Sin la prístina doctrina de la Trinidad, se cae necesariamente en contradicciones. y blasfemias, heterodoxo forista.
El unitarismo parte de la incredulidad y del rechazo, incredulidad para quienes no creen que Jesucristo sea Dios bendito y rechazo de los judíos para aceptar que Jesucristo es el Hijo del Dios altísimo.
Los primeros son arrianos, personas que sinceramente quieren acercarse a Dios, pero simplemente no pueden creer que el Verbo de Dios sea Dios, ni que siendo Dios se haya hecho hombre para venir como el Pastor que da Su vida por Sus ovejas. Simplemente no pueden y morirán por tanto en sus pecados y delitos, como está escrito de los tales.
Los segundos son un pueblo celoso, duro de cerviz, pero amado y escogido por Dios quienes, por su incredulidad, debido a un velo santo puesto por Dios, rechazan hasta el día de hoy al Hijo de Dios, pero un día el velo se quitará y entonces se convertirán de todo corazón a Él y mirarán a Aquel que traspasaron y harán lamento sobre Él y, serán salvos. Todo Israel será salvo.
Los judíos convertidos serán testigos, y su conversión está profetizada desde la eternidad, en cambio de los primeros, los arrianos, russellitas religiosos e incrédulos, así como otras yerbas sin fe, no hay nada escrito acerca de su salvación.
Si no se arrepienten y creen en el evangelio, morirán en su pecados y delitos. Y, el evangelio de Cristo dice: "si no creéis que YO SOY moriréis en vuestros pecados y delitos". Esta es la gran condición tan necesaria para la salvación, pero que desprecian, se burlan y arremeten contra ella los arrianos.
Jesucristo es el gran YO SOY, nombre con que Moisés debía presentar al pueblo, el Nombre de Dios.