDA, PRECIOSA; y el que creyere en ella, no será confundido. Ella es pues honor a vosotros que creéis: mas para los desobedientes, La piedra que los edificadores reprobaron, ESTA FUÉ HECHA LA CABEZA DEL ÁNGULO; Y PIEDRA DE TROPIEZO, Y ROCA de escándalo a aquellos que tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; para lo cual fueron también ordenados. Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable; vosotros, que en el tiempo pasado no erais pueblo, mas ahora sois pueblo de Dios; que en el tiempo pasado no habíais alcanzado misericordia, mas ahora habéis alcanzado misericordia”.
Ahora, Cristo promete edificar la iglesia no sobre Pedro, sino, sobre Su propio Fundamento como Piedra y Cabeza del Angulo. El apóstol Pablo nos muestra la forma en que Cristo la edificará, constituyendo a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, para este ministerio, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio y la edificación del cuerpo de Cristo (Ef. 4:11-16). Es claro que solo lo hará a través de los ministerios apostólicos (Ef. 2:20), por lo tanto, mientras no se reconozcan éstos ministerios, no se pueden perfeccionar los santos para la obra del ministerio, ni tampoco se puede edificar la Iglesia, ni llevarla al crecimiento y a la madurez “…a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Ef. 5:27).
Para comprender todo este propósito de Dios, para el fundamento de su iglesia, es bueno conocer desde el comienzo, el Sueño y la visión de Dios:
—“Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser. Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón.
Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.
La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido.
Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.
Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.
Este es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey.
Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad.
Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro.
Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo. Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro.
Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación”. (Dn. 2:29-45; 7:13-14)
—Jesús dijo a Pedro: “…Tu eres Pedro (en griego es “Pétros” que significa = “Trozo de roca” —Piedra cortada, no con mano—)…y sobre esta Piedra (en griego es “Pétra” que significa “Masa rocosa” —como un monte de piedra—) …edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti (“Pétros”) te daré las llaves del reino de los cielos…”. (Mt.16:18-19; ver Is. 51:1-2). Cristo refiriéndose a Pedro lo compara con un “trozo de piedra”, y Cristo mismo compara su ministerio y su Reino a una “gran Piedra o masa rocosa”.
Esta es, creo yo la iglesia a la cual pertenezco y estos son los mandamiento a los cuales procuro obedecer comprendiendo primeramente la gracia que Dios me ha ofrecido en Cristo Jesús.
Paz a ti ‘circonbrillante’ y a todos los foristas.
Dios les siga bendiciendo