Re: Cafe Virtual Cristiano: "Ya No hay Hombres, Ya no Hay Mujeres, Somos Uno en Crist
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LA HIPOCRECIA
Pastor Juan Carlos Hoy Romero
Gálatas 2:11-14 Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. 12 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. 13 Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. 14 Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?
Que difícil es el escribir y sobre todo el enseñar acerca de la hipocresía ya que el primer confrontado con esta palabra es el profesor, el predicador o el pastor. Sin embargo, es necesario que se hable de ella, por que es probable que algunos de nosotros, sino es que todos nos hayamos visto en situaciones muy diversas en las que es probable que hayamos caído en hipocresía.
En este pasaje leemos que el apóstol Pedro, no quedó exento de caer en ella, obligaba a las personas a judaizar, siendo que el vivía como los gentiles, el participaba de ciertas cosas que los judíos no hacían, obviamente lo hacía a escondidas, y cuando alguien venía a verlo inmediatamente se transformaba en un judío de primera.
Desafortunadamente en su simulación o hipocresía arrastraba a muchos, eso que hacía Pedro, es lo que todavía algunos llegan a hacer el día de hoy.
Pedro, había dejado el judaísmo junto con sus prácticas, para abrazar la fe cristiana, como muchos también han dejado la religión popular para abrazar el cristianismo, sin embargo, Pedro, cuando lo llegaban a ver algunos judíos se comportaba como judío, lo mismo que suelen hacer o solemos hacer algunos, cuando nos miran los familiares incrédulos o religiosos, vivimos ya no como cristianos, si no como incrédulos o religiosos, buscando el quedar bien con ellos. En la iglesia no danzamos, pero la familia incrédula invita a una fiesta y ahí si se lucen los mejores pasos, desafortunadamente en nuestra simulación, hipocresía o en nuestra tibieza espiritual solemos arrastrar a la familia o incluso a algunos hermanos.
En la iglesia somos bien cristianos, pero nada más salimos de ella y nos olvidamos de lo que profesamos, en la iglesia no rompemos ni un vidrio pero en la calle no dejamos ni uno entero.
En la iglesia oramos, pero en la calle o en nuestra casa maldecimos.
Aquí abrimos la Biblia, pero en la casa ni nos acordamos de ella.
Aquí es fácil sonreír a nuestro prójimo, sin embargo fuera de la iglesia es fácil mal mirarlo.
Aquí en la iglesia servimos al Dios vivo, pero fuera de ella hasta padrino se llega a ser, conozco personas que por no tener el valor de decir NO a esas invitaciones, entran y salen de los recintos religiosos. Y no nada más entran y salen sino que se participa del baile y la bebida. Ahora si como Fiona, la de la película de Sherk, ella de día era una y de noche otra, así algunos en la iglesia somos unos, en la casa somos otros.
Un hindú comentó a un conocido suyo, que tenía en su casa un cuarto doble, en el cual hacía lo que le venía en gana.
Cuando entraba en él, se volvía un hombre moderno, un hombre de mundo, comía carne, bebía licores, disfrutaba de los mayores placeres; pero al salir de ese cuarto, para ir a las demás habitaciones, practicaba su ortodoxia, su creencia hindú, y se comportaba de acuerdo con la tradición.
Este hombre estaba tratando de ser dos cosas distintas al mismo tiempo, y la división que tenía en su casa, era solamente la expresión externa de la división que había en él.
Los fariseos que describe la Escritura, eran como este hindú; estaban tratando de permitirle a su religión funcionar solamente en ciertos compartimientos, y le vedaban la entrada en otros; por eso Jesús les denunció como hipócritas. Stanley Jones.
Alguien muy acertadamente dijo, si no mal recuerdo Freud, que el ser humano tiene tres personalidades; Una la que aparenta ser fuera de su casa, trabajo, amistades, vecinos. Otra la que aparenta ser en su casa, con su esposo, esposa, hijos y familiares, y la otra la que es en realidad cuando está a solas, sin que nadie le vea.
Sin embargo nuestro Señor Jesucristo reprende y condena duramente ese tipo de conducta, el no quiere que simulemos nada, el no quiere hijos con varias personalidades, el quiere hijos que fingen y mucho menos que finjan que son cristianos, cuando en realidad no se es. El no quiere hijos que aparenten serlo, el quiere hijos auténticos.
Mire lo que el Señor les dice a sus discípulos en Lucas 12:1 Lucas 12:1 En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
La palabra como es viva y actual y como también nosotros somos sus discípulos, pues también fue escrita para nosotros, y nos dice que nos guardemos de la levadura de los fariseos que es la hipocresía...
Tomemos nota de que la reprensión que Jesús hace para los que practican la hipocresía, es precisamente para los que se jactaban de conocer la ley de Dios, contra ellos va duro y directo.
La hipocresía como en aquellos entonces, se ha infiltrado en el pueblo de Dios y debemos mirar muy atentamente que no esté en nuestras vidas, porque si está en nuestras vidas queramos o no, está, en nuestra relación con Dios, ¿por qué es importante el estudiar acerca de la hipocresía? Porque el practicar la hipocresía en cualquiera de sus formas, nos puede dejar fuera del reino.
La hipocresía es aparentar ser lo que no es uno en realidad, la hipocresía es sinónimo de falsedad, la hipocresía nos habla de vivir una vida de mentira.
Literalmente la hipocresía denotaba en griego un actor de teatro, y de ahí por su sentido secundario de actuar de dar una representación ajena a la realidad de la propia persona, vino a denotar un engañador, uno que pretende ser lo que no es, o que oculta sus verdaderos pensamientos, actitudes e intenciones bajo una máscara de falsas apariencias.
De manera que la hipocresía es una actuación dramática de actores de la verdad, pero sin vivir la verdad.
Los fariseos de aquellos tiempos superaban en su vida “espiritual” en mucho a lo que practican algunos cristianos en la actualidad.
Oraban largamente.
Ayunaban incluso 2 veces por semana.
No se juntaban con los pecadores.
Diezmaban.
Ofrendaban.
Recorrían mar y tierra para hacer un discípulo.
Se mostraban justos ante los hombres.
Incluso edificaban sepulcros a los profetas.
Pero esto y más, únicamente lo hacían para aparentar lo que no eran en realidad. Algunas cosas que ellos hacían se debían de hacer como el ayunar, el orar, el ofrendar, el diezmar, pero no con el espíritu que ellos lo hacían, ya que ellos lo hacían únicamente para agradar al hombre, justificándose a sí mismos, a ellos únicamente les importaba la actuación exterior, hacían aparentemente obras buenas pero por dentro ellos estaban enfermos, seguramente se les olvidó el verso 7 del primer libro de Samuel 16 que dice; por que Dios no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Señor mira el corazón...
Y nuestro Señor Jesucristo al mirar el corazón de los fariseos, se dio cuenta cual era la real motivación que les movía a hacer sus obras ¡ser vistos únicamente por los hombres! Para que ellos recibieran la gloria y no Dios ¿recuerda cuando algunos de ellos daban limosna, que era lo que hacían?
Mateo 6:2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Tocaban trompeta... Para que la gente se diera cuenta de que eran generosos. Ellos se consideraban a sí mismos como justos, como la élite espiritual, lo máximo, se creían la santidad andante, pero únicamente en apariencia, por que dice la escritura que por dentro estaban llenos de hipocresía e iniquidad. Ellos utilizaban máscaras espirituales.
El hombre de la máscara de hierro hno. Pablo
Era una máscara, una máscara de hierro. La forjó un herrero y la armó un soldador. Era una máscara que, al igual que la de la famosa novela francesa, homónima, cubriría la faz de un hombre.
La pusieron los parientes y familiares de una joven de diecinueve años en la cabeza y sobre el rostro de Rino Calarco, hombre de Tiranno, Italia, en 1963. ¿La razón? Calarco había violado a la señorita, y en represalia, le impusieron ese suplicio. Podía ver, respirar y comer, pero la máscara, que no podía quitársela él mismo, lo sumió en un ostracismo de veintisiete años en las remotas montañas de Italia. Era un castigo como para no ser olvidado jamás.
Ese hombre no es el único que lleva una máscara sobre el rostro. Hay muchos que la tienen puesta. No es una máscara de hierro, ni les impide llevar una vida social entre los demás. No es repulsiva a la vista y no inspira temor, pero de todos modos es una máscara.
Se trata de la máscara que oculta los motivos más profundos de quien la usa y pone así una tapa hermética sobre el alma. Y al igual que la máscara de hierro, esconde detrás de palabras y acciones fingidas la verdadera persona que está dentro. Es la máscara de la hipocresía.
Los fariseos en los tiempos de Jesucristo eran maestros en el uso de esta clase de máscaras. Mostraban al mundo exterior una faz muy piadosa, espiritual y religiosa. Tenían una apariencia de justicia, de rectitud y de bien. Se hacían pasar por los mejores elementos de la sociedad, pero su apariencia exterior no era más que máscara.
Un día el Señor Jesús, que conocía sus pensamientos, los expuso públicamente. Les dirigió palabras que no podían contrarrestar.
25 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. 26 ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio. 27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 28 Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad. 29 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, 30 y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. 31 Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. 32 ¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres! 33 ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?
Palabras muy duras dijo el Señor a los escribas y fariseos.
Nadie que se esconde tras una máscara, sea la que sea, puede tener paz. Pidamos de Jesucristo un alma limpia, una conciencia recta. Él quiere darnos un corazón transparente, absolutamente puro. El día en que eso ocurra será nuestro día de completa libertad.
Pero debemos preguntarnos ¿por qué el Señor habla tan duramente a estos escribas y fariseos? ¿Acaso no les amaba? ¿Acaso para este grupo estaba negada la gracia divina de la salvación? ¿Por qué el Señor les trató así?
Por que los escribas y fariseos con su actitud externa de buenas obras, les estaban gritando al Señor... ¡hazte a un lado no te necesitamos como salvador! ¡No somos pecadores somos justos! ¡Somos gente santa! ¡Conocemos la ley de memoria! ¿Qué nos vienes a enseñar a nosotros?
La hipocresía les había cegado, la hipocresía les impedía mirar que ellos necesitaban urgentemente ayuda, que necesitaban un Salvador.
La hipocresía es tan peligrosa que nos puede dejar fuera de la gracia de Dios, porque la hipocresía no es vivir con sinceridad, si no con doblez, con engaño. No es una vida autentica de un hijo de Dios, si no una vida llena de falacia, de mentira de engaño.
No es que Dios quiera dejarnos fuera, sino que la hipocresía nos hace ser independientes de Dios, la hipocresía nos hace rechazar la gracia de Dios...
Una persona hipócrita no reconoce que necesita ayuda, ya que el así mismo se justifica. Una persona que es hipócrita con el prójimo también es hipócrita con Dios, por que hay veces que se llega a aparentar amor y atenciones hacia la gente que no salen realmente de lo profundo de nuestro corazón, sino que se hacen por compromiso, se hacen por que tengo que quedar bien, pero no se hacen de corazón.
Verdad hablar verdad Carlos Rey
Corría el año de 1878. El presidente de Guatemala, general Justo Rufino Barrios, había acordado reunirse con los jefes de la región oriental de Chiquimula para cambiar impresiones con ellos. Tan pronto como el presidente llegó y estableció su despacho campamento a orillas del río Tacó, la gente hospitalaria de Oriente le llevó un racimo de cocos. Hacía mucho calor porque era mediodía. El primer mandatario ordenó abrir los cocos, sacarles el agua y llenarlos con agua del río Tacó.
Poco después llegaron los jefes departamentales, jadeantes y sudorosos. El presidente mandó que a cada jefe se le sirviera uno de los cocos preparados. Al rato les preguntó cómo les habían gustado.
—Deliciosísimo, señor presidente. ¡Qué dulzura de agua! —respondió uno.
—Este lugar es especial para producir cocos con mucha agua y tan dulces como la miel —manifestó otro.
Al oír sus respuestas hipócritas, el presidente les dijo contrariado:
—Realmente es desconcertante para quien gobierna y desea de todo corazón el progreso de su pueblo, descubrir que sus dirigentes tienen miedo de decir la verdad. Ninguno de ustedes puede ignorar el hecho que el agua que acaban de beber de los cocos es del río Tacó y no de cualquier cocotero. Si no han podido ser veraces al hablar de una cosa tan simple como el sabor del agua de los cocos, ¿cómo van a serlo con los asuntos que tenemos que tratar esta tarde?
La hipocresía no nada más se da en el ámbito político, se suele dar en todos lados, aun incluso entre los mismos hermanos, se finge amarles, se finge recibirles bien, cuando en el fondo no molesta el que nos visiten.
1ª Juan 4:20-21Si alguno dice: yo amo a Dios y aborrece a su hermano, es mentiroso, pues el que no ama a su hermano a quien ha visto ¿cómo puede amar a dios, a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él, el que ame a Dios, ame también a su hermano. Dice: ame, no dice finja amarlo. Y que tristeza es mirar que entre el pueblo de Dios muchas veces hay relaciones fingidas. Por que puede uno sonreírle al hermano o a la hermana pero por dentro estarle odiando. Puede uno incluso saludarle de beso, pero por dentro quisiera uno darle una mordida. Puede uno abrazarle pero por dentro uno quisiera apuñalarlo... O puede uno decirle que hermoso o que hermosa te vez, pero por dentro estar pensando no se como a este o a este no le da pena salir. Y a este tipo de relaciones se les llama hipócritas.
Con esto en ninguna manera estoy diciendo que se reciba con los brazos abiertos a todas las personas, porque hay personas que han dañado, y aun quieren seguir haciéndolo, a esas personas nada más no se les recibe, hasta que ellas cambien su comportamiento.
Muchas veces por no ser claros en nuestra vida, en relación con otros, aceptamos cualquier amistad, cualquier conversación, cuando eso no debe ser.
A esas personas no se les aborrece, simplemente les ponemos límites, hasta que reconsideren su comportamiento, pero se tiene que tener el valor de decirles, no que se les recibe, diciéndoles que bueno que me vinieron a visitar, cuando por dentro se está diciendo, no se para que vinieron.
Jesús fue contundente respecto a ello, ¿recuerda como trató a los fariseos? ¿Recuerda como trató a Herodes? Lucas 13:31-32 Aquel mismo día llegaron unos fariseos, diciéndole: Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar. 32 Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día término mi obra.
Nuestro Señor Jesucristo no fingió, el, siempre fue y sigue siendo autentico.
Veamos a otro personaje que fingió amar al Señor, pero en realidad era un hipócrita, Judas:Mateo 26:48-49 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó.
(588-11) El beso en la mejilla se mira en la escritura como una forma de saludarse y de mostrar el amor fraternal, pero el verbo griego señalado en este pasaje, el beso de judas indica más bien que le besó repetidamente, era el beso del hipócrita, por que este suele ser más afectuoso y vehemente de lo que es natural. Así que vemos que se puede saludar de beso mostrando amor, pero por dentro estar pensando en traicionar.
2do libro de Samuel 20:8-10 Y estando ellos cerca de la piedra grande que está en Gabaón, les salió Amasa al encuentro. Y Joab estaba ceñido de su ropa, y sobre ella tenía pegado a sus lomos el cinto con una daga en su vaina, la cual se le cayó cuando él avanzó. 9 Entonces Joab dijo a Amasa: ¿Te va bien, hermano mío? Y tomó Joab con la diestra la barba de Amasa, para besarlo. 10 Y Amasa no se cuidó de la daga que estaba en la mano de Joab; y éste le hirió con ella en la quinta costilla, y derramó sus entrañas por tierra, y cayó muerto sin darle un segundo golpe. Después Joab y su hermano Abisai fueron en persecución de Seba hijo de Bicri.
Lo mismo, se muestra amor, pero no hay amor, se aparenta pero la realidad es otra...
En los negocios también tiende uno a caer en la hipocresía... Cuando va uno a comprar algo... Le ponen tantos pretextos a lo que se va a comprar que para que lo dejen más barato... Algunos le han llamado técnicas de compra, y están con el vendedor y le dicen: cómo crees que te voy a comprar ese terreno, esa casa, ese carro, ese mueble, esa alhaja, si ya no sirve, esta en mal estado..
Proverbios 20:14 El que compra dice, malo es malo es, más cuando se aparta se alaba, que no es más fácil decir; mira, tengo o te doy tanto ¿Me lo puede vender a ese precio, si o no? Ah, pero que tal sino me lo vende... Pues que no nos lo vendan, pero no hay que ser hipócritas.
A veces estamos como aquella niñita 577 vol. II manzana pequeña
Una vez estaban juntos, invitados en una casa, un niño y una niña.
El niño tenía en la mano dos manzanas, las cuales la niña, contemplaba con gran apetito.
¿Quieres una? Preguntó el niño.
¡Oh, sí! Respondió la niña inmediatamente.
¿Cuál quieres? ¿La pequeña o la grande?
La pequeña, dijo la niña en voz baja.
El niño inmediatamente le dio la manzana pequeña, pero, inmediatamente salió a relucir el espíritu del viejo Adán o la vieja Eva en el corazón de la niña.
Ella miró la manzana pequeña con menosprecio, y dijo enfadada:
Escuincle mal educado, ¿Acaso, no sabes, que cuando se te pide la manzana pequeña se debe dar la grande?
A veces fingimos, para ver si pega.
Incluso ni la misma Iglesia se salva, ya que podemos fingir que cumplimos con Dios, depositando el sobrecito en el alfolí... Para que me vean los demás pero no poniendo nada adentro del sobrecito. Se siguen depositando sobrecitos vacíos.
Hechos 5:1-5 Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, 2 y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. 3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? 4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. 5 Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron.
A veces se le pregunta a la hna. ¿Cómo estás? Y aunque la ve uno que trae los ojos morados por la golpiza que le dio su esposo, ella dice ¡Bien bendecida! O se esta en el tribunal de justicia porque agarraron aun hijo en negocios turbios y dicen ¡Estamos súper bendecidos! O el matrimonio es un caos, se están divorciando, los hijos se fueron de casa y contestan igual ¡estamos bien bendecidos! Esas personas necesitan ayuda, pero como fingen que están bien bendecidos, cierran las puertas a toda ayuda.
Y no se diga la vida espiritual, como por ejemplo; el leer la escritura, se dice que se lee, pero la realidad es otra.
591 vol. I La máscara quitada
Alejandro I, emperador de Rusia, tenía grandes deseos de que la Biblia fuese difundida por todas las partes de su imperio.
Un día, estando de viaje, vio por una ventana una Biblia abierta en el libro de San Mateo.
Entró en la casa y preguntó al hombre que allí estaba, si leía la Biblia, y el respondió que sí.
Mientras salió el hombre a dar agua a los caballos del monarca, colocó un billete de cien rublos en la carta a los Efesios capitulo 4 en donde dice: “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.”
Cuando llegó la hora de partir, el emperador, dirigió algunas palabras al hombre y emprendió su camino.
Al cabo de un tiempo, volvió Alejandro I a pasar por allí, y otra vez se interesó por saber si el lugareño leía la Biblia, este le contestó otra vez que sí.
¿En que libro va de su lectura? Pregunto el monarca.
Precisamente el día de hoy termine de leer hasta el Apocalipsis.
Entonces el monarca, acercándose a la Biblia, la abrió y busco el lugar donde había colocado el billete de cien rublos, y los encontró todavía allí.
¡Mira, embustero, lo que hubieras hallado si hubieras leído la Biblia! Y no solo esto, sino tesoros mayores que el dinero.
El lugareño recibió una buena lección, es de suponer que quedó por mucho tiempo curado de su hipocresía.
Y puedo seguir citando más ejemplos de cómo se actúa con la hipocresía, pero no es necesario. Ya que como se dice:
415 12500 frases célebres
Todo hombre es sincero a solas; pero, en cuanto aparece una segunda persona empieza la hipocresía.
Ralph Waldo Emerson (1803-1882) ensayista y poeta estadounidense.
Más bien considero necesario que entremos de lleno... A las consecuencias que nos puede traer la hipocresía...
A lo mejor alguna gente puede llegar a pensar que no tiene nada de malo fingir una que otra ocasión, pero tiene bastante de malo, al fingimiento la Biblia lo llama hipocresía.
415 12500 frases celebres
Todas las cosas fingidas caen como flores marchitas, porque ninguna simulación puede durar largo tiempo.
Marco Tulio Cicerón (106-43 a. C) escritor, político y orador romano.
(579 II ilust.) Mire que hay muchas palabras que los traductores de la Biblia encuentran muy difíciles de traducir a las varias lenguas de las distintas naciones y tribus...
El pecador, por que él reconocía su condición y su humillaba buscando la gracia de Dios para salir de esa condición, él decía ¡Dios se propicio a mí pecador! Ya no puedo más, te necesito Señor, se propicio a mí, pero el otro era orgulloso, autosuficiente, no necesitaba según él que Dios le perdonara de nada.
El mirar a un pecador y menospreciarlo creyéndonos superiores a él en santidad no es grato delante de Dios, la escritura nos dice en Gálatas 6:1 Hermanos si alguno fuere sorprendido en alguna falta vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
Viene a mi mente el caso de Jimmy Suaga, un predicador muy famoso en los Estados Unidos, el hizo estos comentarios cuando cayó un consiervo suyo llamado Jim Becker, el dijo así:
“Jim Becker es al cáncer en el cuerpo de Cristo” y precisamente cuando Jimmy Suaga estaba dando unas conferencias acerca de Rahab la mujer ramera, salió a la luz y fue descubierto públicamente en adulterio.
Jimmy Suaga, tomó la misma actitud del fariseo cuando supo que Jim Becker había caído, y al decir que Jim Becker era el cáncer en el cuerpo de Cristo estaba diciendo lo mismo que el fariseo: Dios te doy gracias, por que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aún como ese Becker.
Tomó la actitud farisaica, una actitud equivocada, por que Jimmy Suaga se mostraba justo con los demás, pero por dentro estaba corrompido, y el Señor dice de este comportamiento en Mateo 23:27-28 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 28 Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
Y aparte de estar el mismo corrompido, se atrevió a hacer juicio contra su hermano caído, siendo que el estaba cometiendo el mismo pecado;
Mire lo que dice el Señor a la persona que por lo general suele juzgar: Mateo 7:2-5 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. 3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? 4 ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? 5 ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Romanos 2:1-3 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. 2 Más sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. 3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?
Si Jimmy Suaga se hubiese considerado a sí mismo reconociéndose como el publicano pecador, si se hubiese humillado delante del que puede restaurar el Señor le hubiese levantado, por que dice la escritura que el poder de Dios se perfeccionará en nuestra debilidad... Pero si no reconocemos que hay debilidades y pecados que nos están asediando a diario en nuestra vida ¿cómo podremos ser ayudados por Dios? Lo mismo que les sucedió a los escribas y fariseos, nos puede suceder sino nos cuidamos de su levadura, que es la hipocresía.
Una persona que se sabe pecadora y que se sabe humillar delante del Señor y le pide ayuda para salir victoriosa del pecado va a ser levantada por Dios, por que dice en la parábola que leímos del fariseo y del publicano: por que cualquiera que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.
El hipócrita se enaltece a sí mismo, no tiene necesidad según él de que Dios le ayude en ningún área, pero mire lo que el Señor les dice a los ricos espirituales que según no tienen necesidad de nada.
Apocalipsis 16-17 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Un cristiano, reconoce las áreas en donde está fallando y se humilla pidiendo la gracia y la misericordia de Dios, para que le ayude en su vida espiritual, pero un hipócrita no lo hace, por que ellos se muestran justos a los hombres pero por dentro están llenos de hipocresía e iniquidad.
Por ello cuando viene una persona pecadora a la iglesia y me lo dicen no me espanto... Por que la iglesia gracias a Dios fue fundada para restaurar al pecador.
Mateo 9:9-13 Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió. 10 Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos. 11 Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? 12 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. 13 Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.
La iglesia está pues para ayudar al pecador pero siempre y cuando el pecador esté dispuesto a reconocerse como tal...
Hay veces que a las personas no se les puede restaurar, por que nada más platican una parte del problema pero la otra parte la esconden... Y entonces así no se les puede dar el consejo de Dios...
El pastor o responsable de una iglesia, está para ayudar a la restauración espiritual o emocional de los hermanos o hermanas... No está para juzgar, criticar y mucho menos condenar.
Mire lo que pude ocurrir a los hipócritas.
Job 36:13 Mas los hipócritas de corazón atesoran para sí la ira, Y no clamarán cuando él los atare.
Isaías 33:14-16 Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas? 15 El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; 16 éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.
Mateo 24:50-51 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, 51 y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Así que el Señor nos pide en este día sinceridad, no debemos fingir amor, sino amar. Y cuando le estemos fallando a Dios en algún área, apelemos a la gracia y misericordia de Dios para que seamos restaurados...
No critiquemos, no juzguemos y mucho menos condenemos cuando otros hermanos fallan. Debemos ser sinceros... Como aquella persona que trabajaba en un zoológico...
(170-503)
Esta persona tenía 35 años de criara y cuidar a un elefante, lo comenzó a criar desde pequeño y ahora este elefante era uno de los más enormes que se había logrado... Y de repente murió el elefante y su cuidador se puso a gritar y a llorar de una manera desgarradora... Se le acercó un compañero de trabajo queriéndole consolar y conmovido le dijo:
Realmente tu amabas mucho a ese elefante que has derramado lágrimas por él, pero ya cálmate seguro que al ver tu amor hacía el elefante te darán a cuidar otro.
Y en eso le contesta: no lloro por que amara a este elefante que ha muerto, lloro por que me toca cavar a mí la fosa para enterrarlo.
Dice la escritura en Filipenses 1:9-10 Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, 10 que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo,
En la iglesia oramos, pero en la calle o en nuestra casa maldecimos.
Aquí abrimos la Biblia, pero en la casa ni nos acordamos de ella.
Aquí es fácil sonreír a nuestro prójimo, sin embargo fuera de la iglesia es fácil mal mirarlo.
Aquí en la iglesia servimos al Dios vivo, pero fuera de ella hasta padrino se llega a ser, conozco personas que por no tener el valor de decir NO a esas invitaciones, entran y salen de los recintos religiosos. Y no nada más entran y salen sino que se participa del baile y la bebida. Ahora si como Fiona, la de la película de Sherk, ella de día era una y de noche otra, así algunos en la iglesia somos unos, en la casa somos otros.
Un hindú comentó a un conocido suyo, que tenía en su casa un cuarto doble, en el cual hacía lo que le venía en gana.
Cuando entraba en él, se volvía un hombre moderno, un hombre de mundo, comía carne, bebía licores, disfrutaba de los mayores placeres; pero al salir de ese cuarto, para ir a las demás habitaciones, practicaba su ortodoxia, su creencia hindú, y se comportaba de acuerdo con la tradición.
Este hombre estaba tratando de ser dos cosas distintas al mismo tiempo, y la división que tenía en su casa, era solamente la expresión externa de la división que había en él.
Los fariseos que describe la Escritura, eran como este hindú; estaban tratando de permitirle a su religión funcionar solamente en ciertos compartimientos, y le vedaban la entrada en otros; por eso Jesús les denunció como hipócritas. Stanley Jones.
Alguien muy acertadamente dijo, si no mal recuerdo Freud, que el ser humano tiene tres personalidades; Una la que aparenta ser fuera de su casa, trabajo, amistades, vecinos. Otra la que aparenta ser en su casa, con su esposo, esposa, hijos y familiares, y la otra la que es en realidad cuando está a solas, sin que nadie le vea.
Sin embargo nuestro Señor Jesucristo reprende y condena duramente ese tipo de conducta, el no quiere que simulemos nada, el no quiere hijos con varias personalidades, el quiere hijos que fingen y mucho menos que finjan que son cristianos, cuando en realidad no se es. El no quiere hijos que aparenten serlo, el quiere hijos auténticos.
Mire lo que el Señor les dice a sus discípulos en Lucas 12:1 Lucas 12:1 En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
La palabra como es viva y actual y como también nosotros somos sus discípulos, pues también fue escrita para nosotros, y nos dice que nos guardemos de la levadura de los fariseos que es la hipocresía...
Tomemos nota de que la reprensión que Jesús hace para los que practican la hipocresía, es precisamente para los que se jactaban de conocer la ley de Dios, contra ellos va duro y directo.
La hipocresía como en aquellos entonces, se ha infiltrado en el pueblo de Dios y debemos mirar muy atentamente que no esté en nuestras vidas, porque si está en nuestras vidas queramos o no, está, en nuestra relación con Dios, ¿por qué es importante el estudiar acerca de la hipocresía? Porque el practicar la hipocresía en cualquiera de sus formas, nos puede dejar fuera del reino.
La hipocresía es aparentar ser lo que no es uno en realidad, la hipocresía es sinónimo de falsedad, la hipocresía nos habla de vivir una vida de mentira.
Literalmente la hipocresía denotaba en griego un actor de teatro, y de ahí por su sentido secundario de actuar de dar una representación ajena a la realidad de la propia persona, vino a denotar un engañador, uno que pretende ser lo que no es, o que oculta sus verdaderos pensamientos, actitudes e intenciones bajo una máscara de falsas apariencias.
De manera que la hipocresía es una actuación dramática de actores de la verdad, pero sin vivir la verdad.
Los fariseos de aquellos tiempos superaban en su vida “espiritual” en mucho a lo que practican algunos cristianos en la actualidad.
Oraban largamente.
Ayunaban incluso 2 veces por semana.
No se juntaban con los pecadores.
Diezmaban.
Ofrendaban.
Recorrían mar y tierra para hacer un discípulo.
Se mostraban justos ante los hombres.
Incluso edificaban sepulcros a los profetas.
Pero esto y más, únicamente lo hacían para aparentar lo que no eran en realidad. Algunas cosas que ellos hacían se debían de hacer como el ayunar, el orar, el ofrendar, el diezmar, pero no con el espíritu que ellos lo hacían, ya que ellos lo hacían únicamente para agradar al hombre, justificándose a sí mismos, a ellos únicamente les importaba la actuación exterior, hacían aparentemente obras buenas pero por dentro ellos estaban enfermos, seguramente se les olvidó el verso 7 del primer libro de Samuel 16 que dice; por que Dios no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Señor mira el corazón...
Y nuestro Señor Jesucristo al mirar el corazón de los fariseos, se dio cuenta cual era la real motivación que les movía a hacer sus obras ¡ser vistos únicamente por los hombres! Para que ellos recibieran la gloria y no Dios ¿recuerda cuando algunos de ellos daban limosna, que era lo que hacían?
Mateo 6:2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Tocaban trompeta... Para que la gente se diera cuenta de que eran generosos. Ellos se consideraban a sí mismos como justos, como la élite espiritual, lo máximo, se creían la santidad andante, pero únicamente en apariencia, por que dice la escritura que por dentro estaban llenos de hipocresía e iniquidad. Ellos utilizaban máscaras espirituales.
El hombre de la máscara de hierro hno. Pablo
Era una máscara, una máscara de hierro. La forjó un herrero y la armó un soldador. Era una máscara que, al igual que la de la famosa novela francesa, homónima, cubriría la faz de un hombre.
La pusieron los parientes y familiares de una joven de diecinueve años en la cabeza y sobre el rostro de Rino Calarco, hombre de Tiranno, Italia, en 1963. ¿La razón? Calarco había violado a la señorita, y en represalia, le impusieron ese suplicio. Podía ver, respirar y comer, pero la máscara, que no podía quitársela él mismo, lo sumió en un ostracismo de veintisiete años en las remotas montañas de Italia. Era un castigo como para no ser olvidado jamás.
Ese hombre no es el único que lleva una máscara sobre el rostro. Hay muchos que la tienen puesta. No es una máscara de hierro, ni les impide llevar una vida social entre los demás. No es repulsiva a la vista y no inspira temor, pero de todos modos es una máscara.
Se trata de la máscara que oculta los motivos más profundos de quien la usa y pone así una tapa hermética sobre el alma. Y al igual que la máscara de hierro, esconde detrás de palabras y acciones fingidas la verdadera persona que está dentro. Es la máscara de la hipocresía.
Los fariseos en los tiempos de Jesucristo eran maestros en el uso de esta clase de máscaras. Mostraban al mundo exterior una faz muy piadosa, espiritual y religiosa. Tenían una apariencia de justicia, de rectitud y de bien. Se hacían pasar por los mejores elementos de la sociedad, pero su apariencia exterior no era más que máscara.
Un día el Señor Jesús, que conocía sus pensamientos, los expuso públicamente. Les dirigió palabras que no podían contrarrestar.
25 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. 26 ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio. 27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 28 Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad. 29 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, 30 y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. 31 Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. 32 ¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres! 33 ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?
Palabras muy duras dijo el Señor a los escribas y fariseos.
Nadie que se esconde tras una máscara, sea la que sea, puede tener paz. Pidamos de Jesucristo un alma limpia, una conciencia recta. Él quiere darnos un corazón transparente, absolutamente puro. El día en que eso ocurra será nuestro día de completa libertad.
Pero debemos preguntarnos ¿por qué el Señor habla tan duramente a estos escribas y fariseos? ¿Acaso no les amaba? ¿Acaso para este grupo estaba negada la gracia divina de la salvación? ¿Por qué el Señor les trató así?
Por que los escribas y fariseos con su actitud externa de buenas obras, les estaban gritando al Señor... ¡hazte a un lado no te necesitamos como salvador! ¡No somos pecadores somos justos! ¡Somos gente santa! ¡Conocemos la ley de memoria! ¿Qué nos vienes a enseñar a nosotros?
La hipocresía les había cegado, la hipocresía les impedía mirar que ellos necesitaban urgentemente ayuda, que necesitaban un Salvador.
La hipocresía es tan peligrosa que nos puede dejar fuera de la gracia de Dios, porque la hipocresía no es vivir con sinceridad, si no con doblez, con engaño. No es una vida autentica de un hijo de Dios, si no una vida llena de falacia, de mentira de engaño.
No es que Dios quiera dejarnos fuera, sino que la hipocresía nos hace ser independientes de Dios, la hipocresía nos hace rechazar la gracia de Dios...
Una persona hipócrita no reconoce que necesita ayuda, ya que el así mismo se justifica. Una persona que es hipócrita con el prójimo también es hipócrita con Dios, por que hay veces que se llega a aparentar amor y atenciones hacia la gente que no salen realmente de lo profundo de nuestro corazón, sino que se hacen por compromiso, se hacen por que tengo que quedar bien, pero no se hacen de corazón.
http://comunidadcristianaevangelica.jimdo.com/por-una-iglesia-sin-arruga-y-sin-mancha/