“¿Qué hay de toda esta conversación acerca del año 1975?…Su interés ha sido avivado por la convicción de que en 1975 marcará el fin de 6000 años de historia humana desde la creación de Adán…Una cosa es absolutamente cierta: La cronología bíblica reforzada con la profecía bíblica que se ha cumplido muestra que pronto se terminarán 6000 años de la existencia del hombre, ¡sí, dentro de esta generación!”
La Atalaya, 1 de enero de 1969, pp. 14,20.
De nuevo una expectativa de lo que pudiera pasar
pero no una profecía que nos dio Dios
En la asamblea que se celebró en Baltimore (Maryland), F. W. Franz presentó el discurso de conclusión. Comenzó diciendo:
“Precisamente antes de subir a la plataforma un joven vino a verme y dijo:
‘Díganos, ¿qué significa esto de 1975?’”.
El hermano Franz entonces se refirió a las muchas preguntas que habían surgido
en cuanto a si la información del nuevo libro significaba que para 1975 habría terminado el Armagedón
y Satanás habría sido atado. En esencia dijo:
‘Pudiera ser. Pero eso no es lo que decimos.
Para Dios todo es posible. Pero eso no es lo que decimos.
Y que ninguno de ustedes diga algo específico sobre lo que va a suceder de aquí a 1975.
Pero el punto importante, estimados hermanos, es este:
El tiempo es corto. El tiempo se está acabando, y no hay duda de ello’.
En los años que siguieron a 1966 muchos testigos de Jehová obraron en armonía con el espíritu de aquel consejo.
Sin embargo, se publicaron otras declaraciones sobre esta cuestión,
y algunas fueron probablemente más categóricas de lo recomendable.
Se reconoció este hecho en La Atalaya del 15 de septiembre de 1980 (página 17).
Pero también se advirtió a los testigos de Jehová que se concentraran principalmente
en hacer la voluntad de Jehová
y no se preocuparan mucho por las fechas
ni estuvieran a la expectativa de una salvación inminente
“Alguien podría preguntar: ‘
¿Afirma entonces usted tener infalibilidad
y que toda oración que aparece en las publicaciones de la “Watch Tower” es absolutamente correcta?’
Desde luego, no hacemos tal afirmación ni la hemos hecho nunca.
¿Qué motivo pueden tener nuestros opositores para lanzarnos esa acusación?
¿Acaso no están tratando de establecer una falsedad que les dé una excusa para atacar
y tratar de pervertir el juicio de otros?”
(
Traducido de la Watch Tower, 15 de septiembre de 1909.)
“Muchos estudiantes han caído en el serio error
de pensar que Dios ha inspirado
a algunos hombres para interpretar profecías.
Es cierto que los santos profetas de la antigüedad fueron inspirados por Dios para escribir conforme eran movidos por su poder.
También es cierto que los que escribieron el Nuevo Testamento fueron investidos de poder y autoridad para escribir bajo influencia divina.
Sin embargo, desde los días de los apóstoles
ningún hombre en la tierra ha sido inspirado para que escribiera profecías,
ni se ha inspirado a nadie para que las interprete.”
(Profecía [1929], págs. 67, 68.)