Hasta el momento lo único que han hecho ustedes es expresar opiniones personales, como la tuya en este momento, pero hasta el momento no he visto un argumento serio.
►JESÚS llamó a Dios “el único Dios verdadero”. (Juan 17:3.)
Al referirse a Dios, nunca habló de él como de una deidad que consistiera en una pluralidad de personas.
►Jesús existió en el cielo antes de venir a la Tierra. Pero
¿fue como una de las personas de una Deidad todopoderosa, eterna, trina y una?
No, pues la Biblia dice claramente que Jesús, en la existencia que tuvo antes de ser humano,
era un ser celestial creado, tal como los ángeles son seres celestiales creados por Dios.
Ni los ángeles ni Jesús existieron antes de haber sido creados.
Jesús, en su existencia en los cielos, era el “Primogénito de toda la creación”. (Colosenses 1:15, BJ.)
Fue “el principio de la creación de Dios” (Apocalipsis [Revelación] 3:14,
►EN MATEO 4:1 se dice que Jesús fue “tentado por el Diablo”.
Después de mostrar a Jesús “todos los reinos del mundo y su gloria”, Satanás dijo:
“Todas estas cosas te las daré si caes y me rindes un acto de adoración”. (Mateo 4:8, 9.)
►Satanás estaba tratando de hacer que Jesús fuera desleal a Dios.
Pero ¿qué prueba de lealtad sería esa si Jesús fuera Dios?
¿Pudiera Dios rebelarse contra sí mismo? No, pero ángeles y humanos podían rebelarse contra Dios,
y algunos lo hicieron. Solo tendría sentido la tentación de Jesús si él no fuera Dios,
sino un ser separado que tuviera su propio libre albedrío,
alguien que pudiera haber sido desleal si hubiera optado por serlo, como un ángel o un humano.
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UNA de las razones principales por las cuales Jesús vino a la Tierra tiene también relación directa con la Trinidad.
La Biblia dice:
“Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, un hombre, Cristo Jesús,
que se dio a sí mismo como rescate correspondiente por todos”. (1 Timoteo 2:5, 6.)
Jesús, ni más ni menos que un humano perfecto,
llegó a ser un rescate que compensó exactamente por lo que Adán había perdido:
el derecho a la vida humana perfecta en la Tierra.
Por eso, el apóstol Pablo bien podía llamar a Jesús “el último Adán”,
y decir en el mismo contexto: “Así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados”.
(1 Corintios 15:22, 45.)
La vida humana perfecta de Jesús era el “rescate correspondiente” exigido por la justicia divina...
ni más ni menos. Un principio fundamental hasta de la justicia humana
es que el precio que se paga debe corresponder con el mal que se haya cometido.
No obstante, si Jesús hubiera sido parte de una Deidad trinitaria,
el precio de rescate habría sido infinitamente superior a lo que exigían las propias leyes de Dios.
(Éxodo 21:23-25; Levítico 24:19-21.)
Quien pecó en Edén fue solo un humano perfecto, Adán, no Dios.
Por eso, para que en verdad el rescate estuviera en conformidad con la justicia de Dios
tendría que ser estrictamente equivalente... un humano perfecto, “el último Adán”.
Así pues, cuando Dios envió a Jesús a la Tierra como rescate, hizo de Jesús lo que satisfaría la justicia:
no que Dios se hiciera carne, no un Hombre-Dios,
sino un hombre perfecto, “inferior a los ángeles”. (Hebreos 2:9; compárese con Salmo 8:5, 6.)
¿Cómo podría parte alguna de una Deidad todopoderosa —Padre, Hijo o espíritu santo— ser alguna vez inferior a los ángeles?