B. Saludos.
Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono; y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra.
a.
A las siete iglesias que están en Asia: esta carta fue originalmente dirigida a estas
sieteiglesias selectas de
Asia. Esta era la provincia Romana de
Asia, la cual es la parte oeste de Turquía moderno.
b.
Gracia y paz a vosotros: “Gracia representa firmeza; paz representa experiencia.” (Walvoord)
c.
Del que es y que era y que ha de venir: Juan trae un saludo de
Dios el Padre, quien es descrito con este título.
Del que es y que era y que ha de venir habla de la naturaleza eterna de Dios. Tiene la idea de un Ser sin tiempo, y esta conectado con el nombre de
Yahveh, encontrado en el Antiguo Testamento (
Éxodo 2:14).
i. La construcción Griega de
del que es y que era y que ha de venir es intencionalmente rara en el Griego. Al parecer Juan buscó una frase que comunicara la idea de
Yahveh del Antiguo Testamento.
ii. Nunca es suficiente el decir solamente que Dios
es, o el decir que Él
era, o decir solamente que Él
ha de venir. Como Señor sobre la eternidad, Él gobierna el pasado, el presente, y el futuro.
iii. La descripción
del que es y que era y que ha de venir aplica a Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo, tanto como lo hace para Dios el Padre. De hecho, el título
Yahveh describe al Dios Trino, al Único Dios en Tres Personas. Pero al parecer Juan se enfoca en Dios el Padre con este título, porque él específicamente hace mención de Dios el Hijo, y de Dios el Espíritu Santo, en loas siguientes palabras de este versículo.
d.
De los siete espíritus que están delante de su trono: Juan trae un saludo de
Dios el Espíritu Santo, quien es descrito con este título.
Los siete espíritus que están delante de su trono habla de la
perfección y
plenitud del Espíritu Santo. Juan utiliza una descripción del Antiguo Testamento para el Espíritu Santo.
i. La idea de los
siete Espíritus es citada del Antiguo Testamento.
Isaías 11:2 describe siete aspectos del Espíritu Santo:
Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová
; espíritu de sabiduría
y de inteligencia
, espíritu de consejo
y de poder
, espíritu de conocimiento
y de temor de Jehová. No es que haya siete espíritus distintos de Dios, pero en lugar de eso, el Espíritu del Señor tiene estas características, y Él las tiene del todo, en plenitud y perfección.
e.
De Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra: Juan trae un saludo de
Dios el Hijo, quien es descrito
por lo que Él es y
por lo que Él ha hecho.
i. Jesús es el
testigo fiel: Esto habla de la fiabilidad y fidelidad absoluta de Jesús hacia Su Padre y a Su pueblo, aún a los muertos. La antigua palabra Griega traducida a
testigo es también la palabra para un
mártir.
ii. Jesús es el
primogénito de los muertos: Esto habla de Jesús estando firme como preeminente entre todos los seres, que Él es el primero en prioridad.
Primogénito de los muertos significa mucho más en cuanto a que Jesús fue el primera persona resucitada. También significa que Él es preeminente entre todos aquellos que han o que resucitarán. Jesús es el
primogénito de entre muchos hermanos (
Romanos 8:29).
iii. El uso de
primogénito no significa que Jesús tuvo una “fecha de nacimiento”, como si fuera un ser creado, y no Dios. Los antiguos Rabinos llamaban al mismo Yahveh el “Primogénito de la Creación” (Rabbi Bechai citado en el comentario de Lightfoot sobre Colosenses). Los Rabinos también utilizaban
primogénito como un título Mesiánico. “Dios dijo, ‘de la manera que hice a Jacob primogénito (
Éxodo 4:22), así también Yo haré al rey Mesías primogénito’ (
Sal 89:28).” (R. Nathan en
Shemoth Rabba, citado por Lightfoot en su comentario sobre Colosenses)
iv. Jesús es el
soberano sobre los reyes. Antes de que terminara el Libro de Apocalipsis, Jesús tomará el dominio de cara reino terrenal. En el tiempo presente, Jesús reina sobre un reino, pero es un reino que aún no es de este mundo.
f. En este saludo, con la mención sistemática de cada Persona de la Trinidad, vemos como el Nuevo Testamento presenta la doctrina de la Trinidad. No la presente de una manera teológicamente sistemática, una manera cuidadosamente definida. Simplemente teje la verdad de la Trinidad – que hay Un Dios en Tres Personas – a lo largo de la tela del Nuevo Testamento.
2. (Apocalipsis 1:5b-6) Una declaración de alabanza a Jesús.
Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.
a.
Al que nos amó: ¡Qué hermoso título para Jesús! Cuando
amó es usado, en el
tiempopasado, este apunta hacia atrás hacia un tiempo y lugar particular en donde Jesús
nos amó. Se debe de resaltar que muchas traducciones tienen
nos amó (como la NASB, NVI, y TNV), pero hay algo hermoso acerca de la frase
nos amó. Mira hacia atrás,
a la cruz. Cada creyente debe estar seguro del amor de Dios, no basándose en sus circunstancias presentes (el cual puede ser difícil), sino basados en la
demostración final de amor en la cruz. ¡Esto vale la pena alabar a Jesús!
i. Pablo lo puso de esta forma en
Romanos 5:8:
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. La obra de Jesús en la cruz por nosotros, es la prueba de amor final por parte de Dios para ti. Él puede dar pruebas adicionales, pero Él no puede dar una prueba más grande.
ii. ¡No hay de maravillarse en cuanto a que muchos creyentes no estén seguros del amor de Jesús hacia ellos! Ellos miran a sus
circunstancias presentes para medir Su amor. En vez, ellos necesitan voltear a la cruz, resolver el asunto de una vez por todas, y darle alabanza a Jesús, ¡
Al que nos amó!
iii. William Newell en
nos amó, en
Romanos 8:37: “Es este tiempo pasado del evangelio el cual el diablo odia …Dejen que el predicador lo diga de manera continua, ‘Dios te ama, Cristo te ama,’ y él y su congregación de tiempo en tiempo irán perdiendo la mira de su pecaminosidad y de la expiación sustitutiva de la cruz, donde el amor de Dios y Cristo fue,
de una vez y por todas, puesta,
de manera suprema, expuesta.”
b.
Y nos lavó de nuestros pecados con su sangre: Esto es lo que sucedió cuando Jesús
nos amó en la cruz. Él
nos lavó – nos limpio de la profunda mancha de pecado, para que estuviéramos verdaderamente
limpios delante de Él. ¡Jesús es digno de alabar por esto!
i. Si entendemos nuestra propia profunda pecaminosidad, esto parece ser muy bueno para ser cierto. Podemos estar parados limpios delante de Dios – limpios de las manchas más profundas. No hay de maravillarse que el Apóstol Juan escribiera,
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. (
1 Juan 1:9).
ii.
Con su sangre: Si hubiera alguna otra forma de lavarnos del pecado, Dios lo hubiera hecho de esa otra manera. El lavarnos
con su sangre significó el máximo sacrificio de Dios el Hijo. No se hubiera podido hacer a menos que se hiciera de esta manera. “Los sacerdotes solamente podían limpiar con sangre de toros y cabras; pero él nos ha lavado de nuestros pecados ‘con su propia sangre’. Los hombres están dispuestos para derramar su sangre por otros. ¡Con qué rapidez entrarían a la guerra! Pero Cristo estaba dispuesto a derramar su propia sangre, el derramar su alma a la muerte, para que pudiéramos ser salvos.” (Spurgeon)
iii. Vean el orden: primero
nos amó, luego
nos lavó. No fue que Dios nos lavara en un sentido del deber, y que nos amara porque fuéramos limpios. Él
nos amó mientras estábamos sucios, pero luego, Él
nos lavó.
iv. De hecho, el lavar
provoca amar. Si tiene un par de pantalones viejos, y se han
cubierto de pintura, solamente los lavarías y te los quedarías por dos razones. Primero, los pudieras lavar y quedártelos si
fueras pobre. Tú no puedes, o no querrías, gastar dinero en otro par de pantalones, así que los lavas y te los quedas. Segundo, los pudieras lavar y quedártelos si en verdad
amaras a esos pantalones viejos. El dinero no es el problema. Podrías ir y comprar un nuevo par de pantalones en cualquier momento. Pero amas tanto a ese par de pantalones que gastas tu tiempo y esfuerzo para limpiarlos, y para usarlos otra vez. Dios nos ama tanto que Él
nos amó. Dios ciertamente no es pobre. Con un solo pensamiento, Él podría mandar al olvida a cada pecador y comenzar de nuevo con nuevas criaturas. Pero Él no lo hace. Él nos ama tanto que Él
nos lavó.
v. Algunos eruditos creen que Juan escribió:
y nos
liberó (soltó) de nuestros pecados. Hay solamente una letra de diferencia entre la palabra
lavó y
liberó en la antigua lengua Griega. Ambas palabras se muestran en manuscritos antiguos, así que es difícil el decir cual fue la que escribió Juan. Pero sabemos que ambas son ciertas – somos lavados y liberados
de nuestros pecados.
c.
Y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre: Este es el estatus que Jesús le da a aquellos que Él
amó en la cruz y que son
lavados …con su sangre. Hubiera sido suficiente el amarlos y limpiarlos únicamente. Pero Él fue más allá, y nos hizo
reyes y sacerdotes para Dios, su Padre. Esto era más de lo que fue Adán. Aún en la inocencia del Edén, nunca leemos de Adán entre los
reyes y sacerdotes de Dios. Esto es digno de alabar de Jesús.
i. Somos
reyes, así somos la
realeza de Dios. Esto habla de privilegio, de estatus, de autoridad. Somos
sacerdotes, así que somos los
siervos especiales de Dios. Representamos a Dios para los hombre, y los hombres para Dios. Le ofrecemos sacrificio a Él (
Hebreos 13:15). Tenemos acceso privilegiado a la presencia de Dios (
Romanos 5:1-2).
ii.
Reyes y
sacerdotes: En el Antiguo Testamento, estaba prohibido el combinar los cargos de rey y sacerdote. El Rey Uzías de Judá es un ejemplo de un hombre que intento el combinar ambos cargos, y pagó la pena por ello (
2 Crónicas 26:16-23). Pero bajo el Nuevo Pacto, podemos ser como Jesús, en el sentido que Él es ambos, Rey y Sumo Sacerdote (
Lucas 1:31-33;
Hebreos 4:14).
d.
A él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos: A la luz de todo lo que Jesús ha hecho por nosotros, ¿no deberíamos de alabarle? ¿No deberíamos de darle a Él el honor con
gloria e imperio por los siglos de los siglos? Cuando decimos esto, no le estamos
dando a Jesús
gloria e imperio. Simplemente estamos
reconociendo que Él la tiene, y le honramos a Él por ello.
i. El reconocer la
gloria de Jesús ha salido fuera y hacia fuer de Él. “Algunos de ustedes se parecen mucho al ratón detrás del zócalo. Están en la casa del Señor, pero no son conocidos como parte de la familia: a veces dan un pequeño chillido en su lugar de escondite, y algunas veces salen de noche, de la misma forma que lo hace el ratón, para juntar una o dos migajas, sin ser vistos. ¿Es esto digno de ti? ¿Es esto digno de tu Señor y Amo?” (Spurgeon)
ii. El reconocer el
imperio de Jesús es el dejarle gobernar sobre nosotros. “De nuevo, si en verdad decimos, ‘A él sea la gloria e imperio,’ entonces
nosotros debemos darle a él el dominio sobre nosotros. Cada hombre es un pequeño imperio de tres reinos – cuerpo, alma y espíritu – y debiera ser un reino unido. Haz a Cristo el rey de todo. No dejes que ninguna ramificación de esos tres reinos se establezca con un gobierno distinto; ponlo a todo bajo la influencia de tu único Rey.” (Spurgeon)
e.
Amén: Esta palabra – en la antigua lengua Griega, traída del Hebreo del Antiguo Testamento – simplemente significa, “Si”. No es un deseo para que
pueda llevarse a cabo, pero es una afirmación, por medio de Dios, de que
así será. Jesús
será alabado.
i. Jesús a hecho todo esto, y aún más, por ti. Tienes mucho por lo cual alabarle – ¡así que alábale! “¿No desearías el estar en el cielo cuando termine tu vida en la tierra? Llegará el tiempo cuando debas morir; no desearías tener una buena esperanza de entrar a la felicitaciones de los perfeccionados? Estoy seguro que si; pero si al fin serás enumerado entre las huestes de los redimidos en lo alto, aquí debes de aprender su canción. No puedes ser admitido en los coros de arriba sin haber practicado y ensayado su música aquí abajo.” (Spurgeon)
ii. “La palabra Griega
amén es una transliteración de una palabra Hebrea de sonido similar cuyo significado es ‘verdad’ o ‘fidelidad’, así que él quiere decir, ‘ya sea verdadera’, o ‘así sea’”. (Walvoord)
3. (Apocalipsis 1:7) Una descripción de apertura del retorno de Jesús.
He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.
a.
He aquí que viene: Este es un mandamiento a
mirar – a
echar un vistazo. Juan se mueve de alabar a Jesús a describir Su regreso. Él quiere que veamos la venida de Jesús. Jesús dijo que observáramos y esperáramos por Su venida (
Mateo 24:42). Es algo para
mantener delante del ojo de nuestra mente,
he aquí.
i. Esta no era una visión sobrenatural del regreso de Jesús. Esa visión sobrenatural vendrá después. Esta es una descripción basada del entendimiento de Juan de las promesas del Antiguo Testamento del retorno del Mesías y de las propias palabras de Jesús sobre Su venida. Por ejemplo, Juan sabía que Jesús regresaría porqué Jesús dijo que Él
viene. Jesús dijo,
vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo (
Juan 14:3).
ii. “Cristo no se ha ido al cielo para quedarse allá. Él se fue para el beneficio de la iglesia; y para beneficio de la iglesia, el volverá otra vez.” (Seiss)
iii. La verdad de la
venida de Jesús es como un imán; nos acerca más a Él. “Levanta el corazón del creyente fuera del mundo, y fuera de si mismo, y le habilita el posicionarse con Moisés en el monte, y transfigurarle con los rayos de esperanza bendita, y la promesa la cual humea sobre él en esas sublimes alturas.” (Seiss)
b.
Viene con las nubes: Cuando Jesús vuelva, Él estará rodeado por
nubes. Esto será literal, porque cuando Jesús dejo esta tierra, él fue tomado en una nube, y Dios dijo que Él regresaría de la misma manera (
Hechos 1:9-11). También será cierto de manera figurada, porque multitudes de creyentes se les llama
nubes de una forma figurada (
Hebreos 12:1). Las
nubes están asociadas comúnmente con la presencia y gloria de Dios (
Éxodo 13:21-22;
16:10;
19:9;
24:15-18), relacionándose con la nube de gloria del Antiguo Testamento llamada la
Shekinah.
i. Al entender esta conexión con la gloria de Dios, es apto – y maravilloso – que una multitud de creyentes sea llamada una nube. El pueblo de Dios son Su gloria. Ellos son Su “nube”, Su
Shekinah.
ii. Juan no necesitó una visión especial para saber que Él
viene con las nubes. Él sabía esto del Antiguo Testamento (
Daniel 7:13-14) y de las propias palabras de Jesús:
y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. (
Mateo 26:64).
c.
Y todo ojo le verá: Cuando Jesús regrese, no será una venida “secreta”. Todos sabrán. En Su primera venida, Jesús era en parte oscuro (no visto). Durante Su primer ministerio, Él nunca apareció en las primeras noticias de Roma. Pero cuando Jesús regrese otra vez,
todo ojo le verá. todo el mundo lo sabrá.
i. Juan no necesitó una visión especial para saber que
todo ojo le verá. Juan escuchó al mismo Jesús decir:
Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. (
Mateo 24:26-27)
d.
Y los que le traspasaron: cuando Jesús vuelva, será una revelación particularmente significativa para el pueblo Judío. Por supuesto, no fueron únicamente los Judíos
los que le traspasaron. Pero sabemos que Juan tiene en mente la revelación de Jesús para Su propio pueblo, porque esto es una alusión a
Zacarías 12:10.
i. Cuando Jesús se revele a Si mismo a Su propio pueblo, los Judíos, no será con ira. En ese tiempo, la nación Judía ya habrá vuelto a Jesús, confiando en Él como Su Mesías (
Mateo 23:39;
Romanos 11:25-26). Cuando ellos vean a Jesús, y sus manos y pies traspasados, será un doloroso recuerdo de su previo rechazo hacia Él. Esto cumplirá la escena de
Zacarías 12:10:
Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.
ii. Juan no necesitó de una visión especial para saber que
los que le traspasaron. Él lo podía leer en
Zacarías 12:10.
e.
Todos los linajes de la tierra harán lamentación por él: Cuando Jesús regrese, no solamente será el pueblo Judío el que hará
lamentación debido a su rechazo previo de Jesús. Ya que habrá gente salva de
todos los linajes de la tierra (
Apocalipsis 7:9), todos tendrán parte de esta lamentación. Veremos las cicatrices en Jesús y diremos: “Nosotros le hicimos esto.”
i. Juan no necesito de una visión especial para saber que
todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Él solamente necesitó recordar lo que Jesús dijo en
Mateo 24:30:
Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
4. (Apocalipsis 1:8) Una introducción del mismo Jesús.
Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
a.
Yo soy el Alfa y la Omega: En muchas traducciones, y en ediciones de “Letra Roja”, estás palabras están en rojo. Esto nos muestra que los traductores creían que estás eran las palabras de Jesús. Juan ha terminado con su introducción, y ahora Jesús se introduce a Si mismo. Después de todo, es Su revelación (
la revelación de Jesucristo,
Apocalipsis 1:1), así que no es extraño que Él se introduzca.
i. Algunos se han preguntado si Dios
el Padre, o Dios
el Hijo están hablando aquí. Sospechamos que es Dios
el Hijo, Jesucristo, y creemos esto por muchas razones. Primero, ya que es la revelación de Jesús, parece apropiado que Él la introduzca. Segundo, el título de
el Alfa y la Omega y
principio y fin son títulos expresamente reclamados por Jesús (
Apocalipsis 22:13). Tercero, aunque el título
que es y que era y que ha de venir es utilizado por Dios el Padre en
Apocalipsis 1:4, también es cierto de Dios el Hijo, y parece que es dirigido a Jesús en
Apocalipsis 11:17 y
Apocalipsis 16:5.
b.
El Alfa y la Omega, principio y fin: La idea detrás de estos títulos para Jesús es que Él es
antes de todas las cosas y que permanecerá
mas allá de todas las cosas.
Alfa era la primer letra del antiguo alfabeto Griego, y
Omega era la última letra. Jesús dice, “Yo soy de la ‘A a la Z’,
principio y fin.”
i. Si Jesús es ambos,
principioy fin, entonces Él también tiene autoridad sobre las cosas que están en medio. Esto significa que Jesús si tiene un plan para la historia, y que Él dirige el camino de los eventos humanos hacia el cumplimiento de Su diseño. Nuestras vidas no son dadas a un destino ciego, a un sentido al azar, o a ciclos sin fin sin resolución. En vez, Jesucristo, quien es
el Alfa y la Omega, principio y fin, dirige a toda la historia de la humanidad, y aún nuestras vidas individuales.
c.
El que es y que era y que ha de venir: Como fue mostrado en el comentario de
Apocalipsis 1:4, esta frase comunica la
idea detrás del gran nombre del Antiguo Testamento para el Dios Trino,
Yahveh. Esto refleja Su naturaleza eterna, y Su presencia inmutable. Jesús tiene esta naturaleza eterna tanto como la tiene Dios el Padre.
Miqueas 5:2 la expresa de manera profética de la siguiente manera:
y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. Hebreos 13:8 la expresa de esta manera:
Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y por los siglos.
d.
El Todopoderoso: Esta palabra
Todopoderoso se traduce de la antigua palabra Griega
pantokrater, el cual significa literalmente “aquél que tiene su mano en todo.” Esto habla del gran control soberano de Jesús sobre todo – pasado, presente, y futuro.
i. Esta gran palabra
Todopoderoso es utilizada diez veces en el Nuevo Testamento, y nueve de las diez veces en el Libro de Apocalipsis. Este libro hace hincapié en la soberanía de Dios, el entendimiento de que Él tiene Su mano en
todo
Comentario exegetico por David Guzik.
Ni siquiera la exegesis te apoya