Testigos de Jehová...¿restauración del cristianismo original?

DESDE LAS 7 DE LA MAÑANA ESTÁN ESPERANDO RESPUESTA, PERO NADA

DESDE LAS 7 DE LA MAÑANA ESTÁN ESPERANDO RESPUESTA, PERO NADA

Apolos, según usted el ángel dejo de serlo cuando se hizo hombre, pero curiosamente y bien sabiendo que ascendió a los cielos en cuerpo y alma, y bien sabiendo que no es un espíritu, pues bien Jesucristo nos habla de ello, y bien lo declara... ahora, curiosamente y por su parte, en los cielos vuelve a ser un ángel: ¿niega usted que Jesús haya resucitado de entre los muertos y ascendido a los cielos en cuerpo y alma?...

Vamos, que cada vez anda más incoherente. No duda en decir que el ángel dejó de serlo cuando se convirtió en hombre (vaya poder que le ha dado Dios y sin sustento bíblico, sino en palabras de hombres), pero ahora, en los cielos, tanto es un ángel, como un hombre, como un espíritu... VUELVE A SU dios menor trino, pero ahora aun es peor, AHORA ESTAS MANIFESTACIONES DE DISTINTAS PERSONAS, ESTADOS Y NATURALEZAS, CON SUS RESPECTIVOS NOMBRES, ESTÁN TENIENDO LUGAR EN LOS CIELOS...

Ale, ya tenemos el día para hoy, y como ya sabemos TENIENDO TREMENDAS CUENTAS PEDIENTES DE LOS DÍAS PASADOS...

RECUERDE QUE AUN TIENE QUE EXPLICAR:

1) Por qué le niegan a Dios la capacidad de engendrar a su Hijo conforme su misma naturaleza y condición

2) Por qué niegan que Dios es un Dios trino, pero por la contra su dios menor es TRINO... y ahora, visto lo visto, en los cielos está teniendo lugar, pues allí mismo y para ustedes es: un hombre resucitado, un ángel, y un espíritu....

3) Como es que Dios crea un super-ángel, lo levanta por sobre TODA la creación, POR SOBRE TODAS las criaturas, y siendo que Dios no confía en sus siervos, y en sus ángeles notó necedad.

De momento, vamos servidos.

Apolos; vamos a ver:

Usted declara que cuando el ángel se hizo hombre, dejó de ser ángel. Pero curiosamente pretende hacernos ver que en Apocalipsis es dos seres en uno. Es decir: igual nos aparece como un ángel, (Miguel), o como otro ángel (Ap. 10.1), o como el Cordero, es decir, Jesús hombre resucitado y ascendido en los cielos.

Según usted este super-ángel, ya no en la tierra, sino en los cielos, tiene distintas personalidades, con distintos nombres, con distintas manifestaciones: puede ser un ángel, o un hombre, o un espíritu...

A la vez, Juan, parece que no sabe de que habla, pues una veces se refiere a él como Miguel, otras como Jesucristo, y otras con un simple “otro”... y todo ello en el mismo Libro de Apocalipsis.

Por lo tanto, Apolos, si cuando el ángel se hizo hombre dejó de ser ángel y según usted, ahora se ve en la obligación de demostrar cuando el hombre deja de serlo y vuelve a ser ángel. No es por nada, simplemente es que quien ha de volver es el mismo que ascendió a los cielos, es decir: JESUCRISTO RESUCITADO EN CUERPO Y ALMA... y siendo que nada nos dice de un ángel, pero sinedo que usted, en los cielos, bien declara que tanto es un ángel, como un hombre, como un “otro”... ¿quién ha de volver?... ¿cómo ha de volver?... ¿en que forma, estado, y manifestación: en la de ángel, en la de hombre, o en la de cualquier “otro” de los siervos de Dio?...

Recuerde Apolos: según usted cuando el ángel se hizo hombre dejó de ser ángel ¿cuándo ha dejado de ser hombre y ha vuelto a ser ángel?... ¿o es que al igual que Dios a un siendo uno se manifiesta en distintas personas?....

Ale, todo ello es el trabajo para hoy. Al final y como cada día, terminará metiendo cortina de humo, no responderá a nada, terminará con insinuados insultos, y al final...
 
APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA DE LOS PRIMEROS SIGLOS LE DA EN TODA LA CARA

APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA DE LOS PRIMEROS SIGLOS LE DA EN TODA LA CARA

Bien, ya ha llegado el momento debido. Ahora, y poniendo a Dios como testigo, tomando el Nombre de Jesús y en su Nombre mismo... Empezamos.

Vamos a ir viendo, paso a paso, y en base a un Padre de la Iglesia de los primeros siglos aquello que Apolos tan a la ligera niega.

Pronunciada en Jerusalén, sobre lo de «resucitó al tercer día y ascendió a los cielos, y está sentado a la derecha del Padre». El texto de partida es I Cor 15,1-4: «Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqué... y que resucitó al tercer día según las Escrituras...»(1).

1. «Alégrate, Jerusalén y regocijaos con ella todos los que la amáis» (Is 66, 10a) pues Jesús ha resucitado. «Llenaos de alegría por ella todos los que por ella hacíais duelo»(2), al conocer los crímenes y delitos de los judíos. Pues el que fue deshonrado por ellos en estos parajes ha sido devuelto de nuevo a la vida. Y así como la conmemoración de la cruz aportó algo de tristeza, así la fausta noticia de la resurrección debe alegrar a los aquí presentes. «Has trocado mi lamento en una danza, me has quitado el sayal y me has ceñido de alegría» (Sal 30, 12); «mi boca está repleta de tu alabanza y de tu gloria todo el día» (71, 8), por causa del que, después de su resurrección, dijo; «Alegraos» (Mt 28, 9). Sé que en los días pasados los que aman a Cristo estaban tristes cuando, al terminar nuestro discurso sobre la muerte y la sepultura, y sin hacer un anuncio de la resurrección, el ánimo estaba expectante para oír lo que deseaba. Pero aquél, después de muerto, resucitó «libre entre los muertos» y como libertador de los muertos. El que ignominiosamente fue coronado en su paciencia con corona de espinas, al resucitar se ciñó con la diadema de la victoria sobre la muerte.

El modo como se procederá

2. Y al modo como hemos expuesto los testimonios relativos a su cruz, ahora mostraremos con claridad la resurrección. Partimos de lo que el apóstol dice: «...que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras» (1 Cor 15, 4). Así pues, puesto que el Apóstol nos remite a los testimonios de las Escrituras, lo mejor será examinar en qué se apoya la esperanza de nuestra salvación y comprobar, en primer lugar, si las Escrituras nos hablan con precisión del tiempo de su resurrección: si ha tenido lugar en verano o en otoño o después del invierno, o en qué lugar resucitó el Salvador, y cuál es el nombre que en los profetas, hombres admirables, se atribuye al lugar de la resurrección. O si las mujeres, que lo buscaban sin encontrarlo, de nuevo se alegraron al encontrarlo de nuevo. De este modo, al leer los evangelios, sus narraciones no se considerarán como fábulas ni como poemas épicos(3).

La previsión bíblica de la sepultura y resurrección de Jesús

3. Que Jesús fue, pues, sepultado lo oísteis abiertamente en la catequesis anterior(4). Dice Isaías; «Cuando ante la desgracia es arrebatado el justo, se va en paz» (Is 57, 1-2)(5). Pues su sepultura pacificó el cielo y la tierra(6), acercando a los pecadores a Dios. Además: «Del rostro de la iniquidad es arrebatado el justo» (Is 57, 1 LXX) y «se puso su sepultura entre los malvados» (Is 53, 9). También está la profecía de Jacob,que dice en la Escritura: «Se recuesta, se echa cual león, o cual leona, ¿quién le hará alzarse? (Gén. 49, 9b). Y es semejante este testimonio del libro de los Números: «Se agacha, se acuesta, como león, como leona, ¿quién le hará levantar?» (Núm 24, 9)(7). Y a menudo oísteis el salmo, que dice: «Tú me sumes en el polvo de la muerte» (22, 16). Y también hemos mencionado «Reparad en la peña de donde fuisteis tallados» (Is 51, 1) refiriéndonos al lugar(8). Después relacionamos los testimonios de la misma resurrección.

La resurrección en Sal 16 (Hech. 2,25 as) y Sal 30

4. En primer lugar, pues, en el Salmo 12 dice: «por la opresión de los humildes, por el gemido de los pobres, ahora me alzo yo, dice Yahvé» (12, 6). Pero este testimonio es para algunos todavía dudoso, pues a menudo se levanta airado para tomar venganza de los enemigos (cf. 7, 7). Acércate entonces al Salmo 16, que claramente dice: «Guárdame, oh Dios, en ti está mi refugio» (16, 1). Y, más abajo: «yo jamás derramaré sus libámenes de sangre, jamás tomaré sus nombres en mis labios» (16, 4), puesto que, renegando de mí, hicieron del César su rey(9). Y, más abajo: «Pongo a Yahvé ante mí sin cesar; porque él está a mi diestra, no vacilo» (16, 8). Y, a continuación: «Por eso se me alegra el corazón, mis entrañas retozan». Y después: «Pues no has de abandonar mi alma al sheol, ni dejarás a tu amigo ver la fosa» (16, 9a. 10)(10). No ha dicho «ni dejarás a tu amigo ver la muerte», pues en ese caso no habría muerto, sino «la corrupción»(11), puesto que no permaneceré en la muerte. «Me enseñarás el camino de la vida» (16, 11): claramente se anuncia la vida después de la muerte. Ven ahora al Salmo 30: «Yo te ensalzo, Yahvé, porque me has levantado; no dejaste reírse de mí a mis enemigos» (Sal 30, 1). ¿Qué ha sucedido? ¿Has sido liberado de los enemigos o has sido soltado para que te golpeasen? Lo dice con toda claridad: «Tú has sacado, Yahvé, mi alma del sheol» (Sal 30, 4). Decía proféticamente: «No dejarás...» (cf. 16, 9-10). Pero aquí, hablando del futuro como cosa ya realizada, dice: «...has sacado mi alma... me has recobrado de entre los que bajan a la fosa» (30, 4). ¿En qué tiempo sucederá esto?: «Por la tarde, visita de lágrimas y, por la mañana, gritos de alborozo» (30, 6). Por la tarde estaban de luto los discípulos, y por la mañana se alegraron de la resurrección.[...]


Ver complento aquí
 
Re: APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA DE LOS PRIMEROS SIGLOS LE DA EN TODA LA

Re: APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA DE LOS PRIMEROS SIGLOS LE DA EN TODA LA

Pronunciada en Jerusalén, sobre lo de «resucitó al tercer día y ascendió a los cielos, y está sentado a la derecha del Padre». El texto de partida es I Cor 15,1-4: «Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqué... y que resucitó al tercer día según las Escrituras...»(1).

Vamos por partes. Primero leamos el versículo. Y es muy importante que tengan en cuenta que este Padre es anterior al canon bíblico, dominaba a la perfección tanto el Arameo, como el Griego, como el Hebreo, y a su vez, tuvo acceso a los primeros originales. Todo ello lo indico, pues bien es sabido como manipulan los textos estos pretendidos falsos maestros aparecidos alla por el 1800 y pico.

1Cor. 15:1 Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; 2 por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.

1Cor. 15:3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;


Según las Escrituras, en es decir, en tiempos del A.T. ya se anunción que nuestro Señor Jesucristo resucitaría de entre los muertos. Ante ello, y como bien han declarado los TJ, lo nigan y cambian los hechos... ya que no entienden que el mismo Jesús es quien dijo: HAY QUE MORIR Y NACER DE NEUVO...

¿qué opinan mis hermanos?... ahora es cuando vamos a defender neustra fe, y dejar ya de lado a estos falsos maestros. LO mejor omitirlo, y empezar a PREDICAR EL EVANGELIO.

En Cristo Jesús, les bendigo, queridos hermanos.
 
Job fue hombre "justo". Los 3 consoladores fueron los errados.

Job fue hombre "justo". Los 3 consoladores fueron los errados.

Dios permitió que Job fuese azotado por Satán porque Job tenía una falla:

Job tenía la mala costumbre de burlarse de la gente y no dejar a nadie hablar, el siempre se imponía, aparte había errado el camino al hacerse acompañar por gente mala:


Job 4:1-7
Elifaz de Temán respondió así:
¿Aguantarás si alguien te dirige la palabra? ¡Pero es que no se puede guardar silencio!
Tú que a tantos dabas lecciones, que fortalecías las manos débiles;
tus consejos animaban al vacilante, robustecías las rodillas inseguras.
¿Y ahora que te toca no aguantas, te llega el turno y te espantas?
¿No era tu piedad tu confianza, no era tu integridad tu esperanza?
Recuerda: ¿qué inocente ha perecido? ¿Dónde has visto al justo exterminado?


Job 34:1-12
Elihú retomó su discurso:
Escuchad, sabios, mis palabras, prestadme atención los doctos,
que el oído distingue las palabras lo mismo que la boca los sabores.
Distingamos, pues, lo que es justo, sepamos entre todos lo que es bueno.
Job ha dicho: "Soy inocente, pero Dios me niega el derecho;
me asiste el derecho y creen que miento, me hieren de muerte sin haber pecado".
¿Hay algún hombre como Job, que bebe el sarcasmo como agua,
que se hace acompañar de malhechores y anda con gente malvada?
¿No dice: "Al hombre no aprovecha estar a buenas con Dios"?
Escuchadme, pues, sensatos: ¡Lejos de Dios la maldad, la injusticia de Shaddai!
Dios paga al hombre según sus obras, trata a cada cual según su conducta.
Está claro que Dios no obra mal, que Shaddai no tuerce el derecho.


Job es el prototipo del hombre QUE SE CREE BUENO, QUE CREE QUE SUS OBRAS ANTERIORES JUSTIFICAN CUALQUIER "DEFECTITO" QUE TENGA. Pero por el contrario a quien más ha sido dado más se le exige.

Elifaz de Temán dice cosas parecidas a Elihú ¿pero porque la WT lo dice resulta ahora que el otro es un espiritista?

JOB NO ERA TAN SANTO COMO LO PINTAN.
Sigamos leyendo a Elihú:

Job 34:36-37
Más aún, Job debe ser examinado a fondo
por sus respuestas, propias de malvados.
Job ahora peca con plena advertencia,
ya que niega su falta entre nosotros
y no cesa de hablar contra Dios.


El pecado de los tres compañeros de Job no fué haber hablado de parte del diablo ¡que estupidez dedicarle varias páginas de la Biblia a satanás! su falta fué NO HABER DEFENDIDO A DIOS SINO QUE SE DEJARON VENCER POR LAS RAZONES DE JOB. LO QUE DIJERON ESTUVO BIEN, PERO NINGUNO LO HIZO CALLAR.

Es por ello que Elihú insiste una y otra vez en criticar a Job hasta que Dios interviene.

DLB.

¡Qué barbaridad! ¡Un "cristiano" apoyando a los tres consoladores falsos censurados por Dios, en vez de ver que Job estaba sufriendo una prueba por su fidelidad!

Amigo, lea la Biblia. Estoy seguro que usted no ha leído por completo el libro de Job, sino solo comentarios de aquéllos que no tienen “conocimiento exacto de la verdad” que es vital para ser salvo (1 Timoteo 2:4; 2 Tesalonicenses 2:9-12).

Job fue hombre imperfecto, como todo ser humano. Pero su fidelidad excedía por mucho la de cualquier humano en su tiempo. Fue tanta su fidelidad que el mismo Jehová lo puso como ejemplo de lealtad ante el Diablo. El Diablo, ante la verguenza de tener que reconocer que no había podido extraviar a Job, replicó a Job era fiel pero de manera interesada, pues estaba siendo bendecido. Por tanto, Dios dejó que el Diablo lo atacara por un tiempo, para demostrarle al Diablo que era un mentiroso. Durante todo ese tiempo Dios dejó que Job pensara que era Dios quien le estaba causando esas pruebas, pero fue realmente el Diablo el que las hizo. Para causarle mayor angustia a Job y hacer que este maldijera a Dios, Satanás seguramente envió a los 3 consoladores para acusar a Job de malvado y así desanimarlo.


Apoyo bíblico:
  • “Y Jehová pasó a decir a Satanás: “¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que no hay ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?”.” (Job 1:8)
  • “En todo esto Job no pecó, ni atribuyó nada impropio a Dios.” (Job 1:22)
  • “Y Jehová pasó a decir a Satanás: “¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que no hay ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Todavía está reteniendo firmemente su integridad, aunque tú me incitas contra él para que me lo trague sin causa”.” (Job 2:3)
  • "Finalmente su esposa le dijo: “¿Todavía estás reteniendo firmemente tu integridad? ¡Maldice a Dios, y muere!”. 10 Pero él le dijo: “Como habla una de las mujeres insensatas, tú también hablas. ¿Aceptaremos solamente lo que es bueno de parte del Dios [verdadero], y no aceptaremos también lo que es malo?”. En todo esto Job no pecó con sus labios.” (Job 2:9-10)
*** it-2 págs. 107-108 Job ***

Job era un hombre de gran prestigio en la puerta de la ciudad, respetado por ancianos y príncipes. (Job 29:5-11.) Juzgaba con imparcialidad, hacía justicia en defensa de las viudas y era como un padre para el huérfano, el afligido y cualquiera que no tuviera quien le ayudara. (Job 29:12-17.) Se mantuvo limpio de inmoralidad, materialismo codicioso e idolatría, y era generoso con los pobres y necesitados. (Job 31:9-28.)

La integridad de Job. Satanás desafió la integridad de Job, pero Jehová, que confiaba en su integridad y era consciente de que podía restablecerlo y recompensarlo, permitió que Satanás lo probase hasta el límite, sin dejar que lo matase. Pese a que por diversos métodos, Satanás primero le quitó el ganado y los servidores y después sus hijos (Job 1:13-19), Job nunca acusó a Dios de desatino o maldad. Tampoco se apartó de Dios, aun cuando su propia esposa y otros le presionaron para que lo hiciese. (Job 1:20-22; 2:9, 10.) Habló la verdad respecto a Dios. (Job 42:8.) Aceptó la reprensión por conceder demasiada importancia a declararse justo a sí mismo y descuidar la vindicación de Jehová (Job 32:2), y reconoció sus pecados ante Dios. (Job 42:1-6.)

Jehová amó a Job. Al final de la prueba que Job afrontó tan fielmente, Dios lo utilizó como sacerdote en beneficio de los tres compañeros que habían contendido contra él y le volvió a poner en su condición anterior. De nuevo tuvo una buena familia (al parecer por medio de la misma esposa) y llegó a tener el doble de las riquezas que había poseído antes. Todos sus familiares y anteriores amigos volvieron para honrarle y le llevaron regalos. (Job 42:7-15.) Vivió para ver a sus hijos y nietos hasta cuatro generaciones. (Job 42:16.)

En el libro de Ezequiel Dios distingue a Job como ejemplo de rectitud. (Eze 14:14, 20.) Su paciencia y aguante frente al sufrimiento son un modelo para los cristianos, y el resultado feliz que él experimentó realza el afecto y la misericordia de Jehová. (Snt 5:11.) El relato de su penosa experiencia proporciona gran consuelo y fortaleza a los cristianos, y en el libro que lleva su nombre se destacan y aclaran muchos principios bíblicos.​
 
CAMINANTE, REMMO, Y DEMÁS HERMANOS MOSTREMOS LA VERDAD DEL EVANGELIO

CAMINANTE, REMMO, Y DEMÁS HERMANOS MOSTREMOS LA VERDAD DEL EVANGELIO

Ahora, mis queridos hermanos, les pido su luz, su verdad, su vida en Cristo...

1. «Alégrate, Jerusalén y regocijaos con ella todos los que la amáis» (Is 66, 10a) pues Jesús ha resucitado. «Llenaos de alegría por ella todos los que por ella hacíais duelo»(2), al conocer los crímenes y delitos de los judíos. Pues el que fue deshonrado por ellos en estos parajes ha sido devuelto de nuevo a la vida. Y así como la conmemoración de la cruz aportó algo de tristeza, así la fausta noticia de la resurrección debe alegrar a los aquí presentes. «Has trocado mi lamento en una danza, me has quitado el sayal y me has ceñido de alegría» (Sal 30, 12); «mi boca está repleta de tu alabanza y de tu gloria todo el día» (71, 8), por causa del que, después de su resurrección, dijo; «Alegraos» (Mt 28, 9). Sé que en los días pasados los que aman a Cristo estaban tristes cuando, al terminar nuestro discurso sobre la muerte y la sepultura, y sin hacer un anuncio de la resurrección, el ánimo estaba expectante para oír lo que deseaba. Pero aquél, después de muerto, resucitó «libre entre los muertos» y como libertador de los muertos. El que ignominiosamente fue coronado en su paciencia con corona de espinas, al resucitar se ciñó con la diadema de la victoria sobre la muerte.

¿Qué opinan de ello?... ¿qué más pueden añadir, hermanos?...

En Cristo Jesús les bendigo.
 
VAYAMOS VIENDO LAS CITAS DE ESTE PRIMER TEXTO...

VAYAMOS VIENDO LAS CITAS DE ESTE PRIMER TEXTO...

Estas son las citas de referencia, del anterior texto...

Is. 66:10 Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella;

Salm. 30:12 Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.

Salm. 71:8 Sea llena mi boca de tu alabanza, De tu gloria todo el día.

Mat. 28:9 he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.
 
Re: APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA DE LOS PRIMEROS SIGLOS LE DA EN TODA LA

Re: APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA DE LOS PRIMEROS SIGLOS LE DA EN TODA LA

Vamos por partes. Primero leamos el versículo. Y es muy importante que tengan en cuenta que este Padre es anterior al canon bíblico

“todos ustedes son hermanos. 9 Además, no llamen padre [como título religioso] de ustedes a nadie sobre la tierra, porque uno solo es su Padre, el Celestial. 10 Tampoco sean llamados ‘caudillos’, porque su Caudillo es uno, el Cristo. 11 Pero el mayor entre ustedes tiene que ser su ministro. 12 El que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado.” (Mateo 23:8-12)
 
NO TIENEN NADA MÁS QUE SU ATALAYA Y DEMÁS REVISTAS DE PACOTILLA

NO TIENEN NADA MÁS QUE SU ATALAYA Y DEMÁS REVISTAS DE PACOTILLA

*** it-2 págs. 107-108 Job ***

Ya no tienen otra cosa, ahí está todo cuanto son, emisarios de aquellos que les manipulan.
 
Re: APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA DE LOS PRIMEROS SIGLOS LE DA EN TODA LA

Re: APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA DE LOS PRIMEROS SIGLOS LE DA EN TODA LA

“todos ustedes son hermanos. 9 Además, no llamen padre [como título religioso] de ustedes a nadie sobre la tierra, porque uno solo es su Padre, el Celestial. 10 Tampoco sean llamados ‘caudillos’, porque su Caudillo es uno, el Cristo. 11 Pero el mayor entre ustedes tiene que ser su ministro. 12 El que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado.” (Mateo 23:8-12)

Apolos, usted aun no ha llegado a bien entender a Pablo, que es un padre en cuanto a la fe. Usted sigue otro evangelio y por ello NO TIENE NI LA MÁS REMOTA IDEA DE QUE HABLA... predica un dios menor trino, y ello es otra historia. Pero bueno, si solo puede fijarse en estos detalles, señal de que ante la verdad que se le está mostrando anda totalmente ciego.

Usted siga con su idolatrado atalaya, y déjenos tranquilos. Le reprendo.
 
Re: APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA DE LOS PRIMEROS SIGLOS LE DA EN TODA LA

Re: APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA DE LOS PRIMEROS SIGLOS LE DA EN TODA LA

El modo como se procederá

2. Y al modo como hemos expuesto los testimonios relativos a su cruz, ahora mostraremos con claridad la resurrección. Partimos de lo que el apóstol dice: «...que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras» (1 Cor 15, 4). Así pues, puesto que el Apóstol nos remite a los testimonios de las Escrituras, lo mejor será examinar en qué se apoya la esperanza de nuestra salvación y comprobar, en primer lugar, si las Escrituras nos hablan con precisión del tiempo de su resurrección: si ha tenido lugar en verano o en otoño o después del invierno, o en qué lugar resucitó el Salvador, y cuál es el nombre que en los profetas, hombres admirables, se atribuye al lugar de la resurrección. O si las mujeres, que lo buscaban sin encontrarlo, de nuevo se alegraron al encontrarlo de nuevo. De este modo, al leer los evangelios, sus narraciones no se considerarán como fábulas ni como poemas épicos(3).

Vamos a ir meditando, y viendo, porque en breve empezaremos a escudriñarlo a tal cual es debido.
 
APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA LE DA EN TODA LA CARA

APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA LE DA EN TODA LA CARA

Ánimo, que en breve empezará a tomar forma... sigamos meditando, escudriñando, y pidiendo a Dios Padre debida luz y entendimiento.

La previsión bíblica de la sepultura y resurrección de Jesús

3. Que Jesús fue, pues, sepultado lo oísteis abiertamente en la catequesis anterior(4). Dice Isaías; «Cuando ante la desgracia es arrebatado el justo, se va en paz» (Is 57, 1-2)(5). Pues su sepultura pacificó el cielo y la tierra(6), acercando a los pecadores a Dios. Además: «Del rostro de la iniquidad es arrebatado el justo» (Is 57, 1 LXX) y «se puso su sepultura entre los malvados» (Is 53, 9). También está la profecía de Jacob,que dice en la Escritura: «Se recuesta, se echa cual león, o cual leona, ¿quién le hará alzarse? (Gén. 49, 9b). Y es semejante este testimonio del libro de los Números: «Se agacha, se acuesta, como león, como leona, ¿quién le hará levantar?» (Núm 24, 9)(7). Y a menudo oísteis el salmo, que dice: «Tú me sumes en el polvo de la muerte» (22, 16). Y también hemos mencionado «Reparad en la peña de donde fuisteis tallados» (Is 51, 1) refiriéndonos al lugar(8). Después relacionamos los testimonios de la misma resurrección.
 
APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA LE DA EN TODA LA CARA

APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA LE DA EN TODA LA CARA

Ahora, poco a poco, va tomando forma. Acuadan a la Biblia y mediten, que en breve tomamos las cosas ya en serio y para la GLORIA DE DIOS Y EL CORDERO...

Raul68;487674[COLOR="Navy" dijo:
]
La resurrección en Sal 16 (Hech. 2,25 as) y Sal 30

4. En primer lugar, pues, en el Salmo 12 dice: «por la opresión de los humildes, por el gemido de los pobres, ahora me alzo yo, dice Yahvé» (12, 6). Pero este testimonio es para algunos todavía dudoso, pues a menudo se levanta airado para tomar venganza de los enemigos (cf. 7, 7). Acércate entonces al Salmo 16, que claramente dice: «Guárdame, oh Dios, en ti está mi refugio» (16, 1). Y, más abajo: «yo jamás derramaré sus libámenes de sangre, jamás tomaré sus nombres en mis labios» (16, 4), puesto que, renegando de mí, hicieron del César su rey(9). Y, más abajo: «Pongo a Yahvé ante mí sin cesar; porque él está a mi diestra, no vacilo» (16, 8). Y, a continuación: «Por eso se me alegra el corazón, mis entrañas retozan». Y después: «Pues no has de abandonar mi alma al sheol, ni dejarás a tu amigo ver la fosa» (16, 9a. 10)(10). No ha dicho «ni dejarás a tu amigo ver la muerte», pues en ese caso no habría muerto, sino «la corrupción»(11), puesto que no permaneceré en la muerte. «Me enseñarás el camino de la vida» (16, 11): claramente se anuncia la vida después de la muerte. Ven ahora al Salmo 30: «Yo te ensalzo, Yahvé, porque me has levantado; no dejaste reírse de mí a mis enemigos» (Sal 30, 1). ¿Qué ha sucedido? ¿Has sido liberado de los enemigos o has sido soltado para que te golpeasen? Lo dice con toda claridad: «Tú has sacado, Yahvé, mi alma del sheol» (Sal 30, 4). Decía proféticamente: «No dejarás...» (cf. 16, 9-10). Pero aquí, hablando del futuro como cosa ya realizada, dice: «...has sacado mi alma... me has recobrado de entre los que bajan a la fosa» (30, 4). ¿En qué tiempo sucederá esto?: «Por la tarde, visita de lágrimas y, por la mañana, gritos de alborozo» (30, 6). Por la tarde estaban de luto los discípulos, y por la mañana se alegraron de la resurrección.[...][/COLOR]
 
APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA LE DA EN TODA LA CARA

APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA LE DA EN TODA LA CARA

Ahora volvamos a ver todo el conjunto. Y en breve seguiré subiendo. Después lo comentaremos punto por punto a tal cual es debido. ¡GLORIA A DIOS Y AL CORDERO POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS, AMÉN!

Bien, ya ha llegado el momento debido. Ahora, y poniendo a Dios como testigo, tomando el Nombre de Jesús y en su Nombre mismo... Empezamos.

Vamos a ir viendo, paso a paso, y en base a un Padre de la Iglesia de los primeros siglos aquello que Apolos tan a la ligera niega.

Pronunciada en Jerusalén, sobre lo de «resucitó al tercer día y ascendió a los cielos, y está sentado a la derecha del Padre». El texto de partida es I Cor 15,1-4: «Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqué... y que resucitó al tercer día según las Escrituras...»(1).

1. «Alégrate, Jerusalén y regocijaos con ella todos los que la amáis» (Is 66, 10a) pues Jesús ha resucitado. «Llenaos de alegría por ella todos los que por ella hacíais duelo»(2), al conocer los crímenes y delitos de los judíos. Pues el que fue deshonrado por ellos en estos parajes ha sido devuelto de nuevo a la vida. Y así como la conmemoración de la cruz aportó algo de tristeza, así la fausta noticia de la resurrección debe alegrar a los aquí presentes. «Has trocado mi lamento en una danza, me has quitado el sayal y me has ceñido de alegría» (Sal 30, 12); «mi boca está repleta de tu alabanza y de tu gloria todo el día» (71, 8), por causa del que, después de su resurrección, dijo; «Alegraos» (Mt 28, 9). Sé que en los días pasados los que aman a Cristo estaban tristes cuando, al terminar nuestro discurso sobre la muerte y la sepultura, y sin hacer un anuncio de la resurrección, el ánimo estaba expectante para oír lo que deseaba. Pero aquél, después de muerto, resucitó «libre entre los muertos» y como libertador de los muertos. El que ignominiosamente fue coronado en su paciencia con corona de espinas, al resucitar se ciñó con la diadema de la victoria sobre la muerte.

El modo como se procederá

2. Y al modo como hemos expuesto los testimonios relativos a su cruz, ahora mostraremos con claridad la resurrección. Partimos de lo que el apóstol dice: «...que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras» (1 Cor 15, 4). Así pues, puesto que el Apóstol nos remite a los testimonios de las Escrituras, lo mejor será examinar en qué se apoya la esperanza de nuestra salvación y comprobar, en primer lugar, si las Escrituras nos hablan con precisión del tiempo de su resurrección: si ha tenido lugar en verano o en otoño o después del invierno, o en qué lugar resucitó el Salvador, y cuál es el nombre que en los profetas, hombres admirables, se atribuye al lugar de la resurrección. O si las mujeres, que lo buscaban sin encontrarlo, de nuevo se alegraron al encontrarlo de nuevo. De este modo, al leer los evangelios, sus narraciones no se considerarán como fábulas ni como poemas épicos(3).

La previsión bíblica de la sepultura y resurrección de Jesús

3. Que Jesús fue, pues, sepultado lo oísteis abiertamente en la catequesis anterior(4). Dice Isaías; «Cuando ante la desgracia es arrebatado el justo, se va en paz» (Is 57, 1-2)(5). Pues su sepultura pacificó el cielo y la tierra(6), acercando a los pecadores a Dios. Además: «Del rostro de la iniquidad es arrebatado el justo» (Is 57, 1 LXX) y «se puso su sepultura entre los malvados» (Is 53, 9). También está la profecía de Jacob,que dice en la Escritura: «Se recuesta, se echa cual león, o cual leona, ¿quién le hará alzarse? (Gén. 49, 9b). Y es semejante este testimonio del libro de los Números: «Se agacha, se acuesta, como león, como leona, ¿quién le hará levantar?» (Núm 24, 9)(7). Y a menudo oísteis el salmo, que dice: «Tú me sumes en el polvo de la muerte» (22, 16). Y también hemos mencionado «Reparad en la peña de donde fuisteis tallados» (Is 51, 1) refiriéndonos al lugar(8). Después relacionamos los testimonios de la misma resurrección.

La resurrección en Sal 16 (Hech. 2,25 as) y Sal 30

4. En primer lugar, pues, en el Salmo 12 dice: «por la opresión de los humildes, por el gemido de los pobres, ahora me alzo yo, dice Yahvé» (12, 6). Pero este testimonio es para algunos todavía dudoso, pues a menudo se levanta airado para tomar venganza de los enemigos (cf. 7, 7). Acércate entonces al Salmo 16, que claramente dice: «Guárdame, oh Dios, en ti está mi refugio» (16, 1). Y, más abajo: «yo jamás derramaré sus libámenes de sangre, jamás tomaré sus nombres en mis labios» (16, 4), puesto que, renegando de mí, hicieron del César su rey(9). Y, más abajo: «Pongo a Yahvé ante mí sin cesar; porque él está a mi diestra, no vacilo» (16, 8). Y, a continuación: «Por eso se me alegra el corazón, mis entrañas retozan». Y después: «Pues no has de abandonar mi alma al sheol, ni dejarás a tu amigo ver la fosa» (16, 9a. 10)(10). No ha dicho «ni dejarás a tu amigo ver la muerte», pues en ese caso no habría muerto, sino «la corrupción»(11), puesto que no permaneceré en la muerte. «Me enseñarás el camino de la vida» (16, 11): claramente se anuncia la vida después de la muerte. Ven ahora al Salmo 30: «Yo te ensalzo, Yahvé, porque me has levantado; no dejaste reírse de mí a mis enemigos» (Sal 30, 1). ¿Qué ha sucedido? ¿Has sido liberado de los enemigos o has sido soltado para que te golpeasen? Lo dice con toda claridad: «Tú has sacado, Yahvé, mi alma del sheol» (Sal 30, 4). Decía proféticamente: «No dejarás...» (cf. 16, 9-10). Pero aquí, hablando del futuro como cosa ya realizada, dice: «...has sacado mi alma... me has recobrado de entre los que bajan a la fosa» (30, 4). ¿En qué tiempo sucederá esto?: «Por la tarde, visita de lágrimas y, por la mañana, gritos de alborozo» (30, 6). Por la tarde estaban de luto los discípulos, y por la mañana se alegraron de la resurrección.[...]


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Re: APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA DE LOS PRIMEROS SIGLOS LE DA EN TODA LA

Re: APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, LA IGLESIA DE LOS PRIMEROS SIGLOS LE DA EN TODA LA

Apolos, usted aun no ha llegado a bien entender a Pablo, que es un padre en cuanto a la fe. Usted sigue otro evangelio y por ello NO TIENE NI LA MÁS REMOTA IDEA DE QUE HABLA...

Jesús estaba hablando de usar la papabra "Padre" como título religioso. En la Bibia nunca se usa de esa forma. Nunca se habla del "Padre" Pedro, Pablo, Juan, etc. ni de "San" fulano o zutano...
 
ADVERTENCIA A RAÚL68

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Te advierto: Tu estrategia de copiar kilométricos mensajes que no vienen al caso para tratar de compensar tu falta de pruebas y argumentación pronto será detenida...
 
APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, PREDICA UN dios menor TRINO...

APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, PREDICA UN dios menor TRINO...

Vamos a seguir viendo lo que san Cirilo, padre de la Iglesia de los primeros siglos, bien enseñó en sus XXIV Catequesis...

El lugar de la resurrección

5. ¿Quieres conocer también el lugar? Es en el Cantar de los Cantares donde dice: «Al nogueral había yo bajado» (Cant 6, 11). «En el lugar donde había sido crucificado había un huerto» (Jn 19, 41). Y aunque ahora, gracias a la generosidad del emperador, se encuentra magníficamente embellecido(12), antes era sólo un huerto del que quedan sus vestigios y restos. «Huerto, cerrado, fuente sellada» (Cant 4, 12), precisamente por los judíos, que dijeron: «Recordamos que ese impostor dijo cuando aún vivía: "A los tres días resucitaré". Manda, pues, que quede asegurado el sepulcro...» (Mt 27, 63-64). Y poco después: «Ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia» (27, 66). A ellos se les dice hermosamente: «Lo(s) juzgarás en el descanso» Job 7,18 LXX). Pero ¿quién es la «fuente sellada» (Cant 4, 12) o la «fuente de los huertos, pozo de aguas vivas» (4, 15)? Es el Salvador, del cual está escrito: «En ti está la fuente de la vida» (Sal 36, 9).

La resurrección de Cristo como «testimonio»

6. ¿Y qué es lo que sofonías dice a los discípulos acerca de la persona de Cristo? «Dispónte, levántate de mañana, pues su racimo se ha podrido» (Sof 3, 7 LXX). Se trata del de los judíos, en los que no queda uva ni racimo de salvación, pues se ha arrancado su viña. Mira cómo habla a los discípulos: «Prepárate, levántate temprano. Espera de mañana la resurrección». Y después, según lo que sigue y el tenor mismo de la Escritura, dice: «Por eso, esperadme —dice el Señor— hasta el día de mi resurrección como testimonio» (Sof 3, 8 LXX). Ves también que el profeta previó el lugar del testimonio, que había de llamarse «martyrion»(13). Pues ¿por qué razón este lugar del Gólgota y de la resurrección no se llama «iglesia» como los demás, sino «Martyrion»? Es tal vez a causa de lo que dijo el profeta: «el día de mi resurrección como testimonio».

También los hijos de Dios dispersos aceptarán la resurrección y sus señales

7. ¿Quién es el que resucita y cuáles son sus signos? Lo dice con evidencia continuando el mismo texto profético? «Convertiré entonces la lengua de los pueblos» (Sof 3, 9) como quiera que después de la resurrección tras el envío del Espíritu Santo, se dio el don de lenguas (Hech 2, 4), «para que invoquen todos el nombre de Yahvé y le sirvan bajo un mismo yugo» (Sof 3, 9). ¿Y qué otro símbolo se añade, en el mismo profeta, de que servirán al Señor «bajo un mismo yugo?» «Desde allende los ríos de Etiopía, mis suplicantes, mi Dispersión, me traerán mi ofrenda» (3, 10). Ves que eso está escrito en los Hechos cuando el eunuco etíope llega desde los confines de los ríos de Etiopía (Hech 8, 27). Las Escrituras señalan, por tanto, el momento y las circunstancias de tiempo y lugar, además de los signos que siguieron a la resurrección. Ten, pues, una fe firme en la resurrección y que nadie te aparte de confesar a Cristo resucitado de entre los muertos.

Valor profético de Sal 88

8. Recibe también otro testimonio del salmo 88, cuando es Cristo el que proféticamente dicen: «Yahvé Dios de mi salvación, ante ti estoy clamando día y noche» (Sal 88, 2) y, poco después: «Soy como un hombre acabado: relegado entre los muertos» (88, 5). No dice «soy un hombre acabado», sino «como un hombre acabado»: no ha sido crucificado porque le falten fuerzas, sino voluntariarnente. Ni tampoco le llegó la muerte por una debilidad involuntaria. «Me has echado en lo profundo de la fosa» (v. 7). Y, ¿cuál fue la señal de esto?: «Has alejado de mí a mis conocidos»(14). De hecho, huyeron sus discípulos (Mt 26, 56). «¿Acaso para los muertos haces maravillas?» (Sal 88, 11). Y, poco después: «Mas yo grito hacia ti, Yahvé, de madrugada va a tu encuentro mi oración» (v. 14). ¿Es que no ves cómo también se aclaran las circunstancias de tiempo tanto de la pasión como de la resurrección?

El lugar te la resurrección, en la parte exterior de la ciudad

9. ¿Pero desde qué lugar resucitó El Salvador? Dice en el Cantar de los Cantares: «Levántate, amada mía, hermosa mía y vente» (Cant 2, 10). Y en lo que sigue: «En la grieta de la roca» (2, 14). Habla de la grieta de la roca, la entrada que entonces había antes de la puerta del sepulcro del Salvador(15) y que estaba excavada en la misma roca, como suele hacerse en las entradas de los sepulcros. Ya no se puede ver actualmente porque, al colocar toda la ornamentación actual, se suprimió aquel abrigo. Anteriormente a la actual estructura del monumento, de magnificiencia regia, había una cavidad antes de la roca. Pero ¿dónde está la roca en la que se encontraba esa cavidad? ¿Está tal vez en medio de la ciudad o próxima a las murallas y a los extremos? ¿O en las antiguas murallas o en los antemurales? Pues dice en el Cantar de los Cantares: «En la cavidad de la roca junto al muro exterior» (Cant 2, 14 LXX).

Tuvo lugar en el tiempo de la Pascua

10. ¿En qué época resucitó el Salvador? ¿En la estación de verano o en otra? También en el Cantar de los cantares, muy próximo a lo que se acaba de citar, dice: «Porque, mira, ha pasado ya el invierno, han cesado las lluvias y se han ido. Aparecen las flores en la tierra, el tiempo de la poda ha llegado» (Cant 2, 11-12a LXX). ¿Es que la tierra está ahora llena de flores y se podan las viñas? Te das cuenta de cómo dijo que el invierno había pasado. Pues cuando llega el mes Xántico(16), inmediatamente viene la primavera. Pero en esta época cae el primer mes del calendario hebreo y en él se celebra la fiesta de la Pascua, que antes era en imagen y en figura, y ahora es la verdadera. Esta es la época de la creación, pues es entonces cuando dijo Dios: «produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas y árboles frutales que den fruto, de su especie, con su semilla dentro, sobre la tierra» (Gén I, I I ). Y ahora, como ves, germina ya toda clase de hierba. Y del mismo modo que cuando entonces hizo Dios el sol y la luna, distribuyó entre ambos el curso de los días y las noches, así pocos días antes era el tiempo del equinoccio. Y entonces dijo Dios: «hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra» (Gén 1, 26). Y realmente lo que recibió fue a imagen y semejanza de Dios, pero lo oscureció y entenebreció por la desobediencia. Pero en el mismo momento en que sufrió esta pérdida, tuvo también lugar la reparación. Después de ser creado el hombre, fue expulsado del paraíso por su desobediencia, pero en el mismo momento el que creyó fue introducido en él por la obediencia(17). La salvación fue a la vez que la caída. Cuando «aparecen las flores... y el tiempo de la poda ha llegado» (cf. Cant 2, 12 LXX).
 
APOLOS NIEGA LA RESURRECCIÓN, PREDICA UN dios menor TRINO...

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Ahora, a tal cual es debido, meditemos cada punto en particular, sin prisas, acudiendo a la Biblia, y pidiendo a Dios Padre y en el Nombre de Jesucristo el Señor que nos de debida luz y entendimiento.

El lugar de la resurrección

5. ¿Quieres conocer también el lugar? Es en el Cantar de los Cantares donde dice: «Al nogueral había yo bajado» (Cant 6, 11). «En el lugar donde había sido crucificado había un huerto» (Jn 19, 41). Y aunque ahora, gracias a la generosidad del emperador, se encuentra magníficamente embellecido(12), antes era sólo un huerto del que quedan sus vestigios y restos. «Huerto, cerrado, fuente sellada» (Cant 4, 12), precisamente por los judíos, que dijeron: «Recordamos que ese impostor dijo cuando aún vivía: "A los tres días resucitaré". Manda, pues, que quede asegurado el sepulcro...» (Mt 27, 63-64). Y poco después: «Ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia» (27, 66). A ellos se les dice hermosamente: «Lo(s) juzgarás en el descanso» Job 7,18 LXX). Pero ¿quién es la «fuente sellada» (Cant 4, 12) o la «fuente de los huertos, pozo de aguas vivas» (4, 15)? Es el Salvador, del cual está escrito: «En ti está la fuente de la vida» (Sal 36, 9).
 
¿restauración del cristianismo original?

¿restauración del cristianismo original?

Y sigamos leyendo el cristianismo orginal, que bien nos habla de la Resurrección que niegan los TJ.

Sepultado después de muerto, se aparece Jesús a los discípulos

11. El lugar de la sepultura era un huerto, y había plantada una vid. El había dicho: «Yo soy la vid» (Jn 15, 1). Está colocada en la tierra para que quedase erradicada la maldición que se introdujo por causa de Adán. La tierra estaba condenada a producir espinas y abrojos. Pero de la tierra se alzó la vid verdadera para que se cumpliese lo dicho: «La verdad brotará de la tierra, y de los cielos se asomará la justicia (Sal 85, 12). ¿Y que habrá de decir el que está sepultado en el huerto?: «He tomado mi mirra con mi bálsamo» (Cant 5, 1). Y también: «Mirra y áloe, con los mejores bálsamos» (4, 14). Pero estos son los símbolos de la sepultura, y en los Evangelios se dice: «Fueron (las mujeres) al sepulcro llevando los aromas que habían preparado» (Lc 24, 1). «Fue también Nicodemo... con una mezcla de mirra y áloe» (n 19, 39). Y también se dicen a continuación: «He comido mi pan con mi miel» (Cant 5, 1 LXX). Lo amargo, antes de la pasión, y lo dulce después de la resurrección. Después, vuelto a la vida, entró por unas puertas que estaban cerradas (Juan 20, 19). Pero se resistían a creer, pues creían ver un espíritu (Lc 24, 37). Pero él les dijo: «Palpadme y ved» (Lc 24, 39; cf. 37-41). «Meted los dedos en el agujero de los clavos» como exigía Tomás (Jn 20,24-29). Y «como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: "¿Tenéis aquí algo de comer?" Ellos le ofrecieron parte de un pez asado» (Lc 24, 41-42). Ahí se ve cómo se ha cumplido lo que se ha dicho: «He comido mi pan con mi miel».

Las mujeres, rápidas al sepulcro

12. Pero antes de entrar por las puertas cerradas, lo estaban buscando a él, esposo y médico de las almas, aquellas mujeres buenísimas y dotadas de una fortaleza viril. Llegaron aquellas bienaventuradas al sepulcro y buscaban al que ya había resucitado (cf. Mt 28, 1-6). Las lágrimas les brotaban de los ojos cuando en realidad era ya momento de alegrarse y de cantar a coro por el resucitado. Vino María buscándolo, como está en el Evangelio (Jn 20, 1 ss) y no lo encontró; lo oyó después de boca de los ángeles y finalmente vio a Cristo (20, 11-18) . ¿Acaso no constaban ya estas cosas por escrito? Pues se dice en el Cantar de los Cantares: «En mi lecho he buscado al amor de mi alma». Pero ¿en qué momento?: «En mi lecho, por las noches, he buscado al amor de mi alma»(18). María, dice, llegó «cuando todavía estaba oscuro» (Jn. 20, 1). «En mi lecho, por las noches, he buscado al amor de mi alma. Lo busqué y no lo hallé» (Cant 3, 1). Y en los evangelios es también María la que dice: «Se han llevado a mi Señor, y no se dónde lo han puesto» (Jn 20, 13). Pero los ángeles presentes deshicieron esta ignorancia diciendo: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?» (Lc 24, 5). No resucitó solo, sino llevando consigo a otros muertos. Pero ella no lo sabía. En referencia a ella cuando se dirige a los ángeles, dice el Cantar de los Cantares: «"Habéis visto al amor de mi alma?». Apenas habíamos pasado —es decir, a los dos ángeles—, cuando encontré al amor de mi alma. Lo aprehendí y no lo soltaré» (3, 3-4).

Aparición a las mujeres

13. Después de la visión de los ángeles fue Jesús el que se anunció a sí mismo. Dice el Evangelio: «En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: '¡Dios os guarde!'. Y ellas, acercándose, se asieron a sus pies» (Mt 28, 9). Lo asieron para que se cumpliese aquello: «Lo aprehendí y no lo soltaré» (Cant 3, 4). La mujer era de cuerpo débil, pero de ánimo viril. Las aguas no apagaron el amor ni lo anegaron los ríos (cf. Cant 8, 7). Al que se buscaba estaba muerto, pero no se había apagado la esperanza de la resurrección. Y el ángel les dijo de nuevo: «Vosotras no temáis» (Mt 28, 5). No digo que no temáis a los soldados, sino que no estéis temerosas. Sientan ellos temor, para que, instruidos por la experiencia, den testimonio y digan: «Verdaderamente éste era Hijo de Dios» (Mt 27, 54). Pero vosotros no debéis temer, pues «el amor perfecto expulsa el temor» (I Jn 4, 18) . «Y ahora id enseguida a decir a sus discípulos», etc. (Mt 28, 7). «Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo» (28, 8). ¿También esto está escrito? Dice, en efecto, el salmo segundo, enunciando la pasión de Cristo: «Servid a Yahvé con temor y regocijaos en estremecimiento ante él» (Sal 2, 11 LXX). «Regocijaos», por el Señor que ha resucitado, pero «en estremecimiento» por causa del terremoto y del ángel que apareció con el fulgor de un relámpago.

Jesús resucita, aunque el sepulcro estaba sellado y vigilado

14. Los príncipes de los sacerdotes y los fariseos sellaron el sepulcro tras advertírselo a Pilatos, pero las mujeres vieron al Resucitado. E Isaías, que conocía, por una parte, la futilidad de los sumos sacerdotes y, de otro lado, la fortaleza de fe de las mujeres, dice: «Mujeres, que venís de la visión, daos prisa, pues no hay un pueblo que tenga inteligencia» (Is 27, 11 LXX). Los sumos sacerdotes están desprovistos de inteligencia, y las mujeres están mirando con sus mismos ojos(19). Y cuando fueron a aquellos los soldados comunicándoles todo lo que había sucedido (Mt 28, 11), les advirtieron: «Decid: "Sus discípulos vinieron de noche y lo robaron mientras nosotros dormíamos"» (28, 13). Correctamente lo predijo esto también Isaías hablando como por ellos: «Habladnos cosas halagüeñas, contemplad ilusiones» (Is 30, 11). Pero él ha resucitado y se ha alzado, mas ellos con donativos en dinero sobornan a los soldados (28, 15). Pero los soldados no necesitan convencer ahora a los actuales emperadores. Pues los soldados de entonces traicionaron a la verdad con dinero, pero los actuales emperadores edificaron esta santa Iglesia de la Resurrección de Dios Salvador, en la cual estamos y a la que embellecieron con plata y oro, ornamentándola a base de altares también con oro, plata y piedras preciosas. «Y si la cosa llega a oídos del procurador, nosotros le convenceremos y os evitaremos complicación» (Mt 28, 14). A él le persuadieron, pero no al mundo entero. ¿Y cómo es que, al salir Pedro de la cárcel, fueron condenados sus guardianes (Hech 12, 19), mientras que no sufrieron castigo los que custodiaban a Jesús? En realidad, la pena a aquellos les fue impuesta por Herodes, pues no tenían excusa por ignorancia, pero estos otros, que supieron la verdad y la ocultaron por dinero, fueron respetados por los sumos sacerdotes (cf. Mt 28, 15). Unos pocos judíos creyeron entonces la fábula, pero en la verdad creyó el orbe entero. Los que ocultaron la verdad quedaron sepultados en el olvido, pero los que la acogieron aparecieron a la luz pública movidos por la fuerza del Salvador. Este no sólo se alzó de entre los muertos, sino que llevó consigo también a otros muertos, de cuya persona dice claramente el profeta Oseas: «Dentro de dos días nos dará la vida, al tercer día nos hará resurgir y en su presencia viviremos» (Os 6, 2)(20).
 
¿restauración del cristianismo original?

¿restauración del cristianismo original?

Los apóstoles, testigos de la resurrección, son también hebreos

15. Al no convencer las Sagradas Escrituras a los judíos, que no obedecen, y al contradecir ellos mismos la resurrección de Jesús, lo mejor sería hablarles así: ¿Por qué, mientras afirmáis que Eliseo y Elías han resucitado a muertos (cf. 2 Re 4, 20 se; 1 Re 17, 17-24) os obcecáis en contra de la resurrección de nuestro Salvador? ¿O es que a los que actualmente vivimos no nos valen los testigos de entonces? Buscad, pues, vosotros testigos de aquella época(21). Si lo de aquella época está escrito, también esto está escrito. ¿Por qué aceptáis una de las cosas y rechazáis la otra? los hebreos pusieron por escrito aquellos hechos anteriores. Pero todos los apóstoles fueron también hebreos. ¿Por qué, si son judíos, no les creéis? Mateo, al escribir su evangelio, lo hizo en lengua hebrea(22). Pablo, el predicador era «hebreo e hijo de hebreos» (Flp 3, 5). Y los doce apóstoles eran todos hebreos. Posteriormente, los quince obispos de Jerusalén han sido, en sucesión ininterrumpida, también todos hebreos. ¿Por qué razón, pues, mientras admitís lo vuestro, creéis que se ha de rechazar lo nuestro, que ha sido puesto por escrito por hebreos de vuestra raza?

La resurrección de Jesús es mayor milagro que las obradas por Ellas y Eliseo

16. Pero es imposible, dirá alguno, resucitar muertos. Pero Eliseo obró una y otra vez resurrecciones, tanto estando en vida (2 Re 4, 20 ss) como después de su muerte (2 Re 13, 21). Si creemos que un cadáver arrojado al suelo resucitó al contacto con Eliseo, que yacía allí muerto ¿no resucitó Cristo de entre los muertos? Además, resucitó aquel que estaba muerto y tocó a Eliseo, pero el que lo hizo alzarse permaneció, sin embargo, muerto, como ya estaba antes. Pero el muerto del que nosotros hablamos resucitó y resucitaron otros muchos muertos que a él ni siquiera le habían tocado: «Muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron. Y, saliendo de los sepulcros después de la resurrección de él, entraron en la Ciudad Santa —claramente se trata de la ciudad en la que estamos(23)— y se aparecieron a muchos» (Mt 27, 52-53). Eliseo hizo ciertamente resucitar a un muerto, pero no consiguió dominar el orbe; Elías resucitó a un muerto, pero los demonios no se sometieron en nombre de Elías. Sin embargo, no hacemos de menos a los profetas, sino que celebramos con mayor magnificencia a quien es Señor de ellos. En realidad, no ensalzamos lo nuestro empequeñeciendo aquello, pues también aquello es nuestro. Más bien conciliamos la fe en lo nuestro con las cosas de ellos(24).

Jonás, imagen de la muerte y resurrección de Jesús


17. Pero dicen insistentemente: Es un muerto recientemente difunto que ha sido resucitado por un vivo, pero mostradnos que es posible que resucite un muerto de tres días y que sea llamado de nuevo a la vida un hombre que esté ya tres días sepultado. Pero, si buscamos una tal prueba, nos la suministra el Señor Jesús en los evangelios al decir: «Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches» (Mt 12, 40; cf.Jon 2, 1). Y cuando indagamos con cuidado la historia de Jonás, es grande la semejanza con lo nuestro. Jesús fue enviado a predicar la conversión: también Jonás (1, 2 es) fue enviado (a lo mismo). Pero éste, al no saber el futuro, huye: aquél, en cambio, accedió a anunciar la penitencia de salvación. Jonás dormía en la nave, y lo hacía profundamente (1, 5) mientras el mar estaba encrespado por la tempestad: también, cuando Jesús se encontraba durmiendo, se encrespó el mar por determinados designios (Mt 8,2 4-25), para que después se reconociese el poder del que estaba durmiendo (8, 27). Aquellos decían: «¿Qué haces aquí dormido? ¡Levántate e invoca a tu Dios! Quizás Dios se preocupe de nosotros y no perezcamos» (Jon 1, 6). Y aquí dicen al Señor: «¡Señor, sálvanos!» (Mt 8, 25). Allí decían: «¡Invoca a tu Dios!». Y aquí; «¡sálvanos!». Aquél dice: «Agarradme y tiradme al mar, y el mar se os calmará» (Jn 1, 12). Este, «increpó a los vientos y al mar, y sobrevino una gran bonanza» (Mt 8, 26). Aquél fue a parar al vientre de la ballena (Jon 2, 1), pero éste descendió por su propia voluntad al lugar donde la muerte tragaba a los hombres. Descendió voluntariamente para que la muerte vomitase a aquellos que se había tragado, según aquello que está escrito: «De la garra del sheol los libraré, de la muerte los rescataré» (Os 13, 14).