Se ha afirmado que el ser humano puede resistir sin alimentarse durante aproximadamente cuarenta días, sin ingerir agua durante trece días, y puede prescindir de respirar cerca de ocho minutos, pero solo puede sobrevivir un segundo sin esperanza.
El libro de Hebreos, escrito entre los años 65-68, se dirige a la gente en Roma y cuenta con un autor anónimo. En ese contexto, enfrentaban dificultades y persecuciones, siendo heridos por los judíos que cuestionaban la autenticidad del Mesías.
Ante esta situación, el escritor aconseja recordando la historia de Abraham y las promesas inmutables de Dios. Un atributo divino es la inmutabilidad, donde Dios no está sujeto a cambios y siempre permanece fiel a Su palabra.