La puntuación es muy importante. Según la versión cristiana tradicional, Tomás le dijo una cosa: «¡Señor mío y Dios mío!».
En el Nuevo Testamento consta que Tomás respondió diciendo dos cosas: «¡mi señor!» y «¡mi Dios!»
«Ὁ κύριός μου / o kurios mou» y «ὁ θεός μου / o Theos mou».
De hecho, la respuesta en griego se ve así:
Ὁ κύριός μου καὶ ὁ θεός μου
o kurios mou kai o Theos mou
el señor de mí y el Dios de mí
No se trata de una expresión, para lo cual diría: «Mi señor y Dios», o «Señor y Dios mío».
Se trata de dos expresiones.
La expresión «Ὁ κύριός μου» en el Nuevo Testamento
Solo aparece dos veces antes que en Juan 20:28.
En Lucas 12:45, para referirse a un señor terrenal, humano:
Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir
εαν δε ειπη ο δουλος εκεινος εν τη καρδια αυτου χρονιζει ο κυριος μου ερχεσθαι
Ean de eipe ho doulos ekeinos en te kardia autou jronizei o kurios mou erjesthai
En Lucas 16:3, también se refiere a un señor terrenal, humano
Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía.
ειπεν δε εν εαυτω ο οικονομος τι ποιησω οτι ο κυριος μου αφαιρειται την οικονομιαν απ εμου
Eipen de en heauto ho oikonomos ti poieso oti o kurios mou afaireitai ten oikonomian ap emou
Por lo tanto, en Juan 28:20, la expresión de Tomás se refiere a un señor humano. No se refiere a Dios cuando dice «o kurios mou / mi señor».
La expresión «ὁ θεός μου» en el Nuevo Testamento
En Marcos 15:34 Iesóus se dirige a Dios con esa expresión, lo que deja clarísimo que él no es «o Theos mou».
La expresión de Tomás es doble. En una se refiere a su amo o señor terrenal, Iesóus; y en la otra se refiere al Eterno y Único Dios, el Dios al que clamó Iesóus.
Esta explicación resulta interesante, solo que, los idiomas, no solo el griego koiné, tienen secuencia, coherencia y contexto.
Le secuencia es consecutiva y radical, la coherencia es consecuente con el asombro y el contexto es espiritual: de alguien con dudas y realmente incrédulo a alguien completamente convencido y crédulo.
Así de impactante.
Por lo que, separar artificialmente dos expresiones consecutivas, unidas por una "y" copulativa, sería no solo raro sino excepcional, sobre todo si se especula que lo uno va dirigida a una persona pero lo otra no, sino a una tercera.
Tomas se pudo haber equivocado, pudo haber confundido a un hombre con Dios, pero lo que dijo es producto de ese acierto o bien, equivocación. No cabe la menor duda que es a Jesucristo quien dirige su asombro y su aceptación.
Yo personalmente pienso que Tomas una vez visto, palpado con sus propias manos ( prueba a la que el mismo apeló para objeto de convencerse a si mismo de que lo que veía y apalpaba era tangible y por lo tanto cierto) y, con pruebas indubitables de la resurrección de Jesucristo, tanto testimonial como vivencial, era una genuina convicción en la que reconoció en Jesucristo a su Dios y su Señor.
Y, resulta fundamental aquí reconocer el pronombre posesivo. "Mi", esto es, de suyo hizo a alguien a quien reconoce como algo y como alguien, y lo hace cuando expresa "Mi Dios y Mi Señor".
El uso del mismo pronombre posesivo indica, desde luego que, se trata del mismo sujeto, no dos supuestos, ni dos oraciones independientes, pues no solo les une el mismo pronombre posesivo sino una "y" copulativa.
Ya no es una idea producto del intelecto, no es parte de una suposición, no se trata más de alguna incertidumbre, sino es en si, una certeza.
Así las cosas, mi estimado forista y mi cotertulio.
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