El discurso no ha cambiado. Solo cambia quién lo enseña y vende, y quién escucha y lo compra.
La motivación es la misma: -Para Satanás es engañar al hombre, que El Creador sea blasfemado por Su creación, apartarlo del Señor y la destrucción del hombre.
-Para el hombre es la "oportunidad" de ser su propio dios, el dueño de su destino, el creador de su vida fantasiosa engañado por su propio corazón y las mentiras satánicas que proporciona este mundo caído.
Al menos hay tres razones por las cuales se dio la caída del hombre que se explica en Genesis 3:6 y que el apóstol Juan expone en su epístola de 1Juan 2:16:
1. La pasión de la carne.
-Todo lo que el corazón quiere es darle placer al cuerpo desde la satisfacción sensual, personal y egoísta. Es la manifestación externa de los malos deseos del corazón.
2. La pasión de los ojos.
-La mirada puesta en el anhelo y el antojo de lo material, las riquezas, aquello que se ve y se palpa. Estos deseos que llevan a la envidia de tener y hacer, además de unos celos por alcanzar tales cosas superficiales y pasajeras.
3. La arrogancia de la vida. El orgullo.
-Alardear y pavonearse en una insolente e insegura manera de vivir, pues confía en su propio poder y recursos. Un desprecio absoluto y desvergonzado que viola las leyes divinas (a Dios mismo y Su Palabra en la Biblia).
Todo es una presunción vacía de la "estabilidad" que da este mundo y Satanás.
El discurso de "cree en tí mismo" fue inventado por Satanás en el Edén y replicado desde entonces por falsos maestros, falsas religiones y filosofías humanas. Hoy en día lo enseñan los muy mal llamados "coach de vida", motivadores que se hacen llamar "cristianos", y algunos "famosos" de plataformas digitales que se crees gurús del éxito en dinero, la felicidad y el amor.
Exactamente eso fue lo que se le "vendieron" a Eva... una vida que merecía ser mejor, con sus propias reglas, sus propios gustos, su propia sabiduría, haciéndose igual a Dios, engañada por su propia voluntad, en su propio orgullo, en su propia soberbia, jactancia y autoconfianza en sí misma. Sin tener la necesidad de depender de Dios.
Todos sabemos cómo terminó esa "charla motivacional"... expulsados de la perfección, separados de Dios, condenados a maldición, esclavos de la mentira y de Satanás.
Pero Cristo, en Su rescate por nosotros, tomó todo el castigo que merecemos y pagó toda nuestra deuda ante Dios para hacernos hijos Suyos nuevamente.
Deje de vivir para usted, deje de buscar cómo satisfacer sus deseos y anhelos, deje de querer vivir en este mundo como un incrédulo y de amar las cosas que en el hay.
"No amen el mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguien ama el mundo, el amor del Padre no está en él." (1Jn.2:15)
Si estás pecando de amarte más que a Dios y de amar más al mundo que de hacer Su voluntad, pídale al Señor misericordia sobre su vida, arrepiéntase de sus pecados delante de Él y viva para Él, para Jesús como su Señor y Salvador.
¡Estudie su Biblia!