Pues mi estimado amigo, la Interseccion de todos los santos incluso los que han abandonado su cuerpo físico, no sólo que es totalmente bíblica, si no que tambien es histórica. En tu biblia mutilada que utilizas no encuentras esto:
Porque si no hubiera creído que los que habían caído resucitarían, habría sido inútil y ridículo orar por los muertos. Pero él presumía que una hermosa recompensa espera a los creyentes que se acuestan en la muerte, de ahí que su inquietud fuera santa y de acuerdo con la fe. Mandó pues ofrecer ese sacrificio de expiación por los muertos para que quedaran libres de sus pecados. 2 Macabeos 12:39-45
Cuando tú y Sara hacían oración, era yo el que presentaba el memorial de sus peticiones delante de la gloria del Señor; y lo mismo cuando tú enterrabas a los muertos. Tobías 12:12
Luego había aparecido en la misma actitud un hombre que se distinguía por sus cabellos blancos y por su dignidad, revestido de una majestuosidad portentosa y prodigiosa. Onías tomó luego la palabra y dijo: «Ese hombre preocupado de sus hermanos es Jeremías, el profeta de Dios; él reza mucho por el pueblo y por la Ciudad Santa».Jeremías había extendido entonces la mano derecha, le había entregado a Judas una espada de oro y al pasársela había pronunciado estas palabras: «¡Toma esta espada santa que es un don de Dios! Con ella destrozarás a los enemigos». 2 Macabeos 15:13-16
- Sir 48, 13: Nada fue imposible para él (Eliseo) y hasta en el sueño de la muerte hizo obra de profeta.
- Sir 48, 14: (Eliseo) en vida hizo prodigios, y después de muerto, todavía obró milagros.
Los mismos textos dicen que Eliseo, después de muerto, hizo obra de profeta y obró milagros.
Estos libros formaban parte del Canon de la Septuaginta, que es el antiguo Testamento que se utilizaba en la época de Jesús. Los protestantes los quitaron de sus Biblias porque no apoyaban su doctrina.
Históricamente los primeros Cristianos creian en la intersección de los Santos. Los primeros cristianos que fueron perseguidos y algunos murieron mártires a causa de la persecución del imperio romano, estos cristianos que arriesgaron su vida por defender la fe que habían recibido directamente de los ápóstoles, seguían preocupandose de todos los miembros del cuerpo místico de Cristo. Éstos Cristianos enterraban sus muertos en catacumbas, éstas catacumbas estaban llenas de imágenes sagradas y oraciones, especialmente hacia la Virgen María. Existe un papiro descubierto en egipcio que contiene la primera oración a la virgen María:
En Griego | En castellano |
Ὑπὸ τὴν σὴν εὐσπλαγχνίαν,
καταφεύγομεν, Θεοτόκε.
Τὰς ἡμῶν ἱκεσίας,
μὴ παρίδῃς ἐν περιστάσει,
ἀλλ᾽ ἐκ κινδύνων λύτρωσαι ἡμᾶς,
μόνη Ἁγνή, μόνη εὐλογημένη. | Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita! |
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Resulta impresionante rezar esta oración, sabiendo que los cristianos la rezaban ya, por lo menos, en el año
250 d.C., que es la fecha en la que Edgar Lobel dató el papiro en el que se encontraba. Nosotros no la hemos recibido de los arqueólogos, sino de la tradición de la Iglesia, a través del latín en el caso de la Iglesia Latina o del griego y el eslavonio antiguo en Oriente. Resulta agradable, sin embargo, que la arqueología nos muestre una vez más que la tradición no es algo inventado, sino que verdaderamente nos transmite la herencia que los primeros cristianos recibieron de Cristo y de los Apóstoles.
Aún los protestantes quieran invalidar los deuterocanónicos como palabra revelada (lo cual no tiene ningún fundamento), desde el punto de vista histórico estos textos indican que los judíos sí creían en la intercesión de los santos y esta creencia no fue condenada explícitamente por Jesús, más bien, el nuevo testamento confirma la creencia, como vimos en los textos anteriores. Por esta razón es que, además de los textos bíblicos del nuevo testamento que hablan a favor de esta creencia, hoy se conservan cartas de obispos y presbíteros cristianos de las generaciones inmediátamente después de los apóstoles que evidencian y confirman esta creencia.
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Clemente de Alejandría, quien nace a mediados de siglo II
(año 150 D.C.), muestra las relaciones esenciales de las personas que llevan una vida de perfección espiritual con los ángeles y con las almas de los difuntos. También inicia la formulación del Tesoro de la Iglesia, la cual se compone de los méritos infinitos de Jesucristo y de los superabundantes méritos de la Virgen y de todos los santos. Jesús es el origen de toda gracia y su sacrificio es satisfactorio por los pecados de todo el mundo. Sin embargo todo hombre que participa de la vida de Dios, en la comunión de los santos, puede indirectamente y de forma secundaria, ganar gracias para otros. Es por eso que el tesoro de la Iglesia incluye la parte meritoria, propiciatoria, impetratoria y satisfactoria de las obras buenas hechas por sus miembros.
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Orígenes, quien nació y vivió en Alejandría hasta el
231 D.C., amplía la idea de la comunión entre el hombre y los ángeles y del Tesoro de la Iglesia y lo explica por el poder unificador de la redención de Cristo y la fuerza de la caridad, “tan inaudito tanto en la tierra como en el cielo”.
Que curioso que aquí no aparezca ningún protestante.