Los nombres en la actualidad no se traducen, y el nombre personal de Dios lo identifica.El tetragrama no debe transliterarse sino en el mejor de los casos traducirse
Los títulos no identifican a nadie, porque suelen compartirse. Pero los nombres propios identifican a una persona así que llegan a formar parte de su individualidad.
El nombre de Jehová en hebreo no significa "eterno", sino que se refiere a lo ilimitado de la voluntad divina de llegar a ser aquello que decida en el momento que sea y como lo decida, ya que se relaciona con el verbo "llegar a ser".
Ni siquiera los judíos que tradujeron la Setenta se atrevieron a traducir el nombre. Cuando esa versión griega del AT se escribió en Egipto, los editores decidieron que las cuatro letras debían quedarse tal como estaban, en las mismas cuatro letras hebreas originales ... nada de traducción.
Que el odio al nombre Jehová en español no te lleve a delirar y faltarle el respeto a la verdad. Hiciste lo mismo cuando dijiste que Russel había "revivido el arrianismo" cuando eso es más falso que una moneda de 12 dólares. Antes del siglo XIX ya hubo miles y miles de personas, ya fuera en grupos religiosos o individualmente, que se dieron cuenta de que la Biblia no apoya la idea de un dios múltiple.
Lo que hizo Russell fue seguir despejando el camino de la verdad que después del segundo siglo de nuestra era había quedado oculto entre la maleza de una selva sombría llena de animales salvajes, como fue la iglesia católica que surgió. Hasta Isaac Newton negaba la trinidad. El odio a la verdad te dá fuerte. Abandona el fariseismo.