Re: APUNTES SOBRE TESTIGOS EXPULSADOS EN ESTE FORO
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RAZONAMIENTO
Solo los que han ‘nacido otra vez’, (entiendase 144000*)y de esta manera llegan a ser hijos de Dios, pueden participar en el Reino celestial
Juan 1:12, 13: “A cuantos sí lo recibieron [a Jesucristo], a ellos les dio autoridad de venir a ser hijos de Dios, porque ejercían fe en su nombre; y ellos nacieron, no de sangre, ni de voluntad carnal, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” (La expresión “a cuantos sí lo recibieron” no se refiere a todos los humanos que han puesto fe en Cristo. Nótese a quiénes se hace referencia, como lo indica el versículo 11 [“a su propia casa”, los judíos]. Se ha extendido el mismo privilegio a otras personas de la humanidad, pero solo a un “rebaño pequeño”.)
Rom. 8:16, 17: “El espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Pues, si somos hijos, también somos herederos: herederos por cierto de Dios, mas coherederos con Cristo, con tal que suframos juntamente para que también seamos glorificados juntamente.”
1 Ped. 1:3, 4: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque según su gran misericordia nos dio un nuevo nacimiento a una esperanza viva mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, a una herencia incorruptible e incontaminada e inmarcesible. Está reservada en los cielos para ustedes.” Razonamiento/ Nacer otra vez/ Solo los que han ‘nacido otra vez’, y de esta manera llegan a ser hijos de Dios, pueden participar en el Reino celestial
¿Son hijos de Dios todos los seres humanos?
El ser hijos de Dios no es algo a lo cual nosotros los humanos tengamos derecho por nacimiento. Pero todos somos prole de Adán, quien, cuando fue creado en la perfección, fue “hijo de Dios”. (Luc. 3:38.)
Hech. 10:34, 35: “Dios no es parcial, sino que en toda nación el que le teme y obra justicia le es acepto.”
Juan 3:16: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Para que cualquiera de nosotros llegue a tener la clase de relación con Dios que Adán perdió tiene que ejercer fe genuina en el Hijo de Dios. Ese privilegio está disponible a personas de toda raza.)
1 Juan 3
“Los hijos de Dios y los hijos del Diablo se hacen evidentes por este hecho: Todo el que no obra justicia no se origina de Dios, tampoco el que no ama a su hermano.” (Por eso Dios no considera hijos de él a todos los seres humanos. Desde el punto de vista espiritual, los que practican deliberadamente las cosas que Dios condena tienen al Diablo como padre suyo. (O sea, eres de uno o eres de otro*) Véase Juan 8:44. En cambio, los cristianos verdaderos reflejan cualidades que manifiestan devoción piadosa. (Ojo con lo que sigue*) De entre estos, (entiendase de entre los cristianos verdaderos*)Dios ha seleccionado a una cantidad limitada para que rijan como reyes con Cristo en el cielo. A estos Dios los llama sus “hijos”. Para más detalles, véase la sección de este manual titulada “Nacer otra vez”.)
Rom. 8:19-21: “La expectativa ansiosa de la creación aguarda la revelación de los hijos de Dios [...] la creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios.” (La humanidad experimentará liberación cuando los “hijos de Dios” —después de haber recibido vida celestial— (Sin duda los 144000*) queden ‘revelados’ tomando medidas positivas a favor de la humanidad bajo la dirección de Cristo. Después que los fieles de la Tierra [a quienes se llama “la creación” en este texto bíblico] hayan alcanzado la perfección humana y hayan demostrado lealtad inquebrantable a Jehová como Soberano Universal, entonces también disfrutarán de la excelente relación de hijos de Dios. Personas de todas las razas tendrán parte en esto.) Razonamiento/Razas de la Humanidad/¿Son hijos de Dios todos los seres humanos?
(Resumiendo; Ningún TJ que pertenezca a la Grande Muchedumbre, podrá considerarse Hijo de D-os, HASTA, que después de haber pasado la gran tribulación, y el Reinado Milenario, pasen por la ultima Prueba. Solo entonces podrán ser catalogados como tal. LO que sigue, argumenta con mas fuerza aun esta doctrina defendida por ustedes. No creo necesario señalarla.*)
PERSPICACIA
Hijos cristianos de Dios. Como manifiesta Juan 1:11, 12, solo algunos de la nación de Israel, los que ejercieron fe en Cristo Jesús, recibieron la “autoridad de llegar a ser hijos de Dios”. El sacrificio de rescate de Cristo permitió que este “resto” judío (Ro 9:27; 11:5) dejara de estar bajo el pacto de la Ley, que, aunque era bueno y perfecto, los condenaba como pecadores, como esclavos bajo la custodia del pecado. De manera que Cristo los libertó para que pudieran recibir “la adopción de hijos” y llegar a ser ‘herederos gracias a Dios’. (Gál 4:1-7; compárese con Gál 3:19-26.)
Las personas de las naciones que antes estaban “sin Dios en el mundo” (Ef 2:12) también se reconciliaron con Él al ejercer fe en Cristo, y de este modo entraron en una relación de hijos. (Ro 9:8, 25, 26; Gál 3:26-29.)
Al igual que Israel, estos cristianos forman un pueblo que está bajo un pacto, pues se les introduce en el “nuevo pacto” validado por la aplicación de la sangre derramada de Cristo. (Lu 22:20; Heb 9:15.) Sin embargo, Dios mantiene una relación individual con los cristianos al aceptarlos en este pacto. Debido a que escuchan las buenas nuevas y ejercen fe, se les llama para que sean coherederos con el Hijo de Dios (Ro 8:17; Heb 3:1), Dios los ‘declara justos’ sobre la base de su fe en el rescate (Ro 5:1, 2) y, por consiguiente, ‘se les produce por la palabra de la verdad’ (Snt 1:18), de manera que ‘nacen de nuevo’ como cristianos bautizados, ungidos o engendrados por el espíritu de Dios como sus hijos, con la perspectiva de disfrutar de vida espiritual en los cielos. (Jn 3:3; 1Pe 1:3, 4.) Ellos han recibido, no un espíritu de esclavitud, tal como el que resultó de la transgresión de Adán, sino un “espíritu de adopción como hijos, espíritu por el cual clamamos: ‘¡Abba, Padre!’”. El término “Abba” es un tratamiento íntimo y cariñoso. (Ro 8:14-17; véanse ABBA; ADOPCIÓN [Un significado cristiano].) Gracias a la superioridad del papel de Cristo como mediador y a su sacerdocio, así como a la bondad inmerecida que Dios expresa por medio de aquel, la condición de hijos de estos cristianos ungidos por espíritu es una relación con Dios más íntima que la del Israel carnal. (Heb 4:14-16; 7:19-25; 12:18-24.)
Su “nuevo nacimiento” a esta esperanza viva (1Pe 1:3) no garantiza de por sí que continuarán en esta condición de hijos. Deben ser “conducidos por el espíritu de Dios”, no por su propia carne pecaminosa, y tienen que estar dispuestos a sufrir como Cristo. (Ro 8:12-14, 17.) Han de ser también “imitadores de Dios, como hijos amados” (Ef 5:1), de manera que reflejen las cualidades divinas —paz, amor, misericordia, bondad (Mt 5:9, 44, 45; Lu 6:35, 36)—, muestren que son “sin culpa e inocentes” de la maldad de la “generación torcida y aviesa” que los rodea (Flp 2:15), se purifiquen de las prácticas injustas (1Jn 3:1-4, 9, 10), obedezcan los mandamientos de Dios y acepten su disciplina. (1Jn 5:1-3; Heb 12:5-7.)
Plena adopción como hijos. Aunque se les llama para ser hijos de Dios, mientras están en la carne solo tienen una “prenda de lo que ha de venir”. (2Co 1:22; 5:1-5; Ef 1:5, 13, 14.) Por esta razón, pese a que el apóstol hablaba de sí y de sus compañeros cristianos como “hijos de Dios”, podía decir: “Nosotros mismos los que tenemos las primicias, a saber, el espíritu, sí, nosotros mismos gemimos en nuestro interior, mientras aguardamos con intenso anhelo la adopción como hijos, el ser puestos en libertad de nuestros cuerpos por rescate”. (Ro 8:14, 23.) Por consiguiente, después de vencer al mundo por su fidelidad hasta la muerte, por fin reciben la plena adopción como hijos y resucitan como hijos celestiales de Dios y “hermanos” del Principal Hijo de Dios, Cristo Jesús. (Heb 2:10-17; Rev 21:7; compárese con Rev 2:7, 11, 26, 27; 3:12, 21.)
Los que han recibido el llamamiento celestial saben que son hijos espirituales de Dios porque el ‘espíritu mismo [de Dios] da testimonio con su espíritu de que son hijos de Dios’. (Ro 8:16.) Esto debe significar que su espíritu actúa como una fuerza impelente que los mueve a responder de manera positiva tanto a las expresiones del espíritu de Dios que hay en su Palabra inspirada y que tienen que ver con esa esperanza celestial, como a la relación que Dios mantiene con ellos mediante Su espíritu. Por lo tanto, están seguros de que son en realidad hijos y herederos espirituales de Dios
Hijos cristianos de Dios. Gloriosa libertad de los hijos de Dios. El apóstol habla de la “gloria que va a ser revelada en nosotros” y también de la “expectación anhelante de la creación [que] aguarda la revelación de los hijos de Dios”. (Ro 8:18, 19.) Como la gloria de estos hijos es celestial, es patente que tal “revelación” de su gloria tiene que ir precedida de su resurrección a la vida celestial. (Compárese con Ro 8:23.) Sin embargo, en 2 Tesalonicenses 1:6-10 se indica que esto no es lo implicado, pues habla de la “revelación del Señor Jesús”, que traerá castigo judicial sobre los que han recibido el juicio adverso de Dios “al tiempo en que él viene para ser glorificado con relación a sus santos”. (Véase REVELACIÓN.)
Como Pablo dice que “la creación” espera esta revelación, y entonces “será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios”, es evidente que aparte de estos “hijos de Dios” celestiales, hay otros que se benefician de la revelación de ellos en gloria. (Ro 8:19-23.) El término griego que se traduce “creación” puede referirse a cualquier criatura, humana o animal, o a la creación en general. No obstante, Pablo indica que esta “creación” está en “expectación anhelante”, y menciona que, pese a haber sido “sujetada a futilidad, [aunque] no de su propia voluntad”, ‘aguarda’ el tiempo en que será “libertada de la esclavitud a la corrupción [con el fin de tener] la gloriosa libertad de los hijos de Dios”, y mientras tanto ‘gime juntamente’ tal como hacen los “hijos” cristianos dentro de sí mismos. Todas estas acciones muestran de manera concluyente que se refiere a la creación o familia humana, no a la creación en general: los animales, la vegetación y otras creaciones animadas e inanimadas. (Compárese con Col 1:23.) Por consiguiente, esto tiene que significar que la revelación de los hijos de Dios en gloria abre el camino para que otros miembros de la familia humana entren en una relación con Dios como hijos verdaderos y disfruten de la libertad que acompaña a tal relación. (Véanse DECLARAR JUSTO [La justificación de otro grupo de personas]; GRAN MUCHEDUMBRE.) . Perpiscacia/ HIJO(S) DE DIOS
* ; Aportes míos.
David
Los titulos no cambian nada y no impiden que seamos Hijos de Dios.
Y sí, soy Hijo de Dios tal como lo son también mis Hermanos.
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RAZONAMIENTO
Solo los que han ‘nacido otra vez’, (entiendase 144000*)y de esta manera llegan a ser hijos de Dios, pueden participar en el Reino celestial
Juan 1:12, 13: “A cuantos sí lo recibieron [a Jesucristo], a ellos les dio autoridad de venir a ser hijos de Dios, porque ejercían fe en su nombre; y ellos nacieron, no de sangre, ni de voluntad carnal, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” (La expresión “a cuantos sí lo recibieron” no se refiere a todos los humanos que han puesto fe en Cristo. Nótese a quiénes se hace referencia, como lo indica el versículo 11 [“a su propia casa”, los judíos]. Se ha extendido el mismo privilegio a otras personas de la humanidad, pero solo a un “rebaño pequeño”.)
Rom. 8:16, 17: “El espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Pues, si somos hijos, también somos herederos: herederos por cierto de Dios, mas coherederos con Cristo, con tal que suframos juntamente para que también seamos glorificados juntamente.”
1 Ped. 1:3, 4: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque según su gran misericordia nos dio un nuevo nacimiento a una esperanza viva mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, a una herencia incorruptible e incontaminada e inmarcesible. Está reservada en los cielos para ustedes.” Razonamiento/ Nacer otra vez/ Solo los que han ‘nacido otra vez’, y de esta manera llegan a ser hijos de Dios, pueden participar en el Reino celestial
¿Son hijos de Dios todos los seres humanos?
El ser hijos de Dios no es algo a lo cual nosotros los humanos tengamos derecho por nacimiento. Pero todos somos prole de Adán, quien, cuando fue creado en la perfección, fue “hijo de Dios”. (Luc. 3:38.)
Hech. 10:34, 35: “Dios no es parcial, sino que en toda nación el que le teme y obra justicia le es acepto.”
Juan 3:16: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Para que cualquiera de nosotros llegue a tener la clase de relación con Dios que Adán perdió tiene que ejercer fe genuina en el Hijo de Dios. Ese privilegio está disponible a personas de toda raza.)
1 Juan 3

Rom. 8:19-21: “La expectativa ansiosa de la creación aguarda la revelación de los hijos de Dios [...] la creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios.” (La humanidad experimentará liberación cuando los “hijos de Dios” —después de haber recibido vida celestial— (Sin duda los 144000*) queden ‘revelados’ tomando medidas positivas a favor de la humanidad bajo la dirección de Cristo. Después que los fieles de la Tierra [a quienes se llama “la creación” en este texto bíblico] hayan alcanzado la perfección humana y hayan demostrado lealtad inquebrantable a Jehová como Soberano Universal, entonces también disfrutarán de la excelente relación de hijos de Dios. Personas de todas las razas tendrán parte en esto.) Razonamiento/Razas de la Humanidad/¿Son hijos de Dios todos los seres humanos?
(Resumiendo; Ningún TJ que pertenezca a la Grande Muchedumbre, podrá considerarse Hijo de D-os, HASTA, que después de haber pasado la gran tribulación, y el Reinado Milenario, pasen por la ultima Prueba. Solo entonces podrán ser catalogados como tal. LO que sigue, argumenta con mas fuerza aun esta doctrina defendida por ustedes. No creo necesario señalarla.*)
PERSPICACIA
Hijos cristianos de Dios. Como manifiesta Juan 1:11, 12, solo algunos de la nación de Israel, los que ejercieron fe en Cristo Jesús, recibieron la “autoridad de llegar a ser hijos de Dios”. El sacrificio de rescate de Cristo permitió que este “resto” judío (Ro 9:27; 11:5) dejara de estar bajo el pacto de la Ley, que, aunque era bueno y perfecto, los condenaba como pecadores, como esclavos bajo la custodia del pecado. De manera que Cristo los libertó para que pudieran recibir “la adopción de hijos” y llegar a ser ‘herederos gracias a Dios’. (Gál 4:1-7; compárese con Gál 3:19-26.)
Las personas de las naciones que antes estaban “sin Dios en el mundo” (Ef 2:12) también se reconciliaron con Él al ejercer fe en Cristo, y de este modo entraron en una relación de hijos. (Ro 9:8, 25, 26; Gál 3:26-29.)
Al igual que Israel, estos cristianos forman un pueblo que está bajo un pacto, pues se les introduce en el “nuevo pacto” validado por la aplicación de la sangre derramada de Cristo. (Lu 22:20; Heb 9:15.) Sin embargo, Dios mantiene una relación individual con los cristianos al aceptarlos en este pacto. Debido a que escuchan las buenas nuevas y ejercen fe, se les llama para que sean coherederos con el Hijo de Dios (Ro 8:17; Heb 3:1), Dios los ‘declara justos’ sobre la base de su fe en el rescate (Ro 5:1, 2) y, por consiguiente, ‘se les produce por la palabra de la verdad’ (Snt 1:18), de manera que ‘nacen de nuevo’ como cristianos bautizados, ungidos o engendrados por el espíritu de Dios como sus hijos, con la perspectiva de disfrutar de vida espiritual en los cielos. (Jn 3:3; 1Pe 1:3, 4.) Ellos han recibido, no un espíritu de esclavitud, tal como el que resultó de la transgresión de Adán, sino un “espíritu de adopción como hijos, espíritu por el cual clamamos: ‘¡Abba, Padre!’”. El término “Abba” es un tratamiento íntimo y cariñoso. (Ro 8:14-17; véanse ABBA; ADOPCIÓN [Un significado cristiano].) Gracias a la superioridad del papel de Cristo como mediador y a su sacerdocio, así como a la bondad inmerecida que Dios expresa por medio de aquel, la condición de hijos de estos cristianos ungidos por espíritu es una relación con Dios más íntima que la del Israel carnal. (Heb 4:14-16; 7:19-25; 12:18-24.)
Su “nuevo nacimiento” a esta esperanza viva (1Pe 1:3) no garantiza de por sí que continuarán en esta condición de hijos. Deben ser “conducidos por el espíritu de Dios”, no por su propia carne pecaminosa, y tienen que estar dispuestos a sufrir como Cristo. (Ro 8:12-14, 17.) Han de ser también “imitadores de Dios, como hijos amados” (Ef 5:1), de manera que reflejen las cualidades divinas —paz, amor, misericordia, bondad (Mt 5:9, 44, 45; Lu 6:35, 36)—, muestren que son “sin culpa e inocentes” de la maldad de la “generación torcida y aviesa” que los rodea (Flp 2:15), se purifiquen de las prácticas injustas (1Jn 3:1-4, 9, 10), obedezcan los mandamientos de Dios y acepten su disciplina. (1Jn 5:1-3; Heb 12:5-7.)
Plena adopción como hijos. Aunque se les llama para ser hijos de Dios, mientras están en la carne solo tienen una “prenda de lo que ha de venir”. (2Co 1:22; 5:1-5; Ef 1:5, 13, 14.) Por esta razón, pese a que el apóstol hablaba de sí y de sus compañeros cristianos como “hijos de Dios”, podía decir: “Nosotros mismos los que tenemos las primicias, a saber, el espíritu, sí, nosotros mismos gemimos en nuestro interior, mientras aguardamos con intenso anhelo la adopción como hijos, el ser puestos en libertad de nuestros cuerpos por rescate”. (Ro 8:14, 23.) Por consiguiente, después de vencer al mundo por su fidelidad hasta la muerte, por fin reciben la plena adopción como hijos y resucitan como hijos celestiales de Dios y “hermanos” del Principal Hijo de Dios, Cristo Jesús. (Heb 2:10-17; Rev 21:7; compárese con Rev 2:7, 11, 26, 27; 3:12, 21.)
Los que han recibido el llamamiento celestial saben que son hijos espirituales de Dios porque el ‘espíritu mismo [de Dios] da testimonio con su espíritu de que son hijos de Dios’. (Ro 8:16.) Esto debe significar que su espíritu actúa como una fuerza impelente que los mueve a responder de manera positiva tanto a las expresiones del espíritu de Dios que hay en su Palabra inspirada y que tienen que ver con esa esperanza celestial, como a la relación que Dios mantiene con ellos mediante Su espíritu. Por lo tanto, están seguros de que son en realidad hijos y herederos espirituales de Dios
Hijos cristianos de Dios. Gloriosa libertad de los hijos de Dios. El apóstol habla de la “gloria que va a ser revelada en nosotros” y también de la “expectación anhelante de la creación [que] aguarda la revelación de los hijos de Dios”. (Ro 8:18, 19.) Como la gloria de estos hijos es celestial, es patente que tal “revelación” de su gloria tiene que ir precedida de su resurrección a la vida celestial. (Compárese con Ro 8:23.) Sin embargo, en 2 Tesalonicenses 1:6-10 se indica que esto no es lo implicado, pues habla de la “revelación del Señor Jesús”, que traerá castigo judicial sobre los que han recibido el juicio adverso de Dios “al tiempo en que él viene para ser glorificado con relación a sus santos”. (Véase REVELACIÓN.)
Como Pablo dice que “la creación” espera esta revelación, y entonces “será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios”, es evidente que aparte de estos “hijos de Dios” celestiales, hay otros que se benefician de la revelación de ellos en gloria. (Ro 8:19-23.) El término griego que se traduce “creación” puede referirse a cualquier criatura, humana o animal, o a la creación en general. No obstante, Pablo indica que esta “creación” está en “expectación anhelante”, y menciona que, pese a haber sido “sujetada a futilidad, [aunque] no de su propia voluntad”, ‘aguarda’ el tiempo en que será “libertada de la esclavitud a la corrupción [con el fin de tener] la gloriosa libertad de los hijos de Dios”, y mientras tanto ‘gime juntamente’ tal como hacen los “hijos” cristianos dentro de sí mismos. Todas estas acciones muestran de manera concluyente que se refiere a la creación o familia humana, no a la creación en general: los animales, la vegetación y otras creaciones animadas e inanimadas. (Compárese con Col 1:23.) Por consiguiente, esto tiene que significar que la revelación de los hijos de Dios en gloria abre el camino para que otros miembros de la familia humana entren en una relación con Dios como hijos verdaderos y disfruten de la libertad que acompaña a tal relación. (Véanse DECLARAR JUSTO [La justificación de otro grupo de personas]; GRAN MUCHEDUMBRE.) . Perpiscacia/ HIJO(S) DE DIOS
* ; Aportes míos.
David